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Capítulo 79 •💘

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Observando la sonrisa de su pareja, quien finalmente se había entusiasmado mientras abría los regalos, Yoongi inmediatamente se alertó cuando Jimin se quedó repentinamente quieto, con su rostro volviéndose pálido.

Entonces, de un momento a otro, saltó de su asiento y salió corriendo, alertando también a los demás.

—¿Q-qué le sucede? —preguntó Ye-Jin, observando sorprendida a su hijo desaparecer en las escaleras.

—Síntomas del embarazo —anunció Yoongi antes de seguir a su pareja.

Entrando en su habitación, Min fue directamente al baño y contempló a su pareja sentado en el suelo, vomitando todo su desayuno.

—Tus rodillas, bebé —indicó Yoongi, volviendo a la habitación para tomar una almohada de la cama.

Entrando otra vez, esperó a que Jimin dejara de vomitar antes de acercarse.

—No es justo, me gustó mi desayuno —se quejó Jimin, tirando de la cadena.

—Siempre podemos volver a comerlo —descartó su pareja, levantándolo un poco para colocar una almohada bajo sus rodillas—. ¿Necesitas que te ayude con algo más? —preguntó, corriendo un mechón negro fuera de su rostro, pasándolo detrás de su oreja.

—¿Podrías calentar algo de agua? —pidió con un suspiro—. Hasta el momento, tomar de ese té extraño que le gusta a Hoseok me ayuda a calmar mi estómago —explicó.

—Está bien, esperaré que dejes de vomitar e iré.

—Puedes ir ahora y así le aseguras a mis padres que no me estoy muriendo aquí —expresó con un pequeño bufido.

—Bueno, con los sonidos que estás haciendo, difícilmente me creerán —indicó.

—No me hagas reír que puedo sentir como... —sin terminar, Jimin volvió a inclinarse sobre el retrete, su espalda arqueándose mientras arrojaba nuevamente sus tripas afuera.

—Iré a prepararte ese té —anunció, acariciando su espalda—. Cuando termines quédate aquí, limpiaré las heridas en tus rodillas —expresó.

En respuesta, solo recibió un movimiento de mano que lo echaba de la habitación.

Soltando un suspiro, Min salió del baño y pronto de la habitación, bajando al primer piso donde la pareja caminaba por toda la sala de estar, inquieta.

—¿Cómo está Minnie? —cuestionó la mujer mayor.

—Bien, solo es el malestar de su embarazo —respondió, internándose a la cocina—. El médico nos advirtió que algunos m-preg pueden sufrir de los malestares mucho más que las mujeres, y Jimin resultó ser uno de ellos —explicó.

—¿Qué médico le está atendiendo? —cuestionó Tae-pyun.

—El doctor Shin es el mejor para los embarazos de m-preg —respondió Yoongi colocando agua a calentarse—. Jimin quería ir a un hospital cualquiera, pero no le dejé —explicó—. Afortunadamente, el médico ha sido de nuestro agrado también y se nota que sabe de lo que habla.

—Eso es bueno —asintió el hombre mayor, como si lo aprobara.

—¿Ya tuvieron una cita con él? —preguntó Ye-Jin.

—Sí, nos explicó cómo sería el embarazo para Jimin y pudimos ver a nuestro hijo en una ecografía —expresó.

—Namjoon mencionó que había una —pronunció la madre de su pareja, sus ojos brillando mientras le observaba.

Buscando su billetera, Yoongi tomó la ecografía y se las mostró a sus suegros, quienes inmediatamente se apoderaron de ella y se arrimaron juntos para observarla.

—Es tan pequeñito —exclamó Ye-Jin.

—¿Cuánto tiene? —preguntó la pareja de esta.

—Ocho semanas —respondió Yoongi, moviéndose para prepararle el té a Jimin—. Pronto está cumpliendo las nueve —expresó orgulloso de ello.

—¿Cada cuánto tienen control? —indagó la mujer mayor.

—Por ahora dos veces al mes hasta que pasemos el primer trimestre, luego de ello será una vez —explicó.

—¿Por qué? ¿Sucede algo en el primer trimestre? —cuestionó su suegro.

—El primer trimestre es más delicado para los padres primerizos m-preg —respondió Jimin entrando en la cocina—. El doctor Shin solo está tomando medidas para ello —explicó.

—¿Delicado? —repitió su madre, siguiéndole con la mirada preocupada.

—Todo bien mientras me cuide evitando estrés y fuerza innecesaria —descartó el pelinegro como si no fuera nada—. Gracias, cariño —expresó acercándose a su pareja una vez su té estuvo listo.

—Eso definitivamente no es bueno —anunció Ye-Jin, logrando que todos la observaran.

—Tal vez no, pero si tengo los cuidados necesarios estaremos bien —indicó Jimin, apoyando su espalda en el pecho de su pareja, quien automáticamente le rodeó con sus brazos—. Y no es como si Yoongi no hubiera tomado las medidas de ello ya, incluso Tae está involucrado en todo el asunto y estoy seguro de que Namjoon también —expresó soplando suavemente sobre la taza.

—No hay nada de que preocuparse, amor —pronunció Tae-pyun, rodeando los hombros de su esposa con un brazo.

—Claro que hay que preocuparse, planear una boda requiere esfuerzo, dedicación y un poco de estrés en la mezcla, si no pregúntale a SeokJin —resopló cruzando sus brazos—. Siendo así, no nos queda de otra más que planear su boda nosotros —declaró.

Y el cuerpo de Jimin instintivamente se tensó contra el de su pareja ante aquella declaración.

—¿Perdón? —pronunció, observando directamente a su madre.

—No es necesario que te preocupes por ese tema —descartó Ye-Jin—. Nosotros nos quedaremos un tiempo para poder ayudarte a planear todo —aseguró sonriente, juntando sus manos con emoción—. No creo que tardemos mucho, debemos de celebrarlo antes de que tu vientre se comience a notar o entonces no podrás usar un traje espectacular como el que...

—No habrá boda, madre—interrumpió Jimin, no con tono cortante, pero sí decidido—. Creo habértelo dicho ayer —le recordó, bebiendo un sorbo de su té tranquilamente.

—Sí, pero en ese momento yo no sabía que estabas embarazado —le recordó, parpadeando.

—¿Y se supone que eso hace una diferencia? —expresó alzando una ceja.

—Bueno, debería, ¿no? —pronunció y observó a su esposo confundida—. ¿Cierto?

Torciendo sus labios, Tae-pyun observó a Jimin de forma suplicante, quien simplemente le sonrió dulcemente.

Lastimosamente, no era de aquella sincera y dulce, sino que más bien se trataba de esa máscara dulce, excesivamente amable y muy falsa que Yoongi conocía a la perfección.

—Tal vez tu madre tenga algo de razón, Jimin-ah —expresó creyendo en esa sonrisa—. Te estaríamos ahorrando un problema, y definitivamente es más fácil encontrar ropa ahora que tu vientre es pequeño.

—¡Ves! —exclamó alegremente Ye-Jin.

—Lo siento —anunció, manteniendo esa sonrisa excesivamente dulce—. Pero que estemos esperando un hijo no hace ninguna diferencia para nosotros —expresó.

—Pero... —balbuceó su madre, confundida—. ¿Temes de lo que digan los demás al saber que estás embarazado antes del matrimonio? —cuestionó.

—El matrimonio no lo es todo en la vida —anunció Yoongi, quien a diferencia de Jimin, no se preocupó de utilizar un tono suave y amable.

Solo fue como siempre en su trabajo, directo, con un borde frío y esa mirada de ¿eres estúpido?

Claro que no tan notorio porque, se trataba de sus suegros después de todo.

—¿Cómo puedes decir eso? —exclamó la mujer y observó a su esposo.

—Lo siento amor, pero no puedes obligar a que tus creencias sean las mismas de los demás —indicó Tae-pyun.

—Pero... Jimin —pronunció, observándolo—. Sabes que una boda es importante.

—No, madre, una boda es importante para ti, pero nunca lo fue para mí —aclaró.

—Nunca me dijiste nada cuando hablábamos de tu propia boda —recordó con expresión dolorosa.

—¿Realmente yo hablaba? —alzó una ceja—. ¿O solo eras tú haciéndolo y yo simplemente escuchando?

—Yo... Yo... —musitó, y luego su mirada viajó hacia Yoongi como si fuera su última opción y la respuesta a todo—. Todo esto es porque no se lo has propuesto, ¿no? —acusó.

Sintiendo el cuerpo de su pareja tensarse completamente, Yoongi le abrazó con más fuerza, volviendo a apoyarlo contra su pecho.

—No, ciertamente no lo he hecho —reconoció.

—Entonces...

—Entonces nada —interrumpió—. No porque usted simplemente haya decidido que debemos de casarnos y tenga la creencia de que si estamos juntos debemos de hacerlo, significa que seguiremos sus deseos sumisamente —anunció solo un poco duro.

—Espera...

—No interrumpas —cortó Jimin a su padrastro, sin mirarle—. Si no estás dispuesto a decirle estas cosas que no son más que verdad, no lo hables cuando otros lo hacen por ti —declaró, observándole.

—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó Ye-Jin, observando entre su esposo e hijo.

—Significa que nadie le había dicho esto solo para mantenerla feliz, pero me ha tocado hacer el papel del hombre cruel que le dirá la verdad —anunció Min tranquilamente.

—¿Verdad?

—Una boda no lo es todo. Casarnos no significa que nos traerá el amor absoluto ni una mierda. Los finales felices no se terminan con una boda ni comienzan así —declaró Yoongi—. Nosotros no nos casaremos simplemente porque usted tenga esa creencia, tampoco puedo decirle que lo haremos algún día, podríamos ser esa clase de pareja que es feliz siendo como es, no lo sabemos, pero sé que nosotros no nos casaremos simplemente para seguir sus deseos, puedo jurarle eso —expresó—. Ahora, muchas gracias por la visita y los regalos, pero me gustaría que se retiren ahora antes de que sigan molestando a mi pareja —pidió, con una clara orden ahí.

—¿Molestando? ¿Realmente crees que estamos haciendo eso? —exclamó Ye-Jin.

—Si Jimin realmente creyera eso, nos lo estaría diciendo directamente —indicó Tae-pyun.

—Oh, pero lo está haciendo —sonrió Yoongi, y luego señaló la sonrisa en el rostro de su pareja—. ¿Ven esto? Si realmente conocieran a su hijo o hubieran pasado el suficiente tiempo a su lado, se habrían dado cuenta de que esta clase de sonrisa extremadamente dulce y amable es la que pone cada vez que está aguantando la mierda de los demás mientras dice todo lo que quiere decir realmente en su mente —expresó, logrando que ambos mayores observaran a Jimin.

—¿Es cierto? —preguntó su madre.

—Lo siento, ¿quieren la respuesta que les hará feliz o no? —preguntó con un dulce tono mientras forzaba más su sonrisa y bebía un sorbo de su té.

—Cómo ven, me gustaría que se retiraran en este momento y se abstuvieran de volver si solo es para seguir molestando a mi pareja con lo mismo —pidió Yoongi, deslizando una mano hacia su vientre—. Debemos de ahorrarle el estrés —les recordó.

Jadeando, Ye-Jin fue finalmente la primera en moverse alejándose de la cocina.

—No se supone que esto sería así —pronunció Tae-pyun.

—Tal vez si no te hubieras concentrado en mimarle en todo, no sería así —pronunció Jimin, borrando su sonrisa—. Deberías de preguntarle a Namjoon y SeokJin si realmente se casaron porque ellos lo querían o ustedes los presionaron —aconsejó.

—¿Qué intentas decir? —frunció el ceño.

—Pregúntele a su hijo —ordenó Yoongi, observándole fríamente.

Observando a la pareja, el hombre mayor finalmente soltó un suspiro y fue detrás de su esposa, apresurándose a salir del departamento.

—Ahora —suspiro Jimin una vez quedaron solos—. Creo que necesito un poco de mimos luego de esta desagradable conversación —pidió, empujando su trasero hacia atrás.

En respuesta, Yoongi le quitó su tasa de té y luego le tomó en brazos para llevarlo hasta el sofá.

—No tendremos sexo caliente, ¿cierto? —preguntó Jimin al ver a su pareja sentarse y acomodarlo a horcajadas en su regazo.

—Creo que deberías de contarme que fue todo esto, ¿no? —expresó, besando ese puchero descontento.

—No es la gran cosa —suspiró.

—¿No es la gran cosa? —alzó una ceja—. Prácticamente acabamos de discutir con tus padres por ello y le dijiste a tu padrastro si no obligó a su propio hijo a casarse solo por seguir los deseos de tu madre —indicó.

—Es que es la verdad —se quejó—. Cuando ellos me hablaron de sus planes de boda, lo hacían en un futuro dentro de uno o dos años donde incluso mencionaban a un bebé, de repente mis padres lo visitan y ¡pum! Boda en menos de un año.

—E intentaban hacer lo mismo con nosotros —comprendió.

—Sí, lastima para mi madre que no estaba dispuesto a seguirle y complacerle en esto —resopló.

—¿Y por qué?

—Porque lo decidí hace tiempo —se encogió de hombros.

—¿Y si yo te pidiera matrimonio? —preguntó, observando con atención cómo el rostro de Jimin se arrugaba con ello.

—Diría que te amo y que no es necesario que lo hagas solo para complacer a mis padres —respondió.

—Pero ¿y si realmente me quiero casar contigo? Se supone que es a lo que llega toda pareja —le recordó.

—Te diría que no debemos de seguir a la multitud —expresó sin mirarlo.

Alzando sus manos, Yoongi capturó el rostro de su pareja y observó esos hermosos ojos verde jade.

—Dime que sucede, bebé, o me estarás obligando a averiguar al respecto con Taehyung —expresó y Jimin soltó un sonidito molesto antes de suspirar y finalmente inclinarse hacia adelante.

—Te odio —refunfuñó, escondiendo su rostro en el cuello de su pareja mientras le rodeaba con sus brazos.

—Lo sé, yo también te amo —le abrazó—. Ahora, cuéntame —ordenó.

Refunfuñando un poco por lo bajo insultos infantiles, Jimin finalmente soltó un suspiro.

—Sabes que mi padre murió cuando yo era joven, ¿cierto? —inició.

—Eso me dijiste —asintió.

—Bueno, mi madre estuvo triste un tiempo antes de finalmente comenzar a buscar el amor otra vez —expresó—. No digo que eso sea malo, pero mi madre era y es un poco soñadora por lo que creía en las palabras bonita que le decían y pedía el matrimonio inmediatamente luego de ello —contó—. Lamentablemente, todo se volvía oscuro luego de ello, y el divorcio era el siguiente paso —explicó—. ¿Cuántas veces crees que sucedió antes de que finalmente conociera al padre de Namjoon?

—¿Dos?

—Cinco —anunció—. Después de mi padre, se casó y divorció cinco veces en un período de tiempo de cinco años —explicó—. Para cuando conoció a Tae-pyun, yo pensé que solo iba a ser más de lo mismo, por lo que traté de no acercarme mucho. Por lo que realmente me sorprendí cuando pasó el año y ellos seguían igual, y para cuando decidieron fomentar su amor viajando, yo me relajé y fue cuando Namjoon decidió tomar el papel de padre y madre conmigo —contó.

—Me sigue molestando un poco esa parte —confesó Yoongi con una mueca.

—Dile eso a Namjoon, les dijo que yo necesitaba su presencia en mi vida, que aún era joven, pero ellos solo le confiaron a él todo —suspiró.

—No estás logrando que vuelva a ser agradable con ellos —se quejó y Jimin soltó una pequeña risa.

—Está bien, hace tiempo superé ese hecho —prometió besando su cuello.

—Entonces, ¿el tema de las bodas y tu desagrado a ellas es por eso? ¿Por tu madre? —preguntó.

—Mi mamá creyó simplemente que besó a muchos sapos antes de encontrar a su príncipe azul, pero yo no soy igual —expresó—. Y si, tal vez le agarre un poquito el desagrado al asistir a tantas bodas, pero no encuentro necesario casarme para encontrar la felicidad, si soy feliz así como estoy ahora me doy por satisfecho —explicó saliendo de su escondite—. Pero que no quiera hacerlo, no significa que te ame menos o que no lo haga, tampoco que nuestro amor no sea real porque ambos sabemos que sí lo es —expresó y le observó con duda—. ¿Estás bien con ello? 

—Por supuesto que estoy bien con ello —declaró Yoongi, besándole—. Cómo le dije a tus padres, el matrimonio no lo es todo, y si nosotros somos felices así, no veo por qué debemos de cambiar esto por ellos —prometió.

—Sabía que te quería por algo —expresó alegremente, besándole con cariño.

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