El Enigma de Grecia
"El infierno, un lugar donde el tormento devora almas sin piedad ni tregua y que convierte cada alarido en un eco eterno de sufrimiento, es una pesadilla insaciable para aquellos que mantienen sus puertas siempre abiertas."
Capítulo 26
Cuando la nave prometida de Andy llegó, lo primero que notaron es que se trataba de una robada de FACTORY, pero con algunas modificaciones. De hecho, en principio se asustaron creyendo que era el enemigo, de no ser por la voz de Shannon, que ya tenía un par de días con ellos desde que Andy se apoderó de la base de operaciones.
Como todas ellas, tenía le mismo diseño exterior, aerodinámico y futurista, con líneas suaves y elegantes que le conferían una apariencia sofisticada. El casco estaba hecho de un material metálico plateado y pulido que reflejaba la luz del sol o la luna, dándole un brillo particular si estaba visible a simple vista, pues sabían que contaba con un sistema de camuflaje indetectable. Era lo suficientemente grande como para acomodar a una decena de personas. También, estaba equipado con una serie de escotillas de acceso y puertas de embarque que se abrían con suavidad y precisión. En la parte frontal, el casco era de un vidrio grueso que permitía ver al exterior. Contaba con avanzados sistemas de propulsión que le permitían viajar a velocidades asombrosas. Sus motores rugían con un zumbido suave y poderoso cuando se ponía en marcha, y los campos de fuerza generados por la nave la protegían de los peligros que la amenazaran.
"BIENVENIDOS, TRIPULANTES, ES UN HONOR PARA MÍ ACOMPAÑARLOS EN ESTE VIAJE", la voz de Sharon se oyó, en el momento en el que todos ingresaron. Por supuesto, todos tenían el asombro reflejado en el rostro, pues la mayoría de allí, era la primera vez que entraba en un medio de transporte como aquel, a excepción de Bionic, Arlen, Paper y Mathew, el primero, lo había hecho desde que solo era un miembro del equipo de Mongol, y los otros tres, al haber trabajado con FACTORY.
En el interior, la nave estaba dividida en varias secciones. La cabina de mando era un crisol de tecnología avanzada, con pantallas holográficas que mostraban información vital sobre el estado de la nave y el entorno circundante. Los asientos para la tripulación estaban dispuestos en una disposición semicircular, permitiendo una visión panorámica del entorno. La sección de pasajeros estaba diseñada para la comodidad y la funcionalidad. Los asientos estaban tapizados en un material suave y ergonómico, con cinturones de seguridad que garantizaban un viaje seguro. Ventanas panorámicas se extendían a lo largo de las paredes, brindando a los pasajeros una vista impresionante. En el centro de la nave se encontraba una pequeña área de reunión, con una mesa circular y asientos acolchados. Aquí, se podía socializar, trabajar o disfrutar de una comida mientras viajaran.
Pero, algo que realmente los dejó completamente atónitos, fue descubrir una sorprendente colección de objetos tecnológicos de vanguardia.
—¿Qué es eso? —Preguntó de inmediato Skyler, cuando en medio de las exploraciones de los compartimientos, vieron en una de las mesas del salón de descanso, montones de objetos de todo tipo.
—Es tecnología —dijo Arlen, mirando aquello con extrañeza.
—Y no cualquier tecnología —añadió Paper, con una amplia sonrisa en el rostro, comenzado a rebuscar y mirar entre ellos—. Estos son Drones Escaneadores de Áreas —estaba en una sección lateral de la nave—. Estos pequeños dispositivos voladores están equipados con cámaras de alta resolución y sensores avanzados. Pueden desplegarse para explorar áreas desconocidas, recopilar datos e imágenes detalladas, y transmitir la información de vuelta a la nave.
—Y estos son rastreadores —comunicó Arlen, viendo otro compartimento—. Dispositivos portátiles diseñados para detectar la presencia de vida y rastrear movimientos en un área específica. Emitían señales y alertas visuales en tiempo real, lo que los hace ideales para la seguridad y la navegación en entornos desconocidos.
—¿Y esto que son? —Preguntó Diana, señalando en otro punto.
—Esos son aparatos de Intercomunicación —dijo Mathew, con los brazos cruzados—. Permiten la comunicación instantánea entre los miembros del grupo, así como la posibilidad de conectarse con otros equipos o bases remotas. son esenciales para coordinar operaciones y mantenerse en contacto mientras se explora.
Y entre toda la tecnología que podían encontrar, vieron una caja que Sortelia y Joshue abrieron de inmediato.
—Hola, Shannon me ha informado que la nave ha llegado —se escuchó la Andy a través de las bocinas—. Me imagino que ya han visto todo lo que le hemos otorgado para que puedan cumplir la misión con éxito. Si abrieron una caja que estaba junto a ellos, tomen los dispositivos circulares, y colóquenlo en sus pechos...
Entendiendo que le muchacho les daba instrucciones, los niños comenzaron a pasar cada objeto metálico circular. Al colocarlo en el pecho, sintieron como el objeto se adhería sin más. Andy les indicó que presionaron el circulo del objeto, en el centro, y al hacerlo, vieron como una tela se desplegó por si sola, a una velocidad impresionante, revelando a cada uno de ellos, trajes de alta tecnología.
—¿Esto qué es? —Preguntó Lance, asustado.
—¿Cómo lo hizo sin desvestirnos? —Preguntó Diana, tan sorprendida como Lance.
Aquellos trajes oscuros, estaban diseñados con la combinación perfecta de funcionalidad y estilo. Se ajustaba perfectamente al cuerpo de cada uno de ellos, permitiéndole una amplia gama de movimientos sin restricciones, fueran adultos o niños. Estaba confeccionado con un material especial que parecía resistente y elástico a la vez. Era de un negro profundo, ideal para mezclarse entre las sombras y pasar desapercibido en la oscuridad.
Mientras Andy hablaba, explicando la funcionabilidad del traje, este actuaba por su propia cuenta. Allí descubrieron que tenía la capacidad de camuflaje integrada, pues podía cambiar de color y textura para adaptarse al entorno, permitiendo que se volviera prácticamente invisible cuando está inmóvil. También, tenía un regulador de temperatura, ya fuera para regiones demasiado calurosas o demasiado frías, lo que les haría en todo tiempo, sentir sus cuerpos adaptados a un clima fresco. Descubrieron una insignia a la derecha, bordado de un material metálico, que decía "Ilusionista".
Tenía guantes tácticos, equipados con sensores táctiles y sistemas de agarre que permiten al Ilusionista escalar paredes, manipular dispositivos electrónicos, entre ellos un pequeño dron escáner cerca de la muñequera, y podía desactivar alarmas de seguridad. En los pies, estaban botas silenciosas, con suelas que amortiguaban el sonido y permitían al héroe moverse sigilosamente. Eran ideales para aproximarse sigilosamente a los enemigos. Un cinturón utilitario, con múltiples compartimentos y bolsillos ocultos para llevar dispositivos, herramientas y armas de forma discreta. Y como si no fuera impresionante, contaba con un blindaje Ligero, que protegía de balas y golpes. Y se activaba automáticamente en caso de amenaza, al analizar el pulso cardiaco de la persona.
—Esto es una pasada —dijo Mar, deslumbrada con todo lo que estaba ocurriendo—. Ahora entiendo, como lograron hacer todas esas hazañas ustedes solos, con esta tecnología.
—Tecnología robada de FACTORY que no se tuvo sino hasta el final —aclaró Andy—, bueno, un poco de ambas cosas —se retractó, como si hubiera sopesado otras cosas—. Como les había dicho, las coordenadas ya Shannon las posee, los llevará a Grecia, donde deberán hablar primero con una mujer que esperamos que nos ayude a resolver este misterio. Ya nosotros la hemos contactado, y está dispuesta a colaborar, pero de igual forma, tengan sus precauciones, en este punto, cualquiera puede ser un enemigo y traicionarnos.
—Ni menciones eso —murmuró Paper, recordando como todos los que estaban allí.
—Agneta, es una mujer cuya habilidad está basada en el descubrimiento de lo secreto. Si algo está oculto en un espacio determinado, ella lo sabrá —siguió explicando Andy—. Los guiará a un lugar, donde creemos que se encuentran las respuesta de esto...
Todos supieron que algo debían estar mostrando, así que del salón de estar, se dirigieron al comando central donde estaban los monitores encendidos. Andy, estaba al otro lado de la pantalla, y tres imágenes aparecieron, como si fueran tallada en roca y llevaran montones de años de existencia. Una, tenía la forma de una roca, pero no era completamente redonda, sino más bien ovalada, pero con amorfodidades que asemejaban la forma de un corazón real. A su lado, habían escritos en una lengua antigua. La segunda, tenía la forma de un ojo, y la tercera era una especie de concha marina, pero que tenía una forma ovalada y filosa, como una lágrima. Ambas, estaban repletas de la misma lengua alrededor de los marcos de piedra.
—¿Qué son? —Preguntó Bionic, curioso.
—Creemos que son una especie de reliquias, pero Shannon no tuvo la capacidad de descifrar tal lengua. No existen datos en nuestro mundo —contestó.
—Tal vez los niños puedan descifrarlo —agregó Paper, atenta—. Pero tendríamos que estar enfrente de lo que esas cosas sean.
—Por eso, necesitamos la ayuda de Agneta. Ella cree que puede saber, donde encontrar información —insistió Andy—. Tomen en cuenta que a diferencia del resto del mundo, Grecia está como siempre ha debido estar el mundo, viviendo sus vidas...
La nave, con su camuflaje invisible activado, surcó los cielos en un viaje rápido y silencioso desde El Cairo hasta Atenas, Grecia. Durante el trayecto de dos horas, los pasajeros pudieron disfrutar de las vistas panorámicas de la costa mediterránea y los relucientes destellos del mar de la luz de la luna.
Cuando finalmente descendieron en Atenas, la diferencia con El Cairo fue asombrosa, desde un punto nostálgico. Mientras que Atenas parecía una ciudad viva y próspera, El Cairo, en su última imagen, había sido una ciudad abandonada y desolada, marcada por la destrucción y la decadencia. La ciudad griega se desplegó ante ellos con su belleza icónica y su vitalidad. Los edificios antiguos y modernos se alzaban majestuosamente, y las luces de la ciudad parpadeaban como estrellas en la noche. El sonido de la vida nocturna, risas, música y conversaciones llenaban el aire.
La nave aterrizó en silencio en una amplia terraza en la azotea de un edificio. Y desde allí, los chicos tuvieron una vista impresionante de la Acrópolis iluminada, que se alzaba en la distancia como un símbolo eterno de la grandeza de Grecia.
—Es increíble, ¿cierto? Todo un espectáculo —mencionó de inmediato, Bionic, sin poder creer lo que estaba delante de sus ojos.
—Esta es la respuesta de los demás continentes, si no hubieran permitido que FACTORY tomara el control —respondió Mathew, con el ceño fruncido. Realmente tenía rabia en ese momento.
Y claro, es que Atenas en la noche era digna de envidia y añoranza para aquellos que tenían la suerte de llamarla hogar. Las luces de la ciudad parpadeaban en un baile interminable, desde las antiguas calles de Plaka hasta los modernos rascacielos en el centro de la ciudad. Las tabernas y restaurantes se veían llenas de risas y conversaciones, y el aroma tentador de la comida griega tradicional flotaba en el aire.
La Acrópolis, iluminada por focos estratégicamente colocados, que se reflejaban en las aguas tranquilas del mar Egeo, creando un juego de destellos dorados en la distancia, estaba llena de música en vivo fluía desde los bares y clubes, llenando las calles con melodías alegres y emocionantes. Las parejas paseaban tomadas de la mano por las plazas adoquinadas. Los niños jugaban en los parques, mientras los vendedores ambulantes ofrecían delicias locales y recuerdos a los transeúntes.
Para quienes vivían en Atenas, esta escena era parte de su vida cotidiana, un recordatorio constante de la riqueza cultural y la historia que los rodeaba. Pero para aquellos que llegaban de otras partes, como los chicos en busca de Agneta, era un oasis de normalidad y una visión fugaz de lo que podría haber sido si el mundo no estuviera amenazado por aquellos que buscan el poder sin medir consecuencias.
—Busquemos a Agneta —dijo finalmente Mathew.
Todos asintieron, y camuflando la nave en aquella terraza, se adentraron al edificio. Al hacerlo, cada uno activó el dispositivo de camuflaje de este, y se sorprendieron al ver como los trajes simularon ropas comunes y corrientes. Por supuesto, a través de los pasillos, las personas que lograban toparse, fruncían los ceños y les miraban curiosos, no solo sabían que no eran de allí, sino que eran demasiadas personas.
Llegaron al cuarto piso, a una puerta con el número indicativo del apartamento 4-D, y Mathew a la cabecera, fuel que tocó, un poco incómodo ante la situación que tenía. Tanto tiempo viviendo de la forma que lo habían hecho, les hacía sentir demasiado raro, incluso, tener que tocar una puerta.
Cuando la puerta se abrió, lo primero que observaron es que se trataba de una mujer de treinta y tantos años, de aspecto enigmático y elegante. Tenía el cabello oscuro, largo y ondulado que caía en cascada sobre sus hombros. Sus ojos eran profundos y expresivos, de un color que cambiaba sutilmente con la luz de la lámpara del pasillo, y que, en ese momento, daba la impresión de que está observando algo que otros no podían ver. Su tez era pálida y su figura esbelta y grácil. Llevaba pijamas puestas en ese momento.
—Supongo que ustedes son los amigos del chico raro que hackeó mi computador, ¿cierto? —Apenas habló, supieron que tenía una personalidad directa.
Se miraron entre ellos, para luego asentir. La chica hizo un gesto con la cara, como si no esperaba que fueran tantos. Pero, aun así, dejó la puerta abierta para que entraran. Todos ingresaron como fila militar, y él ultimó cerró la puerta. El apartamento de Agneta, parecía ser un reflejo de una personalidad tranquila y observadora. Cada detalle estaba cuidadosamente elegido y organizado de manera meticulosa. Al entrar, te recibía una sensación de serenidad y orden, como si cada objeto en la habitación tuviera su lugar perfectamente asignado.
Los colores predominantes eran tonos suaves y neutros, como el gris claro y el blanco roto, que brindaban una sensación de calma y equilibrio. Las paredes estaban adornadas con obras de arte abstracto y fotografías en blanco y negro, cada una con su propia historia y significado. El mobiliario era moderno y funcional, con líneas limpias y simples. Los muebles estaban dispuestos de manera que el espacio se sintiera abierto y acogedor al mismo tiempo. Había una gran estantería de madera en una de las paredes, llena de libros cuidadosamente alineados, evidencia de la curiosidad insaciable.
La sala de estar estaba equipada con cómodos sofás y sillas, dispuestos alrededor de una mesa de centro de cristal. Grandes ventanales permitían la entrada de luz natural durante el día, creando un ambiente luminoso y agradable. Las cortinas eran de un tejido ligero que permitía que la luz se filtrara suavemente, pero también proporcionaban privacidad cuando era necesario. En una esquina de la sala de estar, se encontraba un pequeño rincón de meditación, con cojines y velas aromáticas. Era evidente que Agneta valoraba momentos de tranquilidad y reflexión en su vida diaria.
Los chicos invadieron la sala de estar, y todos, desde una visión más amplia, se veían incómodos porque solo cuatro personas alcanzaron sentarse en los sofás. Los demás, quedaron de pie, mirando a la nada, intentando fingir que estaban cómodos.
—¿Tan mal están las cosas en los otros continentes? —Preguntó Agneta, con tanta seriedad, que parecía un chiste.
—Lo siento, es solo que todo esto... —comenzó a hablar Mathew—. ...Llevábamos mucho tiempo sin ver rastros de vida, como la que esta ciudad tiene.
—Y todo el continente Europeo y una parte de Asia —añadió Agneta, aclarando que su vida no era la de todos en realidad—. Todavía no puedo creer que países tan poderosos hayan permitido que una empresa les gobernara.
—Tenían formas de lograrlo —explicó Paper, carraspeando un poco. Pero la mirada incrédula de Agneta, decía todo—. No solo es el tema del dinero, están otras cosas, como tecnología, humanos artificiales, robots, poderes mentales capaz de influenciar en cualquier persona, que pueden causar tales estragos —volvió a aclarar.
Agneta se mordió los labios, asintió, sabiendo que no iban a estar de acuerdo del todo.
—Bien, acepté esta oferta, solo por mi curiosidad sobre lo que podremos encontrar —se sinceró—. Lamento mucho lo que todos ustedes que hayan pasado, peor deben saber que no es mi contexto. Ni mucho menos tengo pensado en unirme en la lucha que, evidentemente ustedes están llevando. La razón por la que hago esto, es para saber qué descubrimos, y si vale la pena la intervención de la F.I.E. la Federación de inteligencia Europea —mencionó la ver que nadie entendía quiénes eran—. Es la empresa con la que trabajo y la que se ha encargado de mantener a raya a FACTORY desde que inició esta locura.
La chica tomó un poco de aire, y paseó sus ojos en los rostros de todos, pero se quedó absorta al descubrir que habían niños entre ellos. Sortelia y Joshue, le miraban curiosos y temerosos.
—No sabía que habían niños involucrados —suspiró, con el semblante fruncido.
—Descuida, han estado con nosotros desde hace mucho tiempo. Los necesitamos. Pero como no está dentro de tus objetivos saber nada de lo que está pasando en el resto del mundo, no tiene que importarte la presencia de ellos en este momento —Le respondió Mathew, tan mordaz como ella parecía serlo.
—Bien —admitió ella, sabiendo que había sido un poco dura—. Andy, seguramente les habló de mí, saben que me llamo Agneta Papadopoulos y tengo la habilidad de descubrir lo oculto en un espacio, esto me permite detectar objetos ocultos y pasadizos secretos, de forma innata y lo que se vea llevada mi curiosidad.
—Sí, también sé que creciste en Grecia en un entorno rodeado de mitología y misterio. Desde joven, demostraste una curiosidad innata por lo desconocido y una habilidad natural para descubrir secretos. A medida que crecías, perfeccionaste tu habilidad y te convertiste en una experta. La F.I.E. te contrató, y desde entonces has trabajado como investigadora y consultora en casos que involucran misterios sin resolver y objetos perdidos. Tu reputación como "La Descubridora" se ha extendido por todo Grecia y más allá, convirtiéndote en una figura buscada por aquellos que buscan respuestas a preguntas imposibles.
—A pesar de tu habilidad única, eres una persona reservada. Prefieres mantener tus propios secretos y a menudo te encuentras en situaciones en las que debes navegar por un laberinto de intrigas y engaños para llegar a la verdad. A medida que se adentras en el mundo de los misterios, te encuentras cada vez más involucrada en situaciones peligrosas y secretos que podrían cambiar el curso de la historia. Y por esa razón, aunque no lo demuestres, tienes miedo en este momento.
Lo que Mathew afirmó, en apenas unos minutos, dejó a Agneta boquiabierta. Todos se cruzaron de brazos, con miradas serias, asumiendo que la chica ahora dijera que no. Pero Mathew, sabía que su propia curiosidad era su perdición, y aunque en ese momento deseaba negarse, sus manos temblaban por la lucha de sus voluntades.
—¿Qué eres? —Le preguntó ella, intrigada.
—Alguien que te acaba de desvelarte en un momento —afianzó Mathew—. De esa forma, entenderás que hay forma de destruirnos, si estamos antes situaciones que no podemos controlar siempre.
Agneta no dijo, solo tragó grueso y caminó hacia el pasillo, dando un portazo al llegar a su dormitorio. Todos vieron de mala manera a Mathew, pero él se excusó, diciendo:
—Ella se lo buscó. Además, solo fue a cambiarse. Irá con nosotros.
Cuando ya estaban otra vez en la nave, con una Agneta, con un traje elegante, la vieron con una mirada incrédula desde que vio la nave aparecer en la terraza, de la nada, y cuando ingresó y comprobó la tecnología que poseían. De hecho, era un asunto curioso, pues para los chicos, si bien era nuevo viajar de esa forma y usar todo lo que tenían gracias a Andy, sabían que FACTORY le podía presentar algo mejorado en cualquier momento.
—Y... ¿El resto del mundo no tiene esto? —Preguntó de pronto, Mar, con amabilidad. Al ver el rostro de Agneta, tan deslumbrado.
—Tenemos tecnología, pero creo que no hemos llegado a este nivel —confesó, boquiabierta—. ¿Dices que FACTORY posee todo esto?
—Sí, creímos que el resto del mundo lo sabía —respondió Skyler, ahora extrañada.
—No, parece que en realidad no conocemos nada —afirmó, por primera vez, de una forma mucho más humilde—. ¿Cómo es que con toda esta tecnología no ha logrado conquistar el resto del mundo?
—Tal vez, porque no desean usar la fuerza bruta con los regentes políticos —respondió, Paper, pensando en la situación—. De hecho, antes de que le resto de los continentes se destruyeran, nada de eso ocurrió hasta que tuvo el poder político arraigados en sus manos. Tal vez, se mueven de forma distinta a la que creemos.
—Tienes un buen punto —confesó la ateniense—. Me cuesta creer lo que veo —dijo, ahora pasando sus manos por las paredes metálicas—. Estoy segura, de que hay historia detrás de esto.
—¿A qué te refieres? —Inquirió Mar, movida por la misma curiosidad.
—Creo que no es un hecho casual que el desarrollo tecnológico y experimental de FACTORY solo se haya presentado ante ellos. Por muy buenos científicos que puedan tener, o personal en general, sabemos que necesitamos de más años para lograr algo como esto, a menos que tengas el poder que Andy posee —contestó ella, pensativa.
—Ah no ser, que ellos también posean a un tecnópata —respondió Bionic, intentando hallar laguna lógica.
—Y aun así, sería imposible —dijo Agneta, segura de sus palabras. No podían asegurarlo, pero creían que en ese momento estaba haciendo uso de sus habilidades—. Verán, la razón por la que Andy ha podido mejorar, entender y desarrollar mejor tecnología, se debe a que ha tenido acceso a este tipo de tecnología. Por sí solo, difícilmente lo hubiera logrado. Tendría que limitarse a los recursos que poseyera. Pero con esto, su capacidad se amplifica.
—¿Y si fueron traídos desde el espacio? —Preguntó Arlen, con un poco de inocencia. Sortelia y Joshue, abrieron los ojos al oírla.
—Bueno, no suena descabellado —agregó Skyler, pensativa.
Agneta, con el ceño fruncido les miró, como si se estuviera perdiendo de algo. ¿En realidad creían en esas cosas?
Pero al ver su rostro confuso y cuestionado, todos se miraron y suspiraron.
—Creo que, aunque no quieras involucrarte, debes venir a ver esto —le dijo Mathew, llevándola a la habitación del comando central.
Allí, tecleando los aparatos, comenzó a mostrarle toda la información que entre Paper y Andy había recolectado en todos esos años, desde que ocurrió el despertar del Gen. La Sustancia Acronio, los planes de FACTORY sobre su distribución, los primeros experimentos, la organización que tuvieron para sus campañas engañosas, y como a raíz del censo todo se volvió un caos. Agneta, veía las pantallas, como cuando un niño veía un parque de videojuegos, absorta, deslumbrada y con una sonrisa irónica de lo que ellos no sabían. Creían que realmente conocían a FACTORY y la situación del mundo, pero realmente no tenía idea no solo de la magnitud de todo lo que había ocurrido, sino los daños colaterales. Obviamente, se sintió mal, por haber vivido todo este tiempo en un caparazón.
—Ahora, debo decirte que realmente tengo curiosidad —indagó, con suavidad Mathew, una vez que la mujer lo había visto todo—. ¿Cómo es que Europa escapó de la influencia de una empresa como esta?
—Hubo tantos factores —respondió ella, sin dudar—. En primer lugar, Europa tiene una larga historia de resistencia y lucha por la libertad. Durante siglos, hemos luchado contra la opresión y la invasión extranjera, así que, nos pareció extraño todo el discurso que presentaron. Por supuesto, nada se tomó con individualidad.
—Se hicieron una convocatoria internacional, que más tarde se transformó en una única alianza, con el objetivo de resistir a FACTORY. Si bien no poseemos esta tecnología, se incluyeron sistemas de seguridad cibernética, sistemas de contrainteligencia y capacidades de defensa militar de vanguardia. Y a eso, súmale que tenemos una cultura arraigada de privacidad y libertad individual, lo que hizo que fuera más difícil para FACTORY controlar y manipular a las personas.
—Con eso se fomentó un fuerte sentido de independencia y rechazo a la conformidad. Las personas simplemente nos mostramos escépticas ante los intentos de FACTORY de imponer un control total y sobre esa supuesta pandemia. Y a los mutantes... —hizo un silencio—, siempre se les vio como personas, con derechos, y solo los que podrían presentar una amenaza real, pero justificada, eran confinados pero enseñarles y, no les mentiré, ser usado por la unión Europea misma. Más adelante, al descubrir que no se trataba de ningún virus, removieron los permisos de funcionamientos de la empresa y fueron desmantelados.
La voz de Agneta resonaba en el lugar. Los ojos de todos, sentían una mezcla de admiración a los hechos que comentaban, y de lamento, al no haber aprendido algo del viejo mundo.
—Que suerte —expresó finalmente Skyler—. Que lastima que el resto del mundo no aprendió de ustedes.
—Ahora entiendo porque no sucumbieron —suspiró Mar—. Y pensar que tuve que viajar desde Inglaterra, justo cuando toda la situación explotó.
Pudieron seguir hablando, pero la voz de Shannon indicando que habían llegado al Oráculo de Delfos se había escuchado. Pronto, cuando la nave aterrizó finalmente y las compuertas se abrieron, todos comenzaron a caminar hacia el exterior. Seguía siendo de noche, pero el lugar en si mismo daba una impresión mística.
Bajo la luz de la luna, aquel sitio se convertía en un lugar de profundo misterio y enigma. Situado en las laderas del monte Parnaso. El antiguo templo de Delfos se alzaba majestuosamente. Las columnas jónicas del templo se erguían como guardianes silenciosos. Iluminadas por la tenue luz de la luna, sus sombras parecían cobrar vida, como si los antiguos dioses observaran desde las sombras.
El aire estaba cargado de un palpable sentido de lo desconocido. Los susurros del viento entre las hojas de los olivos cercanos se mezclaban con el suspiro de las aguas que fluían desde la fuente de Castalia. En el corazón del templo se encontraba el adyton, la cámara interior donde el oráculo pronunciaba sus visiones y profecías. En el centro de la habitación se encontraba el trípode, el lugar donde el oráculo se sentaba en un estado de trance, conectando con fuerzas más allá de la comprensión humana.
—Solo veo rocas viejas —no pudo ocultar su comentario Paper, un poco decepcionada.
—Entonces no están mirando como es debido —sentenció Agneta, pasando a un lado de ella, moviéndose como una sombra a su costado.
Todos allí, la vieron inclinarse, ponerse de cuclillas, ir de una piedra en otra, y mirar a detalle su alrededor. Verla, era una mezcla de hipnotismo, ante una concentración y curiosidad tan palpable, que les hacía sentir que en cualquier momento hallaba algo. Gracias a Lance, Iluminar el sitio con pequeñas motas de luz fue sencillo, y por otro lado, Diana había recreado antorchas medievales en las manos de la mayoría. Así que ver, e investigar en media de la oscuridad, no estaba siendo un problema.
La vieron inspeccionar meticulosamente el templo de Delfos. Ya para ese momento, estaban sentados los demás sobre las piedras, cansados, de tener una hora en aquello, sin pistas o signos de pasajes secretos. Pero, los más curioso era la determinación de ella. Sus ojos recorrían las antiguas piedras, sus manos tocaban las columnas como si estuvieran buscando respuestas en su textura áspera. Pero hasta ahora, no había encontrado nada que indicara algo importante.
—Estoy segura, si hay algo aquí —murmuró, haciendo suspirar a los chicos. El único que realmente parecía creerle de verdad, era Mathew que parecía estar admirando a la mujer.
El resto del grupo le seguía mirando con atención, observando su paciencia mientras exploraba cada rincón del templo. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, la desesperación comenzaba a apoderarse de ellos.
—¿Realmente crees que encuentre algo? —Preguntó Paper, sentándose al lado de Mathew.
—No lo sé, pero tiene un espíritu enigmático y una determinación que te hace pensar que sí lo hará —respondió Mathew, mirando a la morena.
—¿Por qué crees que todo esto valga la pena? —Preguntó sinceramente, pues era algo que le rondaba desde hace un tiempo.
—Porque Christopher y Ransell no dejarían que viniéramos a perder el tiempo y ver las ostentosidades de Grecia, solo para hacernos perder el tiempo y recalcarnos una realidad que ya no tenemos.
—Tienes razón —soltó una risilla, pensativa.
Iba a decir algo más, cuando vieron a Agneta hicer algo inesperado: Se alejó de las ruinas principales del templo y se dirigió hacia una ladera cercana, donde las sombras de las enormes rocas se alargaban bajo la luz de la luna y se lanzó.
Por supuesto, todos corrieron detrás de ella para ver si se había vuelto loca o si al menos había sobrevivido a la caída. Pero la chica estaba bien. Tenía su mirada puesta en un punto aparentemente insignificante: un agujero en la base de una gran roca que, a simple vista, parecía el camino de algún animal.
El resto del grupo la siguió, intrigado por su movimiento repentino. Agneta, sin dudarlo, se inclinó y se deslizó a través del agujero, desapareciendo en la oscuridad.
—¡Tiene que ser una broma! —rugió Mar, al ver la locura que había hecho—. ¿Quien está dispuesto a intentarlo?
Increíblemente, Mathew dejó su antorcha y fue el primero en ofrecerse, seguido Bionic y Arlen se atrevieron. El resto dudó un poco, hasta que Sortelia y Joshue, con los ojos iluminados y sonriendo, se abalanzaron en el interior. Las risas y gritos de los niños, divirtiéndose, no menguaba el miedo en los demás, pero sabían que debían hacerlo. Así, rápidamente se apresuraron a seguir su ejemplo, entrando uno por uno en el agujero.
Aquel agujero era una especie de conducto deslizante, a varios metros de profundidad, que si no estaban bien despierto, podías llevarte un buen golpe al final de este. Sin embargo, todos, excepto Lance, cayeron de pie.
Así, cuando todos estuvieron adentro, se dieron cuenta que la oscuridad era casi total. Pero gracias a Lance, quien iluminó el lugar con sus motas de luz, comenzaron a ver su entorno con mayor claridad. Descubrieron que estaban en un pasaje subterráneo estrecho y anguloso. Las paredes estaban cubiertas de musgo y las rocas goteaban humedad.
Agneta avanzó con determinación, siguiendo un camino que parecía ser el único disponible. El resto del grupo la siguió de cerca, sus pasos resonando en el estrecho pasillo. La atmósfera era tensa, pero también llena de anticipación. Al final de este, se consiguieron un templo, mucho más antiguo e incluso más preservado que el templo de Delfos en la colina. Si bien, este estaba envejecido por el tiempo, sabían que debía ser el lugar indicado pues sus paredes estaban llenas de las misma lengua que Andy les mostró en aquellos objetos.
—Templo de Dabristo —escucharon a los niños leer con aquella voz de trance cuando hablaban en conjunto, y todos le miraron con una amplia sonrisa. Ellos habían aprendido la lengua—. Bienvenidos, al verdadero infierno....
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