Capítulo 11: Rumbo a Tapirus
Darik estaba en su habitación meditando sobre la conversación que mantuvo con el extraño chico en el claro del bosque, cuando un mensaje llego a su habitación. Darik se levantó de la cama sorprendido. La señal del video-mensaje procedía de la academia y había sido enviada por Harry, el supervisor de todo el escuadrón durante su estancia allí. Después de tantos años en la academia y de haber crecido bajo su supervisión, Harry había pasado a ser un padre para Darik y el resto de su escuadrón. Darik supuso que el mensaje había llegado
En el mensaje, Harry anunciaba que el Comandante retiraba la sanción al escuadrón y los enviaba al sistema Tapirus, y que una nave pasaría a recogerles en un par de horas al complejo Future . En ningún momento señalaba o indicaba qué motivo les llevaba al sistema Tapirus, es más, Harry advertía de que recibirían ordenes cuando llegaran. ¿Podría estar pasando algo en el sistema? Si el comandante nos lleva allí será por una razón, pensó para sí mismo Darik.
Después de escuchar el mensaje, Darik volvió a pensar en la conversación qué tubo con el chico en el claro del bosque. Sus compañeros estaban vivos y formaban parte de una célula rebelde, o eso le había dicho el hombre. No sabía si creérselo, pero aquel extraño había acertado sus nombres, lo que significaba que de alguna u otra manera los conocía. Darik sospechaba que aquel chico era uno de los mercenarios que atacaron Eridia, pero no tenía pruebas. Un millón de posibilidades se le abrían en la mente. Además, el chico, al ver la desconfianza de Darik, le entregó un dispositivo de señal codificada unilateral, que Darik debía usar si aceptaba ayudar. No dio muchas más información, ni siquiera para que necesitaba su ayuda, cosa que lógicamente hacia sospechar más a Darik.
Mientras Darik esperaba la llegada del transporte, Cady le hizo una visita.
-¿Has visto el mensaje? Volvemos a la carga -dijo Cady con un ligero brillo en los ojos.
-Si, aunque yo no cantaría victoria tan rápido -dijo Darik -. En el mensaje no nos informan del motivo del levantamiento de la cesión y del traslado.
-¿Podrías por un momento dejar de ser tan aguafiestas? - preguntó Cady en un tono que Darik no pudo deducir si lo preguntaba en serio o en broma.
Darik no había comentado nada sobre el chico extraño ni a Cady ni al resto de sus compañeros. Tenía intención de contarlo, pero quería esperarse a tener más información. Odiaba la sensación que le producía ocultar dicha información. Des de que llegó al complejo Future había sentido una presión en el pecho, que con el paso de los días iba a más. Sentía que en cualquier momento iba a estallar en mil pedazos, pero pudo mantener la compostura.
- Solo intento ser realista - dijo Darik.
- Sí, y un aguafiestas - replicó Cady -. ¿Por qué crees que nos envían tan lejos?
-No lo sé - respondió con sinceridad Darik -. Ya se verá cuándo lleguemos. ¿Cómo están los demás?
-Ansiosos. Sobretodo Colt. Dice que esta arto de este sitio y de jugar al frontón flotante - respondió Cady. Darik simplemente sonrió con la poca dignidad que se permitía tener. Le pareció lógico y normal que el resto de sus compañeros tuviesen ganas de marcharse de aquel sitio. Incluso él tenia ganas de irse, pero reconocía que le había cogido algo de cariño a aquella "prisión" de lujo.
-Normal - replicó Darik.
-¿Crees que volveremos a pilotar los Spread? - preguntó Cady.
-Ojalá que sí, pero no creo. En el mensaje no decían nada sobre ello. Creo que en esta ocasión nos mandan a una misión de campo -dijo Darik.
Un silencio empezó a surgir en la habitación, como una bruma en una fría mañana de invierno. Un silencio que ninguno de los dos se atrevía a romper. No estaban incomodos, de hecho la presencia de Cady lograba relajar a Darik. Habían estado juntos des de que tenían uso de razón y eso ayudaba a que ambos pudiesen relajarse el uno con el otro. No es que Darik desconfiase de los demás, pero Cady lo trataba sin prejuicios y no se cortaba a la hora de tratarle. Algo que facilitaba que la relación fluyese en una buena dirección.
Pero Darik no pudo aguantar tantos minutos en silencio.
-Cady, ¿no te parece raro que no nos informen sobre la búsqueda de ...? - preguntó Darik con todo el tono neutral de que fue capaz, para no levantar sospechas.
-No. Si el comandante o la Unión tuviesen algo de lo que informar nos lo dirían, ¿no crees?
-Mmh- respondió Darik con una mueca -. ¿Tienes el macuto listo?
-Que va. Todavía quedan un par de horas hasta que llegue el transporte. Ya la haré.
-Luego irás con prisas - soltó Darik. Cady puso los ojos en blanco, pero se levantó.
-Nos vemos en el transporte - dijo Cady mientras abandonaba la habitación.
Una hora y media más tarde, Darik y el escuadrón se encontraban en el transporte rumbo al Sistema Tapirus. Los viajes entre sistemas se realizaban a través de estaciones espaciales que se dedicaban a impulsar las naves y transportes a niveles supra-lumínicos. Las naves y transportes se acoplaban a la estación, la cual alimentaba el núcleo del motor hasta niveles que permitieran velocidades superiores al del nivel de la luz. De forma simplificada, funcionaba como un tirachinas espacial. Obviamente, estas estaciones se encontraban en sitios específicamente elegidos de todas las rutas disponibles y todas las estaciones se coordinaban para que el flujo de los viajes entre sistemas siempre fuese constante. Había un inconveniente. La fuerza G. En grandes aceleraciones como las que podían proporcionar estas estaciones, la fuerza G podía llegar a ser letal. Pero por suerte, los avances científicos permitieron desarrollar un suero que inhiba los posibles derrames cerebrales debido a las aceleraciones, reforzando las venas y la presión sanguínea.
La nave de transporte se acopló sin ningún problema. El reactor se fue cargando hasta el limite establecido y acto seguido fue disparada. A pesar de que no era la primera vez que viajaba entre sistemas, Darik no pudo evitar cerrar los ojos de la tensión a causa de la aceleración.
El sistema Tapirus estaba formado por una enana roja, la cual daba nombre al sistema, y varios planetas. El escuadrón había sido destinado concretamente a Druvulea. El planeta tenía la superficie escarpada y estaba lleno de pequeños asentamientos comerciales y mineros y algún que otro puerto estelar. El transporte aterrizó en el puerto estelas Nº 15. Al bajar de la nave, el escuadrón fue recibido por el Marshall CHART DUKE. Era una hombre alto, de unos 40 años o más y el blanco empezaba a avanzar por su pelo. Vestía un uniforme de corte militar de color azul, pero en sus hombros llevaba un parche que le señalaba cómo Marshall.
-¡Bienvenidos! - dijo el marshall mientras se acercaba para recibir al escuadrón.
-Gracias - dijo Darik mientras alzaba la mano con intención de estrecharla con la del marshall.
-¿Os gusta la acción? - preguntó con una mueca el marshall.
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