Capítulo 16: Señal de auxilio
Jax. Así era como se hacía llamar la esfera flotante. Después de 4 días de convivencia y varias conversaciones, parecía que la esfera empezaba a restaurar sus archivos de memoria. Por lo que le había revelado, la esfera era algo conocido como NEXO Según sus archivos las ruinas con las que se había cruzado Taer eran parte de una antigua civilización que habitó el planeta. Al parecer, la civilización resultó ser ultra-religiosa, pues Jax confirmó que las caras del mural representaban a los dioses de dicha civilización. Eran conocidos como los hacedores del universo. Eón, Chaos, Isor, Nicte, Asteris y Keno. Taer no pudo evitar pensar en lo inútil que era la religión para cualquier especie. Que un ser superior rigiese tu vida le parecía absurdo. Además, ¿tanta fe, para qué? ¿Para convertirse en un recuerdo lejano y dejar unas ruinas olvidadas en el tiempo? Si los dioses realmente existiesen no dejarían que toda una civilización pasase al olvido.
Por desgracia, algunos archivos relacionados con la civilización estaban todavía dañados y Jax tardaría algún tiempo en restaurarlos. A pesar de ello, ambos se sentían cada vez más cómodos entre los dos y Taer sintió algo de vergüenza por cómo había tratado a Jax al principio, por no olvidar que en una de las noches, Jax le advirtió de que alguien se acercaba al "campamento".
Aunque no todo eran buenas noticias. Taer y Jax tuvieron que cambiar la ubicación del campamento. La Unión seguía con su excavación, pero al ver que en la zona de la aldea no encontraban lo que buscaban empezaron a enviar hombres de negro a explorar otras zonas circundantes a la aldea, eso obligó a Taer y Jax ir todavía más allá de la cueva donde se encontraron. La travesía fue complicada, sobretodo en aquel terreno tan escarpado. Llevaban 2 días de travesía cuando el terreno se fue aplanando poco a poco mientras avanzaban y una pequeña capa de hierba carmesí empezaba a regar la superficie. No estaban lejos de la aldea, quizá, como mucho, a 100 Km, pero Taer sentía que estaba en la otra punta de planeta. Miró hacía atrás. Añorando su aldea, a sus padres.
-Les salvaremos -dijo Jax totalmente convencido tratando de animar a Taer. Aunque Taer no estaba muy convencido de aquello. Se volvió y reemprendió la marcha. Después de varias horas de caminatas, el cielo se ennegreció dejando paso a las lunas y las estrellas. Fue entonces cuando Taer y Jax decidieron hacer un alto en el camino y descansar. La hierba carmesí era más frondosa y no muy lejos Taer pudo divisar la periferia de un bosque.
En aquella ocasión, Taer no disponía de los materiales para hacer una hoguera, pero tanto por el cansancio físico como el mental le dió igual. Simplemente se sentó.
-Tamatu tenía razón. Hay que salir del planeta. Buscar ayuda - dijo Taer mientras miraba al cielo y contemplaba una de las lunas - ¿Se te ocurre alguna idea Jax?
-Podría enviar una señal de auxilio pero su alcance solo abarcaría todo el sistema. Además, podría ser detectada por los mismos hombres que han esclavizado a tu aldea - reconoció Jax.
-¿Y hay alguna forma de "esconder" la señal?
-No lo sé. Podríamos intentarlo, aunque hay muchas posibilidades de que nos descubran.
¿Merecía la pena arriesgarse? Si les pillaban no podrían salvar a sus padres y a su aldea y acabaría convertido en esclavo. Taer soltó un bufido de exasperación y se tumbó en el suelo. No tenía ni el cuerpo ni la mente para tomar una decisión tan importante.
A la mañana siguiente, Taer y Jax se dirigieron y se internaron en el bosque cercano. El bosque estaba formado por altos robles de tronco grueso y las ramas, en lo alto, parecían una red que filtraba los primeros rayos de sol de la mañana. Jax y Taer caminaron por el bosque, entre los arboles hasta que llegaron a un pequeño lago de agua turquesa. Peces de todos los tamaños y colores nadaban bajo el agua. Insuflando al pantano de vida. Los altos robles rodeaban el lago y la luz que pasaba a través de las ramas se reflejaba en la superficie. Taer se quedó mirando maravillado. No tenía ni idea de que algo tan hermoso pudiera existir en su planeta. Fue entonces cuando lo decidió.
-Jax, envía la señal.
-¿Estás seguro?
-Hazlo.
Kyle les condujo por el interior de la fabrica. Darik y los demás caminaban en silencio, todavía intentaban asimilar lo que les había contado. Una gruesa capa de polvo cubría toda la maquinaria de la nave industrial, algunos cables se arrastraban por el techo y trozos de cristales rotos de las pantallas de cristal táctil inundaban el suelo junto los huesos de algunos cadáveres de animales. La nave industrial era una planta de procesados químicos, concretamente de una substancia que se extraía de uno de los animales del planeta. Era una substancia psicotrópica natural muy potente que segregaban los Latbat por su negra y aceitosa piel para desorientar a sus depredadores. Esta substancia se procesaba hasta tal punto de rebajar sus propiedades inhibidoras, para más tarde comercializarlo como analgésico. En su estado natural era una substancia bastante popular en el mercado negro. El viento se colaba entre las ventanas rotas y producía un ligero susurro. Siguieron recorriendo la nave industrial varios minutos hasta que llegaron a unas escaleras metálicas que descendían. Los pasos en la escalera resonaban con fuerza y se expandían por toda la nave industrial para pocos segundos después volver fruto del eco. Al llegar abajo, las paredes y las escaleras metálicas dieron paso a un corto pasillo que se extendía hasta llegar a una especie de ascensor o montacargas. El grupo se subió, aunque era un poco estrecho e iban un poco apretados. Kyle activó una palanca y el ascensor empezó a descender. Cuando llegó a su destino, las puertas se abrieron y dieron paso a otro pasillo. Al fondo, una luz blanca pequeña fluctuaba y un par de voces se escuchaban en la distancia. Kyle les llevó hacía la luz, que resultó venir de una mesa de control situada en el centro de una sala. A ambos lados, dos cara reconocidas recopilaban datos. Eran Roy y Lily.
-¡Kyle! - dijo Roy.
-¿Que pasa?
-Recibimos una señal de auxilio. En este sistema.
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