Capítulo dos: Presente.
15 de junio de 2014 (presente).
Dos meses atrás, una noticia azoto a los medios de comunicación: El director de S.H.I.E.L.D, Nick Fury, había sido víctima de un atentado en el cual fue herido gravemente, inmediatamente fue trasladado a un hospital, donde falleció.
Sin embargo, la organización siguió activa, pero no se sabe nada de los vengadores (nombre del grupo de héroes que estaban bajo el mando de Furry).
La ciudad se volvió un caos, no se sabía nada de los héroes de Nueva York, la inseguridad aumento y con ello un montón de desolación azoto la ciudad.
Yo por mi parte seguía trabajando con mi rutina, conocía a varios chicos del trabajo, entre ellos Max, Jack y Zac. Todo es normal en el trabajo, pero esa normalidad y quietud acabo cuando una nueva chica entro a la oficina.
Su nombre era Lucy Tex, era alta, pelirroja, de cuerpo estilizado, muy guapa. Tenia a todos babeando, se me hizo muy familiar su rostro, sin embargo, no logre ubicarlo en ninguna parte, con el tiempo llegamos a hacernos muy amigas.
Bien ahora este es mi presente.
- Buenos días señorita Mcgouth.- me saludo la chica.
- Hola Tex, ¿Que tal todo por aquí?- pregunte, dejando el bolso sobre mi escritorio.
- Nada interesante, a menos de que cuente tú llegada tarde y la desaparición de las botellas de agua por toda la oficina.
Me reí Lucy era muy divertida, cuando quería, claro.
- ¿Sabes? Me encantaría quedarme aquí y escuchar todos los delitos que se cometen en estos cubículos de oficina, pero como sabes voy tarde y el señor Roth, el director del periódico va a matarme.
- Más te vale correr-dijo gritando mientras se sentaba en su cubículo y ponía sus pies con los tacones negros sobre el escritorio.
Llegue a la oficina de Theodore Roth y toque la puerta.
- Señorita Mcgouth, llega oportunamente tarde.
- ¿Oportunamente?
- Si temía no estar aquí cuando usted llegase, tuve una reunión que no podía aplazar.
- Entiendo, señor ya estoy aquí.
El viejo se sentó en su cómoda silla de cuero detrás del escritorio, era un hombre muy agradable, ya entrado en sus años, comprensivo, buen jefe. Su único defecto era que fumaba como una chimenea, yo odiaba el olor a cigarrillo y para mi desgracia al señor Roth le encantaban sus puros.
Se sentó y encendió un puro que se metió a la boca y dijo:
- La razón por la cual la he llamado es que necesito que haga un trabajo, a propósito ¿Se encuentra ocupada ya con un artículo?
- No por el momento, la semana pasada me ocupe de cubrir algunos de los eventos de caridad que se realizaban en el Central Park.
- Bien así que por ahora no está ocupada.
- Ciertamente.- Asentí.
- Bien entonces necesito que usted asista mañana a una conferencia de prensa que dará el millonario empresario Tony Stark,en la torre que lleva su mismo nombre cerca al centro, ¿la conoce?
- Sí señor, he oído hablar de ella.
- Como le decía, la torre stark esta desarrollando una forma de energía autosustentable, la cual, se está poniendo a prueba con la iluminación y
energía que trabaja la torre, por tanto usted mañana debe asistir a la rueda de prensa y obtener cuanta información pueda de Stark.
- Ok, pero Theodore, usted sabe que ese no es mi campo.
- Lo sé, pero usted es una de las mejores periodistas que tengo aquí. ¿Comprende?
Aquella frase me dio a entender que mi jefe no quería oír más peros, así que acepte a las malas.
- De acuerdo, obtendrá toda la información mañana en la tarde.
- Así se habla Mcgouth, le deseo suerte. - Dijo con entusiasmo- Puede retirarse.
Me despedí y cerré la puerta de su despacho, mientras iba a mi cubículo a recoger unas cosas, Lucy me intercepto.
- ¿Que quería el señor Roth?
- Salgamos un momento, el olor a puros me está ahogando.
Tex rio y nos dirigimos al ascensor.
Cuando llegamos al primer piso, el de edición, me acerque a una ventana e inicie.
- El señor Roth me pidió que asistiera mañana a una rueda de prensa que dará Tony Stark. -dije observando la calle.
- Pero ¡si es no es tu campo! -replico Lucy.
-Lo se, eso mismo le dije yo, sin embargo, tuve que aceptar.
- Ya veo- dijo ella pensativa- ¡lo tengo! , te propongo algo. ¿Que te parece si voy yo en tu lugar a la conferencia?
- Pero tu... ¿Acaso no tienes a tu cargo la edición de la primera plana?
- Eso es sencillo ¿podrías ocuparte de eso mientras yo te cubro?
- Ya entiendo, ¡eres un genio Tex!
-Una, que no soy un chico.
- Ok, Una genio- dije corrigiendo- eres una feminista de primera.
Ella rio y juntas salimos del edificio, era la hora de almorzar.
En una cafetería a dos cuadras del periódico, nos encontramos con los demás y pedimos sándwiches con bebidas frías. Tan pronto llego la orden, todos iniciamos a comer mientras comentábamos lo nuevo.
- No se ustedes, pero mañana me iré con Caroline. - dijo Max.
- ¿De fin de semana? -pregunte yo. Mientras tomaba un sorbo de mi Coca-Cola.
-Si, de fin de semana... -respondió Max guiñándole el ojo a Zac.
- ¿Tú Tex? ¿Tienes planes?- dijo Zac acercando su asiento al de Lucy.
- Sí, todo menos que salir contigo.- respondió ella sin prestarle la menor atención a Zac.
Todos reímos.
- ¿Qué hay de ti Verónica? -me dijo Jack.
- Tengo que hacer un artículo sobre la Torre Stark.
- Espera... ¿sobre la torre o sobre Stark? Porque la debilidad de Stark son las fiestas y las mujeres.
Otro montón de risas.
- ¿No tienen algo más interesante que joder a Veth? - replico Lucy molesta.
- Lo siento- dijo Jack.
- No hay cuidado, payaso. - dije riéndome.
Seguimos así hasta que el tema se centro en los chistes verdes sobre lo que Max haría con Caroline el fin de semana. Estaba agobiada, era incomodo ver las maneras con las que Max pensaba irse con su novia a la cama, como si fuera un chico de secundaria mientras los padres de su novia no estaban. Así que cuando era la hora de regresar al trabajo me sentí aliviada.
Lucy se acercó y con un encogimiento de hombros dijo:
- Hombres son hombres.
- Ya sé, pero ¿tienen que ser tan asquerosos?
Ambas reímos, nos separamos y cada una fue a su cubículo.
Cuando llegue al mío me senté en la silla con espaldar purpura y observe la laptop. Me gustaba escribir un poco en mis ratos libres, sin embargo, no me sobraban ganas, tenía mucho que hacer.
Respire hondo y observe en dirección al pequeño portarretratos que tenia una foto de mi familia, la habíamos tomado en el cumpleaños de mi hermana Jess, aparecíamos mis padres, mi hermana, Cris y yo. En el estanque cercano a casa. Sonreí y me puse manos a la obra.
A las seis, ya era la hora de salir, sin embargo, a todas horas el metro y el trafico eran imposibles en New York, no la llaman en vano la ciudad que nunca duerme. Me encontré con los chicos a la salida, quienes se ofrecieron a llevarnos a Lucy y a mí, lógicamente aceptamos, todo era mejor que coger el metro en una de las horas pico. Aunque eso significara media hora de viaje, que había de mi casa al trabajo escuchando las anécdotas de Max sobre las farras de los viernes y las chicas de los bares.
Cuando aparcaron frente a mi casa, baje del auto rápidamente, me despedí de todos y les desee suerte, que luego quedaríamos para salir al cine y entre a casa.
Cerré la puerta y me senté en un sillón, estaba exhausta y cerré los ojos.
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