El tatuador estaba sentado en la mesa mirando la cara larga de su madre y hermano que tenía delante. Si no fuera porque una le tenía algo, una pizca de respeto, ya se hubiera largado casi una hora atrás que llevaban dentro de ese restaurante ubicado en la zona alta. Estaba repleto de gente con un dineral tras sus espaldas, era obvio y difícil de disimular analizarlos a cada uno. Esposas con sus maridos que le pagaban la cena, mujeres de negocios importantes tratando temas en ellas, compañero de trabajo y familia disfuncional -como la suya- fingiendo caerse bien, cuando ni las caras se soportaban.

Yoongi seguía comiendo ignorado el incómodo hecho de que su madre solo lo había invitado para pedir el dinero que le correspondía. Min negó en su cabeza ante la idea de darle un dinero que no existía, y que, si lo hubiera, no era de nadie más que suyo. La mujer era terca, que no entendía la parte legal del asunto, y su hijo abogado, que estaba sentado allí, parecía que tampoco le explicaba, así que eran dos ingenuos contra uno cuerdo.

La madre de Yoongi aclaró su garganta para ver si captaba su atención y servirle otra copa de vino, típico juego de emborracharlo y ver si ebrio cedía.

-¿Otra copa? -Extendió la botella. -Para que te baje la comida.

Min tomo la servilleta y se limpió las comisuras.

-Algo impresionante de mí, es que ni ebrio me ven la cara. Dame diez, veinte copas de vino, soy difícil de convencer por más borracho que esté. -Sonrió burlesco. Bebió agua con hielo para pasar el gusto de la comida.

-No puedo creer que no me des mi parte... -Dejo bruscamente la botella salpicando una gota sobre el mantel de tono marfil. -Será mejor que dejes el orgullo y me lo des, Yoongi.

-¿No sé cuál es tu fascinación por quitarme dinero cuando tu marido está podrido en billetes? -Interrogó tomando su chaqueta y retrocediendo un poco con a la silla hacia atrás.

La mujer se cruzó de brazos y bufo molestos. Jihoon lo miro con desagrado.

-Mira, gracias por invitarme, pero no tengo tiempo para esto. Estoy harto de hablar de dinero. -Se levantó de la mesa, pero Jihoon lo siguió hasta que lo agarro del hombro y lo llevo a la silla otra vez.

-Escúchala... -gruño entre dientes el rubio.

-No te metas, ¿sí? -Le empujo un poco llamando la atención de la gente. -No tengo paciencia, ya te lo dije.

El hermanastro y la madre se quedaron como piedra al ver que Min se iba como si nada. Las personas murmuraban sobre lo que veían u otros trataban de intuir que paso. La mujer sintió vergüenza al igual que el joven.

Mientras que los dos que quedaron dentro se amargaban por la ida del tatuador, este sacaba un cigarrillo de su pantalón para encenderlo y fumar sentando en una banca que estaba a metros de aquel restaurante.

De camino refunfuñaba mientras pensaba en todo lo que se tuvo que vestir para esa cena del terror. Literalmente, se convirtió en quien no se sentía cómodo, con ropa apretada y camisa de vestir que le provocaba picor en el cuello. Llevaba puesta una camisa blanca, debajo un chaleco formal de un traje que iba a juego con su pantalón de vestir y zapatos del mismo estilo, para cubrirse del frío tenía un abrigo largo hasta los muslos, el cabello peinado hacia atrás dejando que los mechones largos rozaban su nuca.

Le envió un mensaje a Jungkook para decirle que le fue horrible y que se arrepentía de haber ido. Jungkook solo podía aconsejarlo. Al igual que aquel día en el gimnasio, donde boto todo el estrés golpeando un saco y diciendo lo que le pasaba por Taehyung, aunque siendo bien sincero consigo mismo ya debía dejarlo atrás, aun así, era concentre de que era difícil. Kim ya se había infiltrado en la mente y corazón del tatuador, haciendo más complicado saber qué demonios sentía por él.

¿Atracción, cariño, amor...?

Agito la cabeza dándole otra calada al cigarro.

En eso que dejo ir el humo de sus labios, sintió como una mano le tocaba el hombro. Yoongi asustado se giró enseguida y se quedó en blanco al ver que era en quien ha estado pensando.

«Mierda... Justo ahora.»

-Y-Yo... Iba de camino a tomar un taxi y te vi caminar enojado... ¿Estás bien?

-Sí, estoy bien, no ha pasado nada -respondió a secas para terminar de fumarse el tabaco.

-No te he visto en mucho tiempo -dijo el menor cambiando de tema enseguida, aceptando a medias la respuesta del chico.

-¿Acaso importa? -preguntó pisando el cigarrillo con la suela del zapato. Se levantó de la banca dejando que Kim apreciara su atuendo formal. Al ver el rostro afligido del chico no le quedo más que responderle. -Un mes, ha sido un mes.

Taehyung no supo que más decir, se quedó callado y quieto en su lugar viendo como Agust se iba alejando un poco.

-¡Lo lamento! -exclamo lo suficiente para que le oyera. Taehyung apretó sus manos.

Yoongi regreso hacia él quedando frente a frente.

-Dime una sola cosa. ¿Por qué ahora?

-No sabía si buscarte, ha sido un tiempo bastante difícil y he estado ocupado...

-¿Ocupado con mi hermano?

A Kim se le detuvo el mundo por completo. Min sonrió y supo que, todo lo que Jihoon le dijo ese día, era cierto. Era cuestión de verla la expresión de espanto a Taehyung.

-Lo conocí en una fiesta de mi madre... N-No ha pasado nada...

-Me da igual, Kim. No me interesa saber nada de Jihoon.

-No sabía que tenías hermanos y que te llevabas mal con él, por lo que veo.

-Es mi medio hermano y sí, me cae mal y lo suficiente como para no seguir hablando de él, me tengo que ir, Taehyung.

El de tez pálida se dio la media vuelta y comenzó a caminar en la dirección contraria de Kim. El chico se mordió los labios pensando si detenerlo o no, verlo tras un largo tiempo, él removía todo lo que le dijo a Jimin, haciendo que aquellas emociones y sentimientos hacia Agust fueran latentes. Le debía una gran disculpa por lo que le dijo el día de la presentación en la universidad, él era quien menos se merecía las palabras crueles que dijo solo por los nervios y la ansiedad, cargaba con el peso y la condición que su madre le puso.

-Hablemos, por favor... No sé por dónde empezar...

-No quiero, Taehyung. Escúchame. -Se toca froto el frente justo entre el entrecejo. -Te perdono, pero no... mierda. -Se sintió frustrado. -No quiero verte porque verte me hace dudar. ¿Sí? ¿Me puedo ir?

-Es que necesito decirte algo que me paso, mientras... mientras estaba con tu hermanastro, si lo hago podre aclarar lo que... lo que pasa conmigo. -Taehyung le tomo la mano para no dejarlo ir. -Por favor, solo serán minutos...

-Hagamos esto rápido. ¿Te acostaste con él? ¿Son novios? ¿Amigos?

-¡No, ni una de esas cosas! ¿Por qué me interrumpes?!

-¡Por qué me confundes! -vocifero. -Mientras menos te vea podre... podre saber qué me pasa contigo. ¿Las cosas tienen que ser así de difíciles contigo?

-¡Para tu información, no eres el único que no sabe qué le está pasando! ¿Me vas a escuchar o te vas a ir?

Min se quedó callado rascándose la nuca. Miro la banca y regreso a sentar, pero esta vez con Taehyung a su lado que dejo su mochila de lado para poder conversar un poco mejor.

-Habla.

-Me besé con Jihoon...

-¡¿Para esa mierda me pides que te oiga?! -Se levantó de golpe otra vez. -¡¿Qué tienes en la cabeza?!

-¡Yoongi! ¡Espérate, ni dejas explicar nada!

El de cabello largo, gruño, molesto. Sí, Min aceptaba con gran dolor que se había puesto celoso de oír eso.

«Maldito sea Jihoon, te juro que te odio...»

-Me besé con él, pero no fue nada para mí... No significo nada, porque solo pensé en ti en todo ese rato. -Confeso.

-Sí, claro, porque para desgracia me parezco a ese idiota.

-No, fue porque... -Kim apretó las manos y tenso su cuerpo. -Porque significas algo para mí. Me gustas, tengo miedo de sentirme así porque nunca me ha pasado. Estoy confundido y necesito aclararlo, solo es eso. No puedo ignorar más lo que siento por ti...

El mayor se quedó mirándolo fijamente. Sentía que su corazón en cualquier momento iba a salir de su boca por lo acelerado que lo tenía. Tenía unas horribles ganas de vomitar todo lo que había comido esa noche. Miro a Taehyung a los ojos y vio claramente la sinceridad en sus ojos. El chico camino hacia él apegándose un poco a su pecho.

-Solo dime, ¿huyo o me quedo?

El tatuador lo miro profundamente a los ojos, le tomo las mejillas entre sus frías manos y acerco su rostro lo suficiente como para que sus belfos se rozaban, sin llegar a tocarse del todo. Kim se aferró al hombre, apresando la tela de la ropa que traía puesta esa noche.

-¿Qué quieres tú? -preguntó.

-Me quiero quedar y saber si te sientes igual.

-Tu igual me gusta y creo que... que puedes llegar a más que solo gustarme, Taehyung.

Los dos muchachos se besaron con deseo. El tiempo hizo de lo suyo encargadnos de hacer que ambos se olvidaran de lo bien que sentía besar al otro. Deseaban mutuamente sus belfos como no imaginaban. Kim lo tomo de la nuca para profundizar el beso, mientras que Min bajaba sus manos hasta la cintura, apresándola entre sus palmas.

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El timbre de la casa se dejó oír. La señora Kim dejo de lado su computadora para poner atención a quien era que tocaban tan temprano en la mañana. Cuando la sirvienta de la casa le dijo que era el joven Bogum, suspiro pensando en que quería ese muchacho ahora.

Ella lo recibió en la sala de estar con una expresión fría. Bogum estaba igual, se sentó y esperaba que dejaran un par de tazas de té en la mesa de centro. Cuando llegaron, la madre de Taehyung tomo la taza y se cruzó de piernas.

-¿Qué trae en mi casa, Bogum? Taehyung se quedó en casa de su amigo...

-No vengo por él -interrumpió-, quiero hablar con usted y el señor Kim.

-Mi esposo no está, y me sorprende que hayas venido a visitar. Dime, ¿Qué necesitas?

Bogum abrió su saco, y del bolsillo que tenía este por dentro saco un sobre blanco y se le entregó a la madre de su ex prometido. La mujer hazlo una ceja, curiosa por el papel que dejo sobre la mesa. Ella se acercó para tomarlo y rompió la parte de arriba.

-Ante que la vea, quiero que se pregunte si hace bien su trabajo en cuanto a cuidar a su hijo.

-¿Disculpa? ¿Acaso esto es porque ya no te casaras con él?

Bogum rio.

-Ve lo de dentro, son fotos.

Una vez que la madre extrajo las fotografías, se encontró con la imagen de su hijo besando con él, exactamente ese chico que lo había dejado en casa hace tiempo, se quedó atónita. Por la foto se notaba que se besaban con un descaro total y sin pudor, la mujer cambio de foto y era una más de cerca.

-¿De cuándo son? Responde.

-Cuando aún estábamos comprometidos. -Bogum dejo la taza en la mesa y se puso de pie. -Mire señora Kim, ese chico que se ve ahí, no es buena influencia para Taehyung, yo fuera usted, le pongo más ojo. Y sí, aún me molesta que me hayan cancelado el matrimonio con Taehyung, porque de me hacía en falta un chico como él.

-Será mejor que ni se te pase por la cabeza enseñarle esto al padre de Taehyung. -Advirtió.

-No, no... El señor Kim es cosa seria, solo le muestro esto para que cuide a Tae, es un chico recatado, de buenas costumbres. Solo piense en la clase de gente con la que se mete. Que tenga buena mañana. -Sonrió de manera cínica.

Se quedó analizando las fotos, cada una con más rabia que la otras. La arrugo con sus manos y las lanzo sobre la mesa.

Taehyung le debía más de una buena explicación.

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