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Capítulo 72 •💘


Cuando las puertas se abrieron, Hoseok se subió al ascensor y alzó ambas cejas al contemplar a Baekhyun callarse inmediatamente al igual que su amigo.

—¿Sucedió algo? —preguntó curioso mientras apretaba el botón para cerrar las puertas.

—¿Qué no lo sabes? —exclamó el desconocido.

—Es de lo único que se está hablando en toda la empresa —añadió Baekhyun.

Hoseok torció sus labios pensativo, buscando en su mente cualquier razón por la cual el nido de víboras estaba haciendo sonar sus cascabeles.

Pero por más que intentara pensar en una razón, nada llegaba a su mente.

—Es sobre el jefe y Jimin —anunció finalmente Baekhyun, con un resoplido desesperado.

—Ah, ellos —musitó—. ¿Qué sucede con ellos? —preguntó.

—Terminaron su romance —anunció el desconocido.

—Peor que eso —resopló Baekhyun—. Percibí la distancia entre ellos días atrás, luego al día siguiente el señor Min trató peor a Jimin-ah que cuando realmente su relación era solo de trabajo y ayer faltó —expresó.

—No fue el único que faltó, Yoongi también lo hizo —le recordó Hoseok.

—Obviamente no para estar juntos, eso es seguro —resopló el desconocido—. Se dice, que terminaron porque Jimin-sshi intentó amarrar al jefe Min con un bebé —contó.

—¿En serio? —exclamó Bae, frunciendo el ceño—. Me dijiste lo mismo hace un par de días y resultó que Taehyung era el que estaba embarazado —le observó.

—¿Taehyung está embarazado? —repitió Hoseok con sorpresa.

—No —resopló el otro chico—. Obviamente ambos mintieron, Jimin es el que está embarazado y por eso terminaron.

—¿Y tú como sabes eso? —preguntó Hoseok frunciendo el ceño—. ¿Cómo te llamas? —cuestionó.

—Eso explica el comportamiento de Jimin estos días —exclamó Baekhyun aplaudiendo—. Sabía que era extraño que Jimin-ah dejara más de dos veces su puesto por la mañana por nada, seguramente iba al baño a vomitar.

—Se lo merece, se le estaban subiendo los humos últimamente solo porque salía con el jefe —resopló el desconocido.

—De nuevo, ¿quién eres tú? —cuestionó Hoseok.

Pero cuando las puertas del ascensor se abrieron, el joven salió inmediatamente.

—No asustes a mi fuente de chismes —reprochó su amigo.

—Yo que tú no me seguiría juntando con él si no quieres tener problemas, o más importante, perder una verdadera amistad por chismes falsos —indicó saliendo del ascensor.

—¿Qué quieres decir? —preguntó confundido.

—Solo piensa un poco —respondió, alejándose.

Caminando por el pasillo, Hoseok se percató como ese par en el ascensor, no parecía ser el único hablando sobre su amigo, y los idiotas ni siquiera estaban intentando disimular todo murmurando mientras salían de sus oficinas para contemplar a Jimin trabajar en su escritorio.

—Hey, te traje lo que me has pedido —anunció, dejando unos sobres de té en el escritorio.

El rostro del hermoso pelinegro se arrugó totalmente mientras sus ojos observaban sin ánimo dichas bolsitas inofensivas.

—¿Para qué quieres tomar si obviamente lo tuyo no es el té? —preguntó curioso.

—Porque leí que este té es bueno para calmar las náuseas y recordé que tú tomabas de estas cosas —respondió tomando uno junto a su taza antes de levantarse de su escritorio.

—¿Náuseas? ¿Estás enfermo? —cuestionó siguiendo cuando su amigo entró en la oficina del jefe como si nada—. Debiste de ir a mi consultorio para recetarte algo —reprochó.

—No es náuseas porque esté mal del estómago o algo —suspiró colocando el agua a calentar—. Más bien un pequeño ser vivo que no me deja tranquilo teniendo solo un poco más de un mes —se quejó, pero su mano descansaba con ternura sobre su vientre.

—Entonces, ¿el rumor de que estás embarazado es cierto? —exclamó con una sonrisa.

—Alguno que acertaran —bufó divertido, echándole agua a su taza.

—Pues felicidades —exclamó, abrazándole con alegría—. ¿Qué dijo el padre de la criatura? —preguntó.

—Está tan feliz como yo y haciendo planes ya al respecto —resopló divertido—. Saque una hora con un médico y la canceló buscando él mismo uno digno de confianza —contó.

—Suena muy Min Yoongi —se carcajeó.

Jimin le observó curioso.

—¿No piensas que el bebé es de otro? —preguntó.

—¿Por qué haría semejante estupidez? —parpadeo—. Solo hay que verlos para saber que ustedes están juntos, lo dejaron muy claro en el campamento.

—Ni te imaginas los rumores que he escuchado hasta ahora —resopló saliendo de la oficina de su pareja—. Desde que Yoongi me dejó porque intenté amarrarlo a mi lado con el bebé, que descubrió que el bebé no era suyo, que me rechazó y dejó, etc.

—Ah, sí, escuché algunos de camino en el ascensor —recordó.

—Estoy a esto —mostró dos dedos apenas separados—, de dejar de calmar a Yoongi-ah cada vez que escucha uno de esos estúpidos rumores y solo permitir que se desquite con ellos —anunció y bebió un sorbo de su té—. Malo —se quejó y tomó un poco más.

—Deberías de dejar que los ponga en su lugar —indicó su amigo—. Estas víboras no dejan de agitar su cascabel cuando algo les interesa y en este momento solo eres tú y el gran jefe —expresó cruzando sus brazos.

—Lo sé —frunció sus labios—. Hasta Baekhyun fue llevado al lado oscuro —comentó agitando su cabeza—. ¿Puedes creer que le quiso preguntar directamente a Yoongi-ah si habíamos terminado?

—Está un poco cambiado últimamente —suspiró—. Sabía que estaba algo molesto contigo porque no le dijiste inmediatamente que estabas saliendo con el jefe Min, pero esto es algo tonto, y sus nuevas amistades solo... —negó.

—¿Nuevas amistades? —repitió interesado.

—Sí, cuando me subí al ascensor estaban los dos juntos —asintió—. Ni idea de quién era, no le reconocí, pero el idiota no dejaba de hablar cosas malas de ti, poniendo en duda todo para que Bae mordiera el anzuelo —explicó—. Creo que pude haberle asustado un poco y Baekhyun me retó por intimidar a su fuente de chismes.

Una idea apareció en la cabeza de Jimin.

—¿Seguro de que no sabes quién es? —preguntó—. Obviamente alguien en particular está esparciendo rumores maliciosos, pero la vez que intento averiguar al respecto, todo apunta a Baekhyun —explicó.

—Eso no tiene sentido —pronunció Hoseok, confundido—. Por mucho que a Bae le puede gustar el chisme, no es la clase de persona que los iniciaría y mucho menos con malas intenciones.

—Lo sé —asintió—. Por muy molesto que esté conmigo por no haberle dicho de mi relación, nunca lo llevaría para tanto, pero si alguien le está metiendo cosas en la cabeza y hablando en nombre de él...

—Obviamente todo recaería en él —comprendió—. Pero realmente no sé quién era el tipo y sabes que conozco a la mayoría de aquí, es mi deber como su médico —expresó.

—Pero si se bajó aquí debe de trabajar en este piso, ¿no? —pensó, observando al pasillo cuando dejó de sentir las molestas miradas de los demás.

—No necesariamente, bien podría solo haber estado acompañando a Baekhyun y escapó porque le pedí su nombre —explicó—. ¿Sabes qué? Iré directamente con Bae y le preguntaré al respecto —anunció.

—Te agradecería si logras obtener algo, Taehyung no se lleva exactamente muy bien con él como para ir en tu lugar —expresó, dejando su taza en su escritorio y tomando una carpeta en cambio.

A sintiendo, Hoseok se retiró saludando con una sonrisa y movimiento de cejas a Min.

Cuando su pareja se detuvo frente a ellos, Jimin sonrió y le entregó la carpeta.

—Su solicitud para eliminar la regla de no relaciones sentimentales en la empresa ha sido aceptada, señor Min —informó el pelinegro.

Revisándola superficialmente, Yoongi asintió y luego atrajo a su pareja colocando un brazo en su cintura para devorar completamente su boca, reclamándole en el pasillo a la vista de todos los chismosos.

—Gracias joder, ya me estaba aburriendo esto de mantenerme lejos de ti —gruñó sobre sus labios, su mano deslizándose hacia su trasero—. Ahora podré hacerlo cuando quiera y frente a quien quiera —expresó.

—Por favor, como si hubieras tenido problemas antes con ello —resopló divertido, y su pareja sonrió sin negar nada.

—¿Alguna otra queja? —preguntó, separándose un poco para colocar una mano sobre su vientre—. ¿Te ha dado algún problema?

—Por ahora no, solo cuando te fuiste me llevó a dar un paseo al baño —suspiró arrugando su nariz.

—Ya te dije que podías usar el mío —indicó observándole reprobatoriamente—. ¿Algún otro viaje luego de ello?

—Tenía la molestia, pero esto me ha calmado un poco —explicó, señalando su taza no muy feliz—. ¿Ya te dije que no soy fan del té? —refunfuñó.

—Te conseguiré algo mejor —prometió, picoteando sus labios antes de finalmente alejarse—. Necesito esos documentos que te encargue antes de salir, bebé —pidió—. Pronto comenzará la reunión.

—Los tengo casi listo —prometió alejándose para volver detrás de su escritorio.

Asintiendo, Yoongi observó al pasillo y solo bastó una mueca en sus labios para que todos se movieran perdiéndose en su oficina, huyendo como los cobardes que eran.

—¿Alguien...?

—Reunión importante, Yoongi-ah —le recordó su pareja—. Ignora a los idiotas que no valoran su vida —pidió observándole con esos hermosos ojos verde jade.

—Bien, pero es la última vez que lo haré —advirtió antes de entrar a su oficina, dejando una de las puertas abiertas para poder contemplar a su pareja.

Observando aquello, Jimin sonrió visiblemente y tomó su taza para beber un sorbo de su té.

Sabiendo perfectamente que lo estaban mirando, observó a los curiosos en el pasillo y les sonrió con superioridad, antes de mover sus labios ordenándoles trabajar.

Cuando todos se movieron nuevamente, esta vez desapareciendo definitivamente, Jimin se relajó en su silla terminando los papeles que le había pedido su pareja.

Levantándose de su escritorio, su mirada instintivamente fue hacia el pasillo cuando escuchó el ascensor, y entonces contempló a la bruja aparecer con su dulce rostro falso y la molestia emanando de su cuerpo.

Oh, y cuando esos malvados ojos se posaron en él, casi pareció que la molestia quería explotar de su cuerpo mientras caminaba directamente hacia Jimin, con sus zapatos haciendo un sonido fuerte antes sus pisadas.

—Todo es tu maldita culpa —exclamó, alzando su mano.

Retrocediendo, Jimin fácilmente esquivo la abofeteada de la bruja y le observó con sorpresa.

—Señora Min, este no es un comportamiento justo con uno de sus empleados —exclamó—. Si sigue con sus amenazas, acoso y golpes, no me quedará de otra que demandarla —anuncio.

—¿Demandar? —chilló—. Yo soy quien te demandará a ti por arruinar malditamente todo, estúpida perra —gritó e intentó ir por Jimin.

Un brazo en la cintura apareció repentinamente alrededor de Jimin, sacándolo del camino eficazmente para quedar apoyado en un firme pecho conocido.

Escuchando gritos indignados, el pelinegro sonrió sin poder ocultarlo al contemplar a la bruja levantándose de su escritorio con el cual había chocado inevitablemente.

—¿Qué clase de comportamiento infantil es este? —cuestionó Yoongi fríamente—. ¿Quieres acaso de que llame a los guardias para que te saquen de aquí?

—No puedes malditamente echarme de aquí, es mi maldita empresa —gruñó su madre.

—Una parte es tuya, otra de la abuela, una mía y el resto de otros inversionistas—le recordó Yoongi—. Y desde que estás en mi piso, interrumpiendo mi trabajo y amenazando a un empleado importante, puedo hacerlo —anunció.

—¿Empleado importante? —exclamó con burla—. Solo di que es tu perra para joder, y desde que las relaciones están prohibidas, tengo todo el derecho del mundo a despedirlo —declaró con una sonrisa.

—Nop, no lo tiene —anunció Jimin—. Esa regla ha sido quitada, por lo que prácticamente nosotros no estamos haciendo nada malo —argumentó y le sonrió dulcemente molestoso y arrogante, que molestó totalmente a la madre de Yoongi.

—No te conviene causar disturbios, madre, la reunión comenzará pronto y tu presencia fue solicitada también —le recordó Yoongi—. No me gustaría explicar a toda la directiva la razón por la cual tuve que echarte —expresó.

—¡Ustedes! —exclamó, indignada.

—La reunión —sonrió su hijo.

Apretando sus labios con molestia, Nara soltó un sonido frustrado y luego pisoteo el suelo para finalmente comenzar a arreglar su ropa.

—Vamos ahora —anunció, como si nada hubiera pasado—. No sé por qué la bruja de tu abuela ha solicitado una reunión, pero mientras terminemos con esto antes, mejor, tengo planes que hacer —expresó.

—Como averiguar cómo seguir chantajeándote —murmuró Jimin.

—¿Qué dijiste? —gruñó la mujer.

—¿He dicho algo? —exclamó el pelinegro con grandes ojos llenos de inocencia.

—Vamos —anunció Yoongi, conteniendo su sonrisa mientras tomaba la mano de su pareja.

—Espera, ¿piensas llevar esa cosa? —cuestionó su madre.

—Es una persona que se llama Park Jimin, quien es mi pareja y el padre de mi bebé, por lo que sería mejor que comiences a llamarlo como tal —indicó duramente—. Y sí, irá con nosotros no solo porque es mi pareja, sino que también mi perfecto asistente —le recordó y pasó por al lado de ella tomado de la mano con Jimin, dejando atrás a su madre.

—No puedo esperar a ver qué es lo que ha preparado tu abuela —comentó Jimin en voz baja.

—Tú y yo —respondió su pareja, dirigiéndolos a la sala de juntas.

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