
Los Ojos del Universo
"Los ojos del universo son el reflejo de la mirada de Dios, abarcando dimensiones, galaxias y otros universos, en un abrazo cósmico que todo lo abraza y que nada escapa de su divino control."
Capítulo 19
Mathew había llegado hasta Bionic y Arlen. El ambiente estaba un poco frío, debido a la oleada de congelación que Clarissa había emanado, y si tuviera tiempo de admirar, estaría todavía sorprendido de como alguien tenía el poder para cambiar un panorama.
—¿Amigo o enemigos? —Preguntó Bionic de inmediato.
—Depende de sus objetivos —respondió el muchacho. El sonido de los pasos de sus amigos detrás de él, podían escucharse en el fondo.
Bionic y Arlen posaron su mirada en todos ellos, y suspiraron. Todos parecían tener los ojos llenos de determinación y de valentía, dispuestos a luchar de ser necesario.
—No queremos pelear —dijo Arlen, sintiendo el ambiente pesado y cargado de tensión.
—Sabemos quiénes son —dijo de pronto Paper—, tu eres Bionic, un rebelde que lucha contra FACTORY bajo un grupo rebelde llamado Los Pasajeros. Dos mutantes Z están con ustedes, Ransell y Christopher. —señaló ahora a Arlen—, y tú eres la prueba exitosa de la clonación humana por la que FACTORY había estado mucho tiempo trabajando aquí, en la Fuente B; fuiste creada a partir de las células de una mutante en Venezuela, en la selva amazónica.
—Parece que alguien hizo su tarea —comentó Bionic—. Supongo que tienen esa información debido a FACTORY.
Ella asintió.
—¿Cómo puedo confiar en ustedes, ahora que sé que tienen acceso a los sistemas de esta empresa corrupta? —Preguntó el hombre, poniéndoles a prueba.
Mathew mantuvo su mirada fija en Bionic, evaluando sus palabras. Sabía que la confianza era un recurso valioso en aquellos tiempos, y ambas partes tenían razones para ser cautelosas. La presión en el aire era palpable mientras los chicos y los mutantes se observaban mutuamente. El sol desértico parecía haber perdido un poco de su brillo, como si estuviera esperando la resolución de este encuentro crucial.
—La información que tenemos no es solo un recurso de FACTORY, es la verdad que hemos descubierto —dijo Paper, intentando transmitir sinceridad en sus palabras—. Hemos estado luchando contra la opresión de FACTORY, y hemos visto de cerca sus acciones nefastas. Nuestro objetivo es detener su tiranía y sus intenciones —hizo un breve silencio, sopesando si lo siguiente que iba a decir era prudente, pero al final decidió hacerlo—... Mathew y yo fuimos agentes de FACTORY anteriormente, por eso pude hackear sus sistemas y buscar la información sobre ustedes. Además, somos amigos de Christopher y Ransell desde su juventud, son nuestros mejores amigos.
Bionic no pudo evitar transformar su rostro en la sorpresa que desvelaba las palabras de la chica. Por otro lado, Arlen observó a los chicos con atención, notando la firmeza en sus expresiones. A pesar de las diferencias en sus habilidades y procedencias, había algo en común en sus miradas: la determinación de hacer lo correcto.
—Así que eres amigos de ellos —murmuró, repitiendo la información que Paper había asegurado—. Si son sus amigos, entonces fácilmente pueden ser los nuestros —miro a Arlen un momento, y otra vez a los chicos, y soltó el aire contenido—. Ciertamente estoy en contra de la compañía, pero ya no es lo que importa en este momento... —todos ellos fruncieron el ceño—. Venimos con urgencia porque se nos ha revelado que se viene una invasión dimensional. El puente que conecta a los mundos está siendo manipulado y ha abierto portales que atraen toda clase de criaturas.
—Bionic y yo estamos aquí porque tenemos razones personales para enfrentar a esta invasión —explicó Arlen, su voz resonando con un tono que revelaba su compromiso—. No estamos aliados con FACTORY.
—Es cierto que hemos visto de cerca el sufrimiento que FACTORY causa, y estamos dispuestos a hacer lo que sea necesario para detenerlos, pero ya existen otros que está a cargo de luchar contra los planes de la empresa. Pero la razón por la que vinimos no fue por ello, sino por los males que hay en otros mundos y que buscan llegar a nuestro planeta.
Mathew, Paper y los demás chicos escucharon con atención las palabras de Bionic y Arlen. La mención de una invasión dimensional era alarmante, y las implicaciones de criaturas de otros mundos llegando a la Tierra eran demasiado serias para ignorarlas.
—¿Invasión dimensional? —preguntó Mathew, tratando de asimilar la gravedad de la situación—. ¿Qué clase de criaturas están llegando?
—Criaturas de pesadilla —respondió Arlen sombríamente—. Algunas de ellas son nativas de dimensiones desoladas y han encontrado una manera de llegar a nuestro mundo. El puente dimensional que conecta a estos mundos está siendo manipulado, y estas criaturas están encontrando su camino hacia aquí. Son peligrosas, implacables y desean destruir todo a su paso.
Bionic asintió, apoyando las palabras de Arlen:
—Esas criaturas han causado caos en muchos mundos. Hemos sido testigos de su destrucción en otros lugares, y no podemos permitir que lo mismo ocurra aquí. "El Soberano" nos advirtió sobre esta amenaza. Él es un Ser sobre seres, el gobernador de los mundos, y nos eligió para ser atalayas de este problema y para ayudar en la lucha contra esta invasión.
La expresión de los chicos reveló su sorpresa ante esta revelación. "El Soberano" sonaba como una figura misteriosa y poderosa, alguien que podía entender la magnitud de esta amenaza interdimensional.
—¿No es la misma figura divina de la que ustedes han hablado? —Preguntó Mar, mirando a Lance primeramente, y luego a Sortelia y a Joshue, recordando las palabras que dijeron cuando enjuiciaron a Obhá, en Siwa.
Lance y los niños, asintieron.
—Yo también provengo de otro mundo —intervino Lance—. He enfrentado amenazas de diferentes dimensiones antes. Fui enviado a este planeta para ayudar a Mathew y a sus amigos, aunque al principio no sabía exactamente por qué todos estos necesitaban de mi ayuda. Ahora, parece que mi propósito es claro. Estoy aquí para unir mis conocimientos y experiencia con los suyos y enfrentar esta amenaza. Ya he visto lo que estas criaturas pueden hacer, y sé cómo combatirlas.
Las palabras de Lance resonaron en el grupo. Si alguien tenía experiencia en la lucha contra amenazas interdimensionales, era Lance. Su historia aportaba un nuevo nivel de comprensión a la situación, y todos comenzaron a verlo con un respeto aún mayor.
—Entonces, estamos todos en el mismo bando —dijo Mathew con determinación—. Debemos detener esta invasión dimensional y proteger a nuestro mundo.
Bionic y Arlen asintieron, y finalmente la tensión entre ellos se disipó. Ahora estaban unidos por un propósito común, enfrentar una amenaza que trascendía su propia lucha contra FACTORY.
—¿Cómo es que todo este lugar terminó de esta forma? —Intervino Skyler, mientras veía la sombra de los cadáveres ahora sobre la nieve.
—Todo eso sucedió desde el momento que impactamos contra la barrera que protegía esta fuente. La explosión sónica fue tal, que hizo vibrar la tierra... —respondió Bionic.
—¡Espera! ¿Vibrar la tierra? Creí que se trataba del enorme titán que Diana había creado —aseguró Paper, recordando el momento.
—Supongo que el titán solo camufló el evento que estaba ocurriendo aquí, por eso nunca notamos nada —aseguró Jan, pensativo.
—Al romper la barrera, naves, robos y humanos artificiales dotados de incontables poderes aparecieron para enfrentarnos —prosiguió explicando Bionic—. Pronto descubrimos que lagunas naves iban en dirección a la ciudad, y otras permanecían aquí combatiéndonos. FACTORY nos subestimó de tal forma que creyeron que tarde o temprano caeríamos en sus manos, pero no contaron con que yo fuera un mutante Z, actualmente.
—Claro... la información que ellos tenían sobre ti, es que eras un mutante clase D —dijo Paper, recordando lo que había leído—. ¿Cómo es que ahora eres un mutante Z?
—Los mutantes Z no solo nacen. Todos ustedes pueden alcanzar el nivel máximo de evolución de los mutantes, cuando experimentan un evento demasiado traumático. En nuestro caso, fuimos transportado a otra dimensión en el espacio y casi morímos por ello.
—¿Tu también eres una mutante Z? —Preguntó Mathew a Arlen, directamente.
—No, como muy bien dijo tu amiga, soy un clon. Una humana creada artificialmente y, parece ser que no tenemos la habilidad de llegar hasta ese punto máximo.
—Así que ese es el punto débil de los humanos artificiales —sopesó Mar, pensativa—. Pero tengo entendido, de que tienen otros secretos bajo la manga, especialmente los androides —añadió Mar—. Estoy segura de haber leído una especie de fusión entre sus partes biorobóticas cuando me infiltré en FACTORY hace un buen tiempo.
—Sí, y eso fue lo que ocasionó esta destrucción —explicó Bionic—. Todos los humanos artificiales desplegado hacia nosotros, se fusionaron y crearon un ser que, con un solo movimiento acabó con toda la estructura. Asesinó a todos sin que le importara. La ventaja, es que al manipular el sonido ahora tenía acceso a la entrada a otras dimensiones o mundos, al crear una frecuencia sonora máxima que permite la abertura de un portal. Haciendo esto, entregué a este ser artificial al mismo espacio del que venimos. Allí, El Soberano lo esperaba con ansias. Y, una vez hecho eso, los agentes especiales que vieron hace un momento nos abordaron. Y por eso, tuvimos que luchar.
—Entonces, ¿eso significa que fue un hecho fortuito que cayeran sobre este lugar? —Preguntó Adrián, quien había permanecido silencioso.
—No, nada ocurre por casualidad —respondió Lance, interviniendo—. Seguramente, esto que acaba de ocurrir tenía que suceder.
—¿Incluyendo las muertes? —Preguntó contrariado Adrián.
Lance asintió: —Créeme muchacho, hay cosas peores que la muerte. Y hay vida después de la muerte. No saber, no hace menos esa realidad.
—Tenemos que actuar rápidamente —dijo Paper d epronto—. Si estas criaturas están llegando, no sabemos cuánto tiempo tenemos antes de que se desate el caos.
—¿Tienes alguna idea de donde van a llegar? —Preguntó Skyler, intentando entender el asunto.
Arlen y Bionic negaron con la cabeza.
—¿No es obvio? —dijo de pronto Mar—. Van a llegar a través del portal que se mantiene abierto que FACTORY custodiaba.
Allí, todos recordaron el pueblo del desierto en Libia, justo donde encontraron a Sortelia y a Joshue.
—Así que todo ocurrirá donde comenzamos —dijo Mathew, con una sonrisa irónica.
Era obvio, habían viajado hasta allí con la intención de acabar con la Fuente B de FACTORY, pero al llegar, descubren que alguien más cumplió su cometido y que ahora había una amenaza mucho mayor de otro mundo.
—¿Saben con exactitud quién se acerca? —Preguntó Adrián, nervioso.
—El Soberano la llamó, La Reina Mirmidona, posee un batallón entero capaz de arrasar con un planeta por completo. Según nos explicó, en otro mundo fue vencida por un titán —respondió Bionic.
Mientras el grupo discutía los detalles de la invasión dimensional y la amenaza que enfrentaban, una figura se acercó desde la distancia, avanzando con seguridad por el paisaje nevado. Diana se acercó con una sonrisa en su rostro, observando a los reunidos con satisfacción en el interior de aquel crater. Había esperado este momento, y ver que habían cumplido con su cometido la llenaba de orgullo.
—Lo hicieron —murmuró Diana para sí misma, su sonrisa ampliándose mientras llegaba al grupo.
—¡Diana!, ¿estás bien? —preguntó Mathew, notando su expresión satisfecha, pero sin dejar de evidenciar su preocupación. La chica tenía un pequeño rasguño en el rostro.
—Estoy más que bien, Mathew. Ustedes han logrado lo que yo esperaba —dijo Diana, mirando a todos con gratitud y admiración—. La Fuente ha sido destruida. Claro, no niego que esa nevada me sorprendió, pero mi querido amigo Aland, usó una protección divina que me cubrió por completo.
—¿Son reales? —Preguntó Lance emocionado, creyendo que sus amigos de tiempos pasados estaban allí para ayudarles.
—No, lo que viste todo ha sido producto de mi imaginación. Todos ellos eran las personas que conocíamos en ese tiempo, solo que bajo mi control —dijo ella, con una mueca de incomodidad al matarle la esperanza a Lance—. Aun así, Aland, Dorzel, Sigurd, Akudomi y Jezabel, siguen siendo increíbles desde esa primera vez que les conocí. Traerlos solo fue producto de mi mente.
—Y eso que solo los conociste en una perspectiva diferente de nuestra historia —concluyó Lance, sabiendo que él había compartido con ellos de otra manera distinta a Diana.
—¿Y ustedes quiénes son? —Preguntó Diana, refiriéndose a Bionic y Arlen.
—Ellos son amigos —dijo Mar, rodeándola del brazo—. Básicamente, fueron los que realmente consiguieron esta victoria.
La chica les miró maravillado, y se presentó de la misma forma orgullosa que cuando conoció a los chicos. Y cuando su presencia dejó de ser una novedad, y cuando la pusieron al día sobre lo que sucedió con la Fuente, siguieron hablando:
—Diana, hay algo más que debes saber —dijo Bionic, tomando la palabra—. No solo nos enfrentamos a la amenaza de FACTORY. Hemos descubierto algo más grande, algo que trasciende a FACTORY y a esta invasión. "El Soberano" nos habló de un ser llamado "La Reina Mirmidona", que posee un batallón capaz de arrasar con un planeta entero.
La expresión de Diana se tornó seria mientras escuchaba las palabras de Bionic. Sabía que el nombre "La Reina Mirmidona" llevaba un peso significativo y que la presencia de este ser podía cambiar completamente la dinámica de la situación.
—Así que le conocen a Él. Solo El Soberano conoce bien los hilos del multiverso —dijo Diana, pensativa—. Si él ha mencionado a "La Reina Mirmidona", entonces es seguro que esta amenaza es real y potencialmente catastrófica. Pero su nombre me suena realmente —murmuró pensativa.
—Precisamente, por eso debemos estar preparados para lo que viene —añadió Jan—. Necesitamos un plan, y debemos actuar rápido.
—Pero no estamos solos en esto —dijo Paper, con una sonrisa—. Tenemos el ejército escorpión de Marsa Matrouh, a Zahra, a Los Pequeños Héroes y al pueblo.
—Pero creo que necesitaremos más —añadió Skyler, creyendo que nos ería suficiente—. si hablamos de un ejército capaz de conquistar un mundo por completo, entonces estamos hablando de algo demasiado grande.
—Eso es exactamente lo que necesitamos, una unión de fuerzas para enfrentar a La Reina Mirmidona y sus criaturas. Ahora, hay algo más que necesito saber —dijo Diana, su mirada seria mientras miraba a Bionic y a Arlen—. ¿Dónde está Asahi?
La mención de Asahi resonó en el grupo. Bionic y Arlen intercambiaron miradas, conscientes de que la pregunta sobre su paradero era inevitable.
—Asahi está en Venezuela según la última información que tengo. Está enfrentando sus propios desafíos —respondió Bionic, eligiendo sus palabras cuidadosamente.
—Necesito saber más detalles —insistió Diana—. Él es la razón por la que estoy aquí. al encontrarlo me iré.
—¿Te irás? ¿Justo cuando estamos en plena invasión? —Inquirió Adrián, sin poder creerlo.
—Si está en Venezuela, necesitaré encontrar una forma de llegar hasta allí —aclaró Diana—. Es posible que para ese momento, siga estando aquí.
—Espera... ¿has estado en Venezuela? —Preguntó Skyler, conmocionada y con los ojos bien abierto, viendo a Bionic que asentía a su pregunta—. ¿Conoces a alguien llamado Kevin? Es mi hermano y le estoy buscando...
—El chico cuervo —sonrió Bionic, al recordarlo—. Claro que le conozco. Es parte de nuestro grupo y se unió a la guerra contra la Fuente A.
—¿A una guerra? —Skyler se preocupó de escuchar eso. Iba a seguir preguntando, de no ser por que una voz atrajo a todos.
—Me ha sido imposible escucharlos —Entre la nieve, una figura conocida comenzaba aparecer. El cuerpo lleno de vendajes, y una sonrisa siniestra—. Si estamos hablando de una conquista a nuestro planeta, deben saber que estoy dispuesto a colaborar.
El hombre era Pestilence. Por supuesto, la extrañeza apareció en todos los rostros de Los Ilusionistas. ¿Cómo era posible que estuviera en lugar como ese?
—¿Qué haces aquí? —Preguntó Mathew de inmediato.
—Estoy segura que te demostré que siempre habrá alguien más fuerte que nosotros —vociferó Diana, recordando como derrotó a este con su ejército de dragones.
—Por increíble que parezca, he aparecido en son de paz —sus palabras eran arrastrada, y por más que intentaba ser amable, tenía aquel toque siniestro que erizaba la piel de cualquiera—. Cuando me derrotaron, FACTORY y ese hombre que controla la arena me encontraron. Estaba tan agotado por la batalla anterior que no pude defenderme. Fui capturado, por primera vez. Lo que me hicieron esos hijos de putas no se los perdonaré. Pero mi venganza deberá esperar hasta que destruyamos lo que sea que venga a nuestro planeta.
Mathew, intrigado y cauteloso, observó a Pestilence mientras este hablaba de colaborar. Recordaba claramente la vez en el desierto cuando lucharon contra él, una lucha que parecía desesperada hasta que Diana intervino y derrotó al temible enemigo. Ahora, Pestilence se encontraba ante ellos, aparentemente ofreciendo su ayuda en esta situación crítica.
—¿Pestilence? —dijo Mathew, su tono mezclando incredulidad y curiosidad—. ¿Por qué deberíamos confiar en ti después de lo que pasó en el desierto?
Los demás también se mostraron escépticos. Recordaron los poderes y la malicia que Pestilence había demostrado en su enfrentamiento anterior.
—¿Acaso tienen opciones de no aceptar una ayuda extra en este momento? —Le respondió, con una sonrisa divertida, como si la desconfianza hacia su persona, fuera un juego que lo deleitaba.
Sin embargo, Mathew miró a Sortelia y a Joshue. Los niños sabían lo que esa mirada significaba, así que sus ojos se iluminaron de inmediato.
—Pestilence —dijo Sortelia con su voz cristalina y cálida, mientras Joshue asentía con determinación—, queremos saber la verdad. ¿Realmente deseas ayudarnos?
Pestilence pareció sorprendido por la inusual actitud de los niños, pero no pudo evitar un asentimiento. Los ojos de Sortelia y Joshue comenzaron a brillar aún más intensamente, y sus manos tocaron a Pestilence. Un ligero brillo pareció irradiar de la piel de Pestilence mientras los niños escaneaban su intención y sinceridad.
Después de unos momentos, los niños soltaron a Pestilence y se miraron el uno al otro, confirmando lo que habían percibido. Sortelia habló con convicción:
—Dice la verdad. Quiere ayudar. Es sincero en su deseo de enfrentar esta amenaza.
—Pero también es cierto que solo lo hace, porque siente que ese sentido de conquista es solo para él —añadió Joshue.
Las palabras de Sortelia y Joshue parecieron influir en el grupo. La expresión de Pestilence, aunque sombría, no mostraba hostilidad en ese momento.
—En ese caso, deberíamos aceptar la ayuda hasta que la invasión termine —dijo Diana, con los brazos cruzados.
—Estoy de acuerdo —aseguró Lance.
Lentamente, el grupo comenzó a aceptar la idea de contar con su ayuda, sabiendo que enfrentaban una amenaza de proporciones inimaginables. Y aunque sabían que no era de fiar y que era temporal, estaban agradecido de que se sumara a la pronta batalla.
—Bien, Pestilence, estamos dispuestos a aceptar tu ayuda —dijo Mathew, su tono aún cauteloso—. Pero entendamos algo, estamos luchando por la seguridad de nuestro planeta y todos los seres que lo habitan. Si en algún momento percibimos que tus intenciones cambian, no dudaremos en defendernos.
Pestilence asintió, pareciendo entender la posición de Mathew. Entonces, con un gesto y usando sus poderes oscuros, Pestilence hizo algo que dejó a todos impresionados: Los cuerpos inmóviles de los caídos en el campo comenzaron a moverse, levantándose como un ejército de momias. Un escalofrío recorrió la espalda de todos mientras miraban a esta nueva fuerza que Pestilence había reunido.
—Mis servidores, los caídos, ahora lucharán a mi lado en esta batalla —anunció Pestilence, mirando al ejército que había levantado—. No soy un aliado que subestimarán.
La alianza con Pestilence, aunque incómoda, parecía ser una decisión necesaria para enfrentar la amenaza que les aguardaba, y ahora que veían los miles de cadáveres en el suelo, lo entendían.
Diana, aún con una expresión seria, se acercó a Pestilence y lo miró fijamente.
—Esto es una tregua temporal —advirtió Diana—. Si en algún momento siento que estás jugando con nosotros, no vacilaré en actuar.
Pestilence asintió solemnemente, consciente de que su historia con Diana estaba llena de conflictos y rivalidades.
—Entiendo —dijo Pestilence, su voz llevando un atisbo de respeto—. En este momento, nuestros intereses están alineados. Todos aquí buscamos proteger nuestro mundo de la amenaza que se avecina.
Mathew miró a los demás, y todos asintieron, mostrando que estaban dispuestos a dar esta oportunidad a Pestilence. Sabían que estaban en un punto crítico, y la presencia de un ejército de muertos podía marcar la diferencia en la batalla que se avecinaba.
—Entonces, estamos unidos en esto —dijo Mathew—. Debemos planificar cómo enfrentar la llegada de "La Reina Mirmidona" y sus criaturas. No sabemos cuándo, pero sí tenemos una idea de dónde ocurrirá, pero debemos estar preparados para cualquier eventualidad.
El grupo comenzó a discutir estrategias, aprovechando la experiencia y habilidades de cada miembro, incluyendo a Pestilence y su ejército de caídos. La sensación de urgencia estaba en el aire, y todos entendían que no había tiempo que perder.
La noche cayó sobre el campo de batalla, y las estrellas brillaban en el cielo oscuro, como pequeños puntos de esperanza. Todos habían regresado a la ciudad de El Cairo, ahora completamente congelada, con estatuas de hielo formada por los robots rastreadores, el ejército medieval, el titán, la hidra, dragones caídos, así como naves y otros robots gigantes. Todos relucían por la luna, al golpear sus rayos lumínicos sobre el cristal helado.
Gracias a una pequeña revista que Adrián había encontrado en uno de las tiendas desoladas y arruinadas, pudo mostrarle a Diana lo que era un campamento en la actualidad. Y pronto, en el centro de una de sus calles, el lugar se llenó de tiendas, y una fogata en el centro que, el mismo Lance, se encargó de encender sin problemas. El poder de Diana era increíble. El ejército de muertos se mantenía al margen, en una formación militar, alrededor de todo el campamento.
Por supuesto, mientras comían alrededor de un círculo donde estaba la fogata, pues la noche más toda una ciudad entera congelada, cambió el clima de inmediato para ese momento:
—Es hora de regresar a Alexandria, comunicar a los demás y hacer un plan para enfrentar esta amenaza —dijo Mathew, mirando a cada uno de sus amigos con determinación—. De allí, nos dirigiremos a Marsa Matrouh y luego a Siwa. Debemos unir fuerzas con nuestros aliados y guiarlos hacia el portal.
Los demás asintieron, conscientes de la responsabilidad que tenían en sus manos. Sabían que no sería fácil, pero estaban dispuestos a luchar por la seguridad de su mundo y las vidas que habitaban en él.
—¿Y qué sucedería si la invasión no inicia a donde creemos? —Preguntó de pronto, Skyler, preocupada de que se estuvieran equivocando.
—Esa es una excelente pregunta —enfatizó Mar, pensando en la posibilidad del panorama que Skyler mencionaba—. Además, es cierto que la Fuente B ya fue destruida, y eso es una gran victoria. Pero eso no significa que FACTORY se rinda sin más. Durante el ataque creíamos que solo estaban patrullando, pero considero que, tal vez, la realidad es que buscaban huir porque la Fuente estaba siendo atacada.
—Tienes razón en parte, pero no del todo —la corrigió Paper—. Si fuera una realidad de que estuvieran escapando, entonces ¿por qué todas las naves que nos atacaron en la ciudad estaban repletas de robots rastreadores y no de seres humanos? Yo creo que debido a la sorpresa de un ataque directo por parte de Bionic y Arlen, hizo que se predispusieran a que fueran invadidos desde la ciudad. Jamás creyeron que alguien podía venir de una dimensión diferente y aterrizar sin más sobre su barrera. Es que, con decirlo, suena descabellado.
—Tienes un buen punto, Paper —respondió Bionic—. Nuestra llegada fue inesperada para ellos, y eso puede haberlos desconcertado. Sin embargo, eso no significa que debamos subestimar a FACTORY o a La Reina Mirmidona. Si están buscando conquistar nuestro mundo, usarán todas las estrategias posibles. Debemos estar preparados para cualquier escenario.
—Estoy de acuerdo con Bionic —dijo Mathew—. Sea cual sea su plan, ya saben que estamos aquí y que no nos quedaremos de brazos cruzados. Tenemos que mantenernos alerta y asegurarnos de que todos estén bien informados sobre la situación. Y esa es una ventaja, incluso, que tenemos. FACTORY no tiene ni idea sobre la existencia de otros mundos.
—La comunicación será clave —intervino Arlen—. Debemos establecer un sistema de comunicación efectivo entre todos los que se sumen y dirijan un ejército.
—Te equivocas en algo, Mathew —interrumpió Paper a Arlen—. FACTORY supone la existencia de otros mundos. Lo sé, porque cuando descubrí que no se trataba de un virus, leí algo sobre una sustancia a la que llamaban Acronio, la cual creen que viene del espacio o de otros mundos. Y esa sustancia fue la que distribuyeron en una concentración en particular, en los alimentos y en todos lados para despertar dichos genes mutantes dormidos.
—¿Eso significa que siempre lo han sabido? —Cuestionó el asunto, Jan, sin poder creerlo.
—Sí, lo que creo es que no esperan una invasión planetaria —añadió Paper—, además, hemos estado viajando por varios días, no sabemos las pruebas y conclusiones que FACTORY tiene sobre aquel portal. Es seguro que ya deben tener algo.
—¿Y cómo podemos corroborar todas estas suposiciones? —Preguntó Mathew, dándose cuenta del punto de Paper.
—Creo que debería visitar nuevamente la estación central de esta ciudad e investigar un poco más en los sistemas de FACTORY —añadió la muchacha.
—¿Y crees que puedas encontrar realmente algo? —Preguntó Adrián, como si nada.
—FACTORY tiene sus sistemas interconectados, todo lo que registran se registra en las demás fuentes, claro que deben saber algo, solo se requiere que esté allí para averiguarlo —le contestó ella, con los brazos cruzados.
—En ese caso, yo te acompaño —dijo Mar, levantándose de inmediato.
—¿Me alegro que hayan resuelto todo esto, pero qué papel jugaré yo en todo esto? —La pregunta de Pestilence, les hizo recordar quién estaba entre ellos.
—Ya tengo planes para ti, pero deberás esperar a que nos reunamos con los principales líderes de las demás ciudades —respondió Mathew, seguro de que no podían revelar nada que no fuera en el momento justo. Cualquier detalle era importante, y no confiaba en Pestilence.
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