
Capítulo 68 •💘
Min Yoongi tenía un mal presentimiento.
Y no se trataba precisamente porque su pareja se encontraba enojado con él, lo cual sería con justa razón considerando todo.
Pero...
Temía un poco de lo que sea que su madre y Yu-ri podrían haberle dicho.
Especialmente de lo que podría haber hecho su madre.
Estúpidamente pensó que con lo que dijo en su oficina, había dejado a Jimin fuera de todo, pero considerando lo que escuchó en el despacho de su madre...
Obviamente ella no lo dejaría solo así.
Maldiciendo por lo bajo, Yoongi observó con resentimiento los números del ascensor cambiar lentamente, casi sentía que incluso estaba avanzando más lento de lo habitual a pesar de que sabía que no era así.
Frustrado, Min golpeó repetidas veces el botón que lo llevaría al piso de su pareja, casi como si con aquello le ayudaría a ir más rápido.
—Gracias mierda —murmuró cuando finalmente el cuadrado metálico se detuvo y las puertas se abrieron con un sonido.
Bajándose rápidamente del ascensor, Yoongi se dirigió hacia el departamento de Jimin con paso apresurado.
Al contemplar a la distancia la puerta entreabierta, el mal presentimiento empeoró, recorriendo toda su espalda y concentrándose en su nuca.
De pronto, las palabras de su madre llegaron a su mente.
"Ya me he encargado de eso" había anunciado con satisfacción malvada.
Apresurándose al escuchar ruidos extraños provenientes del interior, Min observó a su pareja en el suelo y contempló al idiota de su vecino sobre él.
—Mierda, no —exclamó, y lo agarró por la parte trasera de su cuello para tirarle con fuerza hacia atrás, al mismo tiempo en que Jimin lo empujaba con un pie en su abdomen, logrando que se estrellara con fuerza en la pared.
Observando a Jimin, Yoongi realmente gruñó el verle con un golpe en su mejilla y su ropa desarreglada.
Cualquier otro idiota, probablemente habría malentendido la situación, pero no Yoongi.
La expresión en el rostro de su pareja le había dicho todo lo que necesitaba saber.
Furioso, observó al idiota que se atrevió a tocar a su pareja y agarró con una mano firme su cabello para asestarle dos buenos golpes firmes y duros, uno en su mandíbula y otro en la boca de su estómago, logrando quitarle todo el aliento.
—Nadie toca a mi pareja, ¿entendiste? —exclamó, tirando de su cabello para obligarle a observarle—. Él es mío —declaró.
—¿Tuyo? —se burló con gesto doloroso—. Él me lo estaba pidiendo en primer lugar, Jimin es quien me busca todo el tiempo, en mi trabajo, en mi casa, y en mi cama —sonrió.
—Asquerosa mierda mentirosa —gruñó Jimin, enderezándose lentamente.
—Oh, bebé, no es necesario seguir manteniendo nuestra relación en secreto —le observó—. No cuando probablemente ya estés embarazado de todas las veces que me pediste hacértelo duro y sin protección —lamió sus labios, y un profundo quejido de dolor se le escapó cuando Yoongi le volvió a golpear firme y despiadado.
Consiguiendo un satisfactorio crujido cuando golpeó su nariz, logrando que HyoSang aullara de dolor.
—Vuelve a observar y hablarle así a mi pareja, y una nariz rota será lo último de lo que te preocuparás —amenazó, golpeando suavemente su mejilla hinchada repetidas veces antes de enderezarse y alejarse.
Volteando hacia su pareja, Yoongi se inclinó queriendo ayudarle a levantarse del suelo.
—¡Detrás de ti! —advirtió Jimin observándole con esos hermosos ojos verde jade preocupado.
Dándose vuelta rápidamente con su brazo alzado, Min aprovechó el impulso y golpeó su puño otra vez en la mandíbula del idiota, mandándole directo al suelo está vez.
—Saco de mierda insistente —reprochó Yoongi, ordenando su chaqueta antes de darse vuelta y ayudar a su pareja a levantarse del suelo.
Simplemente apoderándose de su cintura para alzarlo fácilmente, sorprendiendo solo un poco a Jimin.
—¿Estás bien? —preguntó, con sus ojos recorriendo cada centímetro de su cuerpo en busca de más heridas además, del hematoma que comenzaba a formarse en su mejilla.
—Sí, bien —asintió despacio—. ¿Qué haces aquí? —cuestionó, intentando alejarse.
Sin permitírselo, Yoongi rápidamente se acercó atrapándolo entre sus brazos, y antes de que Jimin pudiera quejarse al respecto, le besó con una dulzura que sacudió completamente todo en su interior.
—Me alegra saber que estés bien —murmuró Yoongi apoyando su frente en la suya mientras soltaba un suspiro.
—Yo... No puedes simplemente venir a mi casa y besarme así, Yoongi —se quejó, apoyando sus manos en el pecho de Min.
Pero mientras sus intenciones eran apartarlo, sus dedos se cerraron en su camisa, como si no lo quisiera dejar ir.
—Lo sé, bebé, lo sé —suspiro, besándolo dulcemente antes de ocultar su rostro en su cuello—. Tengo muchas explicaciones que darte, pero déjame sostenerte solo unos minutos más —pidió, abrazándolo con fuerza—. Temía que algo podría haberte sucedido —murmuró.
Jimin frunció el ceño con eso último.
—¿A qué te refieres? —preguntó y su mirada instintivamente viajó hacia la puerta cerrada—. ¿Sabías que ese idiota haría eso?
—No, pero temía que algo así pasara —respondió.
—Estoy algo perdido aquí, Yoongi, y eso no me gusta —se quejó.
—Lo sé, te debo una explicación —anunció en un suspiro.
—Son muchas explicaciones las que me debes —resopló el pelinegro, y lentamente, le empujó y se apartó—. No me mires así —refunfuñó, retrocediendo otro paso—. Actuaste como un imbécil todo el día, Min, se supone que debería de estar furioso contigo, en especial con todo lo que me han dicho y... Escuchado —reveló, abrazándose a sí mismo.
—Supe que te encontraste con Yu-ri a la salida —comentó Yoongi.
—Sí, un encuentro no muy agradable y que solo me ha dejado con más dudas —resopló y le observó—. ¿Una apuesta? ¿En serio?
—Sabes que no es así —negó.
—Lo sé —asintió no muy feliz—. Y aun así, lo escuché salir de tu propia boca —indicó con disgusto.
—Hay una explicación para todo —prometió.
—Algo así me dio a entender la carpeta —pronunció y soltó un suspiro—. Sinceramente... Ni siquiera sé si debería de escucharte o no —anunció, observándole.
—¿Alguna vez te he hecho dudar de lo nuestro? —preguntó.
Jimin instintivamente alzó una ceja.
—¿Debo de recordarte cómo comenzamos todo esto?
—No —sonrió leve—. Sigo pensando que fue mi mejor decisión haber hecho esa propuesta —expresó, y le observó de tal forma que Jimin tuvo que esquivar su mirada.
Sin poder soportar los sentimientos que estaban expresando esos ojos acaramelados que siempre se habían mostrado tan... Desalmados.
—Bien, explícame todo y más te vale realmente ser convincente si quieres que te dé la oportunidad de que me supliques perdón —anunció dirigiéndose a su sala de estar.
Tomando asiento en uno de los sofás, señaló el contrario frente a él.
—Ahí —ordenó.
—Preferiría sentarme a tu lado —indicó Yoongi.
Y Jimin también, muy a su pesar. Había extrañado horriblemente a su idiota celoso, pero... Todavía existían cosas que se necesitaban aclarar.
—No te acercarás hasta que me cuentes todo —declaró.
—Está bien —aceptó Min, sentándose en el lugar indicado, aunque no por eso viéndose muy feliz al respecto.
—Bien, entonces dime, ¿en qué momento esto se fue a la mierda? —cuestionó.
—Lo de nosotros nunca se fue a la mierda —aclaró Yoongi—. Solo... Ocurrieron cosas —anunció.
—Cosas —repitió—. ¿Partiendo por qué no me quisiste hablar de este supuesto individuo que te ayudaría a resolver el problema de tu madre y hermano? —cuestionó.
—Fue uno de los problemas principales, pero no el más importante, el que me hizo alejarme y actuar como un idiota todo el día —explicó.
—Fuiste peor que un idiota —indicó el pelinegro sin poder contenerse—. Podría decirse que incluso fue bastante similar a los días que no nos entendíamos. Llegué a pensar que nosotros...
—No lo digas —interrumpió su pareja, observándole.
—Es la verdad —se encogió de hombros.
—Tú eres mío, y siempre lo serás —declaró con firmeza.
—¿Y tú? —preguntó Jimin—. ¿De quién eres?
—Claramente tuyo —respondió sin dudar—. Lo de nosotros no habría funcionado si no hubiese sido así desde el principio —le recordó.
Jimin asintió despacio, odiando solo un poquito el salto de alegría y la calma que le rodeaba tras escuchar aquellas palabras con aquel tono y esa mirada tan segura e irrefutable.
—Entonces, ¿qué ocurrió? —indagó.
—Mi madre ocurrió, como siempre —suspiró Yoongi y observó sus manos un minuto—. La persona que te dije que podría ayudarme con todo, se trataba de Han Young-ok, mi abuela —anunció.
Jimin frunció sus cejas instintivamente.
—¿Te refieres a la otra presidenta con la cual se rumorea que no te llevas bien? —preguntó.
—Sí, ella misma —asintió—. Fue la única persona en la que pude pensar para que me ayudara con el tema de mi madre y JiHoon, por lo que me encontré con ella —anunció.
—¿Cuándo?
—El día después de que llegáramos del campamento —respondió—. Sabía que mi madre pronto actuaría, por lo que olvidando todo resentimiento, fui con ella —explicó.
—No me dijiste —pronunció—. Podría haberte acompañado —murmuró.
—Era algo... Que debía de hacer solo —explicó—. Además, en ese momento estabas con tu hermano, no iba a interrumpir su momento juntos cuando Namjoon ya se queja de que siempre estás conmigo —resopló suave.
Y Jimin simplemente no pudo discutir aquello.
—Bien, pero ¿por qué dices que era algo que debías de hacer solo? —preguntó.
—Porque es así —le observó—. Mi relación con ella nunca fue de lo mejor, ella es una mujer algo arisca y malhumorada, si nos pasábamos, era por mi padre —contó—. Por lo que, cuando mi padre murió... Muchas cosas cambiaron y solo nos alejamos más y más —explicó y entrelazó sus dedos—. ¿Sabes cómo murió mi padre?
Jimin negó despacio, no veía tampoco como eso iba en el tema, pero parecía que era algo de lo que Yoongi quería hablar y no estaba en contra de saber más sobre él.
Las pocas veces que Yoongi había mencionado a su padre, siempre fue... Con cariño.
—No he escuchado nada, ni siquiera en la empresa —respondió.
—Suicidio —anunció, sus ojos observando el suelo—. Él se suicidó por culpa de mi madre y mi abuela y yo nos culpamos mutuamente por ello.
—Pero... No había forma de que ustedes supieran lo que estaba ocurriendo por su mente —indicó, bajando sus brazos.
—Pero lo sabíamos —anunció, con una sonrisa ladina llena de autodesprecio—. Yo malditamente lo sabía.
—Yoongi...
—Yo siempre supe que mi madre no quería a mi padre, Jimin, constantemente la veía con diferentes hombres pasando por su cama —anunció.
—¿No se lo dijiste? —preguntó bajo.
—No fue necesario, porque mi padre también lo sabía, y aun así no hacía nada, porque mi madre abusó mentalmente de él, hasta el punto en que él mismo llegó a creer todas esas estupideces y mierda que Nara le dijo —explicó, con odio—. No importa lo que yo le dijera, él no me creía. Me enojé tanto con él, que ni siquiera soporté quedarme en la misma casa de ellos para contemplar el abuso de mi madre, por lo que me fui tan pronto como tuve la oportunidad —anunció y se quedó unos minutos en silencio.
—No te estás culpando por lo que le sucedió a tu padre, ¿no? —preguntó con tono bajo y suave Jimin.
—A veces lo hago —respondió—. Pienso en todas las cosas que podría haber hecho por él y no lo hice.
—No podías hacer nada si él no quería ayuda —indicó.
—Él sí quería ayuda —anunció, volviendo a observarle con aquellos ojos tormentosos—. Y yo acepté ayudarlo.
—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó confundido.
—JiHoon, él no es mi hermano por parte de ambos, es solo de mi padre —anunció.
—¿Tu padre le fue infiel a tu madre? —preguntó con sorpresa.
—Sí —asintió—. No fue por el mejor motivo —reconoció—. Él solo quería vengarse un poco por todo lo que le hizo mi madre y al final, se terminó enamorando de su amante, teniendo como resultado a JiHoon —contó.
—Puedo ver como tu madre no fue muy feliz por ello —murmuró.
—A ella ni siquiera le interesaba que mi padre le fuera infiel o se hubiera enamorado de otra —dijo, con una risa amarga—. Ella solo se interesó, cuando mi padre tuvo a JiHoon y mencionó los papeles del divorcio.
—Me imagino que tu madre no se lo dio —comentó.
—No —negó—. Y luego de que la madre de JiHoon muriera en el parto, a mi padre tampoco le interesó seguir con ello. Fue entonces que vino a mí en busca de ayuda, porque no deseaba que JiHoon sufriera a manos de mi madre —explicó.
—Pero ese bebé era inocente, y tu madre perfectamente solo pudo haberlo aceptado como su hijo y dejarle solo y listo —indicó Jimin.
—Y mi padre pensó lo mismo, solo que... No imaginó que mi madre lo odiaría más por el hecho de ser diferente que por no ser su hijo —reveló—. JiHoon fue diagnosticado con el síndrome de espectro autista en grado uno, y mi madre lo condenó por ello, anunciando que no permitiría que un enfermo estuviera en su familia, y entonces... Comenzó con el acoso hacia él.
—Pero... Era solo un bebé, un niño —exclamó Jimin.
—A ella no le interesó y obligó a mi padre a esconderlo, volviendo el acoso y maltrato hacia él —contó—. Quise ayudarlo con JiHoon lo más que pude, pero... ¿Qué podía hacer cuando él mismo se había rendido con todo? —indicó con dolor—. Mi padre mostró signos de pensamientos suicidas y yo lo ignoré pensando que no lo haría, que no dejaría a JiHoon solo, pero lo hizo —anunció—. Y así como mi abuela me culpó por ello, yo la culpe a ella y ambos nos alejamos.
—Lo lamento mucho, Yoongi —expresó con su corazón apretado.
—Está bien, el tema de mi padre es algo que tuve que superar por el bien de JiHoon, me convertí en su nueva figura paterna con ello —explicó—. Pero lamentablemente, quien se quedó con la custodia, fue mi madre.
—Me cuesta creer que tu padre lo dejara a mano de ella cuando obviamente sabía que era mala —indicó.
—Yo también, pero nunca encontré nada para demostrar mi punto —explicó—. Y la única vez que intente quitárselo legalmente, falle y JiHoon la pasó muy mal. Por lo que luego de eso solo tuve que escucharla cada vez que se le ocurría algo por el bien de JiHoon. Y está vez... No fue diferente —anunció.
—En la nota pusiste que tenía a tu hermano en tu poder —recordó y Yoongi asintió.
—Mi madre me amenazó ayer con JiHoon y yo no le creí, pero esta mañana me trajo pruebas de que lo tenía encerrado en su casa y... Me advirtió que tú podrías tener algún "accidente" Si seguía contigo —reveló.
—¿Te amenazó conmigo? —exclamó con sorpresa.
—Fue por eso que dije toda esa mierda de que solo fuiste un juego y todo lo demás, tenía que mantenerla alejada de ti —explicó—. Si actuaba cariñoso contigo, cualquiera en la empresa podría haber llegado con ella con el rumor, por eso actúe desagradable —contó—. No quise salir de mi oficina porque entonces querría abrazarte, besarte y contarte todo, lo mismo pasaría si entrabas, por eso me encerré para que no llegara a los oídos de mi madre.
—Había otras formas para llegar a mí —pronunció no muy feliz.
—¿Cómo? —preguntó—. Si entrabas a mi oficina, los demás hablarían y llegaría a mi madre. Si salía y me encontraba contigo, los demás jodidamente sabrían que todo era mentira porque no puedo esconder los sentimientos que tengo por ti. Si te enviaba un correo, podrían revisarlo y contarle a ella —expresó—. Mi única alternativa fue enviarte mensajes a tu teléfono, pero nunca contestaste ni los miraste —reveló.
Jimin mordisqueó su labio inferior, de pronto recordando la cantidad de mensajes que descubrió hacía poco.
—Si, mi teléfono se descargó y se apagó, no lo descubrí hasta hace poco que llegué —confesó evitando sentirse culpable por ello, no lo había hecho a propósito.
—Pensé que estabas enojado conmigo y por eso no los querías ver —comentó—. Por eso mi última opción fue esa carpeta —la señaló.
—Oh, yo realmente estaba enojado contigo con toda la mierda que me dijeron tanto tu madre como esa otra perra —aseguró—. Pero... No podía solo confiar en la palabra de esas zorras astutas sabiendo como eran, por eso dejé la posibilidad de duda en mi mente —aclaró—. Y luego vi la carpeta... ¿Por qué estás aquí? —preguntó.
—No iba a permitir que siguieras pensando que nosotros podríamos terminar —declaró, observándole con el ceño fruncido—. Actuar como un idiota todo el día me dolió al ver cómo te afectaba, pero fue por tu bien, sabía de lo que mi madre era capaz de hacer para lograr su propósito —expresó.
—Entiendo... —asintió despacio—. Pero ¿por qué estás aquí cuando tu hermano está atrapado en la casa de tu madre? —cuestionó.
—Mi abuela nunca me respondió nada, por eso fui con mi madre luego del trabajo, pero al final, ella apareció y sacó a JiHoon de ahí —explicó—. Claro que me hubiera gustado que me dijera de antemano, me habría ahorrado muchos problemas con ello —gruñó.
Sin poder evitarlo, Jimin tomó un cojín y se lo lanzó a su pareja.
—Así mismo como te sientes es como yo me sentí y siento —refunfuñó—. Entiendo por qué hiciste todo, y admito que fue una desventaja para ambos que mi teléfono se apagara, pero... Podrías haberme contado sobre tu abuela antes, haber intentado dar una pista de que tu madre te estaba amenazando otra vez —exclamó—. Ni siquiera sabes cómo me sentí todo el maldito día pensando en lo que dijo esa perra y luego esa idiota de Yu-ri... —apretando sus labios, Jimin apartó su mirada y rápidamente retiró su lágrima, sintiendo como finalmente todo estaba explotando para él.
Y cuando Yoongi se levantó de su asiento y se acercó, Jimin ni siquiera hizo el intento de apartarse ni nada.
Por lo que, cuando esos brazos lo rodearon, el solo... Se acurrucó en ellos algo molesto con toda la situación, pero ya no tanto con su hombre.
💘1/2💘
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro