Capítulo 31: Mi primer día.
Las palabras de Steve habían hecho que algo dentro de mí protestara ¿Por qué decía aquello? ¿Acaso me detestaba tanto como para negarse a entrenarme? O ¿me creía tan incapaz de poder hacer algo que estuviera a su altura?
Estaba molesta, dolida, no porque se negara a aceptar mis decisiones sino por lo que estaba pensando que era: una inútil.
Llegue a la oficina y me tumbe en la silla, abrí el ordenador con pereza y observe un poco lo que debía arreglar del artículo, todo iba de lo más corriente, para mi desgracia, pues no hacía más que darle vueltas a mis problemas.
Llego la hora del almuerzo y salí como una disparada de allí, llegue antes que los demás a la cafetería y me senté a esperar, mi teléfono vibro y lo observe, era un mensaje de Sam, decía:
“¡Hey Veth! ¿Podrías decirle a Mike que ya voy para allá?”
Fin del mensaje.
Fruncí el ceño y me quede mirando la pantalla, pensé en responderle y tratar de entablar una conversación, como antes, sin embargo, me detuve antes de enviar el mensaje.
Estaba observando algunas cosas en el móvil cuando una voz me sobresalto.
-¿Verónica?
Di un respingo y levante la cabeza.
-¿si?
-¿Qué haces aquí?
- ¡Clint! Hola.
-Creí que aún estaban en el trabajo fui a buscar a Nat…- se corrigió- a Lucy pero me dijo que aún estaba en la oficina.
-Ah, sí, decidí salir un poco antes, no podía soportar seguir allí.
- Entiendo, por cierto, bienvenida.
Alce las cejas, no sabía de qué hablaba.
-Ya sabes de que hablo, sobre esta mañana. Tu respuesta fue un si ¿es cierto?
- Ah- exclame entendiéndolo todo- sí, acepte.
- Así que te veré seguido.- sonrió tomando asiento.
-Sí, aunque para desgracia de muchos- voltee los ojos.
- Ya verás que al gruñón Rogers se le pasa- aseguro llamando al mesero- ¿quieres comer algo?
Negué con la cabeza.
-Yo sí, muero de hambre.- me reí.
- así que hoy tienen el día libre… Tú y Lucy, quiero decir.
-Algo así, debemos mirar algo para el departamento, un cuadro o algo por el estilo.- respondió.
- Sin duda que son la parejita más rara.- comente desplomándome en mi asiento.
- ¿Parejita?- pregunto el mientras sacaba el móvil de la chaqueta.
- Sí Nat y tú son pareja ¿No?
- Es complicado…- hizo una pausa justo cuando la puerta del local se abría y allí entraban en romería los chicos y Lucy.
- Hola Clint- saludo Lucy acercándose a él. Para sorpresa de todos, el saludo fue bastante formal, nada de besos o abrazos. Me levante algo incomoda ante la mirada de todos.
- ¡Por fin te encontramos!- exclamó Zac.
- Estuve todo el día en mi cubículo. Por cierto, Sam me escribió, que viene en camino.
- Perfecto, gracias linda- sonrió contento. Algo se traía entre manos, sin duda.
Cuando juntamos las mesas en la cafetería y todos tuvimos un puesto asignado tomamos asiento, no me sorprendió que por “casualidad” el asiento de Sam estuviese junto al mío.
-¿Puedes explicar a que se viene tanto alboroto Jack?- inquirió Lucy.
- Ya verán.
Suspire, me sentía como una mosquita muerta y en esos momentos deseaba ser la persona más asocial del mundo.
-Lamento llegar tarde- Saludo Sam uniéndose a la conversación.
Al sentarse a mi lado arrugue la nariz al notar un olor poco usual en él.
-“flores primaverales” – pensé observándole sin cuidado, pronto lo entendí, llevaba puesto el abrigo que había usado el día que estuvo en mi casa, de hecho, el ultimo día que nos vimos.
- Que rico hueles- comente cínicamente.
-Gracias, regalo de mi novia- me hizo un guiño que me arranco una sonrisa inesperada.
- Como te lo dije, todos pensaran que ella tiene buen gusto.- ambos reímos.
Cuando terminamos de reírnos todos en la mesa guardaban silencio, un silencio que término volviéndose incómodo.
-¿Qué pasa?- pregunte mirándoles con expresión divertida.
- Simplemente no queríamos interrumpir su charla- soltó Max con picardía.
Me ruborice, no había tomado en cuenta el volumen de mi voz. No obstante, Sam lo recordaba tan bien como yo.
-¿Quieres oler?- dijo Sam restando importancia al asunto.
- Quizás luego- se burló Jack - no quiero que se me pegue el hedor.
Carcajadas y mi mirada en un punto fijo.
Después de eso todo siguió su curso, de vez en cuando pescaba a Sam observándome distraídamente o viceversa, lo que me ponía en ridículo frente e mis amigos que no paraban de bromear.
En conclusión Jack nos tenía a todos reunidos para invitarnos a la cena de citas dobles de la que había hablado el otro día, todos aceptaron gustosos, aunque no recibí ninguna invitación por parte de los chicos o de Sam.
Finalmente regrese a casa. Llame a mi hermana y le dije que probablemente tendría un aumento de salario en el trabajo, que podía decirle a papa que el dinero no tardaría en llegar. Hablamos hasta que me quede dormida.
A la mañna siguiente:
La alarma programada la noche anterior sonaba con insistencia, hasta que logro irritarme. Seguí mi rutina matutina y me dirigí a S.H.I.E.L.D. para mi instrucción.
Una vez en la vieja fábrica entre en ella, sintiendo el típico escalofrió de bienvenida, la única diferencia fue que esta vez, Fury me esperaba a la entrada.
-Buen día- me saludo.
-Buenos días- salude con ánimos renovados, estaba ansiosa por empezar.
- Está ansiosa por lo que veo.
-Lo estoy- admití.
- Primero acompáñeme hay ciertas cosas que debe saber.- dio media vuelta y se introdujo por la enorme puerta de entrada.
Le seguí y me adelante hasta quedar a su alcance.
Cuando llegamos a su oficina inicioa hablar. Me recordó a los profesores de la secundaria en el primer día de clase.
-Mi nombre es Nick Fury y como ya sabe S.H.I.E.L.D es la organización a mi cargo, o bueno, lo que queda de ella; tambien el líder del grupo vengadores. Como agente iniciara a recibir un entrenamiento de inteligencia especial, del cual se encargara la agente Romanoff. El agente Barton será el encargado de enseñarle el manejo de armas y el Capitán Rogers, bueno ya le explicara él personalmente.
Asentí ¿qué podía decir?
-Tendrá una habitación aquí en las instalaciones en la zona A…
Fury siguió con su explicación de cómo debía manejar la discreción y otras advertencias útiles y demás cosas por el estilo, aunque yo me sentía un poco fuera de cuadro, ¿para qué me sería útil manejar un arma cuando seguiría con mi vida de civil? En fin…
-Por último, como usted lo ha solicitado obtendrá un salario mayor al que recibe actualmente, para ayuda de su familia.
- Muchas gracias.- sonreí agradecida.
- Creo que eso era todo. Acompáñeme al laboratorio allí conocerá a todo el equipo.
-Perfecto.
Bajamos por el ascensor y llegamos a un nivel que ya había conocido antes, el mismo donde se hallaba el salón de armas, entramos al laboratorio y efectivamente allí se encontraban todos, la mayoría eran caras conocidas.
-Con que aceptaste ¿eh? – pregunto Tony.
-Exactamente señor Stark.
- Señorita Mcgouth le presento al equipo, los vengadores. – la voz de Fury interrumpió nuestra improvisada charla.
Como lo había dicho allí había rostros conocidos, Tony, Steve, Nat y Clint. Aun así junto a ellos se hallaban otros personajes bastantes singulares.
-la mayoría ya los conoce, como los agentes Barton y Romanof, al igual que al señor Stark y el Capitán Rogers.
- Ciertamente.
- Bien. Le presento a Thor- el hombre al escuchar su nombre se acercó a nosotros, era un tipo bonachón, alto, de ojos celestes, y cabello rubio, largo, para ser precisa. Tomo mi mano, que entre las suyas parecía la de una muñequita de plástico.
- Un gusto conocerla- dijo agachando la cabeza.
- El gusto es mío.
Fury, haciendo caso omiso a su alrededor siguió con su presentación.
-este es el doctor Bruce Banner.
-Mucho gusto- dije animadamente- leí sobre usted cuando tuve que hacer un reportaje sobre la salud en la India.
-¿Solo eso?- inquirio el hombre de mediana estatura y pelo oscuro.
- Sí, su trabajo allí fue admirable, salvo muchas vidas- conteste confusa.
- Debo retirarme, hasta pronto- dijo Fury y acto seguido, se marchó.
- Creo que ahora ya conoces a todo el equipo.- dijo Nat a mis espaldas, me gire. – sabía que ibas a aceptar. –me abrazo.
- Si y yo- me reí- ¿Bueno ahora que hacemos?
- Eres la novata aquí- dijo Stark.
- Vamos no seas duro con ella- intervino Clint- es su primer día. – sonreí.
- ¿por qué no la llevas a su habitación Nat?- dijo Clint- las veré más tarde en el simulador- comento con picardía.
- Como mande señor Barton- contesto Lucy sonriente.
-Suerte linda- dijo Stark al tiempo en que Lucy y yo cruzábamos la puerta.
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