
Capítulo 82 •💘
Leer cap anterior...
💘2/2💘
Cuando finalmente pudieron hallar la estación de policías en la cual estaba Taehyung, el sol ya encontraba dando sus primeros indicios de aparecer en el cielo.
—¿Cómo fue que llegó aquí? —preguntó Yoongi, observando la pequeña comisaria apartada.
—No lo sé, y por ahora no quiero calentar mi cabeza pensando al respecto —suspiró quitándose el cinturón de seguridad—. Creí que diciéndole a Jungkook dónde estaría, podría evitar que se metiera en problemas —se quejó.
—Tu amigo en sí es un problema andante —resopló Yoongi y Jimin no pudo argumentar contra de ello.
—Espérame aquí, ¿sí? Si Tae nos ve juntos, capaz que ni quiera salir de la comisaría —pidió observándole.
Aunque con el tiempo que habían tardado en llegar, esperaba la borrachera de su mejor amigo hubiera bajado un poco.
—Vi que una cafetería estaba abriendo, conseguiré nuestro desayuno y volveré, pero si veo que aún no has salido, entraré —advirtió su pareja.
—Hecho —aceptó el pelinegro—. Ven aquí —llamó inclinándose más cerca para besarle castamente—. No tardo —prometió alejándose, sin necesidad de indicarle lo que tomaría, ya que su hombre lo sabía a la perfección a esas alturas.
Bajándose del auto, Jimin subió los escalones de la entrada y entró en la comisaria para ir directamente al mesón.
—Mi amigo fue traído hace unas horas, Kim Taehyung —expresó al joven hombre detrás del escritorio.
—Por ese pasillo a la izquierda, encontrarás a los policías de turnos y la zona de detención —indicó el hombre.
Agradeciendo, Jimin se alejó siguiendo las indicaciones y llegó a una sala abierta con una fila de escritorios y unos cuerpos dormitando sobre estos.
—Disculpen, vengo a buscar a mi amigo —anunció deteniéndose en la entrada.
—Nombre —preguntó alguien, levantándose de su escritorio y estirando sus brazos sobre su cuerpo.
—Kim Taehyung. Rubio, más alto que yo, chaqueta de cuero y seguramente una bandana en su cabeza —describió—. También está algo loco y le gusta llamar a las personas por sobrenombres de comida dulce.
—Ah, ya sé de quién hablas —anunció la policía—. Kyun, es tu caso —gritó despertando a un hombre mayor—. Él te ayudará —indicó con una suave sonrisa antes de volver a acomodarse sobre el escritorio a dormir.
Agradeciendo, Jimin observó al hombre mayor bostezar largamente antes de finalmente levantarse de su escritorio.
—¿Por quién vienes? —preguntó, golpeando con su puño uno de sus hombros.
—Kim Taehyung, rubio, alto, chaqueta de cuero y sobrenombres de dulces —repitió Jimin.
—Ya sé de quién me hablas —suspiró—. Sígueme —ordenó, pasando por al lado del hermoso pelinegro.
—¿Puedo saber por qué fue detenido? —preguntó, comenzando su caminar con él, saliendo de la sala.
—Él y su amigo causaron disturbios en un club —respondió.
—¿Su amigo? —repitió y de pronto recordó a Jungkook.
Realmente, nunca pasó por su cabeza que Jeon también podría haber terminado detenido, pero si estaba con Tae... Era obvio que se iba a ver involucrado.
—Sí, nunca había tenido que intervenir en una pelea de amantes tan... Intensa, no sabía si discutían o si se estaban declarando —negó y se detuvo—. ¿Te vas a llevar solo uno o los dos? —preguntó.
Observando al frente, Jimin contempló a Taehyung durmiendo en una celda y en la otra, un furioso Jungkook muy despierto, se encontraba matando con la mirada a todos los idiotas que intentaban acercarse al dormido rubio de escasa ropa.
—¿En serio, Jungkook? Pensé que serías el más serio en la relación —comentó observándolo.
—Lo sería si realmente estuviéramos en una relación —gruñó—. Y eso no significa que vayas y pongas tus jodidas sucias manos sobre él, porque sigue siendo mío —espeto al idiota que se levantó para ir con toda intención hacia Taehyung tras escuchar sus primeras palabras.
—¿Negó que estaban saliendo? —preguntó alzando ambas cejas con sorpresa.
—Peor, rechazó que en algún momento lo hicimos siquiera, solo fue sexo divertido y caliente —repitió con una sonrisa falsa y un tono totalmente amargo.
—Este idiota —suspiró Jimin, observando a su amigo reprobatoriamente—. Bien, déjame hablar con él, poner su cabeza en orden y vendré por ti —prometió.
—Dile que si me sigue rechazando, finalmente lo terminaré aceptando —expresó con humor oscuro—. Le amo, pero ya me estoy cansando de esperar y rogar por él —pronunció observando sus manos—. Realmente no quiero rendirme con él, Jimin, pero...
—Entiendo —asintió el pelinegro y se acercó a su celda para atravesar los barrotes con una mano y tocar su hombro—. Le diré las verdades a Tae que no quiere escuchar y lo haré entrar en razón.
—No puedes obligarle a quererme —suspiró Jungkook.
—Por favor, este idiota está horriblemente enamorado de ti, tanto, que es por eso que tiene miedo de contarte sus secretos, porque piensa que le puedes romper su corazón —reveló.
—Él me está rompiendo el mío al no confiar en mí —murmuro sin mirarle.
—Y se lo dejaré bien claro ahora mismo, no permitiré que por miedo te pierda cuando eres jodidamente lo mejor que le ha pasado en la vida, nunca lo había visto tan feliz hasta que te conoció —expresó.
—¿Pueden dejar de hablar mierda cursi? —se quejó uno de los detenidos.
—Tú cállate, esto está mejor que la telenovela que ves —indicó el policía que había llevado a Jimin.
—Dame unos minutos —le pidió Jimin a Jeon y este asintió.
Alejándose, el hermoso pelinegro observó al oficial.
—Me llevó a Kim Taehyung —anunció, decidido a hacer entrar en razón a su mejor amigo y darle la felicidad que se merecía bajo un hombre que le amaba con locura, al igual que Min le amaba a él.
—Tienes que pagar una multa —anunció el hombre buscando unas llaves.
—¿Multa porque discutió con su pareja en un lugar público? —cuestionó alzando una ceja.
—Multa porque discutió con su pareja en un lugar público, iniciaron una pelea en el club y lo destruyeron con ello —indicó, abriendo la puerta.
Rodando sus ojos, Jimin observó a Jungkook, quien se encogió de hombros en respuesta.
—Vamos, chico, arriba que vienen por ti —anunció el oficial, sacudiendo a Taehyung para despertarlo.
—No, tío, no quiero ir a la escuela —bufó girando.
—Kim. Tae. Hyung. —advirtió Jimin y su mejor amigo se quejó antes de finalmente sentarse y levantarse del suelo—. Levanta ese culo y ven aquí —ordenó señalando frente a él.
—Ser amable no me lastimará —refunfuñó siguiendo la orden de su amigo.
Saliendo junto al oficial, la mirada del rubio recayó brevemente en Jungkook, pero este en vez de mirarle le ignoró completamente, por lo que siguió en silencio a Jimin.
—¿No sacarás a Jeon? Es el amigo de tu pareja —le recordó Tae al ver que seguían de largo.
—Solo sabía de ti, no traje dinero más que para tu fianza —mintió Jimin y luego le ignoró para arreglar todo el papeleo con el oficial.
—Por favor, espero que la próxima vez que discutas con tu pareja no termines aquí —expresó el hombre mayor a Taehyung una vez todo estuvo listo.
—Está bien, no creo que lo haga —prometió Jimin con una dulce sonrisa antes de salir de ahí con su amigo.
—Y... ¿Estás molesto? —preguntó Taehyung, metiendo sus manos en los bolsillos de su chaqueta abierta, que era lo único que cubría su torso.
¿Dónde había quedado su camiseta o sus zapatos? Quien sabría.
—¿Tú qué crees? —espetó Jimin.
—Diría que sí, pero prefiero pensar que no —suspiró—. Hey, no viniste solo —se quejó al reconocer el auto de Min con alguien adentro.
—Por supuesto que no iba a salir solo en medio de la noche estando embarazado, Tae, Yoongi nunca lo habría permitido ni yo querido —bufó y se detuvo para observarlo—. ¿Por qué quieres arruinar lo tuyo con Jungkook?
—¿Arruinar? Esa es una palabra muy fea, además, lo de nosotros solo era sexo caliente y pervertido —respondió evitando su mirada.
—Lo suyo era mucho más que eso y lo sabes, los dos lo sabemos así que ni siquiera intentes mentirme en la cara —indicó.
—Por favor, no quiero tener un discurso ahora, mi cabeza duele —anunció intentando pasar por su lado.
—Lo siento, pero no nos subiremos hasta que me escuches —declaró deteniéndolo, sosteniendo su antebrazo para ello.
—¿Es necesario hacerlo ahora? —suspiró, Tae, observándolo.
—Sí, porque si te vas de aquí sin Jungkook, lo estarás perdiendo para siempre —anunció—. ¿Eso es realmente lo que quieres? ¿Perder al único hombre que te ama por lo que eres, te sigue en tus juegos y cumple cada uno de tus caprichos y fantasías con gusto? —cuestionó.
—Si me ama cómo dices, no me dejará sin importar lo que le diga —respondió con un suspiro cansado.
—No, te equivocas ahí —indicó Jimin—. Que te ame no significa que está obligado a esperarte hasta que estés listo para dejar los secretos y contarle sobre tu desastrosa familia, de tu madre maltratadora drogadicta internada en el hospital por cáncer, de tus tíos cada uno peor que otro que constantemente te piden dinero o que tienes tantos trabajos para pagar el lugar donde está tu madre —expresó y suspiró observándole con pesar—. Jeon quiere estar ahí para ti cada vez que tienes que enfrentar a cada uno de ellos, pero es difícil cuando no le quieres dejar entrar, TaeTae.
—No puedo dejarle entrar cuando puede asustarse con toda mi mierda y salir de mi vida —exclamó, observándole con dolor.
—Taehyung... —suspiró y tomó su mano—. ¿Por qué ambos terminaron aquí? —cuestionó.
Taehyung arrugó su nariz, observó por un momento el cielo escasamente iluminado y luego suspiró.
—Estaba bebiendo y me pidieron que hiciera un trabajo de stripper, acepté porque sabes que necesito el dinero y entonces Jungkook apareció y me vio con un cliente que no aceptaba un no. Obviamente explotó, me lo sacó de encima y discutimos, luego la cosa aumentó y de un momento a otro todo el club estaba peleando —contó.
—¿Qué fue exactamente lo que te dijo? ¿Te trato de puta o algo?
—No —observó el suelo, mirando sus desnudos pies—. Me preguntó que por qué tenía tantos secretos y cuando le dejaría entrar y eso...
—Te ama, Taehyung, solo le interesas tú y si sigues luchando contra eso, lo perderás —anunció, logrando que le observara.
—¿Qué quieres decir con eso? —cuestionó dudoso.
—¿Tú qué crees? —bufó—. Luchó contigo a cada momento a lo largo de que establecían una relación y acabas de decirle que lo suyo siempre fue sexo y nada más —le recordó—. Si sigues así, habrá un día en el cual le dirás que no y Jeon... Él simplemente no lo volverá intentar —expresó con pesar.
—Pero... Dijiste que me ama —murmuró con dolor.
—Amarte no significa que deba de arrastrarse y dejar de amarse a sí mismo —aclaró—. Las relaciones funcionan cuando ambos lados ponen de su parte, no solo uno —le recordó—. Y creo que es momento de que pongas del tuyo por tu propio bien.
Taehyung observó a su mejor amigo.
—¿Y si solo me lastima?
—¿Y si no lo hace? —alzó una ceja—. Solo mira cuánto tiempo se ha mantenido a tu lado con tus misterios, actitud y trabajos —indicó—. Si no lo tomas ahora, temo que lo perderás para siempre y nuevamente dejarás que sea por culpa de tu familia —expresó.
—Lo intenté una vez antes... —le recordó.
—Sí, con un idiota que no supo apreciarte, por lo que no estaba destinado a ti como Jeon —expresó—. Solo piensa en todo el tiempo que se ha mantenido a tu lado, lo que han vivido juntos —pidió.
Observando el cielo, Taehyung tomó una profunda respiración y luego gritó, golpeando sus mofletes con decisión.
—Bien, si me rompen el corazón, contigo me vendré a quejar Park Jimin —advirtió y se alejó dirigiéndose al auto.
Parándose fuera la puerta del conductor, golpeó la ventanilla y se inclinó cerca una vez Min bajo la ventana.
—Préstame dinero para sacar a mi chico de la cárcel —ordenó.
—¿Por qué lo haría? —preguntó alzando una ceja.
—¿Me quieres toda una vida en tu casa? —cuestionó imitándolo.
—Lo estarás de todas formas —indicó Yoongi.
—¿Quieres que me mude desde hoy?
—Solo no vayas a mi casa a arreglar la mierda entre ustedes y deja de molestar a mi pareja —expresó Yoongi finalmente, entregándole dinero.
—No prometo nada —anunció y se alejó—. Nos vemos mañana Jimin-ah, según cómo me vaya estarás recibiendo mi llamada en alguna hora entre hoy y mañana —expresó dirigiéndose a la comisaría cómo un hombre en una misión.
Negando divertido, Jimin se subió al auto con su pareja y recibió felizmente su café descafeinado.
—Vamos a casa —anunció tomando su mano libre.
—A casa —asintió Yoongi, entrelazando sus dedos.
—Espera, ¿no deberíamos es esperar a que salgan y llevarlos a su casa? —recordó Jimin una vez el auto se puso en movimiento.
—Ya hicimos mucho por ellos viniendo y poniendo en orden su relación, deja que ellos vean esos detalles —bufó su hombre y el hermoso pelinegro no pudo hacer más que reír de acuerdo.
Al menos, estaba feliz por haber puesto en su lugar a su mejor amigo para que no perdiera su propia felicidad.
__________________________________________
Aquí, espero que hayan disfrutados mis copitos 💕
Se les quiere, se me cuidan un montón, un besote y un abrazote 💕
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro