Capítulo 5
Hoy es la primera vez que mi tío permite que salga sola de casa, tengo la necesidad de conocer este pueblo. A pesar de la hora esto ya tiene vida y no son ni siquiera la nueve de la mañana. Justo en mi camino encuentro una mansión, es inmensa. A su alrededor está cubierta por inmensos árboles que al parecer son olivos. Mucha gente entra y sale de la casona. Al parecer, sí que tiene dinero esa familia, sigo mi camino por que no quiero toparme con ninguna persona desagradable.
Mi camino me lleva hasta toparme con un rio, algo maravilloso para el calor que hace, pero no pensé en encontrarme con algo así y no llevo puesto mi traje de baño, así que lo único que puedo hacer es sacarme mis zapatillas con los calcetines y mojar un poco mis pies. El agua es tan congelada que me refresca en el mismo momento, humedezco mi cuello. El ruido del río y el canto de los pájaros hacen que me relaje de inmediato y decido ir a sentarme bajo la sombra de un gran árbol que se encuentra a unos cuantos pasos.
No sé cuánto tiempo ha pasado, mis ojos poco a poco se van abriendo y me sorprendo al ver unos botines negros a mi lado, sigo mi vista poco a poco subiendo por unas piernas cubiertas del mismo color. Mi respiración se agita y asustada me levanto de golpe intentando mantener el equilibrio para no caer de espalda y hacer el ridículo. Todas mis alarmas están alertas, por fin un poco más tranquila levanto mi rostro y me encuentro con un hombre que no aparta la mirada de mí. Un recuerdo se pasa por mi mente como un pequeño video:
"Voy caminando y darme cuenta no logro hacerme a un lado cayendo de esa manera justo encima de él, haciéndolo derramar el café que lleva en una mano encima de su ropa y el móvil aterrizar en el suelo abriéndose en dos.
―¡Oh por Dios disculpe! ―suplico quedando pasmada con las manos en la boca y la vergüenza invadiéndome por lo recién ocurrido, el shock y el susto que me llevé no me hacen reaccionar de otra manera.
―¡Es que no miran por donde cami...! ―la palabra del hombre quedaron en el aire cuando su mirada se dirige a mí.
―¿Se encuentra bien? ¿Sucede algo? ―digo para sacarlo de sus pensamientos
―No tranquila ―su voz me hace estremecer, pero no de miedo ― ¿Usted se encuentra bien? ―me pregunta mientras frunce el ceño.
―Si estoy bien. ―ese hombre me hacía sentirme extraña. Por una parte, me daba confianza, pero por otra siento un rechazo sin explicación alguna―. Discúlpenos, pero debemos marcharnos y es urgente. ―me justifico y tomo a Brina del brazo como había hecho la nombrada hace unos minutos atrás, se alejaron de él lo más rápido posible."
⸺Perdón. ⸺me disculpo sin saber exactamente la razón. Y comienzo a juntar mis cosas para marcharme lo más rápido de este lugar.
⸺¡Tranquila! ⸺toma de mi brazo y me hace detener mi camino⸺. ¿Nos conocemos? ⸺pregunta mientras examina mi rostro intentando recordar.
⸺No creo. ⸺miento⸺. No soy de este pueblo.
⸺De eso estoy seguro. Llevas pocos días viviendo en casa de Manuso Menegaki, ¿Quién eres? ¿su sobrina? ⸺tengo la certeza de que me parezco a mi madre, demasiado diría yo y en estos momentos tengo al hombre que le rompió el corazón hace años intentando encontrar nuestro parentesco.
⸺Soy hija de Manu, ⸺espero no delatarme⸺ Nicole Menegaki, ⸺me presento ante él y tiendo mi mano la cual acepta de inmediato.
⸺¿Qué curioso? ⸺me mira sorprendido⸺ tu eres Nicole y yo soy Nikos Matzaraki. Por lo que conozco a la familia de Manuso, no hay nadie que se llame así y aquí solo se siguen las tradiciones. ⸺dice y sé que intenta encontrar alguna respuesta que me involucre con él, lamentablemente para él me parezco demasiado a mi madre, y se cubrir bastante bien mis gestos.
⸺Mi madre es italiana y le encanta San Nicolas, ⸺me felicito por mi idea⸺. Y en Italia, menos mal que no se con estas tradiciones sin sentido. ⸺me encojo de hombros y con mi mano hago un movimiento para quitarle importancia⸺. Bueno, un gusto conocerlo señor Niko, ⸺comienzo a despedirme⸺ pero ya se me ha hecho tarde y mi padre estará preocupado. ⸺cuando comienzo a alejarme su pregunta me detiene.
⸺¿Cómo está Ariadne? ¿Ella vendrá?
⸺Mi tía, ⸺no me doy la vuelta, lo miro por encima de mi hombro y sin que me vea me muerdo el labio al no poder gritarle lo que de verdad quisiera⸺ está muy bien y feliz con mi tío, ella se casó y está formando una preciosa familia. ⸺miento en parte⸺ y no creo que quiera volver a pisar este pueblo. Tiene solo malos recuerdos. ⸺reconozco que estoy siendo demasiado cruel, pero él fue con ella. Sin decir una sola palabra más me voy, dejando a mi padre lastimado como pájaro que no puede volar.
⁕⁕⁕⁕⁕
Llevo una semana y dos días en esta isla y en realidad, mientras más recorro sus rincones, más me convenzo el que me encantaría vivir aquí algún día.
Aquí en el pueblo por las tardes y bien temprano en la mañana, necesitamos llevar algún chaleco, pero al medio día juro que podríamos freír un huevo colocándolo en alguna piedra o hasta en el capó del coche.
Hace dos días tuve la magnífica idea de pedirle a Manu que fuéramos al parque de Samaría. Es una de las gargantas más y rocosas del mundo. Mi tío decidió que lo mejor era irnos lo más temprano de casa para evitar de esa manera la hora en que el sol este en su total calor. Así que no son ni la cinco de la mañana cuando comenzamos con nuestra aventura.
⸺¡Esto no es de Dios! ⸺me quejo mientras amarro mi cinturón de seguridad y mi acompañante enciende la máquina del coche.
⸺Tu querías este viaje pequeña, así que sin quejas. ⸺una sonrisa divertida adorna su rostro, eso hace que me moleste más y le saco la lengua como toda una niña madura. "¡Si, lo sé! A estas horas no soy la más simpática de este mundo." Entre risas de parte de él y quejas por mí, emprendemos nuestro camino. Ni siquiera me doy cuenta cuando me quedo dormida, pero mejor para mí ya que no termino de acostumbrarme a las montañas rusas que ellos llaman calles.
Llegamos a un pueblo llamado Sougia.
⸺Aquí dejaremos el coche, ⸺avisa mi tío⸺, de esta manera cuando lleguemos con el ferry boat nos marchemos a casa. ⸺lo miro sin comprender, pero de todas maneras asiento ya que él sabe porque lo hace. Una vez asegurado el coche, toma de mi mano y me hace correr hasta unos buses que ya van casi llenos y tienen escrito el logo "Parque Nacional Samaria"
Puedo apreciar como todos vamos vestidos casi de la misma manera, poleras de colores claro y mangas cortas, algunos con pantalones largos y otros con bermudas adecuadas para largas caminatas y zapatos para alpinismo. Yo decidí por una polera blanca con rayas negras de mangas cortas y una jardinera blanca, con mis zapatillas haciendo la diferencia al ser de un rosado fosforescente.
Al llegar después de casi dos horas, el lugar al pesar de la hora está bastante lleno de gente que van de excursión como nosotros, la vista del lugar es maravillosa, llena de rocas y árboles.
Se nota desde esta altura como el lugar va descendiendo y en algunos momentos la garganta llega a ser bastante estrecha. Una vez que mi tío ya adquiere las entradas, comenzamos con nuestro recorrido, no sin antes claro está sacarnos una foto junto a Manu teniendo a nuestras espaldas la maravillosa naturaleza.
Comenzamos el sendero junto con decenas de otros excursionistas. Los primeros kilómetros son unas escaleras cuesta abajo en zigzag que nos van acercando hasta el lecho seco del río. Agradezco ser una mujer activa en la gimnasia ya que esta primera parte se hace un poco pesada, sobre todo para las rodillas. Miro a mi alrededor y veo como casi todos los que veníamos en el bus caminamos juntos, pero poco a poco cada uno va adoptando su ritmo. Con Manu nos quedamos un poco más atrás para poder sacar fotos, quiero al terminar el día, formar un video y mandarlo a casa para que todos vean como disfruto de mis vacaciones. Mi acompañante después de unos minutos me anima a seguir ya que nos hemos quedado solos por contemplar la naturaleza y la poca fauna que se deja ver cerca.
A lo largo del sendero hay varias estaciones en las que nos detenemos para poder beber agua o refrescarnos. Estoy demasiado entusiasmada, nunca pensé que la naturaleza podría realizar cosas tan extraordinarias.
Al salir del puesto ocho, Manu me avisa que hasta la próxima estación de descanso tendremos que caminar un poco más rápido ya que es una zona de desprendimientos y se me hace bastante difícil no detenerme por mucho y saco fotos lo más rápido que puedo.
No tengo idea por cuantas horas hemos estado caminando, mis piernas ya comienzan a quejarse y puedo decir que si tuviera permiso para meterme al rio ya lo hubiera hecho hace rato. Menos mal que trajimos gorras o en estos momentos mi cerebro estaría literalmente frito.
Camino por la base del cañón con unas paredes verticales a ambos lados que parecen no tener fin. No separamos con Manu por algunos minutos y en realidad la soledad entre las dos paredes de la garganta, da la impresión de estar en otro mundo, se puede decir que es como encontrarme en alguna escena de Star Wars "Creo que la mucha compañía con ese trio me está afectando demasiado". Rio por mis pensamientos y niego con mi cabeza para seguir mi ruta.
Cada vez esto se va poniendo más complicado, ya que el camino apenas está marcado a lo largo de unos cinco kilómetros y hay que ir andando por encima de las rocas del lecho de río y sorteando obstáculos. Es como estar jugando en un video juego, con la única diferencia es que en estos momentos estoy tan sudada como si llevara más de una hora dentro de una sauna.
Cuando por fin llegamos al descanso número diez, "¿Ven que parece un video juego con etapas?" logro divisar la salida y a mi tío dirigirse a entregar los tickets que pagamos a la entrada y de esa manera poder saber si han salido todos aquellos que han ingresado al lugar y no hay nadie perdido. Por fin miro la hora y son casi las dos del medio día "¡Hemos estado caminando más de seis horas!"
⸺¿Cómo te encuentras pequeña? ⸺pregunta mi acompañante y yo lo miro entrecerrando los ojos. Es como si no hubiera estado caminando las mismas horas que yo.
⸺Agotada. ⸺claro como si hubiera otra manera de definir lo que sienten mis músculos en estos momentos.
⸺¿Arrepentida por haber venido? ⸺toma mi pequeño bolso que llevo en mi espalda y hace una seña para que lo siga.
⸺¡Para nada! ⸺y es verdad⸺. Tengo la fe que en algún momento podremos venir todos juntos y disfrutar de esta caminata, estoy segura que a los demás también le encantará.
⸺Sueñas demasiado, princesa. ⸺sonríe desanimado y más que entristecerme esto me enfada.
⸺¡No comprendo como nadie después de tantos años no hizo nada para que mi abuela pagara sus delitos! ⸺espeto molesta, aunque no levanto la voz⸺. Ni siquiera su madre estuvo en el tiempo que la mía la necesitó y eso me enfurece aún más todavía.
⸺Aquí las mujeres son diferentes Nicole, ⸺me toma del brazo y caminamos lentamente para poder tener esta conversación⸺. Las mujeres griegas son casi sumisas y en las casas los que mandan son los hombres y sobre todo si son de Creta. Aquí son demasiados machistas, creen que las mujeres deben de ser solo dos cosas: amas de casa y amantes. Ellos están acostumbrados a que se haga lo que ellos dicen en toda regla. Aquí no desean que una mujer estudie, ellas están muy por debajo de ellos.
⸺Pensé que eso había quedado en el pasado. ⸺digo aún más molesta.
⸺Pequeña... ⸺dice y calla porque sé que está intentando encontrar las palabras adecuadas para seguir⸺ ¿Cómo explicarte? ⸺piensa⸺ mira, si tu vivieras en estas tierras lo más seguro es que ya estarían buscando algún novio para que te casaras y formaras una familia, sin importar si lo amas o no. Muchos han llegado a la iglesia y ahí recién han conocido a la novia. ⸺no puedo creer lo que me está contado, de seguro mi cara debe ser un poema. Todo lo que mi tío cuenta se parecen a historias escritas a mediado del siglo pasado. Mi tío ríe divertido y me tranquiliza⸺ relájate que a ti no hay nadie que pueda siquiera pensar en intentarlo, ya le he dejado claro a tu abuelo que al pasar el mes tu vuelves a Italia y solo vendrás de vacaciones.
⸺Y aunque lo intentaran, me convertiría en su peor pesadilla. ⸺esta vez los dos reímos ya que tenemos la certeza de lo ciertas que son mis palabras.
Ya son pasada las ocho de la noche cuando por fin llegamos al pueblo y al pasar por la mansión de la madre de mi supuesto padre logro divisar los coches de la policía estacionados. Una sonrisa se dibuja en mi boca, la cual intento de inmediato borrar.
⸺¿Qué extraño? Nunca había venido la policía a la mansión. ⸺dice mi tío, tengo la certeza que más se pregunta a si mismo que a mí. No digo nada y solo dirijo mi mirada a esa casa que demás se podría llamar castillo.
Hoy al levantarme cada musculo de mi cuerpo, hasta el más insignificante me duele, se me hace hasta imposible el levantar mis cejas. Bajo a desayunar y me encuentro con mis tíos y sus padres. La verdad es que se han portado bastante bien el tiempo que estoy en la isla. Pero aun no puedo verlos como mis abuelos, ella intenta acercarse más a mí y poco a poco le doy el paso, también deseo conocerla y lograr entenderla en algún momento. Mi abuelo creo que no tiene más ropa de color que no sea negro, camisa y pantalón del mismo color y un pañuelo de la misma tonalidad envuelto en la cabeza. Su pelo casi inexistente de color blanco al igual que el inmenso bigote que adorna su rostro. No lo he visto nunca sonreír, y cuando digo nunca quiero decir que ni cuando llegue por primera vez me dio una sonrisa de cariño. Nada de nada, y lo peor para mí, es que nunca habla, solo grita dando órdenes. Es exactamente de lo que mi tío Manu me habló el día de ayer, es un hombre machista, hasta puedo asegurar que le encantaría que las mujeres fueran completamente mudas, eso sí lo haría feliz.
Por otra parte, estaban mis tíos que no tenían nada que ver con él, la apariencia y carácter es sin lugar a duda muy lejos de ser la del hombre que les dio la vida. Ellos desean que las mujeres sean con igual derechos. Por esa razón mi tío Andrea conoció a su mujer en la universidad y ahora los dos se dedican a llevar los viñeros, algo que mi abuelo aun no acepta, pero no le queda de otra y bueno por otro lado esta Manu.
Saludo como toda una señorita al sentarme en la mesa y comienzo a comer.
⸺¿Qué quieres hacer hoy? ⸺pregunta Manu mirándome divertido. Debo verme fatal.
⸺De seguro no andaré en caballo. ⸺respondo y le saco la lengua, algo que hace reír a mi abuela y sus hijos, pero claro está que no puedo decir lo mismo de mi abuelo.
⸺Tus modales dejan mucho que desear. ⸺me regaña y quiero responderle unas cuantas cositas⸺. Solo con un matrimonio y teniendo un hombre adecuado te convertirás en una mujer decente. ⸺sus últimas palabras me hacen estremecer y no logro decir algo. Manu toma la palabra bastante irritado.
⸺Tu no la cambiarás. ¿Me escuchas? Con mi hija no te metas padre, porque te juro que esta vez no me quedaré callado.
⸺Manu, hijo... ⸺suplica mi abuela, pero él no ve más que solo al hombre que les dio la vida.
⸺¡No me hables así! ⸺grita esta vez el dueño de casa.
⸺Te hablo como te mereces. Mi hermana desapareció de la isla porque "TÚ" ⸺grita señalándolo⸺. No hiciste nada, ni siquiera la podrías reconocer si la vieras pasar por delante de ti. La mandaste a otro país y te justificas que has hecho lo mejor para ella. Dime padre ¿Cuántos años llevas sin verla? Estás seguro que lo hiciste para el bienestar de ella y no el tuyo. ⸺mi abuela se encuentra incrédula ante el ataque de ira de Manu, mi abuelo esconde cada sentimiento, su rostro no refleja absolutamente nada y veo la sorpresa en el rostro de Andrea, mi tío al parecer no tenía idea de nada de esto.
⸺¡No sabes lo que dices! ⸺grita esta vez el abuelo colocándose de pie golpeando a la vez sus puños en la mesa⸺. Si tu hermana no se hub... ⸺Manu lo toma de la camisa y no lo deja seguir hablando.
⸺No mereces ser el padre de mi hermana. Te juro que me da hasta vergüenza llevar tu sangre por mis venas. Pero esta vez no dejaré que te metas con las mujeres de mi vida. Primero muerto. ⸺mi tío tira de su padre dejando caer en la silla que casi se dobla, pero alcanza a equilibrarla y no darse de lleno en el suelo. Manu me da una señal a que lo siga y los dos salimos de la casa.
⸺No era necesario todo esto Manu. ⸺digo tomando de su brazo para detenerlo⸺ yo sola puedo defenderme.
⸺¡No más pequeña! ⸺grita por la presión que siente y veo el arrepentimiento de inmediato en su rostro⸺. Perdóname princesa. ⸺envuelve sus abrazos a mi alrededor y yo me refugio en ellos porque que a pesar de todo, las palabras de mi abuelo si me afectaron.
⸺Vamos a dar una vuelta con el coche. ⸺pido mientras tiro de él.
⸺No cariño, mejor vete tú a casa, yo necesito estar un rato solo. ⸺me da la espalda para alejarse.
⸺¡Por favor! ⸺suplico abrazándome a su espalda⸺ a ninguno de los dos nos hará bien estar solos, por favor... ⸺junto mis manos delante de su cara y coloco cara de perrito arrepentido y él no puede evitar sonreír ante tal espectáculo.
⸺¡De acuerdo! ⸺acepta por fin⸺ tu madre siempre lograba hacer lo que ella quería poniendo la misma cara que tú. ¡Son terribles! ⸺dice incrédulo. Pasa su brazo por mis hombros y así caminamos hasta donde se encuentra la camioneta estacionada.
Una vez que los dos estamos con el cinturón puesto y la música a todo volumen, comenzamos nuestro trayecto.
⸺Nunca aceptes hacer algo que tú no desees. ⸺dice en el momento que baja el volumen de la música⸺ siempre tendrás que confiar en nosotros, nunca escúchame bien nunca hagas algo sin haber hablado antes con tu madre, yo, Donkor o hasta con Anggelo. Siempre velaré por tu bien, pequeña. Esté donde esté. ⸺toma mi mano que se encuentra encima de mi pierna, nos miramos por unos segundos y al regresar nuestra vista al camino lo único que logro ver es un coche que viene directo a nosotros. Manu intenta esquivarlo, pero no logra tener el control del vehículo y lo pierde haciendo que nos estrellemos.
Todo negro, por fin me siento tranquila, no duele, me siento en paz y deseo quedarme aquí...
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