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Capítulo 6

PREPARENSE PORQUE SE VIENEE. (Si llega a 20 votos para mañana, actualizo de nuevo) besosss.

El olor del oleo y el disolvente de pintura que inundaba el ambiente le hizo recobrar la consciencia poco a poco. Arrugó la nariz y parpadeó lentamente sintiendo como el punzante dolor de cabeza le dificultaba la acción de abrir los ojos.

Una vez que fue capaz de sentarse sobre el cómodo sofá en el que se encontraba reposando anteriormente echó un vistazo a la desconocida estancia, frunciendo el ceño en señal de confusión al mismo tiempo que su mirada viajaba a través de los lienzos vacíos como también hacia otros que poseían un arte bastante peculiar. A su izquierda se encontraba un gran ventanal que aportaba una hermosa cantidad de luz natural, una alfombra en tonos verdes con algún tipo de diseño barroco que hacía un exquisito contraste con el suelo de madera. Sin duda la persona que habitaba aquel lugar no era ningún principiante en el arte ni en la decoración de interiores.

Luego de curiosear lo suficiente, a medida que su cerebro iba despertando, los sucesos recientes de la noche comenzaron a inundar a su cabeza hasta que recordó el momento en el creía haber caído al suelo. Entonces ¿Cómo era que estaba allí?

Como si sus pensamientos hubiesen sido escuchados, un chico alto que vestía una camisa blanca ancha de botones apareció desde la cocina sosteniendo lo que parecía ser una tasa con café. Jimin se sintió alarmado, era la primera vez que veía a aquella persona en su vida, y el malestar de la resaca solo hacía que la situación se sintiera mucho peor.

—Soy Kim Taehyung. Tengo 25 años y voy a la universidad de Artes. Te encontré tirado en la calle en la madrugada y como mi casa queda cerca decidí traerte —habló rápido sin darle tiempo de argumentar—. No soy un secuestrador, no vendo órganos, ni pienso hacerte nada raro.

El rubio abrió la boca para hablar sin embargo volvió a cerrarla pues no terminaba de procesar del todo lo que había dicho el chico frente a él. Era claro que no estaba mintiendo, a leguas se le notaba que no era más que un simple chico universitario, su expresión infantil y la mancha de pintura amarilla en su mejilla lo confirmaban.

—Te agradezco el gesto. Aunque no me parece buena idea que estés trayendo a tu casa a cualquiera que te encuentres tirado en la calle —respondió Jimin luego de un par de minutos de silencio.

—Para ser sinceros, te vi corriendo por la acera antes de caer al suelo. Creí que estabas huyendo de alguien así que fue lo primero que se me ocurrió. Tampoco acostumbro a traer desconocidos a mi casa —se defendió el castaño al mismo tiempo que se acercaba a él para ofrecerle una tasa de café que Jimin aceptó gustoso.

Jimin recordó la razón por la que había estado corriendo e inmediatamente sacudió la cabeza liberando un suspiro frustrado, no era algo que quisiese recordar en ese momento.

—Gracias, de nuevo. Me llamo Park Jimin. Dijiste que tenías veinticinco años así que soy tu hyung —informó manteniendo una leve sonrisa en sus labios y el castaño le sonrió de vuelta.

—De acuerdo, hyung —asintió.

Luego de avisarle a Wooyoung y a Miyeon que se encontraba bien compartió un desayuno agradable con su nuevo amigo, Taehyung. El chico había resultado ser una persona de lo más agradable, de esas que logran contagiarte el buen humor tan solo con su sonrisa. Al final intercambiaron números con la promesa de volver a verse.

—Gracias por desayunar conmigo, hyung —soltó con una sonrisa mientras le acompañaba hasta a puerta del departamento.

—Gracias a ti por traerme a tu casa —respondió Jimin acomodándose la chaqueta y confirmando que todas sus cosas estuviesen dentro de los bolsillos.

El castaño abrió la puerta para él, más sin embargo, sus ojos demostraban que aun había algo que quería decir lo que hizo que Jimin se detuviera en el pasillo para mirarle con la cabeza ladeada.

— ¿Hay algo que quieras decir? —insistió el rubio hacia el chico que tragó saliva ante su pregunta y luego desvió la mirada al suelo.

—Hm... Quizá sea demasiado atrevido de mi parte —habló sin mirar directamente a su rostro—. Pero, tienes unos ojos muy lindos... ¿Crees que podrías ser mi modelo para mi proyecto de arte?

Jimin jamás esperó que recibiría aquella propuesta por lo que se quedó en blanco en su lugar. No sabía nada acerca del tema, así que no sabía si sería capaz de hacer algo así.

—Yo nunca he hecho nada parecido —siseó—. Aparte estoy bastante ocupado con el trabajo. ¿Qué debería hacer exactamente?

Un brillo de esperanza iluminó los ojos de Taehyung y al mismo tiempo volvió a sentir seguridad. —Tu no debes hacer nada. Solo dame al menos una hora de tu tiempo a la semana y ven a verme. En compensación voy a cocinarte lo que quieras.

Jimin asintió. La comida casera no era fácil de rechazar, aparte había confirmado que Taehyung tenía unos buenos dotes culinarios.

—Hecho —aceptó—. Te llamaré luego para que acordemos el día y la hora.

— ¡Gracias, hyung! —agradeció el chico con una bonita sonrisa y luego volvió a despedirse con la mano.

Cuando la puerta se cerró y justo antes de irse Jimin se percató del cartel que adornaba la puerta y el cual no había notado antes.

"Se solicita compañero de piso"

Luego de sonreír con una idea en su cabeza al final se marchó rumbo hacía la parada de autobús. Tal y como había dicho Taehyung, su departamento se encontraba cerca del club y por suerte también lo estaba la parada. Miró su reloj mientras esperaba por el autobús e hizo cuentas acerca de cuanto tardaría en llegar al trabajo ese día, pues debía pasar por su casa antes para tomar una ducha y un cambio de ropa antes de asistir.

Suspiró cansado cuando los recuerdos volvieron a alojarse en su mente y esta vez fue más difícil apartarlos. Creía que en el momento en que despertara y el alcohol ya hubiese abandonado su sistema se arrepentiría de lo que había hecho o al menos se sentiría asqueado con respecto a la situación, pero para su sorpresa, o más bien para motivo de confusión, no era así.

Se arrepentía de haber engañado a Miyeon una vez más. Sin embargo, no se arrepentía de haber besado al oficial Min.

En todos sus años de juventud nunca se le había pasado por la cabeza el llegar a tener aquel tipo de contacto con un hombre, nunca le habían atraído las personas de su mismo sexo en ese sentido, sin embargo, allí estaba y ahora no podía encontrar una explicación. ¿Era gay? ¿Bisexual? ¿En realidad le atraían los hombres o era solo el oficial?

Las dudas inundaban en su cabeza y sentía que se desconocía a sí mismo en esos momentos. El sentimiento era desesperante y no creía que fuese posible tener ese tipo de crisis de identidad a su edad. ¿Qué haría ahora? ¿Fingiría que todo estaba bien delante de Miyeon? No tenía una idea mejor. No podría explicarle a alguien más lo que estaba pasando cuando ni siquiera él tenía la menor idea.

Y por más que intentará evadir la realidad, internamente sabía que las cosas solo iban a empeorar.

Agradeció no tener que encontrarse a Miyeon en casa pues la pelirroja se encontraba trabajando, y luego de conseguir un tónico para la resaca y un café emprendió su camino hasta el trabajo.

Rezó mentalmente que no tuviese que encontrarse con el oficial, pues no estaba muy seguro de cómo debería actuar frente a él, aparte de que la vergüenza que lo consumiría sería insoportable. Llenó varios informes pendientes y examinó algunas muestras de ADN.

No había descansado en toda la tarde y se dijo a si mismo que mientras menos espacio tuviese en su cabeza para pensar, sería mejor. El doctor Jeon tampoco había aparecido por el lugar y se preguntó si hoy sería su día libre.

Estaba llenando los informes cuando el resultado que arrojó una de las muestras que había examinado llamó su atención. Al igual que en ocasiones anteriores las huellas dactilares sobre el arma homicida parecían haber sido manipuladas, sin embargo, esta vez era demasiado evidente que habían sido borradas a propósito y reemplazadas por otras.

Se colocó las gafas para poder ver mejor y frunció el ceño a medida que sus ojos examinaban la hoja, luego volvió a tomar la hoja con el informe de la autopsia que había sido realizado por el doctor Jeon y liberó una risa amarga.

Causa de muerte: Suicidio.

Casi le pareció un chiste y miles de preguntas se instalaron en su cabeza. Tomó el informe y los resultados de los análisis para guardarlos en una carpeta antes de salir de la sala. Algo demasiado extraño estaba sucediendo allí, pero no podía decir nada hasta que no tuviese pruebas que probaran sus sospechas, por lo tanto, estaba dispuesto a encontrarlas.

Le sonrió a la mujer en la recepción y acomodó su bata actuando con serenidad. — ¿Puedo echar un vistazo a los historiales de casos de Delito de encubrimiento?

—Oh, por supuesto, Doctor Park. Están en la sala de archivos —indicó la mujer de forma rápida y amable.

Jimin agradeció con un asentimiento y se dirigió al lugar con pasos seguros aún sosteniendo la carpeta en su mano. La puerta se encontraba abierta como de costumbre y a excepción de él no había nadie más allí. Se dedicó a buscar entre múltiples informes que respaldaban su teoría y fue juntando algunos dentro de la carpeta.

Las coincidencias eran tan evidentes que incluso una persona sin experiencia en el ámbito podría notarlo con facilidad. Sin embargo, a medida que iba leyendo y respondiendo algunas de sus preguntas muchas más incógnitas comenzaban a formarse dentro de su cabeza.

El sonido de los papeles y los cajones abriéndose hacían eco dentro del lugar, Jimin se sentía extrañamente ansioso, como si algo demasiado grande estuviese amenazando frente a él pero aun no era capaz de verlo. Luego de al menos una hora estando encerrado allí decidió retirarse, pero antes de dar un paso cierta puerta llamó su atención.

"No pase. Solo personal autorizado"

Recordó claramente el día en que había visto al oficial Min salir de allí, y la curiosidad volvió a ser tan fuerte como ese mismo día. Echó un vistazo a la puerta de la sala de archivos y luego de verificar que estuviese completamente cerrada dio pasos cautelosos hacía aquel lugar desconocido.

La puerta poseía una cerradura digital que necesitaba un código y huellas dactilares para ser desbloqueada. Suspiró derrotado, aún así, antes de alejarse intento empujar la puerta. Para su sorpresa, luego de escuchar un chasquido esta se abrió. La cerradura estaba bloqueada, pero al parecer no había sido cerrada completamente por algún descuido.

Volvió a mirar detrás de si sintiéndose observado y luego de armarse de valor decidió entrar. Sentía como su subconsciente le gritaba que se diera la vuelta y saliera de allí o de lo contrario podría tener muchos problemas, pero en ese momento sentía que al fin estaba cerca de descubrir la verdad que ocultaba que aquel lugar.

La sala era un poco más oscura que la zona general de los archivos, sin embargo, fuera de eso parecía ser lo mismo, aunque no había tantos cajones como en la parte principal. Abrió algunos cajones revelando evidencia de algunos casos más específicos y delicados, así como también, había varios informes redactados en varios idiomas o que venían de agencias de investigación especializadas. Había varios informes de casos abiertos y algunos otros que no habían sido resueltos, desde asesinos en serie hasta algunos casos encubiertos de celebridades o políticos.

Sin embargo el que más llamó su atención fue uno que estaba etiquetado con un nombre específico. Normalmente los casos se archivaban bajo un número, pero a diferencia de todos, este ponía: "Operación Cobra".

Daegu, Corea del Sur. 17 de marzo del 2020.

Se han encontrado un total 17 cuerpos en las ruinas del edificio XXXX. Los cadáveres mostraron el mismo patrón, destacando entre sí: múltiples laceraciones, golpes contundentes en las zonas del rostro y torso, quemaduras y demás signos de tortura física. La que ha sido la característica más peculiar se trata de un sello con la imagen de una cobra marcado a fuego en la espalda de las víctimas. Por esta razón se ha decidido denominar el caso #38494 como Operación Cobra.

Se presume que la escena se podría tratar de algún culto satánico, deducido por los símbolos que han sido encontrados en la escena del crimen. Las victimas eran todos hombres de entre dieciocho y veintidós años de origen desconocido.

Los ojos de Jimin se abrieron en señal de sorpresa a medida que iba leyendo el texto y se preguntó como no había escuchado de aquel caso anteriormente. Por otro lado, la curiosidad iba creciendo cada vez más por lo que rebuscó aun más entre los papeles para leer más, ignorando incluso el verdadero motivo por el que había entrado allí.

Sospechosos del caso Operación Cobra.

Kim Namjoon. (Interrogado el 12 de abril del 2020).

Park Chanyeol. (Ubicación desconocida desde abril del 2020)

Park Sara. (Interrogada el 28 de abril del 2020)

Kim Edán. (Apresado el 27 de marzo del 2020)

Jung Hoseok. (Ubicación desconocida)

Choi San. (Ubicación desconocida)

Nombre ilegible.

La lista contenía más de veinte nombres en ella, sin embargo, al final aparecía uno que no se podía leer pues parecía haber sido tachado con un bolígrafo. Entrecerró los ojos intentando ver mejor, más era imposible, no había manera de visualizar al menos una letra. Aquellos nombre hicieron eco en la cabeza Jimin y la adrenalina aumentaba en su cuerpo con cada párrafo que leía así como también se mantenía alerta de que alguien pudiese encontrarlo husmeando en aquel lugar.

Otro informe llamó su atención y no dudó en leerlo al menos de forma general.

Daegu, Corea del sur. 10 de mayo del 2020.

Se presume que el grupo cobra podría estar involucrado en negocios de trata de blancas, trata de personas, tráfico de órganos, cadenas de prostitución, clubes clandestinos, fabricación y tráfico de drogas sintéticas, asesinato en masa, etc.

Se han añadido al menos unos quince cargos delictivos al grupo en los últimos quince días.

La vista de Jimin se paseaba con rapidez sobre las letras tratando de recolectar la mayor cantidad de información posible. Cada vez tenía más preguntas y se sentía más confundido, nada parecía encajar, había huecos en la información, las pruebas parecían haber desaparecido y ahora solo quedaban los informes. No había nada que dijera si el caso había sido resuelto o al menos algún motivo por el que hubiese sido cerrado.

Daegu, Corea del Sur. 22 de mayo del 2020.

Algunas investigaciones han revelado que el club Red Kobra parece estar involucrado con el grupo que hemos venido investigando en este ultimo año. Sin embargo, no hemos podido llegar a ningún sospechoso directo ya que los propietarios del club parecen ser un grupo de accionistas,

Entre los posibles propietarios directos encontramos al fiscal Min Yoongi.

Jimin entreabrió los labios en señal de sorpresa cuando sus ojos se toparon con aquel nombre y luego de eso, el resto del informe nuevamente se volvía ilegible. Removió algunos papeles más, sintiendo que estaba muy cerca de descubrir algo más grande lo que pensaba. ¿Acaso el oficial Min había sido más que un simple sospechoso en aquel caso? ¿O era mera casualidad que su nombre saliera a relucir en un simple informe?

Cuando creyó que no encontraría mucho más por el momento, una hoja un tanto arrugada llamó su atención. Esta estaba escrita a mano con una caligrafía bastante desordenada y se podía leer como encabezado "Carta de disculpa dirigida al oficial Min Yoongi". Jimin frunció el ceño, aquella estaba firmada por el mismo oficial a cargo de la operación cobra, sin embargo, lo que más le sorprendió eran algunas gotas de lo que parecía ser sangre manchando el papel.

Carta de disculpa dirigida al oficial Min Yoongi.

Esta es una carta de disculpa oficial escrita a mano para expresar profundamente mis sinceras disculpas al ahora oficial Min Yoongi por haber intentado incriminarlo y acusarlo sin prueba alguna, manchando así su reputación y carrera implacable. Temo profundamente por mi vida ahora, no porque el oficial pueda hacerme algo, él es un hombre demasiado noble. La razón por la que temo es el hecho de que mis antepasados vengan a buscarme porque he ensuciado nuestro apellido al mal poner a un hombre tan ejemplar como Min Yoongi... Soy una vergüenza para mi familia. Ahora mismo estoy de rodillas suplicando por el perdón del oficial, espero realmente algún día poder ser perdonado...

La lectura de Jimin fue interrumpida al escuchar el chasquido de la puerta principal al ser abierta, y sin siquiera ser capaz de procesar acomodó todo lo mejor que pudo, tomó la carpeta que había estado llevando y salió del lugar a paso apresurado cerrando la puerta detrás de sí.

Su corazón latía desenfrenado, tanto por los nervios como por el malestar que le había provocado leer aquella extraña carta, y mentiría si dijera que no estaba muriendo por saber lo que decía el resto.

—Doctor Park. —La voz del doctor Jeon hizo que su piel se erizara, sin embargo, se obligó a aparentar serenidad. El hombre llevaba ropa casual, por lo que casi confirmó que efectivamente era su día libre.

—Doctor Jeon —saludó con un asentimiento—. No le escuché entrar. Ya he terminado con lo que estaba haciendo aquí, así que me disculpo, debo volver a mi oficina.

Sin embargo, sus manos temblaron y la carpeta resbaló de sus manos cayendo al suelo. Jungkook fue más rápido que él y enseguida se inclinó para recogerla por él, lo que llamó la atención del rubio fue la forma en que su camisa se deslizó un poco dejándole ver un atisbo de lo que parecía una cicatriz en la espalda del doctor.

Se quedó inmóvil, pero obligó a reaccionar cuando el contrario se incorporó ofreciéndole la carpeta de vuelta. Tenía que ser simple casualidad, o al menos eso se dijo mentalmente, solo estaba siendo paranoico por lo que acababa de ver, debería calmarse primero y luego empezar a pensar las cosas antes de sacar conclusiones distorsionadas.

—Gracias —dijo luego de algunos segundos que tardó en recuperar la compostura—. Me retiro.

Salió de la habitación a paso rápido, como si el aire fuese tan espeso que no podía circular a través de sus pulmones. Y sí había entrado allí con una pregunta ahora la había respondido. Pero al mismo tiempo, se habían formado mil más. 

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