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Capítulo 61 •💘


Sonriendo divertido cuando su amigo soltó un quejido, Jimin le observó sobre su hombro y se detuvo al encontrar a Taehyung sentado en el suelo mientras tiraba aire en su rostro con una mano.

—¿Otro descanso? —preguntó entretenido.

—Cállate —gruñó Taehyung—. Claro, como tú sales a correr no tienes problemas de resistencia, pero yo no soy igual que tú, la única actividad física que tenía no me está ayudando en este momento —se quejó.

—Tu otra actividad en lo único que te ayuda es a tener resistencia en tu trasero —se burló, tomando su botella de agua para beber un sorbo.

—Y estás malditamente celoso de ello, honey, lo sé —le observó con una sonrisa—. Te gustaría tener la resistencia de mi culo para seguirle el ritmo a tu bestia, es increíble el aguante que tiene ese hombre —comentó.

—¿Cómo sabes eso? —preguntó, observándole con sus ojos entrecerrados.

—Por favor, las otras cabañas no podrán escucharlos, pero yo estoy justo al lado de ustedes, escucho todo —sonrió moviendo sus cejas—. Ninguno de los dos es muy silencioso a decir verdad.

—Lo mismo puedo decir de ti —bufó, negándose a sentirse avergonzado porque su amigo estaba al tanto de sus entretenidas noches con su pareja.

—Me da curiosidad algo —anunció Taehyung, observándolo pensativo.

—¿Qué cosa? —preguntó.

—¿Cómo es qué le haces para salir al día siguiente y participar en cada actividad como si nada, luego de que te follen durante toda la maldita noche como cajón que no cierra? —cuestionó.

—No me follan toda la noche como cajón que no cierra —refunfuñó y observó a otro lado.

No porque estuviera preocupado de que alguien pudiera escucharle en el sendero, ya que sabía, que ellos eran los últimos que quedaban en la ruta, y era una suerte que la caminata no fuera una competencia, o en ese mismo instante le habría estado gruñendo a su amigo.

—Por favor, cariño, ya llevamos tres días aquí y desde la primera noche que soy fan de ustedes —expresó su amigo—. Prácticamente espero para escuchar sus sucios sonidos excitantes, como si fuera la porno que necesitara antes de lanzarme sobre mi hombre —movió sus cejas.

—Pervertido —rió.

—Siempre —sonrió—. Aunque me sentí un poco decepcionado anoche cuando solo los pude escuchar dos veces y bastante tranquilo a comparación de los otros días —comentó.

—Le recordé a ese hombre insaciable que tendríamos una caminata hoy y necesitaba que mi trasero y espalda no se quejaran —sonrió, recordando lo suave y lento que lo había tomado Min la noche anterior.

—Y aun así, estuvo sobre ti como una mamá osa —indicó divertido su amigo.

—¿Qué quieres decir? —preguntó Jimin, posando sus ojos color jade sobre él.

—Por favor, es tan obvio que tiene un favoritismo por ti, mi chocolate dulce —suspiro sonriente—. Aunque ambos intenten actuar distantes, siempre se termina buscando, mirando y finalmente acercando. Ciertamente Yoongi se acerca a ti cada vez que te ve, se nota que no te puede sacar los ojos de encima y es atento contigo, como lo haría un novio y no un jefe o compañero de trabajo —explicó.

—Mierda, no se supone que debería de ser tan obvio —se quejó.

—Baby, tú eres igual —indicó Taehyung, logrando que su amigo se sonrojara sin poder negarlo—. Es más, ni siquiera me sorprendería que subiera a la ruta al ver que todavía no hemos llegado.

—Él no haría eso, sería muy obvio —negó, mordisqueando su labio inferior.

—Tú también quieres que lo haga —indicó, sonriente.

—Y tú quieres que Jungkook suba —atacó—. Si Yoongi y yo somos obvios, ustedes dos han sido peores —argumentó.

—Pero nosotros no estamos ocultando nada —se defendió, encogiéndose de hombros.

—Tal vez, pero no quieres aceptar que Jungkook realmente ha llegado a ti como ningún hombre ha logrado hacerlo, y aun así actúan peor que una pareja horriblemente amorosa en su luna de miel —argumentó.

—Eso no es cierto —rechazó, levantándose—. ¿Con qué vamos a molestar a Yu-ri hoy? —preguntó, cambiando de tema drásticamente—. Aún quiero vengarme por lo del juego de voleibol —gruñó.

Negando divertido, Jimin dejó pasar el tema y prosiguió el camino junto a su amigo.

—Pensé que ese golpe que te dio durante el juego se lo devolviste en la noche asustándola —indicó.

—Por favor, eso no fue nada en comparación por intentar dañar este hermoso rostro —expresó señalando su cara—. Si no fuera porque se habría visto mal que le diera tantos golpes con la pelota con la excusa de no saber jugar, habría seguido molestándola —refunfuñó.

—Bueno, ya hice algo esta mañana antes de salir —confesó, logrando que su amigo le observara interesado.

—¿Qué maldad hiciste, mi cute boy? ¿Y por qué no me incluiste? —indagó.

—Bueno, ayer quedé un poco molesto luego de que usara ese pequeño bikini en el lago e intentara arrimarse en mi pareja —pronunció, soltando un resoplido de solo recordarlo.

No sabía cómo había logrado incluirse en su grupo que iba a la laguna, pero mientras preparaba la canoa, esa perra apareció de la nada y prácticamente le "cayó" Encima a su pareja por "accidente" Y luego intentó llevárselo a su grupo.

Yoongi le había rechazado de plano con una mueca de desagrado antes de simplemente meterse al lago para nadar y alcanzarlo.

Y Yu-ri le había seguido.

Lastimosamente para ella, Taehyung había estado nadando cerca en su canoa, por lo que "sin intención" Le quitó la parte superior de su traje de baño y lo lanzó muuuuy lejos con el remo.

—Lo recuerdo, aún me mira feo por haberle quitado su traje de baño "sin intención" —rió Taehyung—. Fue épico como Yoongi la ignoró y se subió contigo, sin siquiera ofrecerle ayuda cuando esta intentó "abrazarle" Para ocultar su desnudez.

—Darle ese inflable en forma de flamenco para cubrir su pecho fue único —sonrió—. Pero no lo suficiente, por eso cambié su repelente para mosquitos —le observó con una sonrisa completamente traviesa—. Se iba a ver raro que los dos estuviéramos cerca de sus cosas, por eso fui solo.

—Amaré encontrarme con ella —exclamó Taehyung y luego sonrió señalando frente a ellos—. Te lo dije —anunció.

Alzando la mirada, el corazón de Jimin dio un vuelco tonto al encontrarse con aquellos ojos acaramelados tan imperturbables como siempre, pero que, de cierta forma, ya no se veían tan duros cómo antes, o tal vez solo él lo veía así.

—Sí, y no ha sido el único en venir —indicó, observando a Jungkook adelantarse para ir directamente hacia su amigo.

—¿Por qué tardan tanto? —se quejó Yoongi al estar frente a él, con sus ojos recorriendo todo su cuerpo como si buscara una herida.

—Estoy bien —aseguró y le besó castamente—. Es Taehyung-ah, su resistencia no le acompañó esta vez y quedamos de los últimos con todos los descansos que tomamos —explicó.

—Bueno, discúlpame pero anoche a mí si me dieron duro —refunfuñó el rubio.

—Y por eso yo te dije que era una mala idea —suspiro Jungkook, simplemente tomándolo entre sus brazos—. Pero como nunca escuchas...

—Tal vez si no lo hicieras tan bien no te pediría que me dieras más —gruñó, pero eso solo le sacó una gran sonrisa satisfecha a Jeon antes de comenzar a caminar.

—¿Y tú cómo vas? —preguntó Min, colocando una mano en la espalda baja de su pareja mientras caminaban.

—Bien, gracias a que tuviste compasión conmigo anoche —respondió, lanzándole una mirada divertida.

—Pero hoy ya no la tendré —pronunció con una sonrisa, manteniendo su mano en su lugar.

—¿Sabes? Tae me alertó de que estábamos siendo muy obvios entre nosotros —comentó.

—¿Obvios en qué? —preguntó.

—Nosotros siendo pareja —respondió y Min arrugó su nariz.

—No puedo evitarlo —pronunció—. Pero nadie ha dicho nada al respecto, por lo que no debemos de ser tan obvios —observó.

—Eres el jefe, obviamente no van a decir nada si ven algo —argumentó.

—Pero ningún rumor ha aparecido más que los pobres intentos de Yu-ri por meterse conmigo —le recordó.

—Cierto —asintió, un poco más tranquilo con ello.

—Quizás cuándo se va a aburrir lo suficiente como para irse con todas tus travesuras y las de tu amigo —comentó y Jimin casi perdió el equilibrio si no fuera por la mano de su pareja que se deslizó para rodear su cintura y sostenerlo—. Ten cuidado, Jimin-ah, el camino está bastante desnivelado desde aquí al ir en bajada —indicó, sonriente.

—No es mi culpa, y no deberías de decirlo abiertamente o alguien te escuchará y quiero seguir manteniendo mi fachada de chico dulce —expresó, observándole con sus cejas fruncidas.

—Tranquilo, cariño, has actuado lo suficientemente bien cada vez que ella está cerca como para que nadie sospeche cada vez que le pasa algo malo —aseguró—. Aunque fueron bastantes obvios con lo del bikini.

Torciendo sus labios en una mueca, Jimin observó hacia al frente.

—No podía solo dejarlo así, estoy protegiendo lo que es mío —refunfuñó finalmente, intentando apartarse de su pareja.

—Y a mí me encanta —anunció Min, tomando su mano para tirarle cerca otra vez.

Alzando una mano, ahueco un costado de su rostro y lo atrajo para un beso dulce y lento que le sacó un suspiro feliz al pelinegro.

—Es gracioso las cosas que provocas en mí, pero... Ninguna es mala, me gustan —comentó Min, observando aquellos ojos jade.

—Siento que esta es la cosa más cursi que me podrás decir —se burló y juntó sus bocas sorpresivamente, rodeando su cuello con sus brazos—. Y me encanta —sonrió en sus labios—. Saber que he cautivado al feroz ogro de la lujosa cueva me hace sentir poderoso —rió suave.

Yoongi bufó, pero no negó nada.

—Tienes mucha confianza ahí, ¿no? ¿Qué pasó con mi secretario que rehuía de mí cada vez que tenía la oportunidad?

—Decidió domesticar al ogro —sonrió dulce.

—¿Lo hiciste? O en realidad, ¿solo entraste a la boca del lobo? —cuestionó, sonriendo ladino.

—De todas formas, no es como si la boca del lobo estuviera mal, o el resto de él —indicó, observándolo calurosamente—. Especialmente aquí —anunció y se rió cuando su pareja pego un pequeño salto tras agarrar su paquete.

—Realmente, solo eres un diablito con rostro de ángel —gruñó, apartando esa traviesa mano.

—Y así me quieres —sonrió.

—Tienes suerte de que lo haga o ya te habría demandado por acoso laboral —bufó, manteniendo su mano atrapada mientras retomaba su camino.

—Por favor, ambos sabemos que esas son mis palabras —indicó.

—¿Realmente? —le observó con una ceja alzada.

—Por supuesto —asintió—. Yo solo soy un inocente conejito que intenta sobrevivir en un lugar frío y peligroso.

—Eres un conejito que le gusta saltar y mover su cola frente al lobo —corrigió y Jimin sonrió sin poder negar nada.

Le gustaba tentar a Yoongi y saber que este no podía resistirse a él.

Cuando finalmente llegaron al campamento, ambos se observaron y soltaron lentamente sus manos.

—¿Qué tienes ahora? —preguntó Yoongi.

—Un juego de tirar la cuerda antes de almorzar, ¿y tú? —le observó.

—Nada hasta después de almuerzo —respondió.

—Genial, entonces tienes que ir a animarme —exigió y alzó ambas cejas con sorpresa cuando su pareja tiró de su cuerpo hacia atrás y luego él se ubicó en frente.

Confundido, abrió su boca para preguntar cuando el primer chillido indignado apareció, indicándole por qué Min había hecho aquello.

—Deja de protegerlo, Yoongi, esa maldita zorra me hizo esto —exclamó, señalando las miles de picadas de mosquito en su piel.

—Lo protejo porque es mi empleado y porque sé que es inocente —declaró con firmeza—. Pregunta a quien quieras, todos saben que Park no haría algo cómo eso y difícilmente creo que pueda entrar a las mentes de los insectos y ordenarle picarte —indicó, consiguiendo un par de risas de los que estaban cerca.

—Estoy segura de que él lo hizo —se quejó, echándose más repelente para mosquito—. Es el causante junto a su amigo de todas las cosas malas que me han sucedido desde que llegue —acusó.

—¿Sigues enojada porque no quise pedirle al encargado la llave de la cabaña del señor Min? —preguntó Jimin con una ligera mueca.

—¡No se trata de eso! —chilló, golpeando su brazo.

—¿Qué te estás echando? —cuestionó Min, quitándoselo de la mano.

—Es repelente para mosquitos, pero no funciona —lloriqueó, rascando su cuello y brazos.

—No sé quién te vendió esto, pero no es repelente para mosquitos, esta cosa en vez de alejarlos los atrae —anunció, devolviéndoselo.

Observando la cosa con horror, Yu-ri lo lanzó al suelo y luego corrió lejos de ellos.

—¿Crees que se vaya a ir? —preguntó Jimin, observando cómo se alejaba.

—Lo dudo —resopló Yoongi—. Dame tu mochila, la dejaré en la cabaña.

—Puedo ir yo.

—Ya están reuniendo al grupo —indicó Min, señalando con su cabeza a uno de los trabajadores del campamento.

—Está bien, gracias —aceptó entregándole su mochila—. Recuerda que tienes...

—Ahí estaré —prometió, sosteniendo su mano mientras cogía la mochila.

Sonriendo satisfecho, Jimin se alejó y fue con el grupo para escuchar las instrucciones del juego.

—¿Han entendido? —preguntó el encargado, recibiendo un fuerte y claro sí—. Perfecto, reuniré al otro grupo, quédense aquí —pidió antes de alejarse.

Observando a su alrededor, Jimin frunció ligeramente sus cejas al no contemplar a su amigo tomar asiento en una de las bancas.

—Hey, se supone que tú también estabas en esta competencia —le recordó.

—Estoy fuera —anunció señalando su tobillo—. Me lo lastimé y me dijeron que no participara en nada más por hoy —explicó.

—Por qué no te creo —pronunció alzando una ceja.

—Porque no deberías —resopló Jungkook, sentándose al lado del rubio—. Encontró una venda, se la colocó y el encargado se lo creyó.

—Eso ya no es mi culpa —sonrió inocente—. Por cierto, escuché que la señorita drogadora estará participando también, gánale otra vez, bebé —le guiñó un ojo.

Riendo, Jimin se alejó cuando contempló a su grupo reunirse otra vez y buscó un lugar al lado de la cuerda, quedando justo al frente con Yu-ri.

—Ustedes tendrán la bandera de su equipo —anunció el encargado, colocando en sus muñecas una bandana de diferentes colores—. Cuando uno traspase esta línea —señaló el suelo—, el equipo contrario gana —explicó—. ¿Todo claro?

Asintiendo, Jimin observó a su alrededor y sonrió al encontrar a su pareja observándole desde los primeros lugares antes de concentrarse en la competencia.

—Perderás —gruñó Yu-ri mientras el encargado iniciaba una cuenta regresiva—. Pagarás por todo lo que me has hecho.

Sonriéndole dulce, Jimin murmuró un "quisieras, loser" Para que solo ella escuchara y se deleitó con la molestia siendo reflejada en ese rostro femenino.

Cuando el encargado llegó a uno, Jimin con el resto de su equipo comenzó a tirar de la cuerda con todas sus fuerzas. Muchos gritos llenaron el lugar, los espectadores animándolos a seguir.

El pelinegro gruñó cuando avanzó un paso, e inmediatamente comenzó a tirar con más fuerza, logrando retroceder uno y dos pasos más.

Luego, en el tercero, algo extraño sucedió y la cuerda repentinamente se cortó mandando a todos al suelo, consiguiendo gritos asustados y otros de dolor.

Maldiciendo entre dientes al verse en el suelo, Jimin intentó enderezarse y se detuvo cuando una puntada de dolor y un repentino mareo le llegó, obligándole a cerrar los ojos.

—¿Jimin? ¿Estás bien? —preguntó una voz preocupada, tocando cuidadosamente su cuerpo—. ¿Bebé? —insistió Yoongi cuando no recibió respuesta, acariciando su mejilla.

—No me siento bien —murmuró, abriendo sus ojos para observar a su pareja antes de volver a cerrarlos.

—Mierda, estás sangrando —gruñó al contemplar el brazo y un costado de su cabeza—. ¡Traigan un médico! —gritó, y golpeó fuera unas manos que intentaron tocar a Jimin.

—Necesitan ayuda —exclamó uno de sus empleados, observándole con el ceño fruncido.

—Se golpeó la cabeza, no se supone que debemos de moverlo —espetó observándolo con molestia antes de concentrarse en Jimin—. ¿Estás despierto, cariño? —preguntó acariciando su cabello.

—El mundo se mueve bajo mis ojos, Yoongi —murmuró apretando sus párpados.

—¡Aquí! ¡Un médico, abran paso! —exclamó Taehyung empujando a todos junto a Jungkook, permitiendo que Hoseok se acercara a Jimin.

—Esperemos unos minutos antes de intentar moverlo y llevarlo al consultorio —expresó Hoseok mientras revisaba el corte sangrante en el antebrazo—. Necesito agua y algo para vendar su brazo —anunció.

—Aquí —dijo Taehyung, entregándole su botella de agua.

—Usa esto —ordenó Yoongi, quitándose su camiseta, manteniéndose firme al lado de Jimin.

Y si escuchó murmullos al respecto, a Yoongi le importó una mierda mientras observaba preocupado el rostro pálido de su pareja, quien también se percató de ello tras abrir sus ojos.

—No me importa —anunció, observando directamente esos ojos verde jade.

Jimin le observó preocupado antes de volver a cerrar sus ojos.



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Pss... Solo aviso que en insta subí fotos del campamento por si quieren verlo 👀

Se les quiere, besotes y abrazotes! <3

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