Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 45 •💘

Leer cap anterior...

💘2/2💘

—¿Qué es lo siguiente en la agenda? —preguntó Yoongi tras terminar la reunión y quedar a solas con su asistente en la sala.

—Almorzar —anunció Jimin, revisando su agenda.

—No recuerdo haberte pedido que hicieras alguna reservación —indicó frunciendo ligeramente sus cejas.

—No, yo lo hice por mi cuenta —expresó alzando la mirada—. Tal vez creas que no es necesario malgastar tu tiempo en algo tan común como comer, pero yo no pasaré hambre solo porque pienses así —explicó.

—Solo tenemos un día más para solucionar cualquier trabajo aquí, no podemos malgastar tiempo saliendo —indicó.

—Alimentarse no es perder tiempo, y ya hiciste esta mañana lo más importante de este viaje y fuiste a revisar el hotel que planean adquirir —argumentó levantándose—. Falta una hora para que te reúnas con el dueño, podemos comer algo.

—Si sumas el viaje de ida y vuelta hacia el restaurante, tendrás ¿cuánto? ¿Veinte minutos más o menos? Para alimentarte como tanto deseas —argumentó levantándose de su asiento también.

—Y precisamente por eso es que almorzaremos aquí en el hotel —le sonrió sobre su hombro—. Leí en línea una queja de que no te atienden correctamente, por lo que felizmente puedo ir a comprobarlo, por ti si tú no quieres —expresó saliendo de la habitación—. Aunque después no te quejes de que alguien se me acerque a hablarme.

—Francis debe de estar demasiado ocupado en este momento como para preocuparse por andar detrás de ti —espetó caminando a su lado.

—¿Francis es el único que se me puede acercar si estoy solo? —alzó una ceja y luego soltó una risita traviesa al encontrar fuego en aquella mirada acaramelada.

Cuando la puerta del ascensor fue cerrada, dejando a los dos solos, Jimin ni siquiera se sorprendió cuando Min atrapó su cuerpo nuevamente y solo alzó sus brazos para rodear su cuello.

—Parece que me estás rogando para que te suba a nuestra habitación y te folle al igual que ayer contra la puerta —espetó, acercando su rostro.

—No necesitamos más rumores sobre nosotros —respondió besando su mentón—. Pero, admito que me gusta pinchar esa bestia posesiva dentro tuyo —sonrió—. Es tierno ver lo celoso que te pones.

—No me pongo celoso —dijo con una mueca que fue besada con ternura y perversión.

—Sí, lo haces, y es tierno —indicó antes de separarse—. Es hora de alimentarse, señor Min —anunció alejándose del alcance de su jefe justo a tiempo para cuando las puertas se abrieron.

Gruñendo por lo bajo, Min pellizcó su trasero antes de pasar por su lado, asegurándose de ocultar el movimiento.

Sonriendo bobamente, Jimin siguió a su jefe y su corazón se agitó suavemente cuando se encontró a Yoongi esperándole antes de seguir avanzando.

Si lo pensaba, desde que habían salido de la habitación esa mañana, Yoongi se había asegurado de que estuviera siempre al alcance de su mirada y que caminara justo su lado, no un paso atrás o a su costado con una clara distancia, sino que justo al lado de el y lo suficientemente apegado como para dejar caer una caricia en su trasero o cintura de vez en cuando.

El imbécil realmente había estado prestándole atención a diferencia del día anterior que comenzó tan... ¿Mal?

Sí, se molestó cuando Min actuó como el imbécil bastardo interesado solo en los negocios, pero... Estúpidamente le había gustado cuando este enfureció al verlo con otro.

No importara cuánto lo negara Yoongi, se había puesto celoso y eso lo volvió extremadamente posesivo.

Y estúpidamente, esa reacción le agradó a Jimin, mucho.

Observando a su jefe detenerse en una mesa algo apartada para tener un poco de privacidad, intentó alejarse y rodearla, pero Yoongi tomó su mano impidiéndoselo y luego corrió la silla para él antes de alejarse, sentándose enfrente.

—Espero que la comida al menos sea buena —comentó tomando el menú que descansaba sobre la mesa.

—La mayoría de sus comentarios decía que sí —respondió Jimin, revisándolo también.

—Bueno, ya puedo poner una queja ante el escaso personal que veo —anunció observando los pocos camareros a su alrededor.

—¿Sabes? —pronunció, llamando su atención—. Ayer antes de que tu bestia interior saliera, escuché algo interesante de Francis.

—Realmente dudo que algo interesante saliera de su boca, se veía que no tenía muchas neuronas en su cabeza —espetó dejando el menú en la mesa.

—No seas malo —rió bajo—. No puedes ponerlo directamente en tu lista negra solo por coquetear conmigo una vez.

—Lo siguió intentando por el resto del día luego de que bajaras —le recordó—. Si no fuera porque nos descubrió besándonos, seguiría por aquí intentándolo —expresó.

—No sigue por aquí porque le ordenaste a Dubois... Espera —se detuvo y le observó parpadeando—. ¿Dijiste que nos descubrió besándonos? ¿Cuándo? —cuestionó con sorpresa.

—Cuando íbamos a nuestra habitación, nos besamos en el ascensor y él lo vio mientras las puertas se cerraban —respondió y una arrogante sonrisa ladina y pequeña surcó en sus labios.

—Querrás decir cuando tú me besaste —corrigió bajo.

—No recuerdo que te quejaras o te apartaras —indicó.

Jimin abrió su boca, pero guardó silencio cuando el camarero finalmente apareció pidiendo su orden.

—¿Por qué tan interesado? ¿Te molesta que ya no te coquetee más? —interrogó Min cuando volvieron a estar solos.

—Bastardo celoso, no me puede importar menos lo que haga o no, me preocupa que lo que suceda aquí pueda llegar a nuestra oficina en Seúl y que tu madre lo descubra —explicó—. Si recuerdas por qué decidimos estar juntos en primer lugar, ¿cierto?

—Porque dijiste que jodo como Dios griego —respondió con una sonrisa arrogante.

—Y tú estabas obsesionado buscándome, pero eso no viene al caso —indicó—. ¿Tú supuesta prometida y tu madre molestándote? ¿Eso te recuerda algo?

—Nada de lo que suceda aquí saldrá si todos quieren mantener su empleo —descartó como si nada, y tomó la servilleta para estirarla en su regazo cuando el mesero se acercó con sus pedidos—. Deja de preocuparte por cosas innecesarias y come —ordenó cuando Jimin solo se quedó observando.

—Porque siempre estoy sintiendo que descubro una parte nueva de ti con cada día —suspiró siguiendo su orden—. Y retomando lo que te iba a contar principalmente, ¿sabías que Francis maneja el hotel cada vez que Dubois no está? —informó.

—¿Lo hace? —se interesó.

—Sip, y ya está confirmado por los demás empleados, ellos dos se cubren la espalda siempre que el otro no está —contó.

—Entonces ambos son realmente estúpidos si aun trabajando juntos no pueden manejar bien el hotel —negó chasqueando su lengua.

—Si, no tengo argumento para ello —suspiró—. Al menos la comida está deliciosa —comentó.

—Pero falta personal —indicó—. Veo mesas sucias y clientes aun esperando que los atienda el camarero.

—Dije que la comida estaba deliciosa, no que el personal estaba bien —expresó y frunció ligeramente sus cejas cuando una mujer se detuvo frente a su mesa.

—¿Señor Min? —preguntó, observándolo directamente.

—¿Quién eres tú? —cuestionó Yoongi, limpiándose sus labios.

—Mi padre es el dueño del hotel que visitó esta mañana, Richard Roux —anunció—. Yo su hija, Lucie Rox —se presentó la pelirroja mujer pecosa—. He venido a reunirme con usted en nombre de mi padre —explicó con una sonrisa coqueta.

Y Jimin sufrió hacia su intento de hablar coreano, la mujer lo intentaba y se entendía en su mayoría, pero su pronunciación seguía siendo tan mala como un perro ladrando.

—La reunión será dentro de media hora —anunció Jimin, tomando su copa.

—Lo sé, me gusta aparecer unos minutos antes —explicó, sin mirarlo.

—E interrumpir el almuerzo de otros —observó Yoongi sin mucho humor cuando se tomó la confianza para colocar una silla entre ellos.

—Oh, yo sentir, es que yo tampoco he comido nada —se excusó batiéndole sus ojos a Yoongi—. Pensé que sería una buena oportunidad para comenzar a hablar del trato —explicó y llamó la atención de un camarero, pidiendo lo mismo que Min.

—Es de mala educación interrumpir la comida de otros sin invitación —murmuró Jimin mientras seguía comiendo.

—Disculpa, ¿tú eres? —cuestionó observándole finalmente.

—Park Jimin, asistente personal del señor Min Yoongi —se presentó con una dulce sonrisa.

—Asistente —repitió y le observó de forma burlesca—. Entonces —anunció concentrándose nuevamente en Yoongi—. Mi padre dijo que era un hombre muy respetable y poderoso —comentó, tomando un mechón de su cabello para enredarlo en su dedo.

—Tu padre no debería de estar hablando de otras personas —indicó Yoongi fríamente, sin caer en el obvio coqueteo de la mujer.

—Lo sé, pero cada vez que él ve a un hombre bueno para su adorada hija, no puede evitar contarme cosas —explicó y le hizo ojitos—. Debería de añadir que le faltó mencionarme lo apuesto que eres —mordió su labio inferior.

"No sabía que también aquí había mujeres que actuaban como perras necesitadas" pensó Jimin, limpiando sus labios.

—Solo te falta preguntar si tiene habitación aquí —murmuró el pelinegro detrás de la servilleta.

—¿Has dicho algo? —preguntó Lucie observándole con una ceja alzada.

—¿Yo? —se señaló a sí mismo Jimin—. No, ¿en qué momento? —negó, alcanzando a apreciar la sonrisa divertida de su jefe.

—Si ya has terminado, tal vez deberías de ir retirándote para que tu jefe y yo hablemos de temas importantes —pronunció la mujer observando su plato vacío.

—¿Tal vez cómo llevártelo a la cama? —preguntó con una gran sonrisa.

—¿Qué? —parpadeó Lucie, con sorpresa.

—¿Qué? —repitió Jimin, observándole dulcemente inocente.

—Tu asistente acaba de insultarme —acusó con Yoongi.

—Yo no escuche nada —respondió este, bebiendo un trago de su copa.

—Pero...

—¿Ha terminado señor Min? ¿Tal vez deberíamos de subir a nuestra habitación y prepararnos para su siguiente reunión? —interrumpió Jimin.

—Podemos comenzar la reunión aquí mismo, mi padre me ha enviado para reemplazarlo —espetó Lucie, molesta.

—Lo siento, pero yo no he recibido ninguna información al respecto —se disculpó Jimin, revisando su celular—. Nop, absolutamente nada.

—Mi padre no tiene por qué informarle a un simple empleado como tú —se burló la molesta mujer.

—Como mi asistente personal, todo llega con Jimin antes de que este me lo pase a mí —informó Yoongi, observando solo al pelinegro sentado frente a él.

—Entonces solo se le ha olvidado enviar un mensaje —espetó entre dientes Lucie, sacando su teléfono de su pequeño bolso de mano para teclear furiosamente con sus largas uñas pintadas—. Pronto recibirás algo —anunció observando con desagrado a Jimin.

—Gracias, muy amable de tu parte —le sonrió y la pelirroja imitó falsamente su sonrisa.

Observando nuevamente a Yoongi, Lucie contempló la copa frente a ella y luego una ligera sonrisa brotó en sus labios antes de intentar tomarla, equivocándose torpemente en el proceso.

—Oh, Dios, cuánto lo siento —exclamó Lucie, inmediatamente tomando algunas servilletas para presionar su mano contra el abdomen firme de Min.

—No me toques —espetó Yoongi, apartando esa mano sin cuidado alguno.

—Deja eso, yo lo hago —anunció Jimin levantándose de su lugar para ir al lado de Min, dónde cómodamente tomó un par de servilletas y las presionó en su abdomen—. Ah, creo que su camisa se ha arruinado, señor Min —comentó desabrochándola para limpiar directamente su piel—. Y eso que era tu camisa favorita, esta mancha de vino no saldrá fácilmente —se lamentó torciendo sus labios—. Tal vez tengas que hasta tomar una ducha —indicó arrastrando sus dedos por sus abdominales—. Apestarás a vino —le observó, dejando una clara invitación en su mirada.

—¿Quién te crees que eres para manosear a tu jefe así? —cuestionó Lucie, sosteniendo con firmeza la mano de Jimin mientras enterraba sus uñas en su piel—. Podría perfectamente demandarte por acoso.

—¿Yo? —exclamó con sorpresa—. Lo siento señorita Lucie, pero yo no fui quien llegó interrumpiendo un almuerzo, autoinvitándose solo para coquetear asquerosamente y luego derramar vino a propósito al ser rechazada —indicó con dulzura.

—Maldita mosquita muerta —espetó enterrando más sus uñas.

Torciendo sus labios, Jimin intentó alejar su mano, pero eso solo logró que una marca rojiza quedara en su piel.

—Eh, hasta tienes garras de una gata en celo —murmuró en perfecto francés.

—¿Qué dijiste? —chilló la tal Lucie.

—Bien, creo que ya te puedes ir largando de aquí —anunció Yoongi, sosteniendo la mano de Lucie solo para apartarla como una molesta basura.

—Pero, yo...

—Tú nada —indicó observando cuidadosamente la mano de Jimin—. La única cosa molesta y sobrante aquí eres tú.

—Solo intentaba ayudarte —exclamó y observó a Jimin con odio—. Se estaba tomando libertades que no debería —acusó.

—¿Por qué no debería? —cuestionó, observándola—. Todo lo que hace Jimin, es porque puede y quiere hacerlo, porque no necesita preguntar algo que sabe que yo quiero —expresó.

—Arriba señor Min, necesita tomar una ducha y cambiarse de ropa antes de que tenga reunirse con el señor Roux —le recordó abrochando los botones de su sucia camisa—. Le estaré enviando la factura de una camisa nueva —informó, observando a Lucie.

—Que sean dos, te debe algo desde que te lastimó sin razón alguna —anunció Yoongi, levantándose de la mesa para retirarse de ahí.

—Espero que disfrute su comida, señorita Lucie —se despidió Jimin antes de seguir a su jefe, quién por supuesto le esperaba no muy lejos.

—Odio a ese tipo de mujer —espetó Yoongi irritado una vez estuvo a su lado.

—Yo también, pero si sabes que será un problema si resulta que realmente vino en nombre de su padre, ¿no? —comentó entrando en el ascensor.

—Envíale un correo contándole la desagradable situación que hizo su hija y cambia la cita para mañana sin dar una hora exacta, eso lo pondrá lo suficientemente nervioso como para no escuche a esa perra —ordenó, tomando su mano tan pronto como las puertas se cerraron.

—Estoy bien, he tenido peores rasguños que estos gracias a las peleas que me metía con Tae —aseguró observando solo un poco tocado como Min las revisaba con cuidado.

—Ni siquiera debió de tocarte —espetó, bajando su mano, pero sin dejarla ir.

—Cierto, y aunque fue dulce de tu parte, me gustaría que no volviera a defenderme si alguien me molesta —indicó—. No solo podría levantar sospechas de que ocurre algo entre nosotros como si ya no hubiese las suficientes, yo también sé defenderme y hablar cuando alguien está molestándome —explicó—. Y si realmente llego a necesitar ayuda en algún momento, entonces te hablaré —prometió y se acercó besando la comisura de sus labios—. Recompensa por ser lindo —sonrió retrocediendo.

—No soy lindo —bufó Yoongi y colocó su mano en su nuca para acercarlo y besarlo correctamente—. Y esto, es realmente una recompensa —indicó.

—Yo tenía pensado darte una mejor un poco más abajo —ronroneó, tocando su entrepierna con descaro.

—Tú... —pronunció, pero entonces las puertas se abrieron antes de llegar a su piso y su amante automáticamente se alejó de él.

Retrocediendo para que las otras personas entraran, Yoongi aseguró a Jimin en una esquina y se colocó frente a él, actuando como una pared para que los otros no empujaran.

Observándolo, cuando Jimin le sonrió de aquella forma y arrastró su mano disimuladamente desde su abdomen hasta su entrepierna, no pudo evitar inclinar su rostro y besarle.

Simplemente... No recordaba que salir con un hombre fuera tan diferente a hacerlo con una mujer...

Mucho menos, que se sintiera tan... Bien.




___________________________________

Listo mis copitos, aquí está su mini maratón 💕

Espero que la hayan disfrutado, un besote y un abrazote, se me cuidan! <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro