Capítulo 48: La Vie en Rose.
Dure un buen rato sola en la habitación, así que aproveche para ducharme y prepararme, pues debíamos partir lo más rápido posible, estaba distraída en mis cosas, hasta tal punto, que no note que Steve había entrado a la habitación.
-Buenos días- saludo él sonriente.
-Buenos días. Creí que te habías ido sin mí- dije con sarcasmo.
-Eso nunca, bien te ayudo a llevar el equipaje.-dijo tomando las maletas y salió nuevamente de la habitación.
Sentí algo vibrar en mi bolsillo, revise y me di cuenta de que se trataba de mi teléfono.
Había muchos mensajes en el chat grupal que tenía con los chicos de la oficina, además de una llamada perdida de "Lucy".
Regrese la llamada.
-¿Hola?
- Sí- asintió ella- Veth- dijo al reconocerme.-¿Cómo va el viaje?
-Bien hoy estaremos allí.
-Perfecto, he encontrado información sobre nuestra electrizante amiga- se río- necesito que tan pronto lleguen se dirijan a S.H.I.E.L.D.
-Le diré a Steve.
-Por cierto- dijo de golpe- ¿Cómo van las cosas?
-Bien, han sucedido muchas desde que llegue a Kansas.
-Cuando llegues tendremos tiempo para que me lo cuentes todo-me reí.
-¿Cómo no? Y tu ¿Qué hay de Clint?
-¡Excelente!- dijo realmente convencida de sus palabras.
-Me alegra mucho- le dije con cariño- ya era hora de que organizaran las cosas.
Ella se río y luego me cambió de tema.
-¿Has revisado los mensajes del chat grupal?- me interrogo.
-No, ¿Debería?- dije con sarcasmo.
-Yo diría que sí, Max se va a comprometer con Caroline.
-¡¿Cómo?!- pregunte elevando el volumen de mi voz, la noticia me había tomado por sorpresa.
-Lo sé- escuche a Tex reír al otro lado dela línea.- dice que está seguro de su decisión.
- No puedo creerlo. ¿Quién diría eso? Siempre creí que entre los cinco el primero en comprometerse sería una de nosotras no uno de ellos.
-Pues parece que va en serio. El día después de que te marchaste nos enseñó el anillo, además nos dijo que habría una fiesta de compromiso.
- Lastima no haber estado allí. – Mire al suelo- hubiéramos hecho de las nuestras.
- No lo dudo.
Hubo un silencio hasta que ambas estallamos en risas.
En ese momento Steve entró en la habitación, yo me encontraba de espaldas a las puertas así que no lo sentí llegar.
- ¿Recuerdas el departamento que compramos con Clint?
-Sí, creí que habías dejado eso de lado.
-No, recuerda que debemos estar encubiertos, además Clint ahora se lo va tomando enserio. Supongo que eso es bueno para ambos.
-Claramente. Aquí estamos bajando las maletas al auto para seguir con el camino.
-Vale. Te veré en unas horas, cuídense mucho.
-Igual suerte con lo de ser ama de casa.
Colgamos la llamada y me gire, no esperaba verlo allí así que me sobresalte.
Escuche que se reía entre dientes.
-No creí que estuvieras allí- dije en mi defensa.
-Ya- me tomo de la mano y me acercó a él.
-No, ni creas que voy a besarte- me reí.
-¿Quién ha dicho eso?- deposito un tierno beso en mi mejilla.
-Vale, eso si no me lo esperaba.
-Vamos, tenemos muchos Kilómetros por delante.
Salimos del hotel, no sin antes recibir una mirada inquisidora de la recepcionista. Al final nos sonrió y nos despidió con un movimiento de cabeza.
Una vez en el auto, reanudamos el viaje de regreso, era un día caluroso y soleado, hablábamos ocasionalmente sobre trivialidades y algún que otro comentario sobre el paisaje, en algunas ocasiones nos atrevíamos a espiar al otro en silencio, como un juego. Finalmente nuestra conversación termino en la fiesta de compromiso de mi amigo.
-Siempre creí que Max le huía al compromiso- comente cuando Steve me pregunto al respecto.
-Se ve que son bastante des complicados- dijo él.
-¿Des complicados?- alce una ceja- no sería la palabra que yo usaría.- sonreí encogiéndome de hombros.- Lo importante es que sea feliz. Mira esto- dije tomando mi teléfono y leyendo uno de los mensajes.-Aquí dice que realizara una fiesta sorpresa para declararse.
-Interesante- comento sin interés.
-¡Hey!- exclame.
-es broma- se rio - ¿Qué más dice?
-Dice que piensa llevarla a un restaurante muy lujoso.
-Creo que conozco el lugar perfecto.
-Estaba pensando exactamente lo mismo.
-Hay noche de Jazz el viernes a las ocho.- dijo leyendo mis pensamientos, le mire de reojo.
-perfecto, que eficiente Rogers- le mire burlona- le avisare a Max.
No dijimos nada yo regrese a los mensajes y al teléfono mientras Steve regresaba la vista a la carretera.
Cuando las luces de la enorme ciudad se alzaron frente a nosotros suspire aliviada, estaba muy cansada. Entramos con sigilo a la metrópoli para luego zambullirnos en picada al tráfico. Después de pasar veinte minutos entre el trafico atascado por fin logramos llegar a mi casa.
-Gracias- dije mientras desabrochaba el cinturón.- por todo.
-Veth- me tomo de la mano y deposito un beso en ella.- que descanses mañana te veo.
-Igualmente, hasta mañana.
Baje del auto con mis maletas, cuando abrí la puerta me embargo una brisa helada, me estremecí y entre a casa.
"Es bueno regresar"- pensé cuando me fui a la cama.
Al día siguiente como habíamos acordado, me encontré con Nat y Steve en la sala de armas.
-Hola- Lucy fue la primera en saludar.- ¿Qué tal el viaje?
-¡Nat!- respondí yo con emoción.
-Vamos, hay algo que quiero enseñarles.- Esta vez se dirigió a ambos.
Entramos y la puerta se cerró tras nosotros.
-Deborah: Su verdadero nombre es Danielle Meyer. Física, especialista en física electromagnética de Harvard, descubrió un fenómeno que ocurría cuando entraba en contacto con la electricidad e inicio a experimentar consigo misma- nos miró con cierto aire de suspenso- una chica brillante, una de las mejores de su clase, cuando descubrieron sus pequeños experimentos la expulsaron.
-Qué lindo perfil- comente yo.
-No solo eso, lo más curioso es que ya había tenido ciertos incidentes con los toma corriente, ella tenía la capacidad de controlar todo tipo de red que manejara energía eléctrica desde los once, lo único que hizo fue incrementar su poder.
-Una alterada.- comento Steve.
-Exacto, eso me lleva a la teoría de que los otros dos que vimos ese día en la azotea de la torre Stark eran otro par de alterados.
-Buen punto- comente pensativa- eso explica lo que sucedió cuando toque a esa niña.
-Exacto. Hasta el momento nada es seguro, Fury nos ha pedido a todos que estemos alerta ante cualquier actividad extraña.
Asentimos.
-Por cierto, hay algo que se me ha olvidado. Fury necesita que nos veamos en la tarde, aquí. Sin excusas.- sonrió y antes de que pudiéramos replicar habló- Me encantaría quedarme a hacerles compañía pero me esperan.-sin más salió de la habitación.
-Solo quedamos tú y yo- comente para crear conversación.
-Si ¿Quieres ir a entrenar?
-¿Por qué no?
Mientras íbamos en camino hacia el gimnasio- pues aún no superaba mi miedo al simulador- ambos nos preguntábamos sobre que querría Fury.
-¿De qué crees que se trate ahora?
-No lo sé. Estoy en las mismas condiciones que tú.
-lo mejor será esperar- resolví con un encogimiento de hombros.
Entrenamos juntos, todo era igual que antes y me gustaba, de hecho, me gustaba estar con él. No duramos mucho practicando pues una media hora más tarde debíamos ir a la sala de armas.
-Te veo luego- dije saliendo del gimnasio.
-¿Dónde vas?
-iré a cambiarme, ni loca pienso aparecerme así.
-Te ves bien.
-Tu igual, te luce el cansancio.- solté una carcajada antes de salir de allí.
Como era costumbre, tarde un poco en cambiarme y ponerme presentable, así que cuando se me ocurrió mirar la hora se me había hecho tarde. Inicie a correr por todo el lugar mientras varios agentes me miraban desconcertados.
"aquí es"- pensé aliviada cuando acelerada empuje la puerta, la cual se abrió con brusquedad. Todos los presentes miraron en mi dirección mientras el rubor subía a mis mejillas.
-Señorita Mcgouth- dijo Fury serio, sin duda el detalle le había molestado.
No respondí y solo me ubique en una esquina, donde escuche atenta.
-Estamos a la espera del traslado, la agente Jasper pertenece al grupo elite de Washington solo ha venido aquí a supervisar y a instruirse un poco.- la voz de Fury no expresaba ninguna clase de emoción.- Al igual que con la señorita Mcgouth necesitare que algunos de ustedes la instruyan, no sabemos a quién o qué nos enfrentamos y todos deben de estar dispuestos a enfrentar riesgos.
Después de hora y media de junta lo más importante para resaltar: Melanie Jasper, era una agente enviada desde Washington, pertenecía al FBI y la CIA para supervisar la base de operaciones de S.H.I.E.L.D. además de poder pasar un reporte acerca de las "actividades" inusuales en la ciudad y lo más importante, Steve y Nat serían los encargados de ayudar a instruirla un poco sobre defensa.
Cuando Fury se marchó hubo un silencio en la sala, sus órdenes habían sido claras. Me quede en mi rincón en silencio y una sensación de desconfianza me embargo, no le preste mucha atención, decidí esperar hasta conocer a Melanie en persona y sacar mis propias conclusiones.
No hubo más novedades por el día, en la noche salí a cenar con Steve.
-No estoy seguro de la idea que tiene Nick- opino él.
-Ni yo, él quería mantener todo en silencio y la verdad que alguien más lo sepa.... No lo sé tampoco me da confianza.
-Quizás somos un poco paranoicos- dijo él- debemos esperar a como se den las cosas.
-A lo mejor- me estremecí- hace frío.
Steve pasó su brazo sobre mis hombros y me estrecho contra él.
-¿mejor?- pregunto sonriendo de oreja a oreja.
-si- sonreí agradecida.
Así pasaron las semanas, pues cada quien andaba en lo suyo: Clint y Nat estaban organizando su departamento, Max estaba ocupado con todo lo del compromiso, Jack y Zac estaban llenos de trabajo, pues habían tenido que ocuparse de mis responsabilidades durante mi ausencia, además Tony y Banner se la pasaban todo el día en el laboratorio y era muy extraño ver a Thor solo por allí. Por las circunstancias Steve y yo pasábamos tiempo juntos, ninguno puso resistencia.
Una tarde lluviosa tuve que ponerme al día con mi trabajo pendiente así que me puse a trabajar, pues Steve llegaría en mi casa en unas horas, al menos se suponía que sería así. Llegó una hora antes.
No tuve tiempo de arreglarme así que salí con lo que tenía puesto, un sweater un poco ancho, zapatillas y el cabello hecho un desastre.
-¿Has dormido?- fue lo primero que pregunto cuando me vio.
-Que gracioso, pasa- me hice a un lado.- por tu culpa no he tenido tiempo de arreglarme.
-te ves hermosa, aun mas cuando tienes esa mirada asesina.- dijo risueño.
-Ya basta- me reí- deberías de compensarme.
-Solo dilo.
-¿podrías preparar chocolate caliente?
Steve se encogió de hombros y se dirigió a la cocina. Mientras yo, regrese a mi trabajo. Estaba escribiendo cuando volvió con dos tazas con ahúmate chocolate.
-gracias, tomare esto- tome la taza y me dirigí a mi escritorio.
Steve se rio, dejo su taza sobre la mesa y se sento en el sillón, me tomo la mano y me hizo sentar, algo fallo y caí sobre su regazo, ambos reímos.
-Ese no era el plan- dije sonriente.
- creo que no. – me miro.
-Bueno voy a trabajar- deje mi taza junto a la de él y me dirigí al escritorio.
Me senté y Steve me siguió, mientras iniciaba a escribir sentí su respiración junto a mi cuello. Una risilla nerviosa se escapó de mis labios.
-¡Basta!- exclame.- me haces cosquillas.
Al parecer mis protestas fueron en vano, pues se sentó a mi lado y me rodeo los hombros con el brazo, lo mire divertida.
-No vas a dejarme trabajar ¿verdad?
- Cierto- deposito un beso sobre mi hombro y luego uno en la base del cuello.
-Steve- susurre- tengo que trabajar.- no sigas con eso.
-habrá tiempo de sobra después para trabajar - me sonrió pícaramente.
-eres imposible- reproche apoyando mi cabeza sobre su hombro, él me abrazó.
-Y tú muy terca- dijo acercándome más.
Rápidamente llego el día de la fiesta de compromiso de Max, estaba emocionada, la verdad había ayudado en algunos preparativos y al igual que los demás, estaba a la expectativa.
-Veth, ¿Por qué el vestido rosa?- preguntaba Nat mientras yo posaba frente al espejo.
-Es lindo- comente.
-No, es una noche formal y si te vas con ese creerán que vas para la boda.- me regaño.
-¿Qué más da? Igual se van a casar- me encogí de hombros.
- Deberías llevar el negro, te luce.
- Lo pensaré- dije indecisa frente al espejo.
El teléfono de Lucy sonó y ella salió de la habitación para contestar.
En realidad, mi problema no eran los vestidos, podía ponerme cualquiera y aun así sentirme igual, el verdadero problema era Steve, pues él sería mi pareja esa noche.
-vendrán por nosotras en un par de horas ¿ya has decidido el vestido?
-el negro- respondí decidida.
-Perfecto.
Tardamos un poco para estar listas, Nat llevaba un bonito vestido de coctel, el pelo rojizo le caía sobre los hombros, yo llevaba el vestido negro, era largo y con un escote exagerado para mi gusto, llevaba unos tacones a juego y el pelo en un moño alto, según Nat se verían mucho más bonitos mis ojos.
Cuando salimos de mi casa observe que Clint bajaba del auto, Steve no estaba allí. Los mire confusa, Nat se acercó a Clint y le beso en la mejilla.
-Dijimos que pasaríamos por ustedes, nunca dijimos que iríamos juntos- Clint me guiño un ojo y se despidió con la mano.
Estaba desconcertada, decidí entrar a casa cuando escuche una voz a mis espaldas.
-No creí que la fiesta terminara tan temprano- me gire y vi a Steve llevaba un traje azul oscuro y un corbatín. Se veía muy guapo.
-me has asustado, creí que no vendrías. – le recrimine.
- Solo he llegado con unos minutos de retraso- me sonrió- vamos se nos hace tarde.
Accedí y me llevo hasta el auto, era un deportivo negro. No tardamos en ponernos en marcha. Afortunadamente llegamos puntuales.
-Te ves muy hermosa hoy.
-gracias- sonreí mientras caminábamos por la acera.- tu luces excelente.
-Has recogido tu cabello.
Asentí- ha sido idea de Nat.
Llegamos a la entrada del lugar y lo mire, era el mismo restaurante donde habíamos ido a comer cuando nos conocimos.
-Te dije que era el lugar perfecto.
-Acertaste- dije mientras entrabamos por la puerta principal.
Al igual que la primera vez el recinto parecía transportarme en el tiempo, la única diferencia es que esta vez la pista de baile estaba llena y en el fondo observe a la banda de Jazz, tocaban alegremente mientras los comensales bailaban. Tanto la música como el ambiente de la noche recreaban la época de los treinta.
-es mágico- susurre.
Al fondo vi que había un grupo grande reunido, no tarde mucho en descubrir que se trataba de nuestros amigos. Nos acercamos para luego vernos inmersos en el alboroto sobre Max y Caroline.
-No tardaran en llegar- dijo una voz, con acento británico a mis espaldas. Se trataba de Sam y Claire.
-Hola- les salude, a mi pesar, a ambos.
-¡Veth!- me saludo efusivo Sam- te ves muy hermosa.
-no te pases en halagos- sonreí.
-Verónica- saludo Claire.
-Hola ¿cómo va el trabajo?- dije poniendo mi mejor cara.
-excelente y ¿el tuyo?
- Bien en estos momentos no debería estar aquí sino en la oficina- dije con ironía.
-Que aburrida-me regaño Sam.
Todos se hallaban charlando en la mesa hasta que llego la pareja principal.
Los saludamos efusivos, Caroline por su parte llevaba un vestido verde menta y estaba completamente desconcertada, sin duda, no tenía ni idea de lo que le esperaba.
Cenamos y bebimos champaña, en el momento del brindis a sorpresa de todos, Max fue quien tomo la iniciativa. Tomo la copa y la golpeo suavemente con una cuchara.
Se aclaró la garganta e inicio con su discurso.
-Primero me gustaría agradecerles a todos por venir y segundo por tener paciencia al escuchar este brindis, nunca he sido bueno en estas cosas- nos reímos, la mayoría sabíamos que era cierto- La verdad siempre he creído que aquello del compromiso era una pérdida de tiempo pero he conocido a alguien, a una rubia que esta noche usa un vestido verde menta que me ha convencido de lo contrario- mire a Caroline que solo sonreía para disimular la risa.- Ella ha cambiado mi vida y es lo más importante para mí en este momento, supongo que ya lo sabe, como decía... en fin- se encogió de hombros- nunca he sido bueno expresándome en público- sonrió- así que seré sincero, Caroline- esta vez se giró hacia ella- ¿Quisieras casarte con este desastre?
Por un momento Caroline se quedó muda con los ojos abiertos como platos, los segundos se hicieron muy lentos para todos, así que supuse que Max deseaba morir en ese instante.
-Si Max- fueron las palabras.
En ese momento la mesa estalló en aplausos mientras la pareja se besaba, mire a Steve de reojo, me regreso la mirada.
Acto seguido la banda inicio a tocar música lenta, pude reconocer que se trataba de los clásicos del Jazz, Max y Caroline se perdieron de mi vista al igual que las demás parejas. Me gire para encontrarme con la mía, Steve me miraba pensativo.
-¿Bailas?- pregunte yo tomándole de la mano.
Lo lleve hasta el centro de la pista cuando una de las canciones terminaba para comenzar la otra. Cuando me detuve en el lugar ideal lo mire a los ojos, algo le pasaba.
-¿Qué sucede?
-es todo esto, me recuerda mucho a bueno....- vacilo- a como era antes. Tenía un baile pendiente con una chica- me miro con melancolía.
-¿Te refieres a antes del hielo?
Asintió meditabundo.
-Lo siento mucho- me acerque a él.- Quisiera poder hacer algo, ven te enseñare a bailar.
-no hay problema, eso paso hace setenta y cinco años.- me miro y me rodeo la cintura con los brazos- ahora tu eres mi futuro.
-Steve yo...- lo mire con un nudo en la garganta, la verdad él era el único que lograba dejarme sin palabras.
La melodía inicio a llenar el lugar, inicio sonando el piano con finos acordes hasta que la trompeta inicio, reconocí la canción de inmediato. Se trataba de "La Vie en Rose" de Louis Armstrong. Sonreí coquetamente.
-¿Qué opinas?
-No está mal, pero no soy buen bailarín.
-Vamos las otras veces has bailado excelente, te ayudare, solo lleva mi ritmo.- tome su mano e iniciamos a movernos suavemente de un lado al otro.
-No está mal. – susurre en su oído.
La música era perfecta era lo bastante lenta para que lleváramos su compás, además ambos estábamos muy cerca el uno del otro, mi corazón palpitaba con fuerza.
Steve me tomo de la mano y me hizo dar un giro, cuando volví a estar frente a él nos miramos intensamente. Un estallido de trompetas animo un poco la danza, iniciamos a bailar con más fluidez.
Steve puso una mano sobre mi cintura e incline un poco mi espalda hacia atrás cuando regrese junto a él un repiquetear de trompetas anunciaban el final de la canción.
-Gracias por el baile- susurro seductoramente en mi oído.
-¿Deuda saldada?- pregunte sonriente.
-Por supuesto. ¿Me acompañas la siguiente pieza?
-No.- lo mire divertida.
-No te vayas- me suplico.
-¿Por qué? Estoy cansada.
Sin embargo, Rogers tenía sus maneras de convencerme, nos alejamos un poco del centro de la pista y me beso con ternura, sus besos eran como el cielo, cerré los ojos y le rodee el cuello con los brazos.
-Te quiero- susurre. No hubo respuesta nos acercamos más y un segundo beso se abrió camino entre nosotros.
Accedí y bailamos al compás de "Only you". A diferencia de la anterior, esta canción era mucho más rítmica y pudimos bailar resueltamente, el sonar de las trompetas me ponía la piel de gallina, además, todo en conjunto me hacía sentir como la protagonista de una película de época en la que los protagonistas viven una noche de ensueño.
Di un giro al finalizar la canción y de golpe me vi envuelta en sus brazos, nuestra respiración era agitada, había sido un buen baile, agache la cabeza, quería sentarme en la mesa. Steve me detuvo.
-Veth... gracias.
-No me lo agradezcas.
- Y Veth...- dijo levantando la cabeza- Yo también te quiero.
Sonreí mientras volvía junto a él para bailar una vez más, quizás otras dos, al finalizar nos sonreímos, había algo diferente entre nosotros, era indescriptible, sentí una sensación de vacío en mi estómago cuando al finalizar la danza nos quedábamos allí mirándonos el uno al otro.
Así era la vida Rosa y me encantaba, Steve era perfecto y la verdad estaba iniciando a sentir algo fuerte por él, como un lazo que nos unía, todo era belleza y armonía, demasiado perfecto para ser realidad, lo que más deseaba era que durara para siempre.
Hola a todas, quiero darles las gracias por su apoyo a la novela además de darles una disculpa, pues había dejado la novela abandonada por cuestiones de estudio, pero prometo subir cada vez que pueda.
Estos capítulos eran largos, espero que les hallan gustado. No olviden que estaré atenta sus comentarios pues me gusta saber que piensan de la historia.
Gracias por leer.
Nos leemos en otro capitulo. :)
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