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Capítulo 40: Hora de entrenar.

Después de lo sucedido, una nueva semana me esperaba, Steve y yo seguimos como si nada, aun así ambos manteníamos las reservas en algunas cosas, de todas maneras nos esperaba un largo tiempo, juntos.

Ahora era un lunes después de un agotador día de trabajo, donde, adicionalmente tuve que soportar todas las bromas por parte de mis amigos de la oficina.

Finalmente me encontraba en S.H.I.E.L.D. pues el tempo para mi entrenamiento estaba muy limitado. Teníamos que avanzar lo más rápido posible.

-¿Lista?- pregunto Clint mientras tomaba el arco y me lo entregaba.

El tacto con el objeto era frio y a la vez vibrante, cerré la mano con fuerza alrededor del objeto, respire hondo y mantuve la mirada frente a mi objetivo: era una diana a rojo y blanco.

-Las flechas- dije sin apartar la vista.

-Como mandes- sonrió Clint mientras me entregaba el carcaj.

Tome una flecha en inicie a ponerla en posición.

-Veth, así no es-me reprendió Clint al ver que sostenía la flecha entre mis dedos y que esta no tensaba la cuerda.

-ayuda- implore de una vez, lo había visto en películas pero jamás lo había llevado a la práctica.

Cuando Clint preparó el arco, se colocó junto a mí y con gran destreza me explico como tensar el arco.

-¡Ahora!, dispara.

Lo pensé pero antes de soltar la flecha pregunte:

-¿Si algo sale mal?

-no pasara nada- me aseguro- únicamente saldré corriendo y te culpare a ti.

-¡Clint!- chille- hablo en serio.

-No pasara nada, anda- hizo una pausa- Uno, dos...

-Tres- dijimos ambos al unísono y solté la flecha.

Para ser sincera esperaba que el tiro saliera perfecto y que al menos fuera un arma que pudiese manejar, sin embargo, no fue así la flecha no dio certera en la diana; todo lo contrario, la flecha siguió derecho y ni rozo el objetivo

-¿Qué era lo peor que podía pasar?- me pregunto él encogiéndose de hombros.

Lo mire cansada. Él lo noto.

-Vamos Veth, no pierdas la esperanza, nada es fácil al principio.

- Para ti es fácil decirlo, tú puedes manejar un arco como si fuera un juguete.- replique dejando el objeto sobre la mesa.

-¡Relájate! Estas cansada, eso es todo.

- Quizás- suspire- será un mes largo ¿eh?

- Así lo creo, supongo que tendremos que batir un tiempo record- me reí.

-Ahora de nuevo.

Menee la cabeza y accedí. En resumen, los siguientes tres tiros pasaron de lo peor a lo aceptable, hasta uno logro darle la diana en un borde, cada vez que la flecha se detenía miraba a Clint, él solo respondía con una sonrisilla y algunas veces una mirada burlona.

-Creo que mejoraremos- me dijo al final de la sesión.

-Clint- me reí secamente.- Tenemos un mes.

-Tenemos más que suficiente.

Dicho esto ninguno de los dos dijo algo más, nos despedimos y me retire a mi habitación para cambiarme.

Iba de paso pero me encontré allí con Steve, estaba cerrando la puerta de su habitación y cuando se giró quedo  frente a mí, pues yo me hallaba saliendo del ascensor.

-Buenas noches- saludo él primero.

-Hola- me limite a decir.

-¿no crees que es un poco tarde?- se apresuró a decir, para romper el hielo, supongo.

-Para nada- asegure- acercándome- la noche es joven.

- Ya lo creo- doblo el codo y movió el brazo con el puño cerrado hacia sí, un gesto optimista- pero lo dudo- me miro con ironía- siendo hoy la noche de un lunes.

- Si quizás tengas razón, aun así me siento como si fuera un viernes- trate de sonreír con energía. Realmente me sentía agotada.

-Perfecto, acabas de darme una idea.

Me tocó el turno de sorprenderme, alce una ceja a modo de interrogativa, sonriente respondió:

-Iba de camino al gimnasio, así que si no estás cansada pensé que quizás...- al final su voz fue un susurro, complemente la frase.

- ¿Sugieres que te haga compañía?

- Leíste mi mente. ¿Qué esperas?-dijo dándome la espalda y dirigiéndose al elevador.
Suspire, además podía tomar eso como una ventaja para mi entrenamiento, además allí tenía mi habitación, podría quedarme a dormir por esa noche.

-Andando- le dirigí una mirada de soslayo.

Las puertas de metal se abrieron ante nosotros y nos introducimos rápidamente. Para mi suerte y comodidad, la cabina estaba vacía.

-¿Qué tal el trabajo?- la pregunta me distrajo de mis propios pensamientos.

-¿Cómo?- pregunte desorientada.

-¿Cómo te fue hoy, en el trabajo?

- De maravilla- bufe- fui el hazme reír de todos.

-Las desventajas del exceso.

-¡No inicies!- exclame cortante.

El soltó una carcajada que rápidamente freno cuando las puertas se abrieron y dirigimos nuestros pasos hacia el gimnasio.

Una vez dentro me puse de frente al saco de boxeo e inicie el ejercicio rutinario, después de calentar un poco, estaba lista para iniciar la sesión.

-¿Lista?

-si- me encogí de hombros y asentí.

- Perfecto. Hoy cambiaremos de rutina.

- Ya era hora- comente con una risilla.

- Hoy ensayaremos con el combate cuerpo a cuerpo, lo básico, como bloqueos o golpes sencillos.- continuo el como si no hubiese hablado.

-Entendido.

Después de eso me pidió lo de siempre, ponerme frente al saco de boxeo, golpear y el solo observaba. La novedad fue que esta vez tuve que dar patadas y esquivar el saco -era eso o caer al suelo- pues Steve se ponía al otro lado y lo empujaba y mi tarea era retirarme a una distancia prudente.

-Así se hace, ahora llévalo a un plano real: Imagina que te encuentras en medio de un ataque y tu oponente va a dirigirte un golpe, debes ser lo bastante rápida para esquivarlo y lo suficientemente astuta para responder.

-Entendido.

Acto seguido, Steve se puso frente a mí en posición de ataque, lo mire confundida.

-¿No esperas que pelee contigo? O ¿si?

-¿Por qué no?- respondió resueltamente.

-No, tendría las de perder- me queje, aunque era cierto, por otra parte, no quería golpearle, me incomodaba la sola idea de darle un puñetazo en la cara- aunque muchas veces lo mereciese-.

-Bien iniciemos por algo sencillo...- suspiro y extendió los brazos y abrió las palmas- golpea con el puño y con el pie, aquí- señalo una de sus manos.

-¿Así?- pregunte llevando mi puño hasta su puño, el me miro divertido.

-Si, ahora golpea con fuerza.

Lo intente de nuevo, mi brazo llevaba un impulso medianamente fuerte pero antes de golpearlo frene y choque suavemente mi puño contra su palma.

-Veth, en un combate necesitas golpear y vencer al enemigo, no acariciarlo y hacerle cosquillas.

Suspire y lo intente dos veces más, hasta que las críticas de Rogers me sacaron de impaciencia y termine golpeándole con fuerza en la mano. El chasquido producido por el golpe inmediatamente me preocupo.

-¿te encuentras bien?- pregunte agitada- lo siento.

Note que cerraba la palma y se apretaba las manos, luego me miro y dijo.

-Sí, ha sido un golpe excelente.

-Gracias- sonreí.

-Ahora vamos con las patadas.

Esta vez fue diferente, logre dar buenos golpes, finalmente mi energía estaba casi al mínimo, pero mi jornada no acababa.

-Creo que sabes golpear, algo aceptable para una chica.- blanquee los ojos con sorna.

-¿Y bien?- le apresure.

-Veamos que tal eres atacando y esquivando.

Regreso a la posición de ataque y me hiso una seña para indicarme que fuera yo quien atacara primero. Me acerque e imite su pose.

-No voy a pelear contigo.- dije para no sonar infantil.

-¿Tienes miedo de golpearme?- pregunto el sonriente.

-No- mentí.

-Vamos Veth- dijo acercándose más, por mi parte yo retrocedí.

-Para de hacer eso- puse mis manos delante del pecho a modo de pedirle que se apartara. Él no me hiso caso y se acercó más, estaba provocándome.

-No Steve, para, hablo en serio- dije exasperada. No me quedaba mucho espacio para seguir retrocediendo, pronto estaría de espalda contra la pared.

Busque una salida, intente salir por la derecha pero él se movió impidiéndome el paso, cuando intente irme por el otro lado volvió a repetir la acción, me bloqueaba el paso y yo me sentí atrapada.

-Entiéndelo- dije cansada- no voy a golpearte.- volví a retroceder y el dio un paso al frente.

- Vamos Veth, no seas gallina.

Sonreí tímidamente y negué con la cabeza.

-Esto de los puños no es lo mío- admití.

El meneo la cabeza y siguió allí frente a mí.

"Solo un golpe y te dejara en paz"- dije para mí misma, cerré mi puño y trate de atacarle por un costado, sin embargo, fue mucho más rápido que yo y esquivo el golpe, contrataco dando un golpe hacia el frente, el cual me había tomado por sorpresa y me hiso retroceder de un brinco, esquivándolo con éxito.

-¡Steve!- exclame levantando las manos a forma de protesta.

-Eres muy rápida ¿Ya te lo habían dicho?

- Listo, creo que ya es tarde...- dije buscando una excusa.

- Creí que la noche era joven.

"¡Genial! Atacada por mis propias palabras"- pensé con sarcasmo mientras que daba otro golpe que le dio en un costado.

-Ahora entiendes la idea- me dijo sonriente. - dirigió un golpe hacia mi costado, esta vez no fui tan rápida y me golpeo levemente en una costilla.

Seguimos así, hasta que seguí retrocediendo, esquivando sus movimientos y evitando la pelea.

Finalmente mire por el rabillo del ojo y note que no me quedaba más espacio para seguir retrocediendo, pues quedaría atrapada entre Steve y la pared.

-Creo que fue suficiente por hoy- dije buscando nuevamente excusas.

-No lo creo- dijo el con un tinte divertido en la voz.

Daré una breve descripción del momento: Yo, un paso atrás. Él, un paso adelante.

El espacio se me acababa y no hallaba la manera de zafarme de la incómoda situación. Estábamos solos, cara a cara, lo único que nos separaba era un paso de distancia. Me hallaba tan abstraída en mi huida que no note que un metro antes de llegar al muro había una colchoneta enorme, parecía un colchón de gimnasia. Yo aún seguía retrocediendo, él avanzando.

-Steve esto es ridículo- dijo como mi último recurso- dejemos esto para después.

-Ya sabes lo que dijo Fury- me lanzo una mirada significativa- no seas complicada.

-No soy complicada, simplemente quiero irme ya, es tarde y...

En ese mismo instante sentí que algo rozo mi pierna y me estremecí, el avanzo y el espacio entre nosotros se redujo significativamente - sin duda alguna tampoco sabía de la presencia de la colchoneta- así que como era de esperarse, a manera de reflejo retrocedí. Inmediatamente, mis pies chocaron con el colchón y mis piernas tambalearon y caí hacia atrás sobre la dura superficie, debido a nuestra cercanía, trate de aferrarme a él pero lo único que logre fue que sus piernas se enredaran con las mías y ambos cayéramos.

Debido a la conmoción y a nuestro fingido combate, ambos estábamos cansado y respirábamos con dificultad, además el peso de Steve sobre mí no me ayudaba mucho, respiraba pausadamente y con fuerza, aun así ninguno de los dos se movía, nos mirábamos fijamente. Saque una mano y la puse sobre su pecho a forma de soporte, pues daba la impresión de que en cualquier momento su peso me aplastaría.

Nos quedamos en la posición unos segundos más, quizá menos, hasta que una voz irrumpió en la sala.

-Capi- escuche decir a Stark- solo he venido por mis cosas. - al parecer estaba buscando a Steve. -¿Cap.?- escuche la voz más cercana.

-¡Wow!- exclamo de la nada Tony- no quería interrumpir- nos lanzó una mirada burlona- los dejo solos.- soltó una carcajada.

-Esto no es lo que parece. - aseguro Steve.

-Es cierto- corrobore de inmediato- tiene una explicación.

-¿Entonces qué es?- se rio- su secreto está a salvo conmigo- dicho esto dio un guiño se retiró tan rápido como vino.

Nos volvimos a mirar y sentí que el rubor subía a mis mejillas, di una palmadita en su pecho para indicarle que se levantara. Rogers capto mi mensaje y se puso de pie rápidamente y me ofreció una mano para ponerme de pie.

-Gracias.- dije con una sonrisilla nerviosa.

-¿Estas bien?- note que al igual que yo estaba avergonzado.

-Sí, no hay problema.

-Creo que ha sido suficiente por hoy- me aseguro sonriente.

-Más que suficiente, diría yo.

Ninguno dijo nada más ni mucho menos hablamos sobre lo que había visto Stark, sin duda, ya encontraría la ocasión para fastidiarnos por eso.

Cuando llegue a mi puerta me dispuse a abrirla, aun así note una mirada sobre mí, gire la cabeza y mis sospechas fueron confirmadas: Rogers, de pie frente a su puerta me miraba esporádicamente. Sonreí conmovida.

-Buenas noches- dije desde mi puerta.

-Duerme bien- respondió desde el otro extremo del pasillo.

Creo que nos miramos durante dos veces más, pues en ambas ocasiones nos pescamos mirándonos el uno al otro, luego volvimos la vista hacia nuestras habitaciones, abrimos la puerta y cada uno se introdujo en su habitación.

Dentro de la habitación suspire y me mordí levemente el labio inferior con la mano aun apoyada en el pomo de la puerta, la mire una vez más y repase los acontecimientos recientes en mi mente, después de eso me quite el uniforme y me introduje entre las sabanas y automáticamente me quede dormida.

Supongo que había sido a la final un buen día, como ya sabía ahora mí tiempo sería un vaivén de la oficina al entrenamiento, del entrenamiento a casa y de casa al trabajo. Una rutina muy agotadora y estructurada, muy diferente a la que estaba acostumbrada, así que era momento de hacer pequeños cambios para lograr ser una agente, además que mi entrenamiento seria contante y se llevaría a cabo en un espacio de tiempo muy reducido.

En pocas palabras: ¡es la hora de entrenar!

Que inicie la cuenta regresiva...


Hola, lamento no haber subido capítulos antes. Espero poder hacerlo continuamente ahora en adelante . Como siempre mis mas sinceros agradecimientos por leer y por votar. Me gusta mucho saber que opiniones tienen acerca de la historia.

Espero les guste.

nos leemos en otro capítulo :)

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