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Capítulo 5: Un virus muy gordo

Era de día en Kadic y la mayoría de los estudiantes estaban afuera.

–Y mi madre me dice: "No pienso dejar que salgas así vestida, y luego me dice: "¡Mira que camiseta, se te ve el ombligo! Y ya me conoces. –Tamiya le dijo a Milly mientras estaban paradas junto a un árbol– Le digo: "Mira, mamá, todo el mundo viste así. Es el último grito, y entonces me dice...

–Espera. –Dijo Milly mirando a otro lado y Tamiya mira hacia donde estaba mirando– Es Ulrich. Mírale.

Yumi, Aelita, Odd y Ulrich estaban caminando juntos.

–Oh, ¿cómo se puede ser tan guapo?

Sissi escuchó mientras ella, Nicolas y Herb miraban a las chicas.

–Hola, niñas. –Dijo Sissi mientras caminaba hacia las dos- ¿No sois un poco pequeñas para fijaros en los chicos? –Ella puso sus manos en sus caderas con una mirada engreída mientras Nicolas y Herb se acercaban por detrás de ella– No me lo puedo creer, pero fíjense. Si hasta tienes una gota de leche del biberón en la mejilla.

Tamiya se limpió la mejilla, creyéndole erróneamente.

–Jejeje, a picado, Sissi. –Dijo Nicolas– Además, de ser una cría, es tonta.

–Nicolas, defiéndela, no la insultes. –Le espetó Sissi– Todos los tontos sois iguales. Además, sois demasiadas ambiciosas. Ulrich no está a vuestro alcance. ¡Volver a vuestras muñecas y dejas de soñar!

–¡¿Ah, sí?! –Milly preguntó– Te crees que por ser un poco mayor y por ir de snob, te basta con hacerle una señal para que venga corriendo, ¿eh?

–No lo creo, lo sabe. Todos los chicos se mueren por salir conmigo. Observa y aprende.

Los cuatro amigos se acercaron.

–¡Hola! ¿Qué tal? –Sissi saludó.

–Pero, bueno. Doña engreída en persona. –Bromeó Odd.

–¡No te hablaba a ti, payaso! –Ella tuvo una ceja hacia Ulrich– Bueno, Ulrich, ¿cuándo vas a dejar de ser tan tímido y me vas a decir lo que sientes por mí?

–Te equivocas. No soy tímido, en absoluto. –Ulrich se cruzó de brazos con una mirada petulante– Pero tengo alergia a los engreídos. Y en esa categoría, –Se vuelve hacia ella– te llevas la palma.

Todos se rieron del insulto casual de Ulrich.

Sissi miró a Nicolas y Herb por reírse también, e inmediatamente se callaron.

–Seguro que os dice que nadie se resiste a su encanto. –Dijo Odd– Y es verdad. Fijaos a los dos don nadie con los que siempre está.

Nicolas no tomó amablemente eso y lo fulminó con la mirada y estaba a punto de caminar hacia él.

–Sissi puso una mano para detenerlo– Tranquilo.

–Vaya. –Dijo Ulrich con una sonrisa– Deberías ser domadora de mayor.

–Venga. Ríete si quieres. Vacila delante de tus amigos. Pero yo sé cómo me miras cuando ellos no están.

Los tres se alejaron.

–Creo que alucina. –Dijo Ulrich.

Yumi miró a Ulrich, probablemente preguntándose qué habría dicho Sissi.

–Anda, hablando de domar, tengo que darle comer a Kiwi. –Dijo Odd.

–Te acompañó. –Dijo Ulrich– ¿Se vienen, Yumi, Aelita?

–Nos vemos luego. –Dijo Yumi– Le prometí a Jeremie que me pasaría a verlo.

–Y yo le prometí ayudarle con la materialización de Lily.

~

Jeremie estaba escribiendo en su teclado.

–Hola, Jeremie. –Dijo Yumi mientras ella y Aelita asoman la cabeza.

–Hola, Yumi, Aelita. Pasen.

Tecleó el teclado y las identificaciones de Lyoko pasaron rozando la pantalla.

Yumi y Aelita entraron y Yumi cerró la puerta tras de ella.

–¿Qué haces? –Preguntó la japonesa mientras se apoyaba en la mesa junto a él mientras Aelita se sentaba en la cama del rubio y abría la laptop portátil y le ayuda.

–Es un programa nuevo. Una especie de sistema de alarma. Se trata de graduar las desastres no naturales del 1 al 10. Cuando lo termine, lo colgaré en todas las páginas web o redes de información. Y siempre se registre una catástrofe mayor de 5, me informará automáticamente.

–¿Y luego qué?

–Es la mejor forma de identificar un posible ataque de XANA.

–Wow, mola. ¿Sabéis algo más de los recuerdos de Lily?

–Aún no, pero sigo investigando más sobre su pasado y, saber y comprender por qué esta en Lyoko. –Dijo la pelirosa.

–Estoy deseando que llegue el día en que Lily esté en la tierra y que todo esto terminé. –Dijo Yumi.

~

En la habitación de Odd y Ulrich, los dos estaban adentro viendo comer a Kiwi.

Ulrich se sentó en su cama y Odd está sentado en el suelo frente a Kiwi mirándolo comer.

Kiwi estaba comiendo rápido.

–Eh, come más despacio Kiwi –Dijo Ulrich– Pareces Nicolas en la cafetería. –Se río.

–¡Eh!, no insultes a mi perro. –Dijo Odd– Es diez veces más educado que ese cabeza hueca.

–Heh, tengo una gran idea que puede molar. –Dijo Ulrich mientras agitaba su teléfono– ¿Y si le hacemos a Sissi una jugarreta?

–No hay nada en el mundo que me guste más. –Dijo Odd– ¿En qué has pensado?

~

Sissi se iba a atar el pelo cuando sonó el teléfono. Ella lo recogió y sonrío.

–Vaya. Eres la más bella de todas. Me muero por ti. Te espero en el cobertizo. Ah, lo sabía.

Metió su teléfono en su bolso peludo rosado, sacó un poco de perfume, se roció un poco, lo guardó en su bolso y luego salió de su habitación.

~

En Lyoko, estaban ocurriendo pulsos en el suelo en el sector del desierto y condujeron a una torre activada.

–¿...Me recibes? Repito, ¿me recibes? ¿Qué pasa? No contacto con ningún avión...

–Los semáforos están bloqueados. ¡Se va hacer un atasco tremendo!

–Los trenes del metro no están parando. ¿Qué pasa?

~

En algún lugar de una estación de tren.

–No lo sé. Pero estoy vigilando el monitor. –Dijo un hombre– Las agujas de las vías no responden. ¡Los trenes van fuera sin control!

En una de las pantallas estaba el símbolo familiar de XANA.

–¿Has llamado a los maquinistas?

Un ferrocarril cambió automáticamente haciendo que el tren se fuera a otro lado.

–A la mayoría. Lo malo es que los trenes 3611 y 9432 son completamente automáticos, se van estrellar, ¡no puedo pararlos!

–Son trenes de carga, sin pasajeros. ¿Cuánto falta para la colisión?

–Veintiséis minutos. Pero el 3611 es un convoy especial que lleva un cargamento de productos muy tóxicos.

~

Jeremie estaba escribiendo en su teclado una vez más cuando Yumi se sentó en una mesa cerca de él.

–Un último retoque y el programa estará listo. –Dijo Jeremie. Hizo clic una vez más– Ya está. Ahora solo queda que XANA asome la patita.

Se abrió una pantalla para las noticias.

–Un misterioso y potente virus ha infectado todos los grandes ordenadores del país hace solo unos minutos. –Dijo la periodista– Las infraestructuras infectadas son muy numerosas y vitales. Incluyen comunicación, bancos, red del metro y control aéreo. Pero el peligro más inminente es la probabilidad de un gran choque de trenes. Los detalles nos los dará, John Swan.

Yumi miró a Jeremie y Aelita por un momento antes de prestar atención a las noticias nuevamente.

–Uh, gracias, Allen. Así es. Dos trenes de carga se van a estrellar, y uno de ellos transporta productos muy tóxicos. Qué si se pasan a la atmósfera, causarían una catástrofe medioambiental sin precedentes.

Los dos trenes seguían acelerando por los rieles.

John, ¿hay alguna forma de impedir esta desastre? –La mujer preguntó.

–Ninguna. Por la simple razón de que ambos trenes funcionan por ordenador y son imposibles de controlar por ahora. Haría falta un milagro para pararlos.

Los trenes bajaban rápidamente por los rieles.

–Las autoridades están considerando una evacuación de la población local.

–Ustedes avisen a Ulrich y Odd. Yo me voy al laboratorio para contactar con Lily y preparar las transmisiones. –Dijo Jeremie.

~

En el cobertizo, Ulrich y Odd se asomaron tras de un arbusto y vieron a Sissi acercarse.

El teléfono de Ulrich comenzó a vibrar, lo que lo hizo agacharse rápidamente tras del arbusto.

–Es Yumi. –Dijo Ulrich– Nos van a descubrir.

–Entendido. Apagó el móvil. –Dijo Odd.

~

Yumi y Aelita espetaron mientras trataba de llamar a los dos mientras Jeremie escribía en el teclado.

–Pero, ¿qué les pasa? ¿Por qué no contestan?

~

Sissi felizmente caminó hacia el cobertizo con su bolso en el hombro. Se detuvo frente a la puerta y luego miró a su alrededor para asegurarse de que el lugar estuviera despejado.

–¡Hola Ulrich! –Dijo abriendo la puerta. Jadeó al ver a Kiwi corriendo hacia ella– ¡Ah! –Kiwi saltó sobre ella y comenzó a lamerle la cara.

Se sentó y se limpió la cara de la saliva de Kiwi.

–Pero, ¿qué es todo esto?

Las risas de Odd y Ulrich le llamaron la atención y los ve allí parados, riéndose de ella.

–La irresistible Sissi. –Dijo Odd.

–Sí, ni un perro se te puede resistir. –Se burló Ulrich y se río.

–Eh, no te pase, Ulrich. Va mejorando, porque... Herb y Nicolas no son peores que Kiwi. Perdóname Kiwi. –Agregó Odd. Se palmeó las rodillas– Ven aquí.

Kiwi se acercó a él.

–Me las pagareis. –Dijo Sissi mientras se sentaba.

–Vale. –Dijo Odd– Luego nos mandas la factura. Chao.

Los dos se alejaron.

Sissi se puso de pie mientras los miraba.

Los dos se detuvieron.

–¿Eh? Kiwi, a casa. –Dijo Odd– Vamos, a casa, chico.

Kiwi se sentó y luego regresó a la habitación de Odd.

–Eso es.

Los dos se alejaron.

–Qué pena que no hayamos sacado una foto. –Dijo Ulrich.

–Sí, imagínate el titular del periódico del cole. –Agregó Odd– Sissi y Kiwi, un amor imposible. –Se río.

Sissi gruñó –Las reglas del colegio dicen: los animales están estrictamente prohibidos. Y las reglas están para cumplirlas.

~

Los trenes seguían acelerando por los rieles.

Jeremie corrió por el camino secreto hacia la fábrica desde la sala de calderas. Rápidamente agarró un scooter que lo estaba esperando y corrió por las alcantarillas tan rápido como pudo. Rápidamente llegó a la fábrica y entró en el ascensor.

Lo bajó y llegó al superordenador.

–Lily, ¿me recibes?

Sí. Estaba trabajando en tu programa de materialización.

–Déjalo por ahora. No hay tiempo. Tenemos un buen lío. XANA lanzó un ataque. ¿Has notado algo?

No, pero echaré un vistazo.

Yumi, Aelita, ¿los han localizado?

–No. Han apagado los móviles. Y los estamos buscando.

~

Yumi abrió la puerta de la habitación del chico, pero estaba confundida al no ver a nadie.

Ella bajó las escaleras con un gruñido.

–¿Dónde se habrán metido?

Kiwi caminó fácilmente hacia la habitación de los chico con Sissi tras de él.

Miró dentro y vio a Kiwi saltar a uno de los cajones de la cómoda en la parte inferior.

Ella se acercó y la cerró de golpe.

Kiwi dejó escapar un gemido y lloró.

–Ya está. A dormir, horrible monstruito.

~

Afuera, los dos estaban sentados en un banco.

Yumi llama a Aelita, ella le dice que va para allá, se acercó a ellos y se dio cuenta.

–Oh, Yumi, llegas tarde. –Dijo Ulrich– Te lo has perdido todo.

–Sissi se ha echado novio. –Dijo Odd– Aunque, es un poco rarito. Pero están enamorados.

–¡Os llevo llamando 15 minutos! –Yumi los regañó– Muchas gracias.

Odd frunció el ceño tristemente y Ulrich jadeó sorprendido.

–Xana ha lanzado un ataque.

~

Los trenes seguían acelerando por los rieles uno hacia el otro.

~

–Vale, ¡entendido! –Ulrich dijo– Es urgente.

–¡Eh, tú! –Jim llamó.

Todos miraron y vieron a Jim caminando hacia ellos con Kiwi en su brazo y Sissi justo detrás de él.

–Oh no, no, no, como si no tuviésemos bastantes problemas. –Dijo Odd.

–Vaya, parece que has olvidado las reglas del colegio, ¿eh? –Jim dijo parándose frente a Odd y levantó a Kiwi– ¡Los perros están prohibidos!

–Ya lo sabe Jim, pero no me irás a echar del cole por un perrito, ¿no? –Preguntó con tristeza.

–Eso lo decidirá el director. –Agarró bruscamente la parte de atrás de la camisa de Odd y lo apartó– ¡Sígueme!

Sissi se acercó a las tres restantes con una sonrisa y cruzó los brazos.

–Eres peor aún de lo que creía. –Espetó Ulrich.

Ella le guiñó un ojo y se alejó.

–¿Cómo ha podido hacer eso? –Ulrich gruñó.

–Se ha vengado, pero no podemos hacer nada. –Dijo Yumi con urgencia y puso una mano sobre cada uno de sus hombros– No hay tiempo. Venga, hay muchas vidas en juego. –Los tres se fueron rápidamente.

~

–La situación sigue igual. –Dijo la presentadora de noticias– Los dos trenes de cargas están completamente fuera de control. Y el ejército ha empezado a evacuar a la gente de la cercanías.

Yumi, Ulrich y Aelita corrieron a la fábrica.

En otras noticias nacionales, la capital está totalmente paralizada. Los enormes atascos están creando el caos y la policía está totalmente desbordada y no puede ayudar, y como no hay sistemas de alarma se están payusendo saqueos constantes.

–¿Alguna novada, Lily? –Jeremie preguntó mientras escribía.

Se abrió una pantalla que reemplazó las noticias y Liliana apareció.

–Pues sí, Jeremie. He captado pulsaciones y parece que la torre activada está en el desierto. Voy hacia allá.

Jeremie miró hacia el ascensor y lo oyó abrirse.

Ulrich, Yumi y Aelita se adelantaron y se pararon detrás de Jeremie.

–Eh, ¿y Odd? –Jeremie preguntó.

–En el despacho del director. –Dijo Yumi.

–Porque Jim ha descubierto a Kiwi. –Agregó Aelita.

–Vale, chicos. Preparaos para salir enseguida.

Los tres fueron rápidamente a la sala de los escáneres.

~

Jim abrió la puerta de una de las aulas y Odd entró con Kiwi tras de él.

–¿Me encierras? –Odd preguntó– No seas así. Vamos, Jim.

–Ya has oído al director. –Dijo Jim– Tienes que quedarte aquí hasta que lleguen tus padres y se lleven a ese chucho. –Miró a dicho perro.

A Kiwi no le importó mientras se rascaba.

Odd frunció el ceño y caminó hacia un asiento y se sentó.

Kiwi lo siguió y luego se tumbó cerca de sus pies para tomar una siesta.

–Y yo te voy a estar vigilando. –Dijo Jim.

~

La identificación de Ulrich paso rozando la pantalla.

Ulrich entró en un escáner y el escáner se cerró con el castallo adentro.

–Transmitir, Ulrich. –Dijo Jeremie.

Yumi entró en un escáner y el escáner se cerró con la pelinegra adentro.

La identificación de Yumi paso rozando la pantalla.

–Transmitir, Yumi.

Aelita entró en un escáner y el escáner se cerró con la pelirosa adentro.

–Transmitir Aelita.

Las tres tenían los ojos cerrados y las luces comenzaron a rodearlos.

–Escanear, Ulrich.

Sus cabellos y ropas se hincharon un poco y luego se giraron.

–Escanear, Yumi.

Las tarjetas de identificación pasaron nuevamente a la pantalla y comenzaron la virtualización.

–Escanear, Aelita.

En su pantalla, los avatares de los tres comenzaban a llenarse al mismo tiempo que estaban siendo escaneados por un anillo de metal en los escáneres.

–Virtualización.

Una vez que los avatares estaban llenos, se vieron envueltos en una luz brillante que les hizo volar el cabello hasta el final.

~

Los tres se digitalizaron en el aire del sector del desierto y luego aterrizaron sobre sus manos y rodillas.

–Todo en orden, Jeremie. –Dijo Yumi– Transmisión sin problemas.

–Lily está aquí. –Dijo Aelita cuando vieron a la albina delante de ellos.

~

–Vale, genial. No hay monstruos.

–¿Sabemos algo de Odd? –Preguntó Ulrich.

En el aula, Odd golpeaba nerviosamente su pie en el suelo con Kiwi durmiendo a su lado.

–No, aún no. Voy a llamarle.

Jim roncaba en clase y Odd golpeaba nerviosamente los dedos sobre la mesa.

Su teléfono sonó alertándolo y lo levantó.

S.O.S

XANA

J.

–¿Eh? Pero, bueno. –Murmuró.

–¿Eh? ¿Qué has dicho? –Jim preguntó despertando.

–Uhhh, ¡nada, nada! Yo, eh. Tengo que salir afuera un momento. Los perros tienen ciertas necesidades. No sé si me entiendes.

Kiwi lo miró.

–Hm. –Jim tarareó.

Kiwi bajó la cabeza.

–Ni hablar. Lo que necesita es dormir. –Se volvió a dormir.

Odd suspiró en derrota.

~

Los cuatro adolescentes corrieron por el desierto siguiendo los cables rojos. Liliana estaba entre ellos para asegurarse de mantenerla a salvo.

Los cuatro se detuvieron.

–Allí está. –Dijo Liliana.

Más adelante vieron la torre activada en su aura roja.

–No me fío. –Dijo Yumi mientras miraba a su alrededor.

–Sí, parece una trampa. –Dijo Ulrich.

–Eh, Jeremie, ¿ves algo en la pantalla? –Aelita solicitó.

No. Nada. Ni un monstruo.

~

Jim estaba leyendo un cómic y luego lo bajó para mirar a Odd.

Odd simplemente se mantuvo en silencio mientras levantaba la cabeza.

Una vez que Jim volvió a leer el cómic, miró a su perro.

–Eh, Kiwi. –Susurró– Venga, despierta. Quieres una galleta, ¿eh?

Kiwi se sentó mirando a Odd.

–¿Una buena galleta de perro?

Kiwi se puso de pie y comenzó a ladrar.

–Pero, ¿qué le pasa? –Jim asumió.

–Ah, ¡te lo he advertido! Si no lo sacó de paseo, vas tener que fregar el suelo.

–¿Te crees que soy estúpido? –Se puso de pie– En cuanto salga, te piras, ¿no? –Se levanta de su asiento y se acercó.

–¿Yo? Eso nunca, Jim.

–Bueno, ya vale. A mí no me la juegas. Yo sacó al perro afuera y tú te quedas aquí sin moverte. ¿Entiendo?

Abrió la puerta y salió con Kiwi y luego la cerró tras de él.

Odd miró a la puerta esperando que Jim se fuera.

~

Los trenes seguían acelerando por los rieles.

–Catorce minutos. Solo faltan catorce minutos para que los dos trenes choquen entre sí. –Actualizó el periodista– Recuerden que uno de los trenes transporta...

Jeremie notó a cuatro enemigos –¡Cuidado! ¡Os rodean cuatro monstruos!

~

Ulrich puso una mano frente a Yumi para detenerla y luego miró a su alrededor mientras buscaba su espada.

Él y Aelita exploraron los alrededores en alerta para ver a los cuatro enemigos.

Ulrich desenvainó su espada –¿Dónde?

–No vemos ningún. –Dijo Aelita. El oído se crispó– ¡Ahí!

Una lluvia de rayos láser les disparó tan pronto como ella lo dijo y uno los golpeó a los cuatro.

Ulrich rodó por el suelo por el impacto pero rápidamente se levantó.

Aelita creó un campo de energía frente a ella al ver cuatro bloques, lista para atacarlos.

Ulrich sacó su espada listo para luchar.

Los bloques comenzaron a dispararles.

Ulrich bloqueó algunos de los láseres con una sonrisa satisfecha.

Aelita lanzó un campo de energía y golpeó un punto muerto y lo mató.

Yumi sacó su ventilador y lo abrió. Lo arrojó y fue directo a uno de los bloques, pero se hizo a un lado para evitarlo.

~

–¡Yumi, Ulrich, Aelita, sal ahora mismo! –Jeremie alertó– ¡Estáis perdiendo muchos puntos!

Buena idea. –Dijo Ulrich– ¿Pero, cómo sugieres que lo hagamos? Sacamos las alas, ¿eh?

Oye, eso ofende. –Dijo Liliana, ofendida por su comentario.

~

–Hay muchas rocas a la derecha. Intentar perderlas ahí.

Todos estaban en un punto muerto esperando que alguien hiciera algo.

Los tres bloques restantes se acercaron aún más a ellos.

–Yumi, Aelita, llévense a Lily. Yo me ocupó de ellos.

–Pero, Ulrich-- –Yumi trató de decir.

–¡No discutas! ¡Corre!

–¡Vámonos! Aelita insistió.

Ulrich saltó al aire –¡Triplicar!

Dos clones aparecieron en el aire y descendieron cada uno frente a un bloque.

–¡Correr!

Las chicas corrieron hacia las rocas.

Un bloque intentó dispararle a las chicas.

¡Impacto! –Un clon intentó detenerlo, pero otro bloque lo derribó. Entonces ese bloque le disparó al otro clon dejando a Ulrich solo.

~

Jim puso una correa a Kiwi en el parque y algunos estudiantes estaban caminando.

Kiwi olfateo alrededor de un árbol.

–¿Qué, vas a hacer o no? –Jim preguntó.

–¿Qué tal Jim? –Milly preguntó– ¿Paseando a tu perrito? –Luego se alejó con Tamiya, las dos riendo.

Jim los fulminó con la mirada por la forma en que hablaron con él –Vale, ya has tenido tu oportunidad. –Le dijo a Kiwi– Nos volvemos.

Luego comenzó a tirar de Kiwi, el perro soltando gruñidos molestos y resistentes tratando de evitar que Jim lo arrastrara lejos.

Jim abrió la puerta del aula –¿Hm? –Vio que una de las ventanas estaba abierta, lo que significa que Odd había escapado– No me lo puedo creer.

Se volvió hacia Kiwi, solo para ser recibido con el perro goteando en el piso.

–¡Ah, no!

~

Odd había llegado a las alcantarillas y patinó tan rápido como pudo.

Rápidamente llegó a la fábrica y corrió por el puente.

–Hola, ¿me perdido la fiesta? –Odd preguntó cuando llegó rápidamente al superordenador con Jeremie.

–Pues casi. –Dijo Jeremie– A Ulrich le quedan solo 10 puntos.

–¿Y los trenes?

Jeremie escribió rápidamente en el teclado –8 minutos para el impacto. Date prisa.

~

En Lyoko, los bloques seguían disparando y persiguiendo a Ulrich mientras corría hacia las rocas.

Se detuvo un momento y volvió a mirar los bloques. No vio a las chicas, así que sabía que estaban bien y rodó evitando un láser. Él saltó al aire.

¡Impacto! –Gritó y apuñaló a un bloque.

Se agitó y explotó lanzándolo. Aterrizó en la cabeza de otro Blok y luego lo apuñaló en su símbolo también.

Saltó rápidamente antes de que explotara.

Aterrizó en cuclillas y luego se paró con su espada al frente.

Un bloque cargó con azul y luego le disparó.

Ulrich se congeló y una vez que se rompió el hielo, se desvirgó.

Un bloque pasó corriendo las rocas, pero luego dejó de girar la cabeza y vio a las chicas.

–¡Correr! –Aelita ordenó.

Las chicas corrieron tan rápido como pudieron.

~

Los trenes seguían acelerando por los rieles.

~

La identificación de Odd paso rozando la pantalla.

Odd entró en un escáner y el escáner se cerró con el rubio adentro.

–Transmitir, Odd.

Odd cierra los ojos y las luces comenzaron a rodearlo.

–Escanear, Odd.

Su cabello y ropa se hincharon un poco y luego se giro.

En su pantalla, el avatar de Odd comenzaba a llenarse al mismo tiempo que estaba siendo escaneado por un anillo de metal en el escáner.

–Virtualización.

El viento comenzó a soplar el cabello de Odd y fue cubierto por una luz blanca.

~

Odd se virtualizó en el aire y aterrizó sobre sus manos y pies. Rápidamente comenzó a correr hacia donde podrían estar las chicas.

Las chicas seguían huyendo de los bloques.

Aelita patinó hasta detenerse –Sigan corriendo. –Dijo– Trataré de detenerlo.

Yumi y Liliana hicieron lo que se les dijo y siguieron corriendo.

Aelita saltó rápidamente hacia la derecha evitando un láser dirigido a ella. Levantó dos esferas de energía y las lanzó.

Los tres golpearon el centro y comenzó a agitarse y explotó.

Aelita se dio la vuelta rápidamente y comenzó a correr para encontrar a las chicas.

Con Liliana y Yumi, las dos seguían corriendo.

Yumi vio que el bloque ya no los seguía.

–Vía libre. –Dijo Yumi, pero de repente fue alcanzada por un amplio láser y fue desvirtualizada.

–¡Oh no! –Liliana entró en pánico. Ella vio un Megatanque abrirse frente a ella– ¡Jeremie, socorro!

–¡Aguanta, Odd van de camino! –Jeremie dijo.

~

El Megatanque se cerró y comenzó a rodar hacia ella. Liliana voló lo más rápido que pudo hacia la torre.

Odd estaba agachado en una roca y vio a Liliana pasar volando. Él saltó de roca en roca tras ella. Luego aterrizó agachado y observó a Liliana detenerse frente a la torre.

~

El ascensor se abrió y estaba Yumi apoyada débilmente en la pared.

–Bienvenida a nuestro mundo, Yumi. –Dijo Jeremie.

–Lo siento. He hecho lo que he podido. –Se disculpó Yumi mientras se acercaba a los chicos.

~

Odd corrió por el camino tan rápido como pudo.

Liliana se detuvo, descendió y se volvió para mirar al Megatanque, que seguía rodando para atacarla.

~

La pantalla mostraba dos tarjetas de identificación con un VS en el medio que era Liliana contra el Megatanque.

–¡Lily, estás loca! –Yumi dijo.

–¿Qué haces? ¡Sal de ahí enseguida! –Ulrich insistió.

~

Liliana se arrodilló con los dedos presionados y comenzó a soltar un cántico.

La tierra de abajo se agrietó cuando la parte frente a ella se levantó y el Megatanque rodó y se estrelló contra algunas rocas, evitándola.

~

–¡Sí! –Jeremie vitoreó.

–Bien, sabía que lo conseguiría. –Dijo Ulrich.

~

Odd seguía corriendo y se detuvo frente al Megatanque.

Se escucharon algunos jadeos detrás de algunas rocas y Aelita corría tan rápido como le permitían sus pies.

Ambos notaron que el monstruo apuntaba hacia Liliana mientras volaba hacia la torre.

Se abrió listo para atacar.

Los ojos de Aelita se abrieron y corrió aún más rápido de lo que podía al mismo tiempo que Odd lo hizo.

El Megatanque comenzó a cargar.

–¡LILY! –Aelita gritó con toda la fuerza de sus pulmones mientras todo se sentía más lento.

Soltó el tiro de amplio alcance.

Aelita saltó justo en frente de Liliana y recibió el golpe hacia su estómago y rodó por el suelo y se quedó allí quieto y fue devorado.

–¡Flecha láser! –Odd disparó una flecha y golpeó al monstruo directamente en su punto débil haciendo que explote.

~

Los trenes ahora estaban peligrosamente cerca de estrellarse.

~

Liliana entró en la torre.

~

Los trenes se acercaban.

~

Ella fue levantada en el aire.

~

Los tres adolescentes que estaban junto al ordenador esperaban con anticipación mientras el ordenador sonaba mientras los trenes se acercaban aún más.

~

Aterrizó y la plataforma se iluminó una vez que su pie la tocó.

~

Dio un paso adelante y apareció una pantalla y colocó su mano sobre ella.

LILIANA

CODE

-

~

Los trenes estaban a pocos metros uno del otro ahora.

~

Los tres adolescentes se estaban poniendo nerviosos ahora.

~

LYOKO

~

Los trenes se detuvieron a solo unos metros de chocar entre sí.

Los tres adolescentes vitorearon.

–¡Bien, justo a tiempo! –Dijo Ulrich.

~

Toda la torre se oscureció.

Luego, se escuchó el sonido familiar de un VHS invertido y comenzó a aparecer una luz blanca.

Jeremie presionó una tecla –Vuelta al pasado, ahora.

Todo comenzó a envolverse en una luz blanca cegadora.

~

Sissi caminó por el parque con el pelo peinado tras de ella mientras caminaba con una sonrisa y su bolso colgado sobre su hombro una vez más.

Ella caminó hacia el cobertizo una vez más. Verificó si había alguien cerca y luego sonrío cuando estaba claro.

Ella abrió la puerta –Solos al fin, Ulrich. Tú y yo. –Vitoreó.

Abrió la puerta de par en par, pero se sorprendió cuando otra figura cayó sobre ella y la inmovilizó en el suelo.

El culpable fue Herb.

–¿¡Uh, Herb!? Pero...

–Sissi, te quiero. –Dijo Herb mientras se levantaba e intentaba besarla.

–¿¡Qué!?

Se produjo un destello proveniente de una cámara que Aelita sostenía.

Detrás de un arbusto, los cinco vieron la escena divertida y algunos parecían contener la risa.

–Quita. –Espetó Sissi– ¡¿Te has vuelto loco?! ¿O qué? –Ella lo empujó fuera de ella y se paró sobre él.

–Pero sí he recibido tu mensaje. –Explicó Herb– Te espero en el cobertizo. Te quiero, Sissi.

Aelita le entregó a Ulrich la foto que mostraba a Sissi y Herb y se reía débilmente para sí misma.

–Menuda noticia para Tamiya y Milly. –Dijo Ulrich– Adivinar quién va a salir en la portada del periódico.

–Sigue soñando, cerdo. –Regañó Sissi a Herb– Y mientras tanto, vas a tener mucho que explicar cuando mi padre se entere de esto. –Se alejó.

–¡Eh, Sissi! ¡Espera! –Herb llamó mientras la seguía.

–Es una lástima. –Bromeó Yumi– Hemos visto el principio y el final de un gran amor.

Todos se rieron del chiste.

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