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Capítulo 19: Reabastecimiento

Haber realizado el salto justo después de aquella intensa persecución había echo consumir mucho combustible. El ordenador de la nave recomendaba repostar, además de recargar los escudos. Kyle puso el piloto automático hacía el planeta más cercano. Salió del puesto de mando y fue hacía el comedor, seguido por Artie y Roy. Allí, nada más entrar, Cailyn se le acercó. Parecía preocupada.

-¿A dónde nos has traído?  - exigió saber Cailyn.

- Estamos en el sistema Morgan. En el asteroide  al que nos dirigimos conozco a alguien que podría echarnos una mano. Ayudarnos a reabastecer la nave.

-¿Es de fiar? 

-Espero. Hace mucho que no nos vemos - respondió Kyle mientras se encogía de hombros y dirigía su mirada al recién salvado. Cailyn solo pudo bufar. El resto, simplemente se limitaron a bajar la mirada. 

-Por cierto, este es Taer, y la esfera flotante es Jax - dijo Cailyn señalando con la cabeza a la esfera, mientras Kyle se acercaba al ser humanoide de piel blanca.

-Encantado. Soy Kyle, bienvenidos a la Siren - dijo Kyle todo lo suavemente que pudo. Taer no reaccionó. Tenía la mirada perdida, mirando un punto fijo del suelo. Jax, su NEXO, contestó por él.

-Gracias, es un placer. Taer solo necesita un poco de tiempo.

-Claro, por supuesto, pero espero que no mucho. Nos hemos jugado mucho yendo a salvaros.

"Lo que faltaba" pensó Taer para sí mismo. Obviamente estaba agradecido, pero el sentimiento de culpa por abandonar a su familia y su hogar era mucho más fuerte. No era capaz de desprenderse de ese sentimiento y parecía que nunca iba a ser capaz de hacerlo. Pero, ¿no había tomado ya una decisión? Entonces ¿por qué volvía a tener estos pensamientos? Esperaba que al final Jax tuviera razón y que el tiempo le ayudase a recomponerse.

Después de aquella pequeña charla, Kyle ordenó a Cailyn y a Lily que cambiasen de nuevos los códigos de identificación de la nave y  a Artie y Roy recargar los cañones, mientras él preparaba algunas raciones de comida para retomar fuerzas. La comida, consistía en pequeñas bandejas de carne con salsa y verduras pre-cocinadas. Durante la comida reinó un silencio sepulcral. Todos estaban centrados en sus bandejas. Poco después de terminar, el ordenador de navegación informó que la nave se acercaba a la orbita del asteroide.

El asteroide, evidentemente, había sido terraformado para ser habitable. Lo primero, fue analizar el asteroide y su atmósfera, para más tarde rociarlo con bacterias modificadas genéticamente con el objetivo de alterar la atmósfera del cuerpo celeste y hacerla habitable. Una vez terminado todo este proceso, la Unión dió luz verde a la ocupación del asteroide. De lejos, se podía apreciar la ciudad que reinaba en la superficie del mismo. Sus luces neón hacían parecer al asteroide como un faro en medio de aquella profunda e infinita oscuridad.  La ciudad ocupaba gran parte de la superficie de el cuerpo celeste y de hecho constaba con varios niveles inferiores y superiores. Ni a Darik ni al resto les impresionó, pero Taer era todo lo contrario. Tenía la boca abierta de par en par y Darik llegó a pensar que se le había olvidado como respirar. Por suerte, aquél chico de piel blanca parecía volver en sí poco a poco. Fue entonces cuando Taer se percató de que estaba en el espacio y surcaba las estrellas. Siempre había tenido curiosidad por lo que había más allá del horizonte, y nunca se había imaginado estar en una nave rodeado de aquella mística oscuridad, pero últimamente tenía otras preocupaciones más importantes.

La ciudad disponía de varias decenas de plataformas de aterrizaje y un par de ellas, por suerte, estaban vacías. Algunas de las plataformas se encontraban en el interior del asteroide permitiendo así aterrizar directamente en los niveles inferiores de la ciudad. La Siren aterrizó suavemente en una de las plataformas de los niveles inferiores. Acto seguido, Kyle organizó al equipo. Artie, Roy, Lily y Cailyn  le acompañarían a buscar a su antiguo amigo, mientras que Amantha, Selina, Cady, Diz y Colt se encargarían de buscar provisiones. La idea era conseguir comida, munición y armas. Por otro lado,  aconsejó que Taer se quedará en la nave para evitar problemas, teniendo en cuenta su estado. Darik se ofreció sin dudarlo  voluntario para hacerle compañía. 

-Id con cuidado, y no os metáis en problemas - dijo Kyle. Sin más dilación, los dos grupos abandonaron la nave. El grupo de Kyle subió a un ascensor cercano camino a los niveles superiores, mientras que el grupo de Colt se quedó en el nivel -13.

Kyle sabía dónde buscar a su amigo. Mientras el ascensor les llevaba  al nivel -8, tragó saliva. No sabía cómo iba a ir todo esto, ni siquiera estaba seguro de si su antiguo conocido le recibiría de buenas maneras.

-Pase lo que pase, no habléis ni hagáis nada. Dejádmelo a mí, ¿de acuerdo? - advirtió Kyle.

-Esto va a salir fatal - dijo Roy con apatía. 

-Alegra esa cara - dijo Artie mientras le golpeaba amigablemente en el hombro -. Hace un par de horas parecía que íbamos a morir. Y mira, aquí estamos. 

En ese momento el ascensor llegó a su destino y las puertas se abrieron, dando paso a una calle principal abarrotada de negocios, bares, clubs de alterne, hoteles IA y establecimientos sensoriales de realidad virtual. Los carteles de neón dominaban la calle haciendo que luces, mayoritariamente de tonos rojos y azules, flotaran en el aire, además de los centenares de cables que serpenteaban de farola en farola.  La calle estaba sucia, charcos de agua ennegrecida regaban el suelo. De los laterales de la calle principal se desprendían varias callejuelas, a cada cual más oscura. Ratzhmars, criaturas parecidas a ratas pero más grandes y con seis patas, correteaban de un lado a otro de la calle, buscando cobijo en la oscuridad de las callejuelas. 

Kyle y sus cuatro compañeros caminaban sin detenerse. El agua de los charcos salpicaba a su paso. Al llegar al final de la calle se toparon con su destino. Era un bar. Solitude, rezaba el cartel holográfico. Se podía escuchar musica que procedía del interior del bar, atenuada por las paredes de metal del local. En la puerta, dos hombres altos, fornidos y de hombros anchos aguardaban en la puerta. Kyle pensó que no les dejarían pasar, pero para su sorpresa solo se llevaron un par de miradas amenazadoras mientras entraban en el establecimiento. Dentro, luces neon de color azul y violeta, acompañadas de varias luces láser ambientaban el bar. El grupo tardó unos segundos en acostumbrarse, no solo a la iluminación sino tambien a la musica. 

-¿Hemos venido a tomar unas copas o qué? - dijo Artie con una sonrisa burlona.

-Ya te gustaría - le contestó Cailyn. 

-Chicos, mantened los ojos abiertos - avisó Kyle. El bar estaba lleno. No había ni una mesa libre. La barra estaba abarrotada así que Kyle y los demás tuvieron que hacerse un hueco casi a empujones. Al llegar a la barra, Kyle lo reconoció. Estaba más viejo y más gordo. Cuando el camarero posó sus ojos en Kyle se detuvo.

-Ocúpate de la barra - dijo el camarero al androide auxiliar de su lado, mientras le hacía un pequeño gesto con la cabeza a Kyle que señalaba una puertecita, justo al lado de la barra.

-No os metáis en líos - ordenó Kyle. Sin vacilación siguió  al camarero. La puerta conducía a unas escaleras que descendían a un pequeño almacén. Cajas de bebidas se amontonaban en las esquinas. El camarero invitó con la mano a Kyle a sentarse en uno de los sofás tapizados que se encontraban en el centro del almacén . Olía a una extraña mezcla de polvo i alcohol. El olor era molesto y a Kyle le llegaba a entaponar la nariz e irritar la garganta. El camarero se sentó frente a él.

-¿A qué has venido? - preguntó el hombre. Kyle le miro durante unos instantes. Llevaba la misma vestimenta de siempre. Botas marrones, pantalón grueso y holgado, camiseta de lana de color verde oscuro y un delantal sucio. El pelo era más blanco que la ultima vez, al igual que la barba, solo que esta ultima era más larga de lo que recordaba.

-Ha hacerte una visita - mintió Kyle. Se arrepintió al instante. El hombre simplemente se rió.

-Buen intento Kyle - dijo el hombre mirando a los ojos a Kyle - . ¿Qué quieres?

-Suministros, munición  y combustible - respondió Kyle desviando la mirada. 

- ¿Has caído de repente en la pobreza? - preguntó irónicamente el camarero.

-He tenido problemas - reconoció Kyle.

-¿Sigues en tu cruzada?

El silenció de Kyle lo delató.

-¿Es que no aprendes? - preguntó el hombre mientras la rabia se apoderaba de él - No te saqué de tu planeta para que te convirtieras en un terrorista. 

¿Y qué se suponía que tenía que haber hecho? Sí, Kyle le estaba agradecido y le debía la vida seguramente. Pero después de ver cómo su planeta moría lentamente no se podía quedar de brazos cruzados.

-¿Y qué esperabas que hiciera Gavriil?¿Agachar la cabeza cómo hace todo el puto mundo en esta galaxia?

-Pues sí. Mantenerte al margen. Es imposible que venzas Darik, deberías saberlo - le advirtió Gavriil.

-No pienso dejar esta lucha - dijo Kyle retándole con la mirada. Gavriil  suspiró larga y profundamente. 

-De acuerdo. Tendréis los suministros y el combustible, pero después te largarás para no volver. No quiero cruzarme con tus problemas.


Darik observaba a Jax con sumo interés. Nunca había visto...¿cómo era?  Un NEXO.

-¿Hay más cómo los tuyos? - preguntó sin pelos en la lengua.

-¿Más como yo? Mmm... sí, más como yo - respondió con cierta duda Jax. Taer, que a pesar de no haber articulado palabra alguna durante más de 20 minutos se sorprendió.

-Espera, ¿hay más como tú? ¿Por qué no me lo dijiste? - exigió saber Taer.

-No preguntaste - respondió Jax con toda sinceridad.

- ¿Y hay muchos? - preguntó de nuevo Darik dejándose llevar por la curiosidad.

-Mmm, en otros tiempos éramos más. Decenas, centenares repartidos por la galaxia. 

-¿Y qué pasó? - preguntó Taer en esta ocasión.

-Nos activamos cuando nuestro centinela entra en contacto con nuestra terminal. Pero no es facil cruzarse con un centinela.

Taer trastabilló, haciendo que casi se cayese de su asiento.

-¿Puede haber más de un centinela? - dijo Taer con los ojos abiertos de par en par.

-Sí .

Taer no acababa de creérselo. Por alguna razón había dado por sentado que solo él era el Centinela. Ahora mismo no sabía qué pensar. ¿Habrá más centinelas por la galaxia? ¿Qué más había mal interpretado? Taer todavía recordaba la avalancha de preguntas que lanzó a Jax en su primera interacción. Preguntas de las que no obtuvo respuestas hasta que ambos cogieron confianza el uno con el otro. 

-Entonces tienes que estar agradecido de haberte cruzado con Taer, ¿no? - preguntó Darik.

-La verdad es que sí  - asintió Jax.

En ese instante Darik recibió dos mensajes en su Pulso. El grupo de Cady y el de Kyle volvían a la nave. Cady y sus compañeros no tuvieron muchas suerte encontrando suministros. Al parecer, en todas las tiendas en las que osaron entrar los precios eran desorbitados. Darik supuso que esto se debía al nulo control de la Unión sobre el asteroide. Permitiendo así que los comerciantes inflarán los precios. Se sorprendió a sí mismo llegando a esa conclusión, pues no esperaba encontrar algo positivo dentro de la Unión después de lo que había descubierto hace poco. El mensaje de Kyle, por suerte era todo lo contrario. Había conseguido convencer a su amigo para conseguir los suministros y el combustible. Primero llegó el grupo de Cady. Varios minutos más tarde, apareció el grupo de Kyle, acompañado por un hombre vestido con un mono de trabajo que transportaba un tanque de combustible gracias a una carretilla flotante. Kyle y el resto iban cargados con varios cajones de combustible, que no tardaron en cargar en la nave. El hombre que les acompañaba se acercó a la popa de la nave. Palpó el fuselaje de la misma para encontrar la trampilla del deposito, lo abrió y conectó la manguera para llenarlo. Un par de minutos más tarde el hombre se marchaba por donde había venido y la nave estaba lista para partir. 

-¿Y ahora? ¿ A dónde? - preguntó Darik a Kyle mientras entraba a la sala de mando. Había dejado a Taer con los demás, que por fin parecía volver en sí mismo.

-A la base. Tenemos que preparar nuestro próximo movimiento - respondió Kyle sin mirarle, pues estaba concentrado en los controles de la nave.

-¿Qué tenías en mente?

- ¿Has deseado alguna vez tener tu propia nave ? 










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