Capítulo 1: El precio de la victoria
CODE X001 estaba aturdido en la cabina de su Spread. El mundo estaba boca arriba. La visión borrosa. A su lado, estaba CODE X002, o como le llamaba él, Cady. La batalla se había torcido en un abrir y cerrar de ojos. El resto de sus compañeros de su escuadrón no respondían a las comunicaciones. Algunos sistemas del Spread estaban dañados y eso dificultaba pilotarlo, por no mencionar que Cady estaba inconsciente y pilotar el Spread en esas condiciones seria una temeridad. Todo el mundo sabía que los Spread estaban diseñados única y exclusivamente para ser pilotados por dos personas.
CODE X001 o Darik, recobraba poco a poco los sentidos. Sus ojos intentaban enfocar el mundo de nuevo. Una vez recuperada la consciencia intentó desabrocharse el arnés de seguridad de su asiento. Darik se removía de un lado a otro, nervioso. Estaba preocupado, no solo por Cady sino también por el resto de compañeros del escuadrón. No era su primera batalla juntos y tenían la intención de que no fuese la última.
Después de un largo intento logró forzar el arnés y consiguió liberarse de su asiento. Apresurado fue hacia el asiento de Cady, donde le tomo el pulso. Por suerte aún respiraba.
-¿Lysa? – preguntó Darik al aire. Una voz con tono femenino pero distorsionado envolvió la cabina.
Sí, ¿señor?
-Informa
El núcleo tiene daños superficiales señor y los sistemas de armas están desactivados. Si me permite, yo no recomendaría hacer uso del Spread.
-Gracias – respondió Darik a la voz que flotaba en la cabina. – ¿Constantes vitales de CODE X002?
Graves lesiones en la cabeza señor.
-¿Se recuperará? – preguntó preocupado Darik.
Sí señor, pero en las instalaciones adecuadas.
-¿Has enviado alguna señal de socorro o ayuda?
Sí, pero todavía no hemos recibido respuesta.
-Gracias, avísame cuando haya novedades – ordenó Darik.
Por supuesto señor.
Darik volvió su atención a Cady, la cual seguía inconsciente y le salía sangre de la nariz. Le había exigido demasiado. Darik se quedó cuidando de ella, vigilando su temperatura y preguntando a Lysa cada cierto tiempo para tener cierto control de su estado. Mientras esperaba a que llegara la ayuda o recibiera alguna comunicación Darik no pudo evitar pensar en la batalla. Era el líder del escuadrón, pero hoy no se había comportado como tal. Se había dejado llevar por la emoción del combate y había ignorado a su compañera de cabina y para rematar había ignorado una orden directa del comandante.
La misión consistía en defender una instalación minera del planeta Erida de unos guerrilleros locales. La instalación se encargaba de extraer Prometio, un mineral que una vez se procesaba funcionaba como combustible nuclear. Era un misión sencilla, así que, la UNIÓN había enviado a una pequeña parte del escuadrón de Darik. En un principio los Spread debían formar una línea defensiva en el perímetro de la instalación, y durante un largo periodo de tiempo así fue. Pero Darik, al ver la superioridad en armamento de su escuadrón, ordenó adelantar la línea y enviar a un par de Spread al frente. Fue entonces cuando los guerrilleros les sorprendieron con unos Spread de origen clandestino y ante aquella situación el comandante ordenó a todo el escuadrón volver a la línea defensiva. Darik, que en aquel momento pensaba que tenia la victoria al alcance de la mano decidió ignorar la orden del comandante y seguir con el ataque. Aquella fue su perdición. Los Spread de sus compañeros fueron abatidos. Él y Cady consiguieron derivar a algunos de los Spread enemigos, pero recibieron muchos impactos y finalmente fueron derribados. En definitiva, todo había sido culpa suya. ¿Qué pasaría cuando llegasen a la base? ¿Le degradarían por desobedecer una orden directa? Quizá, pero ahora eso no le importaba, ahora estaba centrado en Cady, que seguía inconsciente. Sin previo aviso, una especie de alarma empezó a sonar en la cabina.
-¿Lysa?
Es una llamada señor, del cuartel.
-Pásamela.
De golpe una voz resonó en la cabina, esta vez más clara que la voz de Lysa.
-¿CODE X001 me recibe?
-Sí, señor!
-La ayuda esta en camino.
-Gracias señor – dijo Darik – Envíen transporte medico si es posible.
-Descuida, ya lo teníamos en mente – dijo la voz fríamente
-Gracias señor, -repitió Darik con ligera pesadez – se sabe algo de CODE X005, 006 y CODE X009 y 010? Sus Spread han desaparecido señor. No se encuentran en el campo de batalla.
-No, todavía no, pero en cuanto regreséis tu y tu compañera, enviaremos una expedición de rescate -dijo la voz con tono de decepción
-Gracias
-Por cierto, de vuelta en la base, quiero que venga a verme. A mi despacho, a poder ser -ordenó la voz.
-Por supuesto señor – dijo Darik con los ojos abiertos como platos.
-Cambio y corto – dijo la voz.
Genial pensó Darik. De golpe toda la responsabilidad del liderazgo se le cayó encima, como si una fuerza le empujara demasiado fuerte hacia abajo, hundiéndolo lentamente en la tierra. No tenia excusa y pedir perdón a todo su escuadrón no bastaría. Había metido la pata hasta el fondo y tenia que buscar una forma de compensarlo.
Media hora después llegó un carguero aéreo acompañado de un transporte medico. Los tripulantes del transporte medico ayudaron a Darik y Cady a salir de la cabina del Spread y los metieron en el transporte. Justo después, los tripulantes del carguero aéreo engancharon el Spread a través de unos brazos imantados que se desplegaban del transporte y que eran capaces de levantar aquel tipo de máquinas mecánicas.
En el camino de vuelta a la base, Darik estuvo callado, preparándose mentalmente para la bronca del comandante. Aceptaría cualquier castigo que le impusieran. Era consciente de su fallo y eso era lo peor. La culpa recorría todo su cuerpo como una serpiente que se arrastra por la selva.
Tampoco quitaba su atención de Cady, que ya había recibido al menos una dosis de analgésicos. Los médicos le habían informado que Cady se recuperaría y que podía estar tranquilo, pero le era imposible. No después de la misión.
El viaje de vuelta a la base duró una eternidad o eso le pareció. Al cabo de media hora, Darik ya podía divisar la base en el horizonte.
Erida era un planeta desierto, al menos en gran parte de su superficie. La UNIÓN no tardó mucho en escoger el terreno para montar la base principal.
La base estaba construida cerca de una extraña formación rocosa. Era una torre de unos 100 metros de altura y constaba de varias plataformas de aterrizaje que sobresalían de la estructura principal, y por la forma en que estaba construida parecía que formase parte de la propia formación rocosa cercana, casi como si fuese una extensión de la misma roca. La torre estaba hecha de cuarzo blanco limado, dejando una superficie blanca y lisa. No solo llamaba la atención por su altura y su estructura, sino que además estaba situada en un buen punto estratégico. Alrededor de la base lo único que podías encontrar eran pequeñas formaciones rocosas que regaban la amplia superficie desértica. Llamativa pero bien defendible pensó Darik, a pesar de que no era la primera vez que la veía.
El transporte de Darik tubo permiso para aterrizar en una de las plataformas de la torre, la más cercana a la enfermería. A pesar de no despegarse durante todo el trayecto de Cady a Darik le dolió mucho tener que separarse justo en aquel momento. ¿Y si se despertaba y él no estaba? Era su compañera, su deber era estar con ella. Pero no podía ser así. Darik tenía que responder por sus actos. Cady y los enfermeros entraron en la torre y nada más entrar fueron a la izquierda, dirección a la enfermería. Darik tuvo que ver como se la llevaban en la camilla. Sin poder hacer nada. Respiró hondo y fue en dirección contraria, dirección al despacho del comandante.
-Queda suspendido temporalmente del servicio militar, al igual que se le requisara temporalmente el permiso de uso de el Spread -dijo inmutable la voz del comandante. Darik tenía la mirada al frente, como un buen soldado debía tenerla. Pero una llama ardía en su interior, una llama de culpa, de vergüenza. No dijo nada. No podía decir nada. Además, el comandante intimidaba. Mucho, quizá demasiado. Su historial militar estaba rodeado de historias. De batallas ganadas con una victoria aplastante sobre sus enemigos. Vestía una especie de traje de cuero que le cubría la parte superior del torso y que a la altura de la cintura se abría por la parte de delante, dejando que la parte trasera del traje se pareciese a una pequeña capa. Además, la cara del comandante era de ese tipo de caras con las que costaba mantener la mirada. Sobre todo por su ojo derecho. Era un ojo mecánico. El restante era de color canela. Evidentemente había muchas historias sobre cómo el comandante llegó a perder aquel ojo. Muchos creen que fue en la batalla de Saffar, pero eran eso, historias, rumores.
- Tanto tú, como tus compañeros seréis enviados a la luna Harriot. Concretamente al complejo Future– siguió diciendo el comandante – Allí podréis descansar.
-Señor -se atrevió por fin a hablar Darik, que aún no se creía lo que estaba escuchando– Ellos no tienen la culpa.
-Lo se X001, pero la misión ha sido un duro golpe para todos y creemos que lo mejor que podéis hacer ahora mismo es descansar. Al menos por un tiempo.
-¿Y que pasa con X002? -preguntó Darik con algunos nervios.
-Creemos que dentro de un par de horas podrá dirigirse con vosotros a Harriot. –el comandante hizo una pausa, esperando una reacción por parte de Darik – Puede irse X001, le informaremos cuando la nave esté lista para el despegue.
-Si, señor -dijo Darik mientras daba media vuelta dispuesto a marcharse.
-X001 -dijo el comandante. Darik se volvió para mirar de nuevo a aquel ojo mecánico – Intente no martirizarse con esto. Es nuestro mejor recluta. Nuestro mejor soldado de la promoción, así que esperamos grandes cosas de usted.
Darik no dijo nada y simplemente hizo una pequeña reverencia con la cabeza, para justo después salir del despacho. ¿Suspendido temporalmente del servicio? ¿De verdad? Se esperaba un castigo, pero no uno como este, y además, para rematar, le llevaban a él y al resto de su escuadrón a una especia de retiro. Conocía a su escuadrón y sabia perfectamente como iban a reaccionar. Colt seguramente sería el que peor reaccionara a la noticia. De hecho, Darik sospechaba que montaría una de sus escenas de siempre, delante de todo el mundo. No es que se odiasen, es más, se toleraban, pero entre ellos había una especie de rivalidad, que hasta el momento ambos consideraban sana. Todo por culpa de los "CODE". A pesar de saber lo que venía, Darik se dirigió a su camarote y por suerte o por desgracia no se cruzó con ninguno de sus compañeros. De camino a su camarote deseó cruzarse con Colt o con alguno de sus otros compañeros, esencialmente para poder quitarse de encima la vergüenza y para poder evitar cuanto antes la explicación de lo que había ocurrido. Entró en su camarote. Era pequeño, con muy pocos muebles. Las paredes eran de color blanco, al igual que el resto de la base. La cama quedaba al fondo y a la derecha, pegada a la pared había una pequeña mesa. En el lado opuesto, incrustadas en la pared, había un par de estanterías. En ellas, Darik había depositado varios recuerdos de su etapa en la academia. Una foto holográfica con todos sus compañeros, un par de medallas recibidas por sus excelentes resultados y una planta del planeta natal de... Makayla ¿era así cómo se llamaba aquella chica de la academia? Darik recordaba haber estudiado y entrenado con ella, pero un día, sin previo aviso, los supervisores se la llevaron. En aquel momento no le pareció raro puesto que tanto él como el resto fueron avisados de que aquellos que no superaban las expectativas de la UNIÓN eran expulsados de la academia. A pesar de eso, Darik tenía los recuerdos borrosos, pero estando en la situación en la que estaba decidió ignorar todo aquello y descansar. Desgraciadamente, a los 5 minutos, Colt se presentó en su camarote, dando mamporros a la puerta mientras chillaba. Cuando Darik se dispuso a salir y abrió la puerta no pudo reaccionar a tiempo. Colt se coló y sin ningún tapujo empujó de nuevo hacia dentro a Darik.
-¿¡Pero qué creías que estabas haciendo!? – chilló mientras empujaba a Darik, que no tenía intención de moverse o hablar. - ¿Has visto como esta Cady? ¿Cómo se te ocurre? ¿y lo de Roy, Artie, Lily y Cailyn? Ojalá hubiese sido al revés y hubieses sido tú al que abandonaran a su suerte.
Acto seguido Colt volvió a empujar a Darik, que por suerte calló en su cama. Colt resopló de indignación y se marchó. Darik se quedó allí, en su cama, reconociendo en su interior que Colt tenia razón y deseando que ojalá pudiera cambiar las cosas. Había sido una victoria, pero una victoria a un precio que no debería haber pagado.
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