Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 17•💘


Siendo domingo y completamente recuperado de su resfriado de forma exitosa, Jimin debería de estar técnicamente feliz.

Después de todo, ¿a quién le gustaba tener su nariz tapada con mocos, su garganta apretada, estallar en ataques de tos, sentir su cuerpo pesado y tener dolor de cabeza?

Exacto, a nadie, ni a él mismo.

Pero aun así, no podía sentirse feliz.

¿Cómo se supone que debía de estarlo cuando al día siguiente, tendría que ir a enfrentar a su peor pesadilla?

Y como si fuera poco, tendría que enfrentar esa puñetera sonrisa sexy, llena de arrogancia y maldad satisfecha cuando le informara al demonio que no había podido cumplir con su parte del trato, lo que automáticamente le llevaría a dejar su puesto de secretario, para transformarse en el perrito faldero de Min, cumpliendo con cada capricho y siguiéndolo a todos lados.

Ya no habría más felicidad de quedarse en su escritorio cuando Min salía de viajes, como su asistente personal, estaba obligado a acompañarlo.

En realidad, podría quedarse en la empresa para seguir trabajando y adelantando otro trabajo para el Grinch, pero estaba seguro de que este insistiría en llevarle solo para fastidiarle.

—Ahg, no quiero, no quiero, no quiero —se quejó, rodando por su cama de esquina a esquina.

Y, aunque sabía que era cobarde de su parte, había hablado con SeokJin para que le ayudara a retrasar un poco su sentencia de muerte.

No le importaba que fuera bajo, ni que de todas formas tuviera que trabajar desde su casa, solo quería retrasar un poco más el ver ese arrogante rostro molesto.

Ya que si veía esa sonrisa malvada, su mente inevitablemente le llevaría a pensar en cierto momento un día antes de Navidad y...

—No, Jimin, no pienses en ello —negó, deteniéndose y observando el techo de su habitación.

Había logrado evitar pensar en su terrible error desde el mismo día en que lo cometió gracias a su resfriado y trabajo, no lo comenzaría a hacer en ese momento en que estaba a punto de volver al lado oscuro de su vida.

Soltando un suspiro, se sentó en su cama y revisó su celular cuando este timbró anunciando un mensaje.

Al revisarlo, automáticamente sonrió levantándose de la cama cuando se encontró con el mensaje de Jin, citándole en centro comercial de siempre.

Más animado de lo que había estado los últimos días, el pelinegro se levantó de un salto de la cama y tomó su abrigo de lana en un tono blanco crema que le quedaba un poco grande junto a su gorro negro antes de salir de su habitación.

Deteniéndose cerca de la entrada, revisó su celular nuevamente cuando este anunció otro mensaje y observó el chat de su mejor amigo.

Encogiéndose de hombros, se tomó la foto que le exigía y luego cogió su billetera, la llave de su casa y las de su nuevo auto.

Sonriente, se colocó sus zapatillas y salió de su departamento, dirigiéndose al ascensor.

Cuando las puertas fueron abiertas en el subterráneo donde se encontraba el estacionamiento del edificio, Jimin se estremeció ligeramente cuando una fresca brisa le saludó e inmediatamente alzó el cuello de su chaleco, abrochando hasta el último botón de su cuello.

Dirigiéndose a su auto, se detuvo y contempló con una ceja alzada a su ex, quien pasaba sus sucias manos por este mientras lo rodeaba, apreciando su belleza.

—¿Puedo ayudarte en algo? —preguntó, acercándose con su mejor sonrisa.

Sobresaltándose, HyoSang le observó con sorpresa.

—Ah, no, solo admiraba esta preciosura —explicó, apartando sus manos.

—Gracias, fue un regalo de Navidad por parte de mi hermano y mi padre —comentó, rodeándolo.

—¿Regalo? —repitió, con grandes ojos.

—Sí, regalo —asintió—. En realidad, pensé que me iban a regalar una moto, pero ambos pensaron que era más seguro un auto —sonrió—. Al menos recordaron que estoy trabajando y ya no puedo tomar un crucero como el año pasado, Taehyung estaba algo triste por ello —comentó.

—No sabía que tenías hermanos —comentó su ex, observándolo subirse al auto.

—Te lo dije, pero creíste que era un ex por el cual aún tenía sentimientos —le respondió bajando un poco la ventanilla para observarlo directamente.

—Un ex... —frunció el ceño y luego sus ojos se abrieron enormemente—. ¿Te refieres a Kim Namjoon? —exclamó con sorpresa.

—Descuida, le diré que terminamos porque te descubrí en la cama con otro —le aseguró con una dulce sonrisa, logrando que el rostro de su ex se volviera pálido de horror—. Así no te molestas en darle explicaciones si te lo encuentras por ahí, después de todo, trabajas para él y será muy incómodo, ¿no?

Terminando su conversación, Jimin subió la ventana nuevamente. Ignorando las súplicas de HyoSang, los ocultó bajo el ronroneo de su auto y luego le observó, agitando animadamente su mano en forma de despedida antes de avanzar un poco, logrando que este se apartara de su camino.

Saliendo del estacionamiento, Jimin no pudo evitar reír un poco al recordar el absoluto horror de HyoSang ante sus palabras.

Pobre cosita fea, iba a estar realmente aterrado mientras trabajaba, esperando su sentencia de muerte propia.

—¿Debería de comentarle algo a Hyung? —murmuró pensativo.

Siendo el vicepresidente de la mayor empresa de moda, Namjoon no trabajaba directamente con cada empleado de cada sección que poseía su empresa, al igual que Yoongi, pero estaba bastante seguro de que su hermano era capaz de bajar de su trono solo para hacerle la vida imposible a su ex.

Ah, una parte dentro de él, la vengativa, realmente quería hacerlo, mientras que la otra, le advertía que simplemente no se involucrara más con esa basura.

Y como si Taehyung presintiera que iba a rendirse fácilmente, su voz apareció en su mente, engatusándolo como el pequeño diablillo sobre su hombro izquierdo.

—Bueno, comentarle algo a SeokJin hyung no le hará mal a nadie —decidió finalmente, con una pequeña sonrisa de labios.

Deteniéndose en el estacionamiento del centro comercial, Jimin le envió un mensaje a la pareja de su hermano, avisándole que ya había llegado antes de bajarse de su auto.

Recibiendo una respuesta prometiéndole llegar en menos de diez segundos, Jimin le aseguró que podía esperar y subió al centro comercial.

Comprándose una taza de chocolate caliente, Jimin se entretuvo dando vueltas mientras esperaba, hasta que se percató de cierto osito que le había estado siguiendo disimuladamente a todos lados.

Cuando se sentó en una banca, observó directamente al osito, que de pronto, comenzó a actuar haciéndose el tonto, entregando unos volantes.

—Aquí estabas —exclamó una voz, y pronto, SeokJin estaba tomando asiento a su lado con su propio chocolate caliente en mano—. Lamento la tardanza, tráfico —se excusó.

—Está bien, yo fui el que te molestó primero —expresó.

—Sabes que no fue ninguna molestia —descartó y le observó curioso a través de esos ojos gris verdosos que habían atrapado a su hermano—. Pero tengo curiosidad al respecto, ¿por qué quieres otra licencia cuando estás visiblemente mejor de tu resfriado? —preguntó.

Jimin frunció sus labios, pensativo.

—Hice algo estúpido —se lamentó, decidiendo ir con la verdad.

—¿Tú? ¿Realmente? —cuestionó sin creerlo.

—Sí, yo —suspiró.

—¿Qué tan involucrado está Taehyung en esto? —preguntó dudoso.

—Eso es lo peor, no le puedo echar la culpa a TaeTae porque fue por mi propia cuenta todo —refunfuñó.

—¿En serio? —preguntó interesado—. ¿Y qué fue lo que hiciste?

—Hice un trato con el diablo —gruñó, bebiendo un sorbo de su chocolate.

—El Diablo... —repitió y le observó con sorpresa—. ¿Min Yoongi? ¿Qué clase de trato hiciste? ¿Deberíamos de decirle a tu hermano?

—No, por favor no le digas nada a Hyung, sabes de la rivalidad que se tienen esos dos y aún no está contento de que quisiera trabajar para Yoongi y no para él —expresó.

—Bueno, eso es cierto —suspiró—. ¿Por qué no quisiste trabajar con nosotros? —preguntó curioso.

—Ya sabes cómo es mi hermano —se lamentó—. Estoy seguro de que mantendría un ojo sobre mí, amenazaría a los demás con no molestarme y eso solo aumentaría los malentendidos entre nosotros —torció sus labios—. No me puedo ver trabajando en un lugar donde constantemente estarán murmurando a mi espalda porque Nam no puede ocultar su favoritismo hacia mí al ser su hermano, además, es obvio que me dará favor en todo y me facilitará el trabajo, por lo que no podré poner en práctica realmente mis habilidades.

—Bueno, eso es verdad —aceptó y peinó un mechón castaño oscuro que obstruyó su vista—. Aún no es feliz con que hayas decidido trabajar para el enemigo, pero al menos ya lo aceptó —comentó.

—Por eso no quiero que le digas nada de esto, porque si no estará encima de mí otra vez —explicó.

—Pero, ¿cuál fue el trato que hiciste?

—Le aconsejé al estúpido de mi jefe que contratara a un asistente personal que le ayudara porque me estaba dando demasiado trabajo que no me correspondía, y al idiota se le puso en la cabeza que yo aceptara el puesto —explicó—. Por supuesto que no acepté y comencé una exhaustiva búsqueda del candidato perfecto, pero ¿puedes creer que los rechazó a todos con excusas estúpidas? —se quejó—. A uno lo rechazó por su altura, Hyung, su altura.

—Ay Jimin-ah, cuando a esos tipos se les pone algo en la cabeza, nadie puede decirle lo contrario —simpatizó colocando su mano en su hombro—. Mira a tu hermano, es igual.

—Sí, pero ese idiota terco es mi hermano desde de que tengo quince años —suspiro—. La cosa, es que en la fiesta de Navidad expresé que necesitaba mis vacaciones en enero, y una cosa llevó a la otra, al final terminé aceptando una tonta apuesta que ponía en juego mis vacaciones.

—Supongo que perdiste —adivino.

—Y de forma falta —torció sus labios—. Lo peor, es que después de que acepté, el idiota me dijo que si no lo lograba, perdía mis vacaciones y además, me volvía su asistente personal —explicó—. ¿Ahora entiendes por qué necesito de esa licencia? Tengo que estar mentalizado para lo que enfrentaré una vez vuelva.

—Bien, puedo entenderlo ahora —asintió, pensativo—. Pero si esto es algo molesto, ¿por qué no simplemente renuncias y buscas trabajo en otro lado?

—Porque no quiero darle el gusto a ese idiota arrogante —gruñó.

—Eres igual de terco que tu hermano —negó, divertido—. Toma, aquí está tu licencia —anunció entregándole el sobre que había estado trayendo—. Mi amigo dijo que usó de excusa tu resfriado, transformándolo a un caso más severo y de cuidado para justificar otras dos semanas en casa —explicó—. Dijo que envió la licencia personalmente a la empresa, pero que te daba la copia en caso de que pusieran algún pero.

—Dos semanas es algo mucho, ¿no? —preguntó dudoso.

—Tómatelo como las vacaciones que deseabas tomarte —se encogió de hombros.

—¿Y si Min demonio Yoongi sospecha?

—Dudo que vaya personalmente a tu casa para confirmarlo —alzó una ceja—. Ahora, si te sientes culpable, puedes trabajar un poco desde tu casa o fingir que te sientes mejor cerca de los últimos días y asistir normalmente, aunque no te lo aconsejo desde que no te pagarían —indicó.

—Bueno, supongo que utilizaré todo este tiempo para mentalizarme bien y no trabajaré en nada—expresó decidido.

—Namjoon querrá pasar algunos de esos días contigo —indicó.

—No le dirás, ¿cierto? —le observó.

—Ya te dije que no —prometió—. Pero le debes alguna salida desde que no podremos vacacionar juntos —indicó.

—Hecho —asintió felizmente—. ¿Debería de llevar algo mañana? —preguntó.

—Nop, tenemos todo preparado para pasar año nuevo —prometió.

—¿Alguna señal de mis padres? —preguntó, a pesar de que sabía la respuesta.

—Tu hermano sigue teniendo la esperanza de que llegaran a última hora —se lamentó.

—Dile que no les presione por volver —pidió, observando su vaso vacío—. Hace tiempo que dejó de importarme que estén o no ahí, para eso los tengo a ustedes —expresó con una dulce sonrisa sincera.

—Aigoo —exclamó su amigo, apretando su moflete—. Eres tan dulce que entiendo perfectamente porqué mi novio es tan idiota con otros por ti —suspiró—. Le diré exactamente esto, así le quitaré un peso de encima y será todo sonrisas —expresó feliz.

—Agh, siento que me llamará solo para confirmarlo y obligarme a decirlo —rió bajito.

—Tenlo por seguro —asintió divertido—. ¿Sabes? Nunca me confirmaste si llevarías a tu novio a nuestra boda, ya falta poco y necesito confirmar cuantas personas irán realmente —expresó.

—Solo anótame con Taehyung, terminé con HyoSang —reveló, observando al osito acercarse lentamente a ellos.

—¿Qué? ¿Por qué? ¿Cuándo? —exclamó con sorpresa y luego parpadeó cuando un una persona disfrazada de oso se detuvo frente a ellos con sus manos en su cadera y la pose más dramática que una persona podía realizar con aquel disfraz.

—Así te quería pillar, maldito traidor —exclamó aquella conocida voz.

—¿Qué haces con ese traje, Taehyung-ah? —preguntó divertido Jimin.

—Te dije que estaba trabajando en un centro comercial —refunfuñó, quitándose su cabeza de oso.

—Si, pero antes me dijiste que estabas trabajando de stripper —le recordó.

—Eso solo es los fines de semana y de noche —descartó y se hizo un espacio entre los dos en la banca—. Y entonces... ¿Por qué intentas quitarme a mi mejor amigo, Hyung? —cuestionó observando a SeokJin.

—Sabes que nunca haría eso —le sonrió ordenando su cabello—. Pero más interesante, ¿cómo es eso que terminaste con HyoSang y recién me estoy enterando de ello? —preguntó observando a Jimin.

—¿No le has contado, mi corazón destrozado? —exclamó Tae, observándolo con sorpresa.

—Pensaba en hacerlo ahora —respondió, dudoso.

Y cuando aquella mirada malvada apareció en el rostro de su mejor amigo, Jimin suspiró disculpándose mentalmente con HyoSang por destruir su vida laboral totalmente.

Pero bueno, el idiota se lo merecía después de haberle hecho desperdiciar su tiempo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro