Capitulo 4: Un encuentro inesperado.
Llegue a casa en taxi, aunque solo fuerzan unas cuatro manzanas, el conductor me cobro la tarifa completa, maso menos 10 dólares, no recuerdo bien. Me enfurecí, pero no tenía tiempo para pelear, tenía trabajo y maso menos 12 horas para realizarlo.
Entre a casa como una ráfaga.
Tome mi cuaderno de notas, conecte el teléfono al parlante, me senté en el escritorio mientras ponía a hacer un cappuccino.
"Buenos días, bienvenidos a la conferencia de la energía autosustentable de la torre Stark y el futuro de Nueva York..."- decía la voz de Stark al inicio de la conferencia. Seguí escuchando.
Inicie a tomar notas detalladas de lo que decía, como:
"La energía solar, nuclear... ya sabemos sobre estas cosas pero ¿Qué sucedería si volvemos al uso de la energía hidroeléctrica y la fusionamos con la solar? Obtendríamos luz, electricidad, no solo para lujosas torres sino para toda una ciudad, para el mundo..."
- Así que esto es de lo que me perdí- dije en voz alta antes de dar un sorbo a mi cappuccino.
"La torre trabaja con un reactor solar ubicado en la cima de la torre y otro procesador hidroeléctrico, ubicado en el East River y puede mantenerse en función hasta unos 20 años y más " - decía la voz de Stark a través del parlante, tome nota.
Seguí un buen rato así, escuchando la entrevista, haciendo notas y tomando cappuccino. Por poco me gana el sueño pero había trabajo pendiente.
Pronto llegue a la parte de las preguntas realizadas por la prensa, cuando escuche la parte de la grabación en la que Stark me preguntaba si deseaba hacerle preguntas, sentí el rubor subir a mis mejillas, pensé en adelantar la grabación un poco, pero escuche algo, que en medio de mi vergüenza había ignorado por completo.
"- Señor Stark, con respecto a la torre todo esta aclarado- dijo una voz femenina - pero... ¿podría aclararme que pasara con el proyecto VENGADORES?"
A lo que Stark respondió.
"- Señorita, lamento decirle que eso no es de mi conocimiento por tanto, no puedo darle respuesta"
La pregunta de la chica me intrigaba demasiado, era cierto, Tony Stark era el famoso Iron Man.
Seguí escuchando.
“Con respecto a la pregunta anterior, señor Stark, ¿Por qué Iron man no ha hecho aparición pública desde hace meses?"
Con diplomacia Stark respondió.
"- Es algo que no puedo responderle, simplemente, se acabaron esta clase de preguntas, si no, pueden retirarse. No hablare sobre el proyecto vengadores, ni sobre el regreso de Iron Man a las calles de Manhattan"
Ante esas palabras quede atónita, me picaba la curiosidad saber cómo Stark había reaccionado, cuando meses antes amaba que le entrevistaran para hablar sobre su doble vida.
Media hora más tarde había iniciado a escribir mi artículo con el encabezado de:" Stark: multimillonario, empresario y Iron Man".
Había iniciado el artículo narrando sobre los planes que tenía Stark sobre la torre, la forma en que obtenía energía, etc. Los planes de la compañía a futuro y demás cosas que había que resaltar de la rueda de prensa, por último, di paso a una pequeña crítica acerca de la inseguridad y la desaparición de Iron man, además de un pequeño comentario sobre los vengadores.
“en estos días de oscuridad es cuando la ciudad necesita héroes, así que personalmente me agradaría no solo el regreso de Iron man, es decir, de Stark, sino de todos los vengadores para regresar la seguridad. De ahí es la pregunta en general, la cuestión que todos los neoyorquinos nos hacemos, que todo el país se hace: ¿DÓNDE ESTAN LOS VENGADORES?"
Con esa pregunta había cerrado el artículo, estaba satisfecha con mi trabajo, le envié el artículo a mi jefe y con un gran alivio cerré el portátil.
Tomé el móvil y como aún no era tan tarde le marqué a Lucy.
-¿Qué hay?- contestó Zac.
-¿Zac?- pregunte confusa. – perdona, creí que este era el número de Lucy.
- Estas en lo cierto linda. – contesto Zac. - ¿Qué haces? ¡Dame mi teléfono! – chillo una voz femenina al fondo, era Lucy.
- Hola Vero- saludo Lucy.
- Tex, ¿Qué hace Zac con tu teléfono?
- Una larga y estúpida historia, luego te pongo al día ¿Cómo te fue?
- Estupendo, no puedo entrar en detalles aún, pero, envié el artículo para la publicación de mañana.
- eso es maravilloso- respondió ella al otro lado de la línea.
- es esa la razón por la que quería invitarlos a celebrar en mi casa.
- ¡Estupenda idea! – Grito Zac al otro lado de la línea- por eso eres mi favorita.
Me reí.
-Bueno iré a comprar algunas cosas, los veo aquí a las nueve.
- Hasta entonces.
Salí de casa con el abrigo y la capucha, estaba helando. Camine por las calles hasta llegar al supermercado. Entre y retire la capucha y me dirigí hacia el congelador para agarrar unas cervezas.
Allí lo vi, era un tipo alto, rubio, ojos azules, llevaba una sudadera un poco desgastada, pero se veía muy sexy. Le mire por un rato y mis ojos se abrieron de golpe, era el mismo chico del metro.
Preocupada por mi aspecto, corrí a una nevera y en el cristal me vi reflejada, todo estaba en orden excepto por un flequillo rebelde que puse detrás de mi oreja, cuando mire nuevamente mi reflejo, note que no estaba sola.
-Disculpa ¿puedes pasarme una Coca- Cola?- pregunto él.
Nerviosa asentí, abrí la nevera y tome la bebida, estaba helada y un poco resbalosa. La botella termino por zafarse de mi mano y cayendo en el suelo.
-Lo siento- me disculpe mientras me agachaba para recogerla
- No hay problema- respondió él, haciendo lo mismo.
-A veces soy un poco torpe. – me reí nerviosamente.
- tu rostro se me hace conocido.
-ah ¿sí?-pregunte fingiendo ingenuidad.
- Sí, ya sé dónde te vi, esta mañana en el metro.
- ¿en serio? No recuerdo haberte visto.- mentí.
- fue una lástima no poder hablar. Pero aquí estamos nuevamente.- dijo poniéndose en pie y extendiéndome una mano que con gusto acepte.
- las cosas del destino- dije restándole importancia, aunque por dentro mi mente gritaba de alegría, se había acordado. Era una niñada, pero por otro lado lo maldecía, esa mañana había estado en uno de mis peores momentos.
- No creo mucho en el destino, no soy supersticioso.
- Ni yo- dije incorporándome y tomando una caja de cerveza de la nevera.
- Con dos encuentros como estos, creo que es justo saber tu nombre.
- Verónica y ¿el tuyo?- cerré la nevera y me gire para mirarlo a los ojos.
- Steve- respondió el extendiéndome con gentileza la mano.
Estreche su mano y sonreí, escuche que mi móvil sonaba en mi bolsillo.
-Disculpa- dije sacándolo de mi bolsillo para contestar.
- Creo que nos veremos en otra ocasión- dijo sonriente y se marchó.
- espera- dije, pero ya era demasiado tarde, ya había pagado y salía del almacén.
Mire la pantalla y vi en nombre que aparecía en ella. Jack. Puse los ojos en blanco y conteste de mala gana.
-Más vale que tengas una buena razón para llamar- dije furiosa.
-¿interrumpí algo?- pregunto el con picardía.
-No- bufe- habla.
-Me han informado que harás una fiesta esta noche. ¿Es eso cierto?
- Si.
-¡Perfecto! ¿Max y yo podemos invitar a unos amigos?
-Claro ¿Por qué no?- dije sarcástica al saber que se tría entre manos.
- ¡Estupendo! Te veo más tarde Vero. – dijo colgando.
- ¡No!, espera- pero ya había colgado.
“Mierda” pensé mientras tomaba un paquete de papas en mis manos. Me dirigí a la caja y sonreí recordando el encuentro con el chico del metro ¿Cómo es que se llamaba?
“¿Esteban, Steven? ¿Steve? ¡Steve! ¡Claro!” pensé sonriendo nuevamente.
-Son dos con noventa nueve- la voz de la cajera me sacó de mi ensoñación.
-Aquí está- dije entregándole el dinero y saliendo de la tienda.
Acababa de ver al tipo más Sexy que se me había acercado en un mes y ahora acababa de irse sin dejar rastro, observe a ambos lados esperando verlo para pedirle su número, pero no lo vi. Con un largo suspiro tome los paquetes y me dirigí a casa.
Mientras caminaba sentía que alguien me seguía, pero cada vez que volteaba para sesiorarme de que estaba a salvo no veía a nadie, no obstante, estaba nerviosa.
Avance una cuadra más y cruce la calle, desesperada me gire y vi a un hombre alto con una capucha y cazadora negra que me seguía, asustada, inicie a caminar más rápido y a mis espaldas escuche un andar más afanado, era oficial, me estaban siguiendo.
En medio de la carrera el móvil sonó, di un respingo y lo ignore, si iban a robarme, lo más inteligente era no sacar el móvil. Seguí andando pero la insistencia del teléfono me volvía loca, además mi timbre no ayudaba. “Losing my religion” de R.E.M, sonaba con insistencia.
Apresuradamente entre en una cigarrería y conteste.
-¿Lucy?- pregunte fatigada.
-Sí, Veht ¿Qué pasa?
- Creo que un tipo me está siguiendo- dije en voz baja.
-¿Dónde estás?- pregunto ella con alarma.
- En la novena, en una cigarrería, cerca de casa.
- no te muevas ya vamos para allá.
Guarde el móvil en mi abrigo y observe al Mazda negro de Zac estacionado frente al local, salí de allí y me subí al auto.
-¿Estas bien?- pregunto Zac.
- Sí. Lo siento chicos.
- No hay problema- respondió Zac poniendo el auto en marcha- veníamos para tu casa.
No dijimos nada más, sin embargo, volví la cabeza y observe que el tipo se alejaba. Suspire aliviada.
Cuando llegue a casa deje las compras en la cocina y les pedí los demás que me ayudaran a organizar la casa para la fiesta.
Ambos me miraron asombrados.
-¿qué? Fueron Max y Jack los de la idea.
-Así que tan bien te fue- dedujo Lucy.
-Digamos que sí.
Cuando ya todo estaba listo escuche el timbre, la fiesta había iniciado.
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