El silencio imperaba en toda la base. Los motores de todas las naves estaban apagados. Los spread inmóviles en el hangar. Ni siquiera los ingenieros se habían dignado a hacerles una inspección. Aquello parecía más un cementerio que una base militar. El grupo de Klara había conseguido salir del planeta por los pelos. Una vez en el espacio, la flotilla de Gavriil se les unió, aunque había sufrido bajas. Bastantes. Prácticamente, dos tercios de la flotilla de Gavriil había sido destruida mientras hacían de cebo y luchaban contra el bloqueo de la Unión. Klara tenía la mente tan dispersa a causa de la muerte de su hermano, que no reaccionó cuando recibió el informe de bajas. Simplemente, lo ignoro como ignoro todo lo demás.

Nada más llegar a la base y bajar de la nave, Klara cogió en brazos el cuerpo inerte de su hermano y se lo llevó al interior de la base, mientras que Colt bajaba serio y mudo, acompañado de Amantha, que reflejaba su preocupación cogiéndole del brazo. El grupo se dispersó por todo el terreno de la base. Estaban igual de afectados por la muerte de Kyle como Klara.

Se encerró durante horas con el cadáver de su hermano en la sala de mando. No dejó pasar a nadie, y aunque hubiese dado permiso, nadie se hubiera atrevido a perturbar su duelo. Había sido un duro golpe para todos. Habían conservado la esperanza de que podían salvarle, pero toda esa esperanza se desvaneció de golpe, succionada por una realidad que no había siquiera contemplado.

Varias horas más tarde, se presentó el grupo de Darik. Estaban agotados, pero aun así parecían inquietos. Nada más aterrizar se les notificó el resultado de la misión del grupo de Klara y los demás. Taer tubo la intención de ir directamente a hablar con Klara, pero de inmediato fue detenido y persuadido para no hacerlo. En el caso de Darik, quedó conmocionado, aturdido. Su mente no era capaz de procesar todo lo que había pasado. Al llegar a la base vio a Colt muy afectado y en un principio intentó hablar con él, pero Amantha le recomendó que le diese espacio, así que le hizo caso. Intentó estar solo, pero fue en vano, pues Cady le hizo compañía. Acabaron en el hangar de los Spread. Los dos de pie, frente aquellos robots gigantes. No hablaron. Solamente se quedaron allí, callados.

Darik había ido al planeta natal de Taer con la intención de aclarar y descubrir que significaban aquellas visiones que tanto le atormentaban. Pero no había servido para nada. Había vuelto con más dudas y más preguntas que con las que se había marchado. Y para rematar, se sentía de alguna forma responsable de la muerte de Kyle. Fue entonces cuando se descubrió llorando. Todos sus amigos le seguían como líder y no paraban de remarcarle que era uno de los buenos, pero aun así, él sentía todo lo contrario. Lo único que era capaz de ver siempre que miraba hacia atrás en su vida era decepción y fracaso. Lágrimas de angustia resbalaban por sus mejillas. Cady, que estaba a su lado, le abrazó. Darik simplemente se hundió en su pecho, inundándolo de lágrimas.

Taer había intentado hablar con Klara, pero no se lo habían permitido. Al ver que todo el mundo se dispersaba, se dirigió a la galería de tiro. Estaba vacía. Dejando salir la frustración, chilló con todas las fuerzas de las que fue capaz de reunir. Jax, que no se separaba de él, se asustó. Taer maldijo entre dientes el día en el que la Unión se cruzó con su familia y su aldea, y el día en el que se cruzó con Jax. Se sentó en un pequeño banco cercano y hundió su cabeza entre sus manos. Había vuelto de su planeta con las manos vacías. Su familia había desaparecido y por extraño que le pareciera, sentía que era el causante de algo que no lograba comprender. Y estaba en lo cierto. La guerra empezó y Taer tenía la culpa.