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Capítulo 24: Reinicio

¿Dónde estoy? Pensó Taer para sí mismo. Frente a él, una gran sala negra, iluminada de blanco y rojo. Al fondo, un orbe de dimensiones desmesuradas se alzaba flotando. Era bastante amplia y tenía escasa decoración. Un pequeño camino se abría pasó hasta el orbe, flanqueado por dos hileras de monolitos, una a cada lado, además de contar con varios arcos flotantes. A Taer le recordó, pese a las diferencias, a la sala donde encontró su NEXO. Un extraño sonido eléctrico inundaba toda la sala, el cual parecía provenir del mismísimo orbe. Era un sonido constante, profundo, y hacía que a Taer se le taponaran los oídos. Incluso tenía la sensación de que algo tiraba de él, hacia abajo. Taer se quedó observando la sala, pasmado, intrigado. De pronto, una voz retumbó por toda la sala.

-Amenaza detectada - dijo la voz. Era una voz amenazadora, rasposa y metálica. 

-Te temen - dijo otra voz dentro de la cabeza de Taer. En este caso, la voz parecía humana, aunque carecía de entonación, dando una sensación de vació. Taer miró a su alrededor, esperando encontrar el origen de aquella voz, pero no encontró nada. Avanzó, temeroso y vigilante, con los ojos abiertos de par en par. Como si fuera una presa esperando ser atacada en cualquier momento. 

-Destructor... y salvador - habló de nuevo aquella voz carente de vida. Taer intentó hablar, alzar la voz, pero las palabras no salían de su boca. Por mucho que lo intentase, era incapaz de articular ningún sonido. Era un simple observador, un mero espectador de aquel inquietante sueño. Siguió avanzando, poco a poco, dirigiéndose hacía el orbe flotante. El pequeño camino, conducía a una platea, donde se hallaba lo que parecía ser un terminal, y tenía una luz roja que parpadeaba. Más allá, el orbe seguía flotando, intimidante. 

La superficie del orbe fluctuaba, como lo hacía la del monolito de la cueva donde encontró a Jax. Taer empezó a inquietarse. ¿Cuánto llevaba en el sueño? Si no estaba equivocado, hoy se celebraría la reunión para planificar la nueva operación. Seguramente llegaría tarde por culpa de este dichoso sueño. Sin pensarlo, Taer se acercó al terminal. Era un panel rectangular, montando en una especie de pedestal. Taer no pudo diferenciar de que material estaba hecho, aunque parecía metal. Posó su mano sobre el panel, y de pronto la fluctuación del orbe cesó. Pero pocos instantes después, el orbe empezó a sufrir convulsiones. A cada segundo iban a más. Más violentas, más rápidas, hasta que el orbe se contrajo en un pequeño punto, para después explotar, abriendo paso a una nube roja que se expandió frente a Taer. Poco a poco, pequeñas luces brillantes, como luciérnagas, empezaron a aparecer por toda la nube. Miles, millones de pequeños puntos de luz se amontonaban en pequeños grupos, formando así pequeños cúmulos luminosos.

Taer se quedó embobado y por un momento se olvidó que todo aquello era un sueño. El pulso le iba a mil, y el corazón le tamborileaba sin parar. Parecía que su pecho iba a estallar en cualquier momento.

-Amenaza detectada - dijo de nuevo la voz metálica, en esta ocasión más fuerte -. Reiniciar sistema e iniciar purga.

Aquellos cúmulos brillantes se fueron apagando poco a poco, y la nube roja fue destiñéndose, pasando de un rojo intenso, a un negro oscuro, como el carbón. De pronto, en el centro de la nube oscura apareció una figura bastante familiar para Taer. La Terminal. Pero Taer la recordaba ligeramente distinta. Esta, tenía una luz roja en el centro. Empezó a brillar, cada vez más, y la Terminal se transformó en una especie de robot. Cuerpo ligeramente humanoide y un solo ojo que refulgía en rojo.

-Detén el reinicio, evita la purga o los Myalas volverán - le advirtió la voz cálida a Taer en su mente. Poco después, una luz dorada, brillante, inundó toda la estancia.

De pronto, Taer se encontraba de vuelta en su camarote, tumbado en la cama. Gotas de sudor frío recorrían todo su cuerpo, y Jax revoloteaba a su alrededor. Le dolía todo el cuerpo. Y la cabeza le daba vueltas. ¿Qué demonios había soñado? ¿Qué significaba lo del reinicio y la purga? ¿Y por qué era importante la Terminal en todo aquello? 

-¿Estás bien ? - preguntó Jax mostrando preocupación en su voz. Taer no sabía que responder, todavía seguía en shock. 

-Si, solo era... una pesadilla - dijo Taer, resoplando de cansancio.

-No parabas de susurrar cosas - dijo Jax.

-¿Qué cosas? - preguntó extrañado Taer. 

-Algo sobre un reinicio y una purga - dijo Jax. Taer se quedo dubitativo. Podría preguntarle algo a Jax, o a Darik y al resto.

-Mmh, ¿ te suena la palabra Myalas? 

Jax se quedó quieto. Como si alguien le hubiera dejado congelado o alguien le hubiera dado al pausa.

-¿Jax?

- Monstruos de metal, portadores de destrucción - dijo Jax, casi en susurro. Su voz vibraba. Taer nunca se había imaginado ver así a Jax.

- ¿Debemos preocuparnos? - preguntó Taer.

-No, en teoría. Mis datos de memoria indican que fueron desterrados, expulsados - dijo Jax.

-¿Y qué tienen que ver con la Terminal? - preguntó Taer, que no se podía quitar de la cabeza la imagen de esa odiosa estructura que tantos problemas le había causado.

-¿La Terminal? ¿Te refieres a la Semilla de tu planeta? - dijo Jax. ¿Semilla? ¿Qué narices significaba eso? Justo en ese preciso instante alguien picó a la puerta. Era Darik.

-Taer, ya es la hora. La reunión está a punto de empezar - dijo Darik en el umbral de la puerta.

-Si, ahora vamos - dijo Taer.

-Perfecto.

Acto seguido, Darik se marchó para avisar a los demás. Taer se asomó a la puerta, se aseguró que Darik estaba lejos y se volvió a mirar de nuevo a Jax.

-No diremos nada por ahora - dijo Taer entre dientes.

-Eso no es muy buena idea - replicó Jax. Taer dudó por unos momentos.

- Bueno, ya veremos qué hacemos, pero de momento nos mantendremos callados- dijo Taer saliendo de la habitación.





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