
Capítulo 63 •💘
Como último día de campamento, Jimin pensó que estarían haciendo algo muy emocionante y entretenido, algo divertido, con más agilidad, actividad, no...
Figuras de origami.
Reunidos en el comedor, él junto a su grupo, se encontraban sentados en las mesas haciendo las figuritas del libro que le habían entregado.
Y aunque el pelinegro descubrió que era bueno haciendo figuras con papeles, realmente no era lo que había esperado que le tocara como último día.
Cuando había marcado la opción, pensó que la utilizarían como actividad para el primer día y así comenzar suave, no para el último.
Y si no fuera porque él mismo revisó el programa que habían hecho los organizadores, Jimin seriamente habría culpado a su pareja de que le tocara hacer algo tan simple mientras que a este no.
Ya que, con el accidente que había tenido en el juego de la cuerda donde salió lastimado, Yoongi entró en modo sobreprotector hasta el punto en que el día anterior ni siquiera le dejó participar en cualquier actividad que requería gran fuerza física sin importar cuanto le dijera que estaba bien.
Y para peor, Taehyung en vez de apoyarle, se había ido al lado oscuro apoyando a Yoongi solamente para quedarse también a su lado y no participar en las actividades.
Algunos miembros del campamento le habían invitado a participar en una actividad ligera aprovechando que su pareja le dejó un momento para cumplir con su propio horario, estando más tranquilo al saber que se quedaría con Taehyung, pero lo que iba a ser una salida simple, terminó con un tobillo torcido.
Si, Yoongi no había estado muy feliz de verlo más lastimado que cuando le dejó y por supuesto que se ganó un regaño junto a Tae por acompañarlo en vez de detenerlo.
Pero quien se llevó la peor parte, fueron los miembros del personal del campamento, quienes se enfrentaron a un Min Yoongi con personalidad fría y cortante, un bastardo total, que expresó los buenos para nada que eran cada uno del campamento por permitir que se volviera a herir.
Sabiendo que no iba a poder hacer nada por ellos, ya que, cuando su pareja estaba en ese modo no se detenía hasta que terminaba, Jimin solo fingió no saber.
Afortunadamente, Hoseok le había asegurado que no era nada realmente, solo una torcedura que pasaría con los días y que le dejaría un medicamento para el dolor.
Jimin se había relajado ante ello, especialmente luego de que esa misma mañana Hoseok apareciera para revisarle nuevamente, asegurarle que se veía mejor, para la tranquilidad de Yoongi.
Pero había una cosita que le estaba molestando a Jimin, una molesta espina enterrada que no hacía más que perturbar su paz mental, susurrándole algo que él estaba negando completamente.
Las señales estaban ahí, y el hermoso pelinegro solo fingía no estar viendo.
A pesar de que existía una probabilidad de que fuera cierto.
Doblando el papel verde agua para formar una ranita, Jimin se detuvo cuando el olor de la cocina llegó a su nariz, provocando que esta se arrugara en desagrado.
Ahí, otra vez...
—¿Qué sucede, honey? —preguntó Taehyung al percatarse de que su amigo se había detenido—. ¿Por qué parece que hubieras comido limón? ¿O tienes ganas de ir a cagar? —susurró solo para él.
—No, tonto —bufó y pasó un dedo bajo su nariz—. Es el aroma —anunció—. Lo que sea que están cocinando, no huele muy bien —explicó.
—¿En serio? A mí me gusta —anunció alzando su cabeza para olfatear.
—A mí no —expresó e ignoró esa vocecita dentro de su cabeza.
No lo aceptaría hasta que tuviera realmente una prueba que no pudiera negar.
Alzando su mirada para observar a su alrededor, se percató de la tranquilidad que le rodeaba.
—¿Baekhyun no está aquí? —preguntó de pronto al no verlo.
—Ese chismoso junto a Hobi se fueron al otro grupo —informó con un bufido—. Tuvieron la suerte de intercambiar sus puestos con una pareja que no deseaba ir a caminar. Suertudos —gruñó.
—Bueno, es el último día, nadie quiere estar haciendo origami —suspiró.
—¿El gran jefe no tuvo nada que ver en esto? —cuestionó observándole.
—Yo también dudé sinceramente con lo de estos últimos días, pero revisé el programa y sí estaba planeado de esta forma —explicó.
—Tch, y yo que pensaba que tu chocolate amargo había hecho algo por lo de tu tobillo, y brazo, y tu cabeza —chasqueó su lengua—. Has sido inusualmente torpe estos últimos días, Jimin-ah —le observó con interés.
—Yo diría que he tenido pésima suerte —se quejó.
—También, lo cual tampoco es usual —expresó y observó con desagrado la "figura" Que intentaba hacer—. Tengo una pregunta para ti, mi querido pastelito.
—¿Qué sucede? —preguntó doblando concentradamente el papel.
—Ese año que te dio por aprender idiomas, aprendiste francés, ¿cierto? —preguntó.
—Y tú también, fuiste a las clases conmigo —le recordó.
—Por favor, los dos sabemos que realmente fui a conseguir citas que a otra cosa —resopló—. ¿Sabes qué significa "ma douce vie"? —preguntó con aparente desinterés—. Pero con un tono más sexy y perfecto.
—Mi dulce vida —respondió Jimin.
—Sé que soy tu dulce vida, honey, pero quiero saber qué significan esas palabras —expresó y el hermoso pelinegro rió suave.
—Eso significa, tonto. Ma douce vie, es mi dulce vida —explicó con perfecto acento francés.
—Oh. Ohhhh... —pronunció su amigo con grandes ojos—. Tenía razón, no estaba preparado para oír eso —murmuró.
—¿Qué cosa? —preguntó Jimin, observándole con interés—. ¿Y dónde escuchaste eso?
—Mira, parece que finalmente hemos terminado aquí —anunció cambiando de tema, señalando con su cabeza unos encargados parándose al medio del comedor.
—Por favor, chicos, deténganse un momento —anunció una mujer, aplaudiendo para llamar su atención—. Perfecto, como en unas horas más el bus estará aquí para recogerlos, hemos preparado un asado a la orilla del lago, por lo que por favor, si pueden guardar las cosas y dejarlas en la mesa antes dirigirse al lugar, podrán disfrutar de una gran comida junto al otro grupo —informó, consiguiendo exclamaciones alegres en respuesta.
—Ya decía yo que no podían solo tenernos jugando a doblar papeles —expresó Taehyung, comenzando a guardar todo rápidamente.
—Ni me lo digas —suspiró Jimin, levantándose una vez ordenó todas sus cosas, llevándose con él cada figura que había logrado con éxito.
—Que envidia, eres bueno con las manos, cariño —observó Tae y le quitó uno con forma de osito—. Me quedaré con este, gracias.
—De todas formas te le iba a regalar —resopló—. Toma este también —anunció, entregándole uno de un conejo—. Ese es Jungkook.
—Puedo ver el parecido —sonrió su amigo—. Supongo que el lobo es tu hombre, lo que deja al pollito como... Tú.
—También podría ser al revés, ¿no? —indicó, a pesar de que él también sabía la respuesta a ello.
—Será más fácil para ti si solo lo asumes, querido —se rió el rubio—. Aunque, tengo curiosidad, ¿quién es la estrella fugaz?
—Yo, obviamente —resopló, observándola.
Ni siquiera recordaba en qué momento lo había hecho.
—¿Qué sucede? —preguntó cuando sintió el brazo del rubio engancharse al suyo y comenzar a tirar a un paso más rápido de él.
—Puedo sentir las intenciones de los demás, está escrito en sus caras —resopló—. Quieren acosarte con preguntas sobre tu relación con el jefazo y yo no estoy dispuesto a perder un lugar bueno en el lago solo para que satisfagas su curiosidad —explicó, pero disminuyó su apresura al ver que Jimin comenzaba a cojear ligeramente.
—Quiero decir que podré tener un alivio tras volver al trabajo, ya que el segundo grupo del edificio irá, pero eso significa que me quedaré trabajando con este y ellos definitivamente comenzarán a preguntar —suspiro, comenzó a visualizar el lago a medida que bajaban.
—Tranquilo baby, para eso estoy yo —le sonrió su amigo.
—Lo sé —le sonrió—. Fue Jungkook quien te dijo esas palabras en francés, ¿no? —retomó.
—Uy, mira, ahí está tu hombre —anunció sin responder a nada.
Dejando ir el tema de momento, Jimin observó hacia el lago y contempló a sus dos hombres frente a una parrilla dando vuelta la carne, hablando cómodamente.
—Uhm, huele bien —comentó, moviendo su nariz suavemente.
—Sabía que no podrías rechazar la carne —sonrió el rubio, soltándolo cuando estuvieron lo suficientemente cerca para poder ir al lado de Jungkook y exigirle comida.
—¿Cómo te fue? —preguntó Min, rodeándole con un brazo la cintura tan pronto estuvo a su lado.
—Aburrido —suspiró—. ¿Quién quiere hacer origami en su último día aquí? —resopló.
—Yo no hice nada —anunció su pareja.
—Lo sé, revisé el programa —sonrió—. Pero algo me dice que no te habría importado intervenir si nos hubieran tenido una actividad mejor, ¿no?
—Te lastimaste porque no revisaron bien el equipo y luego empeoraste debido a que te llevaron a otra actividad donde te volviste a lastimar —indicó—. Lo más riesgoso que iba a permitir que hicieras hoy era salir a caminar conmigo —declaró.
—Lo suponía —rió bajo, y luego sus ojos viajaron hacia la parrilla—. ¿Le falta mucho? Tengo hambre —expresó.
Alejándose un poco, Yoongi cortó un pedazo de carne y la comprobó antes de extendérsela a su pareja, quien la probó tras soplar suavemente sobre esta.
—Delicioso —exclamó, tapando su boca.
—Realmente debes de tener hambre —sonrió su pareja.
—Solo un poco —sonrió.
—¿Estuviste jugando con pintura? Mira tus manos —indicó Yoongi con una sonrisa divertida.
—Es por el papel del origami —se quejó observando sus dedos sucios—. Iré al baño un momento —anunció antes de retirarse, empujando un poco a su amigo en el paso para que cayera justo a los brazos de Jeon.
Riendo por su travesura, Jimin se alejó preguntándose cuándo Taehyung finalmente admitiría que le gustaba realmente Jungkook.
Ellos dos prácticamente actuaban como una pareja, y aun así, su amigo no era capaz de llamarlo como tal aún.
Negando despacio, Jimin entró al baño y lavó sus manos para quitarse los colores de sus dedos junto al pegamento.
Dirigiéndose a la puerta, se detuvo un momento cuando todo su estómago se agitó y revolvió, subiendo por su esófago, quemando y...
Corriendo rápidamente al retrete, Jimin alcanzó a inclinarse justo a tiempo antes de que el contenido saliera provocando un sonido desagradable a su paso.
Frunciendo el ceño, el pelinegro tomó una profunda respiración que no ayudó en nada y luego tiró de la cadena, pero tan pronto como contempló el agua retirándose con su desperdicio, otra oleada de asco le invadió y volvió a tirar fuera el contenido de su estómago una segunda y tercera vez.
Quejándose miserablemente, Jimin dejó que sus rodillas tocaran el suelo y su mirada siguió una de las figuras que había hecho deslizarse fuera da su bolsillo.
—No, por favor... No... —balbuceó al contemplar la estrella fugaz.
Volviendo a esconder su cabeza en el retrete, Jimin hizo algunas arcadas sin poder botar nada más realmente.
¿Cómo se suponía que iba a seguir ignorando las señales cuando le estaban atacando de esa forma?
Tomando su teléfono, le envió un mensaje simple y corto a su mejor amigo.
Tirando de la cadena nuevamente, Jimin cerró con fuerza los ojos para no contemplar su vómito retirarse y luego se levantó con sus rodillas un poco temblorosas.
Dirigiéndose al lavamanos, enjuagó su boca muchas veces, hasta que escuchó a su amigo llamándolo mientras golpeaba las otras puertas.
Cortando el agua, se deslizó hasta la puerta y la abrió, llamando la atención de su amigo que inmediatamente fue a su lado.
—¿Qué 3312 tenemos? —cuestionó, cerrando la puerta detrás de él.
—Podría ser algo realmente grande, Tae —expresó preocupado.
—¿Qué? ¿Manchaste tu ropa interior? —preguntó, su mirada viajando hacia su zona inferior.
—No, tonto —resopló y pasó una mano por su cabello—. Yo realmente no estoy seguro, pero todas las señales están ahí y... No puedo simplemente ignorarlas siempre, ¿no?
—Respira y dime qué señales, honey —pidió, colocando sus manos en los hombros de su amigo.
—Yo... Hace días que me he dado cuenta de que tengo repentinos mareos —anunció—. Algunas mañanas me he levantado directo al baño a vomitar, y bueno... Algunos aromas me producen asco de la nada —explicó, mordisqueando su labio inferior.
—¿Lo has hecho sin protección con Yoongi? —cuestionó con seriedad.
—Bueno, yo... Nosotros —balbuceó y luego forzó a su cabeza a moverse positivamente—. Pero fuimos con el médico para que me diera unos anticonceptivos mejores, para evitar esto —exclamó.
—Cariño, ambos sabemos que la mejor protección es no tener sexo, y después, es que los dos se cuiden si planean tenerlo —indicó y luego chilló alegremente, sorprendiendo a Jimin.
—¿Qué te sucede? —espetó, frunciendo el ceño.
—¡Seré tío! —exclamó, abrazando con fuerza a su amigo con ello—. Oh, Dios, joder. Te juro que seré el mejor tío para este niño o niña y que le enseñaré todos los conceptos básicos para sobrevivir en el cruel mundo —expresó con entusiasmo.
—No te aceleres, no estoy seguro de nada —indicó, alejando a su amigo con una sonrisa divertida—. Solo es una pequeña posibilidad.
—Si tu mente te llevó a pensar en eso es porque debe de ser más que una pequeña posibilidad —indicó.
—Pero... Con Yoongi ni siquiera hemos mencionado algo de bebés, Tae —indicó, preocupado—. Nuestra relación es por mucho la mejor que he tenido, pero... No sé si iríamos tan lejos.
—Honey, por la forma en que te ha tratado Min en el campamento es bastante obvio que te ama —aclaró.
—Pero él no me ha dicho esa palabra exactamente y yo tampoco, porque ambos estamos bien así —aclaró.
—Bien, respira —indicó su amigo—. Estás dejando que tus propios problemas, aquellos que te han impedido tener una relación seria y larga se apoderen de ti —expresó, acariciando sus brazos.
—No es cierto —murmuró.
—Tienes miedo porque sabes que un bebé cambiará su dinámica —anunció.
—Tengo miedo porque no sé cómo se lo tomara Yoongi, nunca mencionamos más allá del presente —aclaró.
—Y porque sabes que un bebé cambiará todo —expresó y colocó un dedo sobre los labios gruesos de su amigo—. Tú lo sabes, yo lo sé, no lo niegues.
Torciendo sus labios, Jimin solo hizo una mueca en respuesta.
—Bien, entonces iremos por pasos y lo primero sería averiguar si estás o no embarazado —anunció—. ¿Un test?
—Dudo mucho que aquí en el campamento tengan algo así considerando como trataron mi herida —bufó.
—Cierto —asintió—. Tendrás que aguantar hasta que lleguemos a Seúl nuevamente y te consiga una prueba, y si sigues teniendo dudas, tendrás que ir con un examen —planeó.
—Sí, está bien, puedo aguantar unas horas más —asintió más tranquilo.
—Ya después haremos un plan de cómo contárselo al otro papi.
—Tae —reprochó.
—Es una posibilidad —se encogió de hombros.
—No ayudas, Kim Taehyung, para nada —refunfuñó—. Será mejor que salgamos o nuestras parejas se comenzarán a preocupar y nos buscarán —indicó, alejándose para tomar su estrella fugaz antes de salir del baño.
—Tu pareja, querrás decir —corrigió su mejor amigo.
—No puedes asustaste y alejarte solo porque Jeon te dijo su dulce vida —suspiró Jimin, negando suave.
—¿Quién dijo que estaba asustado? Además, nunca dije que fue él quien lo dijo, podría haberlo escuchado de una película —argumentó volviendo al lago con su amigo.
—¿Aquí en un campamento en medio del bosque sin tecnología? —le recordó alzando una ceja.
—Todavía están los celulares.
—Si, pero has estado más concentrado follando con Jeon que en tu teléfono —bufó.
Taehyung gruñó sin responder a nada.
—Bien, tal vez sí estemos en algo como saliendo.
—Hace meses que están en algo como saliendo —rió suave—. Y me gusta, Jungkook te hace feliz aunque no lo quieras admitir, te comprende y te acepta con tu locura.
—Soy la entretención de su vida.
—Eres su dulce vida —le recordó—. Y si fuera tú, iría a cuidar de tu hombre en este momento —advirtió señalando con su cabeza frente a ellos.
Específicamente a Jungkook, quien se encontraba cerca del lago observando el agua mientras hablaba con una de las trabajadoras del campamento.
O más bien, ella le coqueteaba mientras Jungkook le ignoraba.
—Esa perra —exclamó Taehyung antes de abandonarle.
Siguiendo con la mirada a su amigo, Jimin río suave al contemplarle saltar a la espalda de Jungkook y rodearle con sus brazos y piernas mientras imitaba unos ladridos hacia la empleada.
—¿Qué le dijiste? —preguntó su pareja una vez llegó a su lado.
—Solo le estoy haciendo ver lo que no quiere antes de que haga una estupidez y lo pierda —explicó y le rodeó con sus brazos—. Nadie vino a coquetearte como a Jungkook mientras no estaba, ¿no?
—Solo un idiota como Yu-ri lo intentaría —bufó—. Todos saben que eres mío, y estas cosas realmente funcionan —anunció, señalando los utensilios que utilizaba para cortar la carne.
—Bueno, creo que los utensilios más tu personalidad de frío bastardo lo hacen todo —rió bajo—. Y solo para aclarar, eres tan mío como yo tuyo —le recordó, mordisqueando su cuello.
—Perfectamente bien para mí —anunció Min, dejando los utensilios en la mesa auxiliar al lado de la parrilla para poder sostener bien a su pareja, rodeándole con sus brazos.
—No hagas eso aquí —rió, sintiendo esas manos fuertes y grandes apoderarse de sus nalgas.
—Demuestro que eres mío como tú acabas de hacer —argumentó—. Siempre me molestó cuando esas mujeres se mostraban celosas o melosas conmigo, pero contigo siempre lo espero con ansias —confesó.
—Porque yo no soy igual a esas otras —resopló.
—No, no lo eres —aceptó, observando esos hermosos ojos verde jade—. Por eso eres perfecto para mí, ni siquiera lloras si te gruño al pillarme de mal humor.
—Por supuesto que no, es tu problema estar de mal humor, no el mío, pero no esperes que te trate bien si tú no lo haces —indicó.
—Sabía que me gustabas por algo —sonrió, besándolo castamente—. Te irás conmigo en el auto, pedí una van.
—Bueno, salir con el jefe tiene sus lujos, ¿no? —sonrió.
—Chicos, ¿está listo todo? —preguntó Jungkook con una sonrisa—. Tengo una pequeña bestia celosa que mimar —expresó, logrando que su pareja, quien seguía montado a su espalda, resoplara y gruñera.
Riendo, Jimin se alejó de los brazos de su pareja y le ayudó a servir la comida.
Realmente... No quería perder nada de eso.
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