
Capítulo 29 •💘
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—Podrías al menos quitar esa expresión de culo amargado, ¿no? —comentó Jungkook—. O no sé, tal vez, ¿dejar de observar tu teléfono? —resopló.
Soltando un suspiro, Min observó a su amigo para nada feliz.
—Tú fuiste el que apareció de la nada en mi casa y me arrastraste fuera —argumentó sin mucho humor y luego observó a su alrededor—. Esto ni siquiera es mucho mi estilo —indicó, arrugando su nariz con disgusto.
—Por favor, no seas tan snob —bufó su amigo.
—No es ser snob, solo que ya no estoy en la edad de visitar estos clubes concurridos de jóvenes chicos casi pubertos —se excusó—. Que te apuesto que hay más de un menor de edad con una identidad falsa.
—Nop —pronunció Jeon, tomando un trago—. La seguridad es estricta, por lo que deben tener sí o sí los 21 años para entrar —aseguró.
—21 —resopló—. Nos llevamos por nueve años.
—Por favor, no te des años de más —le observó.
—Este año cumplo los treinta —le recordó.
—Exacto, aún no lo haces —le sonrió—. Además, ya saben lo que dicen, mientras más viejo el vino, mejor sabe —movió sus cejas.
—Me dices eso porque vas por el mismo camino que yo —argumentó.
—Estás realmente en modo ogro —resopló su amigo, solo un poco desesperado e irritado con la actitud del contrario—. Deberías de estar agradeciéndome por haber aparecido en tu casa y haberte sacado, o si no estarías encerrado en tu despacho trabajando —reprochó—. ¿Qué diría JiHoon si te viera?
—No lo uses a él —gruñó.
—Sabes que tengo razón, a él no le gustaría —indicó—. A pesar de que no te arreglaste especialmente para salir, te ves bien —le observó críticamente—. Todo en ti grita que eres alguien importante, un hombre de negocios y no sabes cuántas personas tienen fantasías de acostarse con una persona así —comentó.
Yoongi observó su pantalón negro, su suéter delgado y ajustado con cuello, y luego la chaqueta de cuero.
No era nada especial, y a pesar de que la mayoría de las personas se encontraban solo en camisetas o sin ellas, al estar sentado y apartado, Min no se sentía acalorado como los demás.
—Solo dime por qué me trajiste aquí —pronunció, observando a su amigo.
—¿Por qué debería de haber una razón para traerte aquí? —cuestionó, sin observarlo.
—Porque si realmente querías distraerme del trabajo, habrías llevado una botella de vino a mi casa o me habrías llevado a beber a nuestro lugar usual —argumentó—. Incluso en ese lugar encuentras un buen polvo si es lo que quieres —le recordó.
Jungkook arrugó su frente.
—Bien, escuché que nuestros chicos misteriosos podrían estar aquí —reveló finalmente.
Yoongi alzó una ceja.
—Fue más un rumor —reconoció—. Pero no perdía nada con venir, y como has estado tan... Peor que tú en el trabajo, pensé que tal vez podría distraerte un poco con esto.
—No he sido tan malo —declaró.
Jeon le observó con una ceja alzada.
—Si sabes como todos te están llamando peor que un demonio por como tratas a Jimin-ah, ¿cierto?
—Solo lo trato como cualquier otro empleado —se encogió de hombros—. Y es mi asistente personal, debo de ser más duro con él que con los demás —se defendió.
—Pues, según lo que escuché, si sigues así no me sorprendería si te renuncia a final de mes —indicó.
—No, él no lo haría —negó inmediatamente.
—¿A caso hay una razón por la que estás siendo malvado con él? —cuestionó.
Una lenta sonrisa ladina surcó entre los labios de Yoongi al recordar toda la semana y como estuvo a punto de hacerlo explotar y mostrarle su verdadero rostro.
—Podría ser —aceptó, pero no dio más detalles.
—¿Y? —presionó Jungkook—. ¿No piensas decir nada más? —cuestionó cuando su amigo prefirió observar la pista de baile que seguir hablando.
—No —respondió, entrecerrando levemente sus ojos cuando un rostro conocido apareció entre el mar de gente.
—Oh, ¡vamos! —exclamó Jungkook, golpeando su brazo—. No seas así y dime —exigió.
Pero Yoongi lo ignoró totalmente, concentrado en el hombre que caminaba directamente hacia él, con sus mejillas levemente sonrojadas y esos ojos verde jade brillantes.
—¡Tú! —exclamó, deteniéndose algo tambaleante frente a él—. ¿Por qué estás aquí, demonio? —cuestionó arrugando todo su rostro mientras su tono salía algo... Arrastrado.
—Estás borracho —observó.
—¡Porrrr supuesto que no lo estoy! —dijo y rió tontamente—. Ay —se quejó cuando lo empujaron desde atrás.
Automáticamente, los brazos de Yoongi lo recibieron y observó algo divertido como Jimin se quejaba y se acomodaba a horcajadas sobre su regazo.
—Te odio, has sido totalmente horriiiible esta semana —se quejó, pinchando con su dedo su pecho—. ¿Sabes lo terrible que ha sido para mí? Has sido un jefe very, very, malo —expresó con pucheros—. ¿Por qué yo? ¿Te hice algo? ¿Patee a tu gatito? ¿Por qué me odias? —exclamó.
—¿Realmente este es Park Jimin? —preguntó Jungkook a su lado, recordándole su presencia a Yoongi—. Sigue siendo una cosita dulce, pero... Está a otro nivel de dulzura y sexy —comentó con sorpresa.
—Y no has visto nada realmente —reveló sin decir mucho.
Cuando el hermoso pelinegro soltó un sonido irritado y molesto, Yoongi le observó otra vez.
—Dios, por qué tienes que tener un cuerpo tan good —se quejó, apoyando sus palmas en sus pectorales—. Y un rostro tan apuesto —frunció sus labios, alzando sus manos para pasar sus dedos por su cabello, peinándolo hacia atrás—. Has sido totalmente un mather fucker esta semana, ¿lo sabías? Demonio.
A su lado, Jungkook rió.
—¿Por qué? —preguntó Yoongi, observándolo tranquilo a pesar de que estaba siendo insultado totalmente por un borracho... Adorable.
—¿¡Por qué!? —exclamó con grandes ojos—. ¿Cómo puedes decirrr eso con lo horrible que has sido con esta pobre alma? —se quejó, apresando su rostro entre sus manos—. ¿Sabes cuánnntas veces esta semana deseé rodear tu cuello con mis propias manos? ¿De patearte en las bolas? ¿De decirte unas cuántas verdades?
—Puedo imaginarlo —sonrió más abierto.
—No, no, no. Don't smile —ordenó, colocando una mano sobre su boca—. Te ves endemoniadamente sexy cuando lo haces y no puedo caer ante el encanto del diablo —explicó quejoso.
Pero entonces se inclinó, y presionó sus labios regordetes sobre su propia mano.
—Te odio, rata inmunda salida del infierno —gruñó y se enderezó—. No te atrevas a lucir sexy tampoco —ordenó y le dio una suave bofetada—. Mi cerebro no se quierrrre concentrar cuando estás sexy —refunfuñó y observó entre ellos—. Tampoco puedo olvidarrr al monstruo entre tus piernas, eso no es un mini Yoongi ni un amiguito, es un amigote —exclamó, retorciendo sus caderas.
Colocando sus manos en esa estrecha cintura, Yoongi evitó que se moviera, consiguiendo un sonidito frustrado por parte del pelinegro que solo aumentó su sonrisa.
Aunque estuviera borracho, tener ese tipo de confesiones que solo confirmaba lo que sospechaba era satisfactorio.
—¡Aquí estabas, mi corrrazón de chocolate! —exclamó otra voz igual de borracha que la de Jimin.
—¿Taehyun-ah? —pronunció Jimin con una automática sonrisa mientras observaba sobre su hombro.
—Ven bebé, encontré unos diez de diez a los que podemos entregarrrles nuestros culos —anunció, levantando fácilmente a su amigo—. Bueno, en realidad es un ocho y el otro un nueve, pero no importa, podemos hacer un trío si no nos gusta uno —comentó arrastrándolo y perdiéndose entre el mar de personas.
—¿Qué fue eso? —cuestionó Jeon entre divertido y sorprendido ante el pequeño tornado que pasó.
—Ese, fue el verdadero Park Jimin que he estado buscando —expresó Yoongi, sonriendo mientras observaba por donde se había ido su asistente con el otro tipo.
—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó.
—La dulzura que siempre mencionaste es completamente actuada —indicó—. Esa es la verdadera esencia de ese chico —indicó.
—¿Y quién era el que lo acompañaba? —cuestionó—. Se me hace conocido, pero no creo que me lo hubiese tirado, lo recordaría de ser así —explicó.
—No lo sé, pero mencionó parejas por lo que no creo que estén juntos —indicó.
—O podrían estar en una relación abierta, dijo trío —le recordó.
—No lo sé —frunció el ceño y movió los dedos contra su pierna antes de tomar una decisión.
—¿A dónde vas? —preguntó Jeon, imitándolo y levantándose.
—El chico está obviamente borracho y su acompañante no parece estar mejor, no necesito que mi asistente tome otra licencia —se excusó.
Sin revelar, que si realmente era su chico de la luna como ya sabía, no quería que nadie más lo tocara.
Internándose en el mar de personas, sintió a su amigo seguirle de cerca, pero no se volteó para confirmarlo y siguió en su búsqueda.
—Yoongi... Creo que ya los encontré —pronunció su amigo, tirando de su hombro.
—¿Dónde? —preguntó, deteniéndose.
Sin decir nada, Jeon señaló un lugar y Yoongi lo siguió con la mirada hasta la barra, donde había un tipo que no conocía, junto al amigo de Jimin y... Su asistente, que intentaba subir muerto de la risa con Hoseok empujándolo desde abajo.
—¿Ese es Hoseok? —preguntó su amigo.
—No me interesa él —anunció, acercándose cuando escuchó al público animarlos a bailar.
Y por supuesto, tan borracho como estaba Jimin, este inmediatamente se animó y siguió el ejemplo de los otros, quitándose su camiseta para comenzar a ondular su cuerpo sexymente, mostrando su físico delgado y firme, con una estrecha cintura perfecta para las manos de Yoongi.
Recibiendo un trago del barman, los tres se lo tomaron de un solo trago y luego el pelinegro desabrochó su pantalón y fingió sacárselos con una expresión traviesa, consiguiendo todo tipo de exclamaciones.
—Alto, conozco este tipo de cuerpo —comentó su amigo a su costado.
Observándole con el ceño fruncido, siguió su mirada y se encontró con el tipo que había sacado a Jimin de su regazo.
No muy interesado, se volvió a concentrar en el sexy pelinegro. Su mandíbula se tensó cuando este se puso coqueto balanceando sus caderas de un lado a otro mientras sus manos se arrastraban por su cuerpo en lo que el tipo rubio a su lado vertía agua de una botella sobre él.
Y cuando se dio vuelta mostrando ese increíble trasero, Yoongi reconoció inmediatamente ese tatuaje de las fases de la luna.
Si alguna mínima duda había quedado en su mente, ese tatuaje la eliminó completamente.
—Es muy malo mentir en una encuesta de la empresa, asistente Park —murmuró e inmediatamente avanzó cuando manos ajenas comenzaron a tocar ese cuerpo exquisito.
—Oh, no, eso no —gruñó Jungkook y se le adelantó.
Empujando los cuerpos de su camino, Jeon llegó hasta la barra y sacó los tipos que rodeaban a su presa.
Ignorando las quejas de todos, tiró el cuerpo del rubio sobre su hombro y se fue de ahí.
—¡Hey, tú! —gritó Jimin al ver la situación de su amigo—. ¡Detente ahí, caverrrrnícola! —exclamó.
Reconociendo las intenciones del pelinegro, Yoongi se adelantó y alcanzó a atrapar a Jimin cuando este simplemente se lanzó de la barra.
—¡Su-eltamre! —se quejó, luchando con los brazos de Yoongi.
—Estás demasiado borracho —reprochó e imitó a su amigo colocando a Jimin sobre su hombro—. No me vomites —advirtió golpeando su trasero.
Jimin chillo e intentó mantenerse derecho, colocando sus manos en su cintura.
—¿Por qué es munro se pushio de cabeza? —exclamó horrorizado, comenzando a hablar mal ya.
—Ni te atrevas a tocarlo —advirtió Min cogiendo la camiseta de Jimin, observando esa desconocida mano que atravesó su rostro e intentó manosear el perfecto trasero de su asistente.
—¿Pareja? —preguntó el desconocido.
—Ogro, hay que irrr pod Tae —exclamó Jimin, volviendo a luchar al ver que no se movían.
Ignorando al tipo, Yoongi cruzó el bar y se dirigió a la salida, siendo inmediatamente saludado por una fresca brisa.
—¡Es Tae! —gritó Jimin cuando escuchó a su mejor amigo desde alguna parte del estacionamiento—. ¡Tae! —llamó, siendo respondido desde algún lugar.
—Tu amigo está bien, no te preocupes por él —ordenó Yoongi, deteniéndose al lado de su auto.
Colocándolo sobre sus propios pies, mantuvo sus manos en su cintura cuando fue obvio que no podía mantenerse derecho.
—¿Cuándo tomaste esa botella? —preguntó, observando como su chico de la luna la sostenía abrazándola con ambos brazos.
—Dejasme, tenño que ir po mi mlejor amigggo —se quejó haciendo pucheros.
—¡Jimin-ah! —exclamó una voz, cada vez más cercana—. ¡Añéjate de mi amigo! —gritó Taehyung, subiéndose a la espalda de Yoongi y tirando de su cabello.
—¡Taehyung! —exclamaron tanto Jungkook como Jimin.
Pero mientras Jimin solo se ponía a reír histéricamente, Jungkook intentaba bajar al rubio de la espalda de su amigo.
Cuando finalmente Jeon lo logró bajar, este fue tambaleante hasta donde su amigo y le quitó la botella para beber un sorbo.
—Es horrra de ir a casla —anunció el rubio, rodeando los hombros de Jimin.
—Síppp, casa —asintió somnoliento, tomando su camiseta de la mano de Min.
Bebiendo un trago de la botella, rodeó de igual forma los hombros de su amigo y ambos se apoyaron entre sí mientras caminaban algo tambaleantes por la calle.
—¿No pudiste retenerlo mejor? —espetó Yoongi a su amigo, siguiendo con la mirada al par que se detenía en el paradero no muy lejos.
—Se puso a gritar que era un secuestrador y violador, ¿qué querías que hiciera cuando otros se me han quedado mirando como si le creyeran? —se quejó molesto, sin quitarle la mirada al par—. No me gusta que intenten irse solo así como están de borrachos —comentó.
—A mí tampoco —reconoció observando el taxi que se detenía al lado de ellos.
Quitándole la alarma a su auto, inmediatamente se subió sin quitarle la mirada al taxi.
—Después tenemos que volver por mi auto —anunció Jungkook subiéndose de copiloto.
—Debiste de haberte subido en el tuyo —indicó Yoongi, saliendo rápidamente a la calle y colocándose detrás del taxi.
—Estaba más lejos, los perdería de vista —se excusó—. Aquí, dobla —indicó cuando el auto frente a ellos lo hizo.
—Lo sé —respondió Min, siguiéndolo.
—Aún no me creo que todo este tiempo, los chicos misteriosos que buscábamos estaban frente a nuestras narices —comentó—. Bueno, más frente a la tuya que la mía.
—Yo ya sospechaba —argumentó—. Tú eras el que estaba perdido.
Jungkook bufó.
—Podrías haberme dicho si tenías una pista que seguir, ¿no? —se quejó.
—Era algo de lo que no estaba seguro y que tenía que confirmar —se excusó, aminorando la velocidad cuando el taxi lo hizo.
—¿Qué sucede? ¿Les va a hacer algo? —preguntó Jeon cuando una puerta se abrió y el conductor se apresuró a salir—. Si los toca lo mato a golpe —gruñó y Yoongi lo apoyó silenciosamente.
Cuando contempló que ayudaba a Jimin bajarse, las manos de Min se tensaron alrededor del volante y estuvo a punto de salir, hasta que observó que solo le estaba ayudando a inclinarse y vomitar sin ensuciarse.
—Ambos tendrán un buen dolor de cabeza mañana —murmuró Jungkook cuando contempló a Taehyung abrir la otra puerta del otro lado e inclinarse hacia adelante para vomitar.
Cuando ambos parecieron calmarse, se subieron al taxi nuevamente y siguieron su camino, con Yoongi siguiéndolo de cerca.
No mucho después, el taxi se detuvo en un complejo departamental bastante decente.
Ambos chicos se bajaron del taxi, agradecieron ruidosamente al conductor lanzándole besos incluso, y luego se alejaron cantando algo que no sabía si era inventado o real en un idioma extraño.
—Bueno, al menos se cuidan entre sí —suspiro Jeon, observando como finalmente desaparecían al entrar en el edificio.
—Cosita dulce e inocente —resopló Yoongi, solo volviendo a conducir una vez los perdió totalmente de vista.
Ahora... ¿Cómo sacaría provecho de lo que acaba de confirmar?
Eso era algo en lo que Yoongi tenía todo el fin de semana para pensar.
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Me encontré con tantos comentarios pidiendo una maratón que he decidido darles una <3
Espero que hayan disfrutado los caps, se me cuidan un motón mis copitos y tengan un buen fin de semana 😘💕
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