
Capítulo 20 •💘
Arriba del escenario, Jimin observó a su amigo y rió libremente cuando este levantó un pie, agarrándolo con su mano izquierda mientras que la otra iba detrás de su nuca y luego comenzó a empujar su pierna de adelante hacia atrás, al igual que su cabeza, consiguiendo un movimiento de baile bastante singular.
Afortunadamente, a pesar de ser un paso tan torpe, Taehyung de igual forma se ganó una gran ovación por parte de su público, que admiraba con atención a los hermosos hombres semi desnudos sobre el escenario, haciendo un tonto concurso del bailarín más atractivo.
No había mucha lógica en el concurso para Jimin, ya que todos arriba en el escenario estaban tan buenos como para chuparse los dedos, y tal vez otra cosa.
Cuando el presentador vestido de una sexy conejita se paró frente a él, sintió unos nervios ansioso mientras lo presentaba al público con los datos falsos que había dado junto a su mejor amigo.
—Entonces nuestro encantador Robin, ¿qué nos vas a demostrar? —ronroneo, observando sin disimulo la figura de Jimin.
Algo que el pelinegro había estado recibiendo desde el mismo instante en que había salido al club con unos pantalones de cuero verde oscuro que parecían estar pintados en sus piernas junto a un conjunto de arneses de cuero rojo que iban entrelazados cubriendo todo su torso e inclusive sus brazos, mostrando más piel que cubriéndola.
Taehyung inclusive le había conseguido la capa amarilla y el antifaz para sus ojos.
No sabía en qué parte del traje decía que era Robin, pero tal parecía que solo necesitaba el pequeño antifaz verde oscuro cubriendo sus ojos para que los demás supieran quien era.
Sintiendo como toda la atención recaía en él, Jimin tomó la mano de su amigo, quien seguía vistiendo el mismo traje con el cual le había ido a buscar, y lo tiró cerca.
—Sé mi compañero —ordenó, justo antes de comenzar a bailarle sexymente sucio.
Y por supuesto, como Taehyung no podía mantenerse quieto, pronto le siguió intentando imitar sus movimientos torpemente, pero sus manos fácilmente encontraron un camino hacia su trasero, golpeándolo fuertemente para la alegría de sus clientes.
Frunciendo el ceño cuando un golpe fue especialmente duro, observó aquellos ojos grises con un pequeño puchero.
—Lo siento, honey —rió Taehyung, acariciando con dulzura la zona afectada.
—Dios, eso fue caliente —exclamó el entrevistador—. ¿Aceptan tríos? —preguntó con entusiasmo, pegando pequeños saltitos que provocaban que aquella colita de pompón se moviera siguiendo el movimiento.
—Sorry, not sorry. Somos exclusivos —declaró Taehyung, envolviendo su cuerpo alrededor de Jimin como un pulpo molesto.
—But, si puede con los dos... —bromeó Jimin, soltando una mortal risita dulce que inmediatamente obtuvo gemidos sonoros en respuesta.
Sonriente, su mejor amigo se acercó a su oído.
—Estás siendo una cosita mala, Jimin-ah —ronroneó—. Me gusta.
—Juro por mi vida que soy un buen chico, pero esta noche, no quiero serlo —canturreo, siguiendo el ritmo de la canción en el club.
—My, oh, my —siguió Tae, sonriendo—. ¿Quieres un trago?
—Pero, ¿y el concurso? —preguntó, observando a los dos concursantes que aún faltaban para que mostraran su baile.
—Podemos retirarnos mientras los presenta, además, cuando termina con ellos se retirará para llegar al veredicto final —explicó, desenredando sus miembros para dejar solamente un brazo alrededor de sus hombros.
—No es la primera vez que participas en estos concursos, ¿no? —preguntó, divertido.
—Corazón, he estado en todo tipo de concursos si eso significa ganar un premio —anunció todo orgulloso mientras bajaba del escenario.
—¿Hay un premio por este concurso? —exclamó alzando sus cejas con sorpresa.
Realmente pensó que solo había sido un juego improvisado para animar a los clientes.
—Por supuesto, y lo mejor de todo, es que es en efectivo —anunció, alzando su mano libre para mostrar la punta de sus dedos restregándose.
—Y me hiciste participar —negó, divertido—. Desde un principio no necesitabas a un compañero Robin, ¿no?
—Nop —aceptó sin culpa alguna—. Ahora, movamos este delicioso trasero a la barra, necesito algo para animarme el resto de la noche —expresó sacudiendo su cuerpo mientras avanzaban, siguiendo el ritmo de la canción.
Cuando su amigo se quedó repentinamente atrás, Jimin giro a verlo confundido y entonces le encontró atrapado entre dos hombres fornidos, bailando mientras estos metían dinero en su cinturón.
Sonriendo, el pelinegro negó con su cabeza y se alejó para ir a la barra, tal vez Taehyung no necesitaba tanto un trago, pero él sí tenía sed.
—Swetty —llamó, apoyando sus antebrazos en el mesón y arqueando ligeramente su espalda.
Por supuesto, dicha posición inmediatamente atrajo la atención de la mujer detrás de la barra, quien rápidamente terminó con su cliente y fue a su encuentro, ignorando a los demás que esperaban antes que él.
—¿En qué puedo ayudarte, querido? —preguntó, observando con obvio interés a Jimin.
Pobre, realmente pensaba que podría llevárselo a la cama, o que se la llevaría él.
—Un trago, suave, pero con alcohol —respondió con una deslumbrante sonrisa.
—¿Puedo invitarte el trago? —preguntó un hombre a su lado, consiguiendo que el hermoso pelinegro de ojos verdes le observara.
—La casa corre con todos los tragos para los bailarines —anunció la barista, preparando rápidamente y con maestría el pedido de Jimin.
—Una lástima, aunque podría invitarte a otra cosa si gustas —sonrió, su mirada recorriendo la curva del perfecto trasero del pelinegro.
—No gracias, hoy solo me divierto —respondió, enderezándose para recibir gustoso su trago.
Probándolo de forma tentativa, Jimin no pudo evitar gemir cuando el dulce sabor mentado explotó en su paladar, y rápidamente, este desapareció de su vaso.
—Dios, chica, esto está buenísimo —exclamó, relamiendo esos rellenos labios—. ¿Cómo se llama?
—Orgasmo en seco —respondió, con una sonrisa malvada.
Riendo alegremente, Jimin empujó nuevamente el vaso.
—Otro orgasmo, por favor —pidió, con una sonrisita traviesa.
La mujer rió cuando los hombres y mujeres que habían estado alrededor de Jimin, atentos a él, gimieron sonoramente.
—En seguida, encanto —le guiñó un ojo.
—Mejor que sean dos, mi amigo tiene que probarlo —se rió.
—Así que, es tu amigo —pronuncio el tipo que le había invitado a un trago, invadiendo todo su espacio personal.
Jimin frunció sus cejas con molestia cuando el tipo tocó su cuerpo.
Había algo en el hombre que no le gustaba, y su toque sin invitación, en vez de ser divertido cómo los otros, se sentía mal, en especial porque no parecía querer dejar de tocarlo.
—Suéltame —ordenó, apartándose.
Pero esa mano molesta volvió, arrastrándose hacia su trasero con firmeza.
—¿Quieres dinero? Puedo darte algo si me dejas golpear este maravilloso trasero con algo más que mi mano —ronroneó.
—Lo siento, imbécil, pero este trasero es solo mío —gruñó una voz tras ellos.
Pronto, Taehyung apartó aquella mano que había osado tocar sin permiso y tiró de Jimin más cerca.
—Puedo darles algo de dinero con tal de tenerlos a los dos —exclamó, observando al par de amigos con obvio interés.
—Qué hombre más desagradable —negó Tae, y observó a la cantinera—. Tal parece que este tipo ya ha bebido mucho —declaró.
—Tendremos un ojo en él —prometió, empujando dos vasos por la barra—. Son la primera persona que ha molestado —expresó con molestia.
—Cómo si realmente pudieran echarme de aquí —resopló divertido.
Observando cómo ambos comenzaban a discutir, el par de amigos tomó sus tragos y se alejó de ahí antes de que la atención volviera a ellos.
—No me había molestado que me tocaran sin permiso hasta que ese tipo apareció —refunfuñó Jimin, tomando asiento en el borde del escenario junto a Taehyung.
—Eso es porque esos tipos conocían su lugar y sabían que solo nos estábamos divirtiendo, ese desgraciado arrogante no —replicó bebiendo de un tiro el contenido del vaso, obteniendo la misma reacción que el pelinegro—. Joder, está bueno —exclamó, echando su cabeza hacía atrás para obtener hasta la última gota.
—¿Quieres saber cómo se llama? —preguntó, bebiendo del suyo.
—¿El frutifantastico? —sonrió.
—Cerca, pero se llama orgasmo en seco —informó, y su amigo soltó una estruendosa carcajada que le contagió.
—Es el nombre perfecto —dijo entre risas.
—Lo es —asintió y observó a su alrededor cuando sintió una mirada intensa—. Oh mierda —exclamó, bajando inmediatamente su cabeza.
Luego, frunció el ceño y la volvió a alzar para contemplar a su estúpido jefe sentado en un sofá blanco, con un chico semi desnudo sentado en su regazo y una mujer a su costado, presionando sus pechos contra él.
—¿Qué es lo que miras con tanta atención, honey? —preguntó Taehyung, siguiendo su mirada—. Eh, esos tipos se me hacen conocidos —comentó.
—Es mi estúpido jefe y su amigo —respondió entre dientes, no muy feliz.
Taehyung soltó una gran carcajada mientras su mano golpeaba el muslo de su amigo con diversión.
—Te dije que le darías vuelta más rápido que una hoja —exclamó alegremente—. Ay —suspiro—. ¿Por qué esa cara larga? —preguntó, observándole con atención.
Jimin arrugó su nariz y torció sus labios en una mueca.
—Soy un estúpido —anunció.
—Por supuesto que no, mi dulce corazón, terco tal vez, borracho también, gruñón a veces, travieso siempre, zorra menos que yo, pero nunca un estúpido —declaró—. ¿Por qué dices eso?
Forzando su vista lejos de aquel hombre malvado, Jimin observó a su amigo.
—Porque estúpidamente mi mente me estuvo atormentando con el recuerdo de nuestra noche juntos, y me animé a mí mismo diciéndome qué si yo estaba así, él también —explicó y señaló con su cabeza el otro lado—. Pero tal parece que realmente era el único —gruñó, enojado—. Debí de haber recordado que cambia de amantes más rápido que de ropa, no importa si es hombre o mujer, él seguiría adelante —expresó con disgusto.
—Ah-ah —negó Taehyung, bajándose del escenario y tirando de su mejor amigo para que le siguiera—. Me niego a creer que ese demonio no haya caído en tus encantos luego de haberte probado —anunció.
—Tiene a otro tipo restregándose en su regazo con solo una tenga y una mujer apretándose a su costado —bufó.
—Solo hay que recordarle de tu sabrosura —sonrió malvadamente, tirando de él detrás del escenario.
—Ni siquiera sabe que se acostó conmigo en la fiesta —resopló.
—Y ahora tampoco sabrá que eres tú —anunció, tomando una máscara que cubría más su rostro, dejando libre solo sus labios—. Jugaremos un poco con su mente, así aprenderá que tú no eres alguien comparable con esas sanguijuelas —prometió y se alejó observando el conjunto de ropa.
—¿Por qué siento que me harás hacer una estupidez? —preguntó cambiándose de máscara.
—Porque me conoces, mi chocolate amargo —canturreo sacando un arnés de cuero negro que cubrían menos, más una pequeña camisa transparente negra que apenas cubría sus pezones junto a unos pantalones de cuero parecido a los que estaba usando en ese momento, solo que negros.
—¿No puedo simplemente quedarme con esta ropa? —preguntó.
—Nop, así estás bueno para besarte, pero este dices cómeme —explicó, empujando la ropa hacia él—. Ah, por cierto, ¿te pusiste la ropa interior que te dije? —preguntó.
—Cómo no hacerlo si ocultaste mi otra ropa interior —bufó, colocándose la camiseta de maya—. No son muy mi estilo, pero admito que son cómodos.
—Y sexy —sonrió el rubio, abriendo sus pantalones y bajándolos para revelar aquel pequeño bóxer de encaje rojo pasión.
—Por alguna razón, no quiero preguntar de dónde los sacaste —murmuró mientras se colocaba los arneses de cuero.
—Modelo ropa interior sexy y me regalaron la colección completa —explicó—. Dijeron que si les iba bien, volverían a llamarme y me regalarían más —contó.
—Realmente, ¿cuántos trabajos tienes? —preguntó divertido, colocándose los pantalones nuevos.
—No los suficientes —sonrió.
—Uh, Tae, estos pantalones son algo raros —comentó cuando finalmente subieron su trasero—. Parece que en cualquier momento se fueran a romper —indicó.
—Esa es su gracia, mi querido amigo —indicó señalando a los costados—. Cuando llegue el momento, tirarás de ellos y estos saldrán fácilmente exponiendo este fantástico trasero —explicó, golpeando suavemente un glúteo—. Ah, no te pongas los zapatos, bailaremos en el escenario.
—¿Y cómo nos acercaremos? —preguntó curioso.
—Se supone que ahora los participantes bailarán para ganar más puntos, por lo que iremos directamente con el demonio de tu jefe y bailaras con el tipo que está a su lado —sonrió malvadamente—. Hay que demostrarle que él no es el único que se puede divertir.
Jimin sonrió reflejando la sonrisa de su amigo.
—Y dices que yo soy malvado —comentó, divertido.
—Al igual que tú, prefiero el término travieso —sonrió y tomó un frasco de un escritorio—. Ahora, algo polvo de hada y estamos listos —anunció, echándole brillo a la piel de ambos.
—Nos están llamando —pronunció Jimin al escuchar el presentador.
—Hora de irnos, bebé.
Tomando una profunda respiración, Jimin siguió a su rubio amigo al escenario.
Sus ojos parpadearon intentando adaptarse nuevamente a las luces oscuras, pero tan pronto como escuchó al conejito presentador dándoles permiso para ir a bailar, caminó confiadamente a la par de Taehyung.
Cuando su mejor amigo señaló la mesa al lado de su demonio jefe, Jimin asintió y le siguió con una sonrisa traviesa.
El escenario se volvió un poco más angosto y terminó justo antes de llegar a la mesa.
Jimin sintió como los ojos se posaron sobre su cuerpo cuando comenzó a bailar apegado con Taehyung en el borde, pero lo ignoró concentrándose en bailar sexy.
Cuando su amigo se alejó repentinamente, él le siguió y le imitó tirando de sus pantalones, logrando quedar solo en ese pequeño bóxer de encaje.
Observó a Taehyung, y alzó una ceja al contemplar un par parecido pero en otro color.
Cuando Tae saltó abajo, él le siguió y observó a Min sexy Yoongi, pero al contemplar que seguía teniendo sus acompañantes, pasó de largo y se concentró en el tipo al lado de ellos, mientras Taehyung iba directamente con Jungkook.
Umh, después averiguaría al respecto, no era común que su mejor amigo le brindara atención dos veces al mismo tipo.
Montando a horcajadas al extraño, Jimin se apoyó en sus rodillas y comenzó a bailarle, haciendo olas con su cuerpo mientras jugaba con él, fingiendo acercar su cuerpo lo suficiente como para tocarlo, pero alejándose antes de que pudiera hacerlo.
Y en cada maldito segundo que se divertía bailando, sintió aquella intensa mirada sobre su cuerpo, lo que solo le encendía más.
Cuando la música bajó y el presentador pidió que volvieran para anunciar al ganador.
Jimin se levantó y tomó el rostro del tipo, besando dulcemente su mejilla, aunque desde la posición de su estúpido jefe, ciertamente no parecía solo eso.
Cuando se enderezó y retrocedió, chocó con un cuerpo, el cual inmediatamente comenzó a tocarlo.
—Te dije que no me tocaras —gruñó y se dio vuelta dándole un rodillazo en las pelotas.
El tipo obviamente borracho se quejó y alzó su mano como si fuera golpearle, pero una mano se apoderó de su muñeca y le tiró con la suficiente fuerza para tirarlo al suelo.
—No lo toques —pronunció Yoongi con dureza, acercando a Jimin a su cuerpo, colocando posesivamente un brazo alrededor de su estrecha cintura—. Solo yo puedo —anunció con arrogancia y luego capturó su rostro con la otra mano y comió de su boca.
Fue lamentable, pero Jimin no pudo evitar gemir dulcemente y rendirse ante esa talentosa boca.
—Mío —sonrió ladino, luciendo malditamente arrogante y sexy mientras le observaba con aquellos ojos.
—Mío, querrás decir —anunció Taehyung, tirando de su amigo lejos del demonio encantador, sacándolo del hechizo.
Sin decir ni una palabra más, ambos subieron nuevamente al escenario.
—Maldición, casi caes otra vez, Minnie-ah —reprochó mientras caminaban por el escenario.
—Realmente es un demonio, Tae, no tengo otra explicación para como mi cuerpo reacciona a él —pronunció tembloroso, y malditamente excitado.
—Yo sí, se llama maldita lujuria —pronunció, y su mirada viajó a cierto pelinegro de pelo largo que estaba al lado del demonio, ambos observándoles fijamente.
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