¿Taer? ¿Qué hacía Taer allí? No era la primera vez que Darik se encontraba soñando en un sitio como ese, pero si era la primera que lo hacía acompañado. Lo tenía enfrente, a unos 3 metros, sin signos de estar nervioso y mirando de un lado a otro. Las estrellas se reflejaban en el agua del lago, apenas profundo, dando así una sensación de estar flotando en el espacio.

-¡Taer! - chilló Darik, llamando así su atención.

-¡Darik! - dijo Taer mientras se acercaba al trote - ¿Qué está pasando? Estaba durmiendo tranquilamente en mi camarote...

-Habéis sido convocados - retumbó una voz por todo el lago.

La superficie del agua empezó a vibrar. Poco a poco el agua se elevó, tomando una forma humanoide de 2 metros. El agua volvió al lago, dando así paso a Eón. Su piel blanca contrastaba directamente con el entorno. Su pelo, negro como el azabache acompañado de pequeños toques plateados, caía sin resistencia por sus hombros y espalda. Taer y Darik miraron todo aquello asombrados. Se miraron el uno al otro, tratando que alguno de ellos diese alguna explicación y dijese algo.

- El tiempo apremia - dijo Eón de forma casi ceremonial.

-Un momento... - susurró Darik entre dientes - Tu voz, me resulta familiar.

- Así es - reconoció Eón.

-¡Ya me acuerdo! Aquel sueño. Toda la destrucción, fuiste tú - recordó Darik. Taer miraba la escena con asombro a pesar de no comprender nada.

- En efecto - respondió Eón.

- ¿Qué es lo que quieres? - preguntó Darik. Eón se quedó callado por unos segundos.

- Vuestra ayuda - respondió al fin Eón.

- Explícate - dijo Taer con voz firme. Todavía seguía nervioso, pero trató de contener esos nervios cerrando los puños con toda la fuerza de la que era capaz.

- La semilla, está a punto de abrirse. Hay que evitarlo a toda costa - dijo Eón -. Tu NEXO te ayudará a purgarla, Taer.

- La terminal... - susurró Taer entre los dientes -. Darik, tenemos que ir, avisar a mis padres, a la aldea.

Darik se quedó callado, pensando y reflexionando sobre las palabras de aquel ser. Ahora mismo se encontraba en una encrucijada. Le había prometido a Klara que le ayudaría a rescatar a Kyle, pero también le había prometido a Taer que le ayudaría a rescatar a su familia y a su pueblo. Tenía que decidir, así que así hizo.

- De acuerdo - dijo Darik.

- Perfecto, daos prisa, no teneis mucho tiempo - dijo Eón mientras el lugar y las estrellas se difuminaban, dejando paso de nuevo a la oscuridad.

En la profundidad de aquella oscuridad resonaba una voz, lejana, acolchada, que poco a poco fue haciéndese más clara y fuerte.

- Darik, Darik, despierta

Darik abrió los ojos. Frente a él, Cady lo sacudía con la intención de despertarle. ¿Qué hora era? ¿Cuánto tiempo había permanecido dormido?

-Menos mal, ya era hora. Levanta, tienes que ver esto - dijo Cady.

-¿Qué? ¿Qué ocurre? - preguntó Darik.

- Es Kyle, y no tiene buena pinta.