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CAPITULO 4


Dos meses. Si dos meses pasaron hasta hoy, mi viaje. Todo se había retrasado por los exámenes que debía realizar para lograr ingresar a la universidad con la que siempre he soñado.

Así que por esa razón ahora nos encontramos todos en el aeropuerto, y cuando digo todos me refiero hasta que mi tía ha traído con ella a Sifis. Mi madre lleva unos días con un extraño comportamiento, Donkor dice que es por la preocupación que le provocan mis vacaciones, pero tengo la certeza de que algo más esconde y no hay caso de que pueda sacarle algo, aunque sea una pequeña palabra sobre el asunto, esta resignada a que ya soy mayor de edad y no puede encerrarme en una bola de cristal. Sé que siempre intentó mantenerme al margen de todo, hasta podría decirse que llegaba a ser sobreprotectora, tengo la seguridad que ahora no la comprendo, solamente lo haré cuando me convierta en madre y aunque para algo así faltan demasiados años, deseo lograr formar una familia y para eso este viaje es vital.

⸺Por favor hija, cuídate. ⸺susurra Donkor en mi oído en el momento en que me abrazo a él para despedirme⸺, un llamado y estaremos ahí. ⸺asegura. Sus brazos me rodean y me siento una niña pequeña a la que por primera vez la dejan ir de paseo.

⸺No pasará nada, ⸺lo tranquilizo⸺ en un mes estaré de vuelta para hacerles la vida difícil. ⸺sonrío divertida.

⸺Oye, ⸺toma mi rostro y hace que lo mire, sus facciones se encuentran endurecidas y no hay pisca de humor en su hermosa cara⸺. Tú eres nuestra vida, y pase lo que pase, tú siempre estarás por encima de todo. Nunca nos has hecho difícil nada, así que no te metas en muchos problemas, el que sepas golpear no significa que andes regalando puñetazos a cualquiera. ⸺esta vez me regala su hermosa sonrisa y un beso en la frente para luego dejarme ir y que los demás tomen su lugar. Primero pasa Cristobal, luego mi tía Katerina. También me arrodillo delante de Sifis para llamar su atención.

⸺Te quero. ⸺dice cuando por fin logro hacer que me mire⸺ ¿vamos a jugar? ⸺sus palabras son las únicas que hasta el momento han hecho que se forme en mi garganta un nudo.

⸺Cuando regrese, te juro que jugaremos todo lo que desees mi gorilita. ⸺digo mientras paso mi mano por su cabellera para despeinarlo un poco⸺. Pero ahora tengo que tomar el avión para viajar a Grecia. ⸺le explico. Él me mira con un poco de duda, pero después de unos segundos asiente para darme a entender que comprendió mis palabras. El llamado de mi vuelo hace que me despida de mi pequeño con un beso en la frente y al levantarme mi madre se encuentra justo a mi lado.

⸺¿Estás segura de esto? ⸺pregunta aun intentando ver algún signo de duda en mi⸺ si has cambiado de opinión no pasa nada, podemos cancelar tu pasaje.

⸺Mami, ⸺la interrumpo ya cansada de todo esto⸺ lo hemos conversado miles de veces y mi respuesta siempre será la misma. Quiero hacerlo, te suplico que lo aceptes. ⸺le ruego. Me rodea con sus brazos como si temiera perderme.

⸺Cualquier cosa, y escúchame bien. Cualquier cosa que necesites o no te sientas como corresponda en ese lugar, un llamado y hago todo para traerte de vuelta. Prométeme que no te harás la valiente y acudirás a nosotros si llegas a necesitar ayuda.

⸺Lo prometo. ⸺la abrazo con mayor intensidad hasta que vuelvo a escuchar mi llamado. Nos separamos y no deja de mirarme, acaricia mi nariz con la de ella y luego deposita un beso en la frente. Así siempre era su despedida de buenas noches y nunca me cansaré que lo haga a pesar de mi edad.

⸺Vamos. ⸺Anggelo toma mi pequeña maleta y antes de darle mi mano me vuelvo a abrazar a Donkor y le pido en silencio que cuide de la mujer que me dio la vida y a la que amo hasta el más allá. Sé que no es necesario pedirlo, él lo ha hecho desde el primer momento en que ingresó a nuestras vidas, pero ahora yo no estaré ahí y necesito tener la certeza de que ella no estará sola.

Entrelazo nuestros dedos con los de mi novio y caminamos a paso seguro hasta la puerta de embarque con mi número. Giro la cabeza para mirarlos una vez más y ahí se encuentra mi familia, mi madre abrazada a Don, Cristóbal sostiene en sus brazos a Sifis que mueve su manito despidiéndose de mí y Katerina imitando a su hijo. Les devuelvo el gesto y regreso mi vista a mi acompañante.

Las facciones de Anggelo se encuentran endurecidas, su agarre es más fuerte que otras veces, demostrándome de esa manera que no quiere que me vaya. Me acompaña hasta el lugar donde debo mostrar mi pasaporte e ingresar sola. Nos detenemos sin separarnos y levanto mi rostro para poder mirarlo. Llevo mis barretas puestas así que la diferencia de nuestra altura es bastante notable.

⸺Te extrañaré. ⸺dice mientras sostiene nuestras dos manos, las lleva a mi espalda y junta nuestras frentes.

⸺Será solo un mes, no exageres. ⸺intento sonreír para aliviar un poco el momento de esta despedida⸺. Podrás relajarte y salir con los chicos sin que tener que preocuparte de tu novia malhumorada que tienes. ⸺río mientras él niega con la cabeza.

⸺¿Cómo pides que me relaje cuando mi vida se encontrará a kilómetros de mí? ⸺pregunta haciendo que me derrita ante él⸺ ¿Qué no me preocupe si vas derecho a la boca del lobo?

⸺Ya verás lo rápido que pasan los días y volvemos a estar así.

⸺Más te vale y por favor no te dejes enamorar por allá, ⸺dice mientras acerca sus labios a los míos.

⸺¿Cómo hacerlo si dejo mi corazón en tus manos? Y más encima ¿Quién se fijará en una niña como yo?

⸺Muchos. ⸺asegura⸺. Eres preciosa y te juro que, si no nos estuvieran mirando todos en este momento, me encantaría acaricias tus piernas que llevas al descubierto. ⸺jadeo de solo imaginar sus caricias en mi piel y él sonríe con malicia⸺ tu rostro me dice que lo deseas tanto o más que yo, ¿Era necesario que te vistieras tan descubierta? ⸺dice casi molesto. Miro mi cuerpo y no veo nada indecente, llevo la polera que me regaló él de Star Wars y un short que llega un poco más arriba de las rodillas.

⸺No creo que mi vestimenta llame la atención de algún hombre. ⸺aseguro.

⸺Pues te juro que la mía la llamó desde el primer momento en que te vi en la mañana. Tu cuerpo siempre llama mi atención. ⸺dice apegándose más a mi justo en el momento en que el tercer llamado se escucha por el megáfono del aeropuerto. Una de sus manos sostiene las mías en mi espalda y la otra se dirige a mi nuca para luego juntar nuestros labios en un beso que como ya es costumbre, siento que no piso tierra. Su lengua danza con la mía, llenándome de su sabor, dejando su marca para los días en que estaremos separados. La falta de aire nos hace alejarnos.

»⸺En cualquier momento, lo que necesites o si es solo para conversar, me llamas. ⸺asiento porque me ha dejado sin poder hablar después del intenso beso que compartimos⸺. Estaré contigo en el momento en que me necesites. ⸺suelta nuestro agarre y me entrega mi maleta. Comienzo a caminar mientras lo dejo atrás, me detengo unos segundos y siento la necesidad de decirle unas palabras que llevo tiempo guardadas y temo que si no lo hago ahora no se volverá a dar una oportunidad para hacerlo. Así que corro a sus brazos que al verme ya me esperan y en el segundo que nuestros cuerpos hacen contacto ellos me rodean.

⸺Te amo. ⸺digo sin esperar ninguna respuesta y me marcho. Camino directo al encargado de los pasaportes y pasaje, una vez revisados sigo mi camino sin dar un vistazo atrás. No tengo la certeza que los vuelva a ver, pero sé que estoy haciendo lo correcto y eso me mantiene tranquila.

Mi asiento se encuentra en una de las primeras filas y al encontrar mi numero veo que a mi lado ya está sentado un señor, se encuentra con los ojos cerrados y la cabeza apoyada en la ventanilla, así que intentando no hacer ruido tomo asiento en mi lugar y coloco mi cinturón de seguridad. Como siempre los nervios comienzan hacer su aparición, mi pierna no deja de moverse, no puedo evitar morder mis uñas.

⸺Es solo una hora y media de vuelo, tranquila. ⸺miro sorprendida al hombre que pensé que estaba dormido. ¿Este hombre está borracho a estas? Me sonríe, una hermosa sonrisa de lado que logra que se le forme un solo hoyuelo en una de sus mejillas⸺. Soy Alexandro. ⸺y aunque alarga las palabras lo comprendo perfectamente, vuelve a sonreír y esta vez también le devuelvo la sonrisa.

⸺Yo soy Nicole. ⸺me presento y le tiendo la mano, él responde mi gesto en el mismo instante y aunque su mano tiembla, su agarre es firme.

⸺Encantado. ⸺lleva mi mano hasta sus labios y deposita un beso como todo un caballero. No sé lo que estoy haciendo, debería de tener miedo, él se nota que es un hombre mucho mayor que yo, se puede decir que debe de tener entre la edad de Anggelo y mi madre, y a pesar de eso me siento a gusto a su lado.

Cuando el avión comienza a tomar fuerza para emprender nuestro viaje, me agarro con fuerza de los antebrazos del asiento y su mano de inmediato se posa encima de la mía y de inmediato me llena una tranquilidad. Dejo de mirar enfrente y llevo mi vista a mi acompañante. Su cuerpo recto por completo y su cabeza apoyada por completo en la cabecera del asiento. Ahora no hay signo del trémulo en su cuerpo.

Siente mi mirada en encima de él y con lentitud se gira para mirarme sin dejar de sonreír.

⸺¿Te encuentras bien? ⸺pregunta y aunque se me hace un poco difícil entenderlo en un principio, logro hacerlo.

⸺Si, gracias. ⸺respondo mientras sonrío. Saco de mi maleta un chocolate y le ofrezco, pero él niega un poco decepcionado.

⸺No puedo, gracias. ⸺su sonrisa se borra de su rostro y luego lo gira para mirar hacia fuera. No comprendo que he hecho mal, siento que lo lastime y no tengo idea de cómo. "Él dijo que no puede, no que no quiere" pienso ¿Será que el trago y el chocolate le haga vomitar? como no soy de aquellas que se quedan tranquilas decido hostigarlo un poquito.

⸺Ale. ⸺lo llamo colocando mi mano en su hombre. Sé que no me ha dicho que lo llame así, pero en estos momentos Alexandro me parece demasiado formal⸺. Perdóname si te ofendí con algo. ⸺se gira para mirarme y en sus ojos puedo ver algo que no logro descifrar, tristeza, decepción, vergüenza, no lo sé, como que me llamo Nicole y soy hija de mi madre lo voy averiguar.

⸺No has hecho nada, ⸺susurra⸺ me encanta el chocolate, pero en mi estado y sobre todo en este momento sería un desastre al comer un pedazo, te imaginas un hombre como yo de casi treinta años, parecer un niño sucio comiendo. ⸺cuando logro comprender lo que me está diciendo, recuerdo cuando tomo mi mano, el temblor de ella y con dificultad con la que se la llevo a su boca. Y ahí lo comprendo todo.

⸺Abre la boca. ⸺digo con completa seguridad y él me mira sorprendido mientras intenta negarse⸺. No me dejes con el chocolate en aire, te juro que estaré así todo el vuelo hasta que lo aceptes. ⸺sonrío con malicia, se rinde y acepta. Gruñe al sentir el sabor dulce, se deleita con él y yo lo miro embobada.

⸺Gracias. ⸺dice cuando termina de comer.

⸺Un placer. ⸺respondo llena de satisfacción.

⸺Cuando nací, ⸺cuenta después de unos minutos de silencio⸺ tuve un paro respiratorio y luego después de veinticuatro horas, tuve otro y esa falta de oxígeno ocasionó una lesión en mi cerebro. Y afectó toda mi parte motriz. ⸺lo miro sorprendida y con un poco arrepentimiento por haber pensado que a mi lado iba un borracho⸺. Los médicos dijeron "Parálisis cerebral" ⸺se encoge de hombros quitándole importancia⸺. Mi familia adoptiva cada año me mandaba a Grecia para mis terapias y desde que trabajo y tengo mi propio sueldo, lo hago por mi cuenta. ⸺dice lleno de orgullo.

⸺Discúlpame, no sabía. ⸺la vergüenza me consume. Siempre cuando vemos algo diferente nuestros pensamientos van dirigidos a algo malo y esta vez me equivoqué por completo.

⸺¿Por pensar que soy un borracho? ⸺pregunta divertido y yo quiero que me trague la tierra⸺. Tranquila, suele pasar. ⸺ríe⸺. Así que no te agobies. ⸺Tapo mi cara con las manos, y quiero gritar. Respiro y cuento hasta diez para lograr volver a conversar con él.

⸺¿Y dónde vas? ⸺pregunto intentando dejar el mal rato atrás.

⸺A un centro de rehabilitación que cuenta con la última tecnología. Se llama Elpida. ⸺y se exactamente de qué centro me habla.

⸺Sus dueños son Elpida y Mijail ¿Cierto?

⸺¿Los conoces?

⸺Son amigos de mis padres. ⸺sonrío al recordar los días que pasamos en su casa.

⸺Elpida y Ari, son los mejores en su área. ⸺asegura. Nuestra conversación es interrumpida por una voz femenina que nos indica que entre unos minutos estaremos pisando tierra griega.

⸺¿Ya llegamos? ⸺pregunto incrédula.

⸺Cuando disfrutas de una conversación ni siquiera te das cuenta cuando pasa el tiempo. ⸺dice mientras mira por la ventanilla la pista del aeropuerto griego.

Una vez ya detenido el avión y mientras todos se levantan apresurados para ver quien logra salir más rápido, él se queda relajado sin siquiera mover un solo de sus dedos.

⸺¿Te quedarás aquí? ⸺pregunto intrigada.

⸺No. ⸺sonríe divertido⸺. Seré el último en bajar ya que tienen que venir por mí y ayudarme. ⸺explica.

⸺Entonces me quedaré contigo haciéndote compañía. ⸺sonrío y los dos nos quedamos viendo como todos intentan salir lo más rápido de este lugar. Una vez que hemos quedado solos vienen unas azafatas con la sonrisa de lastima dirigida a mi acompañante quien no tarda en poner los ojos en blanco por la molestia.

⸺Nicole ¿Podrías pasarme mi bastón que se encuentra ahí arriba? ⸺señala donde guardamos el equipaje de mano. Me coloco de pie y hago lo que me ha pedido.

⸺Gracias. ⸺afirmándose se levanta de su asiento y el trémulo se hace mucho más notable. Despacio comienza a caminar hasta la puerta en la que se encuentra una silla de rueda en una plataforma. Bajamos los cuatro juntos y una vez que sacamos nuestras maletas por fin logramos salir hasta donde nos esperan, a mí, mi tío Manu y por lo que me dijo Ale, la camioneta del centro de rehabilitación.

Mi sorpresa es mayor cuando veo a Manu conversando con Mijaíl, se ve preocupado y con el ceño fruncido. En el momento en que nuestras miradas se cruzan, intenta esconder su preocupación bajo una sonrisa en la cual fracasa.

⸺¡Pequeña por fin! ¿Por qué has tardado tanto? ⸺pregunta tomando mi equipaje en sus manos.

⸺Hola tío querido, me alegro de verte a ti también. ⸺me burlo⸺. Simplemente me quedé haciéndole compañía a mi amigo. Alexandro, él ⸺digo señalando al hombre preocupado que se encuentra a mi lado⸺ es mi tío. Manu, él es Alexandro y viene para quedarse con ellos. ⸺digo esta vez señalando a Mijaíl que ríe por la situación.

⸺Hola pequeña. ⸺saluda Mijaíl envolviéndome en un abrazo⸺. Es un gusto volverte a ver.

⸺Lo mismo digo. ⸺sonrío y veo que mi tío y mi acompañante de vuelo se han quedado mirándose con intensidad sin decir ni una sola palabra.

Después de unos cuantos minutos de conversación nos despedimos de nuestros amigos, no sin antes intercambiar con Ale nuestros números de teléfonos, quiero mantener con él el contacto. Con Manu esperamos un par de hora para el próximo vuelo que nos llevará a Creta.

Cuando llegamos al aeropuerto de Heraklion el calor nos da la bienvenida, Manu me ayuda con nuestro equipaje y me dice que debemos dirigirnos donde ha dejado estacionado su coche. Al principio me extraño porque es ver una ciudad como cualquiera y yo esperaba encontrarme con un pueblo, pero al trascurrir el viaje, el paisaje va cambiando, los arboles comienzan a ser más abundantes. Soy consciente que estamos en subida y esta cosa tiene muchas vueltas las que me están produciendo un gran mareo y si no nos detenemos de inmediato, vomitaré en el coche.

⸺¡Manu detente! ⸺digo desesperada, ya siento las arcadas y lo que comí hace unas están deseosas de salir de mi cuerpo.

⸺¿Qué? ¿Por qué? ⸺pregunta preocupado mientras intenta estacionar en un lugar libre y donde no correremos peligro por algún otro conductor. No alcanzó a responder cuando por fin se detiene, abro la puerta y dejo salir todo lo que me ha estado haciendo sentirme mal. Menos mal que mi pelo lo llevo amarrado en alto y no debo preocuparme de no ensuciarlo. Mi tío llega a mi lado en unos minutos, me entrega una botella de agua y pañuelos desechables para terminar de secar mi boca.

⸺¿Cómo te encuentras? ⸺miramos los dos con asco lo que he devuelto.

⸺Ahora mucho mejor, ⸺admito⸺ no tenía idea que el camino era tan, tan, ni siquiera tengo palabra para describirlo.

⸺¿Montaña rusa? ⸺pregunta divertido.

⸺Podría ser, con la única diferencia que ahí lo paso bien, en cambio ahora no puedo decir lo mismo. ⸺hecho un poco de agua a la palma de mi mano y me la paso por mi cara y así poder refrescarme un poco, la calor es insoportable.

⸺Mira, ven. ⸺tiende su mano y yo la acepto. Caminamos hasta el extremo del acantilado y bajo mis pies puedo apreciar una vista maravillosa, llena de verde que en algún lugar se une al azul del Egeo. Es una completa obra de arte.

⸺¿Ves eso de allá? ⸺pregunta mientras señala con su mano un lugar donde se encuentran algunas casas amontonadas. Asiento para darle a entender que si lo veo⸺. Es ahí donde vamos, ese es nuestro pueblo. ⸺dejo mi vista justo al lugar señalado, el infierno de mi madre que se convertirá en el mismo infierno de mi abuela... 

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