Capítulo 8
Mañana voy a actualizar 2 capítulos más. Y prepárense porque ahora si se viene el yoonmin:**
— ¿Quería verme? —cuestionó Jungkook dando un par de pasos dentro de la habitación. Yoongi se encontraba sentado detrás de su escritorio leyendo algún documento, pero a pesar de que parecía no haber notado su presencia podía sentir la tensión en el silencio.
El pelinegro se levantó con la carpeta en su mano y Jungkook se sintió aún más incómodo por el silencio. Tuvo la intención de hablar nuevamente, sin embargo, antes de que pudiese articular si quisiera una palabra el mayor le lanzó el documento directo al pecho seguido de un golpe seco en la misma zona. El menor se tensó.
— ¿Te gustaría explicarme cómo resolveremos esto ahora? —bramó entre dientes el contrario mirándole severamente a los ojos. El contrario tragó saliva sintiéndose nervioso y con manos temblorosas sujetó el documento para leerlo.
Corrección del informe de Autopsia realizado por el doctor Jeon Jungkook.
— ¿Q-Qué...? —Jungkook se sintió aún más confundido al ver la firma del doctor Park al final de la hoja—. ¿Qué es esto?
—También me gustaría saberlo, por eso te he llamado aquí —respondió seco el mayor—. ¿Te has convertido en un incompetente, Jeon? ¿Cómo ha podido cometer un error tan estúpido?
—Lo siento, señor... Y-Yo de verdad, no imaginé... —Jungkook tartamudeó tratando de explicar, pero la expresión furiosa de Yoongi lo hacía encogerse en su lugar. El contrario sujetó su camisa con una mano de forma agresiva y lo obligó a verlo.
— ¿Te has olvidado de que tengo tu vida y la de tu familia en mis manos? —escupió a centímetros de su rostro con una mirada que le helaba la sangre—. Sabes que no puedo tolerar los errores, Jungkook. Y menos un error tan estúpido como este. No querrás que tu querido novio sea el blanco de mi ira. ¿O sí?
Los ojos de Jungkook se abrieron aún más en señal de alerta y su corazón se aceleró debido al miedo que sentía de solo escuchar aquellas palabras. Sabía lo peligroso que podía llegar a ser Yoongi, peor aún, sabía las consecuencias fatales que podría tener un simple error.
— ¡Yoongi, lo siento! ¡Voy a arreglarlo! Buscaré una solución, lo juro. —Jungkook sujetó la mano que Yoongi apretaba en su camisa y lo miró al rojo intentando persuadirlo.
—Por supuesto que lo harás... —murmuró Yoongi liberándolo de golpe—. Más te vale que esto no nos afecte. Jimin ya sabe demasiado, y su curiosidad no parece tener punto de saciedad.
— ¿No sería mejor deshacernos de él de una vez por todas? —cuestionó el menor con cautela. Yoongi le dedicó una mirada que no pudo descifrar.
—Me gustaría ver que tan lejos está dispuesto a llegar —habló dándole la espalda—... Aparte, sería un pena no poder ver esos ojos de nuevo.
Jungkook mordió su lengua e hizo una reverencia antes de salir de allí con la carpeta en sus manos dejando a Yoongi solo allí junto a sus pensamientos.
En el silencio y la soledad de su oficina el pelinegro se cuestionaba la razón del deseo de poner sus manos sobre Jimin. Era una atracción creciente, no podía decir que lo había sentido del principio, pero parecía crecer con cada segundo que transcurría desde el momento en que lo había besado en el club.
Y él estaba seguro de que podría hacerlo caer si así lo quisiera. Pero parecía más divertido esperar a que fuese el mismo Jimin quien cayera en la cueva del lobo por su propia curiosidad.
Los días transcurrieron con normalidad y de forma rápida desde el día del "secuestro", si es que se podía llamar así. Y pese a haber apaciguado su curiosidad con aquel suceso, esta había aumentado y estaba aún más decidido a encontrar la verdad.
Por otro lado, también estaba aquel presentimiento que le decía que si descubría la verdad de la operación Cobra también podría descubrir algo acerca de su hermana. No tenía ninguna certeza de que aquello fuese así, sin embargo, era lo único a lo que podía aferrarse.
Se había mantenido tan ocupado en el trabajo aquellos días que no había podido quedar con Taehyung para cumplir con su promesa de ser su modelo. Aún así el chico había sido bastante comprensivo y le dijo que no había problema en posponerlo. Hasta aquel domingo en el que por fin tuvo un descanso y decidió usarlo para visitar a su nuevo amigo.
— ¿Saldrás? —cuestionó con Miyeon desde la cama cuando salió de la ducha con una toalla enredada en la cintura.
—Sí, hace días le prometí a un amigo que le haría un favor y no había podido cumplir —explicó Jimin mientras buscaba algo de ropa en el armario.
—Creí que habías dicho que pasaríamos el rato juntos cuando estuvieses libre... —protestó la pelirroja sentándose en el colchón.
—Lo siento, no vendré tarde así que podemos ver alguna película o cenar fuera. —Comenzó a vestirse bajo la mirada nada contenta de su novia, aún así no pudo hacer nada más que suspirar con cansancio.
—Ese no es el problema... El problema es que parece que siempre soy tu ultima opción —soltó—. Cuando no es Wooyoung es cualquier otra persona, pero siempre tiene que haber alguien por encima de mí.
—Miyi... Vivimos juntos, te veo todos los días en la noche o en la mañana. Hay personas que solo puedo ver en mis días libres —Jimin la miró con ojos brillantes, rogando internamente que no tuviesen que empezar una discusión en ese momento.
—Que vivamos juntos no quiere decir que compartamos tiempo juntos, Jimin. Apenas intercambiamos algunas palabras porque siempre estás cansado —alegó la chica cruzándose de brazos—. ¿Acaso ya no te importa nuestra relación?
Como si fuese una especie de recordatorio, el recuerdo de la noche en que besó a Yoongi en aquel club pasó por su cabeza. Era un recuerdo que siempre trataba de ignorar, pero el mini infarto que sentía cada vez que revivía el momento no era fácil de dejar de lado.
—Estoy haciendo todo lo que has querido, Miyeon. Me quedé aquí contigo, te ayudo a pagar las cuentas, los servicios, e incluso le envío dinero a tu madre. Dormimos juntos cada noche, desayunamos y cenamos juntos cada día. ¿No es eso suficiente?
La pelirroja frunció el ceño y soltó una risa seca. — ¿Te parece que es suficiente? ¿Ese es tu mayor esfuerzo? ¡Ya ni siquiera sé si aún me amas, Jimin!
—Estoy muy cansado, no quiero tener que discutir contigo. Ya tengo suficiente estrés en el trabajo, yo solo-
— ¿Eso soy para ti? ¿Un estrés? ¡¿Entonces porque jodidos sigues aquí?! —alzó la voz y enseguida se puso de pie para pararse frente a él. Jimin suspiró resignado.
—Tienes razón. Ya debería haber buscado otro lugar —respondió tomando a la contraria por sorpresa—. Encontraré algo antes del siguiente fin de semana.
Sin decir mucho más tomó su abrigo junto a sus llaves y su cartera y salió de la habitación a paso rápido con Miyeon pisándole los talones.
— ¿Esto es en serio, Jimin? —soltó con voz pastosa—. ¿Por qué aceptaste resolver las cosas en primer lugar si no querías estar conmigo?
—Porque antes era fácil estar contigo, Miyi. Pero ahora, se ha convertido en un dolor de cabeza —soltó seco de pie junto a la puerta.
—Eres un idiota —sollozó la chica con una clara expresión molesta antes de darse la vuelta para volver a la habitación.
Jimin suspiró antes de abrir la puerta para salir del lugar y se preguntó mentalmente qué acababa de suceder. Quizá sus palabras habían sido producto del estrés al que había estado sometido los últimos días, quizá solo se estaba volviendo irritable, quizá realmente no sabía lo que quería.
O quizá solamente había dicho la verdad.
Tenía muchos sentimientos encontrados desde que había besado a Min Yoongi. Había sido la primera vez que besaba a un hombre y ni en toda su vida imaginó que aquello fuese si quiera posible. Se repetía a si mismo que lo que sentía era simple curiosidad, no es como que le hubiesen empezado a gustar los hombres de la noche a la mañana. ¿O sí?
Apartó todo pensamiento respecto al tema de su cabeza y tomó un taxi hasta la casa de Taehyung luego de avisarle que estaba en camino. El día estaba fresco y apenas soleado, las personas que caminaban por la calle parecían relajadas mientras que él sentía que todo era irreal.
Los días que pasaba encerrado entre cadáveres y crímenes sin duda alejaban su mente de la sanidad de vez en cuando, haciéndole imposible a veces el hecho de creer que había personas allá afuera con vidas y trabajos completamente normales.
¿Cómo es que no todas las personas pasaban sus días abriendo cuerpos en canal para examinar hasta sus vísceras?
Sacudió la cabeza y con cautela observó al conductor por el retrovisor, como si temiera que este hubiese sido capaz de escuchar sus pensamientos. Se rio internamente de sí y no fue consciente de lo rápido que había sido el viaje ya que había estado ocupado con sus absurdos pensamientos.
Luego de pagar bajó del vehículo y pasó por una cafetería en busca de café y algunos postres para su amigo pues sentía cierta vergüenza de llegar con las manos vacías. Una vez listo caminó hasta el edificio y subió según las indicaciones hasta el apartamento del castaño.
Luego de tocar la puerta un par de veces esta se abrió revelando a un sonriente Taehyung que llevaba una camiseta holgada cubierta por manchas de pintura. Se saludaron con una risa y una vez dentro el menor recibió agradecido el café que había traído.
—Gracias, hyung. No tenías que molestarte. ¿Cómo has estado? —cuestionó el castaño arrojando algunas cosas fuera del sofá para hacerle un espacio y que pudiese sentarse.
—Bastante ocupado, pero he estado bien. Me sentía culpable por tener que cancelarte cada semana, espero no haberte retrasado demasiado en tu proyecto —confesó Jimin tomando asiento en el lugar.
—Oh, no te preocupes, aún queda tiempo y trabajo rápido —comentó el menor sin borrar esa característica sonrisa de su rostro.
Jimin siguió al chico con la mirada mientras este acomodaba todas sus cosas frente al sofá, incluyendo el caballete con un lienzo en blanco listo para empezar. El rubio se sintió ligeramente nervioso de repente y dio un sorbo a su café sin saber qué hacer.
—No estés nervioso, hyung. No debes hacer nada difícil —explicó el chico acomodando algunas pinturas sobre una mesita—. ¿Te molestaría quitarte la ropa?
Jimin se ahogó ante sus palabras y enseguida tosió violentamente. Taehyung rio divertido con su reacción.
—Prometo que no haré nada raro, ni siquiera voy a tocarte —habló el chico rápidamente intentando que no pensara demás.
Jimin sintió que su rostro se calentaba y se preguntó mentalmente qué tan incomodo sería aquello. — ¿La ropa interior también?
—Oh, nono. Puedes dejarte la ropa interior —aclaró el castaño.
—De acuerdo —asintió el rubio con nerviosismo al mismo tiempo que se ponía de pie para acatar a petición del contrario.
La vergüenza se disipó rápidamente al darse cuenta de que Taehyung era todo un profesional respecto al asunto, ni siquiera parecía importarle demasiado el hecho de que hubiese un hombre medio desnudo en su sala, estaba mucho más enfocado en encontrar la iluminación correcta.
Jimin por otro lado se golpeó mentalmente. ¿Por qué se sentiría nervioso de que otro hombre lo viese en ropa interior? ¿De donde había salido ese repentino pudor?
—Okey —habló Taehyung cuando terminó de arreglar el improvisado set, que no era más que una butaca de madera frente a un paral con una tela blanca que hacía de fondo—. Te sentarás en esta posición.
El menor le enseñó la pose que debería adoptar la cual no era demasiado complicada, simplemente debía sentarse mirando hacía al frente con sus manos agarrando el borde y el rostro inclinado hacía el frente.
—Puedes moverte cada tanto cuando te sientas tenso e incluso puedes pedirme que tomemos descansos, no te presiones —habló el chico con voz calmada y luego se puso de pie dejando que Jimin tomara su lugar.
Acomodó un poco la posición de sus brazos, su cabello y luego de que estuvo bien tomó asiento detrás del caballete para comenzar. Una ligera música llenó el silencio de fondo y luego de un rato Jimin comenzó a relajarse. Taehyung estaba totalmente concentrado en su trabajo, mirándole atentamente cada tanto mientras su mano se movía sobre el lienzo.
La luz cálida que entraba por el ventanal creaba un ambiente aún más acogedor y los olores de la pintura y el disolvente tampoco resultaban desagradables. De vez en cuando Jimin se estiraba para liberar la tensión de sus músculos pero poco después volvía a su pose inicial para no entorpecer el trabajo del contrario.
Los minutos trascurrieron con rapidez hasta convertirse en horas en los que ninguno de los dos fue consciente. Jimin se mantenía sumido en sus pensamientos mientras que Taehyung se dedicaba a hacer su trabajo, ninguno de los dos tenía intención alguna de acabar con el silencio.
—Tomemos un descanso —dijo Taehyung estirando su espalda y poniéndose de pie.
Jimin asintió e hizo lo mismo, enseguida su vista se dirigió hacía la ventana notando que la tarde comenzaba a caer. Desde la cocina escuchó a Taehyung algo molesto murmurando algunas cosas para sí mismo.
— ¿Sucede algo? —cuestionó Jimin sentándose en uno de los taburetes de la barra.
—Es mi compañero de piso. Siempre deja las cosas hechas un desastre —bufó el castaño molesto. Jimin asintió recordando el cartel que había visto la primera vez que visitó su casa.
—Ya veo. Entonces si conseguiste un compañero —respondió Jimin más para sí mismo.
—Sí. Pero ya estoy a punto de terminar el contrato, es insoportable —protestó evidentemente molesto—. ¿Te gusta el té?
Jimin asintió. — ¿No te gusta el café, cierto?
Taehyung se giró para verlo de repente luciendo apenado. — ¿Cómo lo notaste?
—Tu expresión cuando probaste el que traje esta tarde fue demasiado obvia, podías haberlo dicho simplemente —comentó con una risita restándole importancia a la situación.
—No quería ofenderte, pero supongo que me alegra que ahora lo sepas.
Jimin asintió y agradeció cuando el contrario le pasó la tasa con té. —Si terminas corriendo a tu compañero... ¿Crees que yo podría ser tu nuevo compañero?
Los ojos de Taehyung se abrieron en señal de sorpresa y casi se ahogó con la bebida. Jimin carraspeó y desvió la mirada sintiéndose algo avergonzado. ¿Había sido inapropiado decirlo?
—No creí que estuvieses buscando un compañero de piso —Taehyung carraspeó—. Lo siento. Solo creí que como eras forense ganabas mucho dinero.
Jimin soltó una risita. —Apenas acabé de graduarme.
—Hm, no hay ningún problema. Te llamaré para firmar el contrato cuando este listo si es lo que quieres. Aunque ya sabes que este lugar no es demasiado grande, no se si sea de tu gusto. ¿Dónde vives ahora? —cuestionó Taehyung mirándolo con los ojos bien abiertos.
—Con mi novia —respondió Jimin seguido de un suspiro recordando la discusión que habían tenido antes de salir de casa.
— ¿Y porque te irás de allí entonces? ¿Acaso quieres dejarla? —preguntó rápidamente y al final se tapó la boca—. Lo siento, estoy siendo demasiado entrometido.
—No pasa nada. Creo que quería que lo preguntaras... Necesitaba hablarlo con alguien.
Jimin dio un sorbo a su té y luego miró a la mesa empezando a contarle la historia a Taehyung sin saltarse siquiera un detalle (omitiendo el hecho de que había besado a su jefe estando ebrio). El castaño escuchó atentamente cada una de sus palabras mientras bebía su propio té. Tampoco desaprovechó la oportunidad para contarle todo acerca de su hermana y la situación extraña en su trabajo.
Al final Taehyung terminó tan confundido como él y con un montón de preguntas por hacer.
—Entonces déjame ver si entendí... ¿Crees que podrían estar encubriendo a ese supuesto clan o club cobra? —cuestionó con el ceño fruncido. Jimin asintió—. ¿Y eso también tendría que ver con el hecho de que todas los cuerpos que examinas tengan el mismo diagnostico?
—Sí... O bueno, al menos esa es mi teoría —explicó el rubio acariciando el borde de su taza con sus dedos.
— ¿Y pese a que incluso te secuestraron no tienes miedo de que te hagan algo peor? —Taehyung abrió los ojos con sorpresa, como si no pudiese creerse lo que estaba escuchando.
—No tengo nada que perder, así que me gustaría llegar hasta el fondo de todo esto.
Taehyung asintió en silencio y tomó un sorbo largo de su té como si estuviese pensando en algo, analizando toda la información que había recibido.
—Dijiste que había una lista con los sospechosos del caso... —recordó Taehyung, Jimin asintió—. Dijiste que había uno que estaba detenido. Quizá puedas empezar por ahí... ¿Por qué no vas a verlo a la cárcel?
Jimin lo miró con atención. Taehyung tenía razón. Kim Edán. Solo debía saber donde estaba detenido, podía intentarlo, aunque no descubriese nada, era un paso más que podía lograr avanzar.
— ¿Estás seguro de que esto no es demasiado peligroso? —cuestionó Taehyung una vez más, se notaba el nerviosismo en sus ojos.
—Esto podría tener algo que ver con la desaparición de mi hermana, por eso siento que tengo que tengo que llegar al fondo de todo.
Taehyung estuvo a punto de hablar, más se vio interrumpido por el sonido de notificación del celular de Jimin quien frunció el ceño al ver el mensaje en la pantalla. Un escalofrío recorrió su cuerpo y por un instante sintió como si no fuesen solo ellos dos allí.
El menor lo miró con una expresión confundida por lo que Jimin le pasó el celular para que pudiese leer el texto.
De: Número desconocido.
Si quieres saber más acerca de la operación cobra ven el martes XX a esta dirección. (Dirección adjunta).
Pregunta por Kim Seokjin.
PSD: Ven solo.
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