Capítulo 22
La noticia le había caído como balde agua fría. Quedo boquiabierto y sin palabra alguna cuando apareció su padre anunciando que, lo del matrimonio con Bogum, quedo completamente cancelado. Por otro lado, su madre tenía una sonrisa de oreja a oreja orgullosa de su logro de haber convencido a su terco marido.
Taehyung estaba en la mesa terminando de cenar cuando su padre se lo dijo, lo más increíble es que se disculpo por la ultima discusión que había tenido sobre Bogum. Kim estaba feliz, si que lo estaba, pero solo debía manteniendo la calma para que su madre no jugara una mala pasada. Ella era rencorosa, la conocía perfectamente.
Estaba ahora en su cuarto contándole todo a Jimin, este no hacia más que escribir mensajes en mayúsculas celebrando que ya no estaba atado a un matrimonio arreglado, e igual preguntando como se sentía, pues obviamente que feliz y el azabache lo expresaba en cada mensaje que le mandaba al pelirosa. Pero Kim no se daba cuenta que Jimin lo preguntaba por todo lo que dijo ese día en el baño. En donde grito atacado que no tenía idea de que le pasaba.
Era sabido que Taehyung, por su orgullo, jamás iba a reconocer que el hombre le atraía y le gustaba lo diferente que era a él, por algo se enganchó tanto, mantuvo relaciones y salidas a escondidas de sus padres. Pero ya daba igual, paso nada más que una semana de aquel acontecimiento y Taehyung seguía enfocado en su carrera universitaria, era como si todo hubiera vuelto a la normalidad, tal como debía ser siempre.
A su puerta llamo su madre, quien entro con una bolsa de una marca lujosa. Kim la miro sin entender del todo bien.
—Me alegra que tu padre haya cedido, y también... me gusta verte feliz. —Kim frunció el ceño. —Hemos tenido roces este último tiempo, pero eres mi hijo y me preocupa tu felicidad. Quería ver si me perdonabas por restarle importancia a lo que te apasiona. Ten.
Taehyung bloqueo el aparato y lo dejo sobre la cama. Camino hasta su madre y tomo la bolsa, al abrirla vio un conjunto de ropa del estilo que a él le gustaba. El azabache sonrió y la verdad, por primera vez, se había sentido bien sentirse apoyado, aunque sea por la mujer.
—G-Gracias... Pensé que no ibas a aceptarlo nunca.
—Fui dura contigo, toma esto como una disculpa y quiero que ocupes esto el viernes en la noche.
—¿El viernes en la noche?
—Donde trabajo organizaron una fiesta para empresarias y empresarios, ya sabes... Gente que quiere ligar sus negocios y pensé que quizás, seria bueno que vayas, puedes conocer a alguien de tu interés... —hablo la mujer tratando de hacer que Taehyung entendiera el punto.
—¿Quieres que vaya para ver si conozco a alguien que me guste? Sabía que tenías segunda intenciones, madre...
—Tae... Irán personas interesadas en ti, además invitaron a los que fueron a verte a la universidad por la presentación y la beca. Tómalo como una oportunidad, hijo.
El azabache dejo la bolsa en la cama y se sentó. La verdad prefería solo centrarse en la beca que buscar otro tipo que le molestara en sus planes, ya tuvo suficiente.
—Bien, como quieras. Pero voy por lo de la beca y nada más.
—Perfecto. No te pido más.
—Gracias por el regalo, es lindo de tu parte.
La mujer sonrió finalmente y salió de su cuarto dejando a su hijo a solas.
Le estaba saliendo caro ceder al trato de su madre.
Mientras miraba fijamente la pared de su cuarto, sintió su teléfono vibrar con fuerza sobre el colchón. Lo levanto y vio en la pantalla completa como una alarma de las ocho le anuncia que debía tomarse la pastilla anticonceptiva. El azabache la apago y busco en sus cajones la caja de las pastillas, revolvió todo el cajón buscándolas y no las encontró.
—Maldición... ¿Dónde las metí?
El chico busco debajo de su cama, en las repisas y nada. Miro su bolso de la universidad, le dio vuelta sobre el edredón de la cama y allí las vio. Su corazón dejo de latir con fuerza al no encontrarlas. Al levantar se dio cuenta que tenía ya varios días sin tomarla, le resto importancia, total, ya ni veía a Agust como para acostarse con el y preocuparse, se las tomaría para botar la tableta y dejar atrás todo. Además, si su madre le encontraba esas pastillas, estaría en muchos problemas.
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—¿Dejaras de tomarte las pastillas?
Jimin lo miró atónito dejando de beber su batido de fresas.
Se hallaban ambos amigos en una cafetería de Ganmgam para pasar el resto del día, había terminado antes sus clases y como parte de su nueva libertad, Kim invito a Park a la cafetería favorita de su amigo, a Taehyung también le gustaba, pero iba más por los postres. Además, debía contarle a Jimin lo que paso con su madre la noche anterior, lo cual, si lo hizo, pero el tema tomo un camino diferente cuando por erro dejo ir que casi pierde las pastillas.
Jimin era el más precavido en el tema y oír hablar a Taehyung con tanta simpleza de algo tan importante le preocupaba.
—Si, ¿no puedo acaso?
—E-Eh... S-Sí, claro que puedes, pero ni siquiera te las tomaste bien, Tae...
—¡Ve al maldito punto! —dijo exaltado.
El pelirosa bufo molesto. Se acerco un poco más a Taehyung para mantener el tema más secreto.
—Recapitulemos. Cuándo tú y el "innombrable" tuvieron sexo... ¿Te tomaste tu pastilla?
El azabache miro al techo tratando de hacer memoria, finalmente, negó. Jimin le dio un golpe en brazos que dejo al chic ofendido.
—Eres muy irresponsable. Sabes que eso necesita su horario.
—Ya da igual, no lo veré nunca más y no me acostare con él. Dejare de tomarlas y punto, se acaba esta caja y adiós pastillas.
—Bien, como quieras, pero respóndeme esta pregunta.
—¿Qué Jimin? —pregunto agotado del tema.
—¿No has tenido malestares?
—¡No puede ser, Jimin! —exclamo.
—Perdón por preocuparme por ti. ¿Ok? —habló ofendido. A veces Taehyung superaba su paciencia.
—Gracias, pero no por que a ti te dé un “mal presentimiento” me haré una prueba o...
Jimin lo miró fijo a la cara, con la mirada asesina y casi regañándolo con solo mirarle. Taehyung bufo y se cruzo de brazos rodando sus ojos en una expresión que mostraba poco interés en el tema que había tocado. Es que realmente era absurdo, para Taehyung, pensar que quizás y solo quizás hay “algo” dentro de su cuerpo era estúpido, realmente negaba la idea y le horrorizaba ver que su mejor amigo pensaba lo de peor de él.
Kim nunca en su vida ha pensando en la palabra «familia» le parecía un tema delicado y complicado, considerado los varios puntos a considerar: dinero, estabilidad mental. Una pareja estable que lo apoye realmente por la decisión; consideración, compresión, paciencia, tiempo, dedicación y, sobre todo, amor y cariño. Taehyung, no tenia nada de esos puntos, tal vez el amor y el cariño lo podía desarrollar, el dinero igual, pero lo que realmente necesitaba era el tiempo y la dedicación, pues el estaba realmente centrado en su futuro, en su vida y en su carrera.
Y agregando, pareja no tenia ni planeaba tenerla. Fin de la conversación.
—Conozco esa cara... —murmuro Taehyung. Se tomo todo su vaso y lo dejo de golpe en la mesa. —No me hare una estúpida prueba, Jimin. Me voy.
—Pero Tae, te cuido...
Taehyung iba saliendo de la cafetería y saco su teléfono para llamar un taxi que lo llevara a casa rápido antes de la cena. Jimin salió corriendo detrás de él y le toco el brazo para que se girara y lo mirase para no dejar de mala manera la conversación. Menos acabar la agradable tarde que tuvieron como amigos luego de unas semanas agotadas de ensayo y clases agotadoras.
—Bien, no hagamos nada, pero cuídate. ¿Sí? —Jimin estaba insistiendo.
—No soy tan idiota. Además, el tema de Agust acabo, no lo quiero ver, no quiero hablar de él. Solo mencionarlo me amarga —dijo con cara de desagrado.
—Como quieras, nadie te obliga a verlo, pero ¿sabes de que di cuenta? —Jimin se cruzó de brazos, acercándose a su amigo azabache.
—¿Qué? —Miro hostil.
—Si tan poco te importa Agust, no te hubieras puesto así en el baño, ni ahora. A ti te gusta, realmente lo hace y te dije en el baño lo mismo. Te afecto mucho, has estado con el peor humor que jamás te vi.
—Ya basta con eso... No me gusta en lo absoluto.
—Sigue engañándote a ti mismo, eres increíble en esa mierda. —Acuso molesto. —Lo que más me molesta de ti, es que te gusta hacerte infeliz, no te permites disfrutar ni dejarte querer, es muy molesto.
—Eres mi amigo, supuestamente los amigos no se dicen eso...
—Los amigos se dicen las cosas, aunque al otro le moleste y si yo fuera tú, oiría lo que me dices y a lo que siento. —Jimin se acercó más a la calle y alzo la mano haciendo parar un taxi. —Bueno, nos vemos en las clases. Que la pases bien en la fiesta del viernes. Adiós.
El azabache se quedó callado mirando como su amigo se montaba en el vehículo y este comenzaba a avanzar. Kim se quedo mirando su teléfono, vio la hora y debería ya estar en su casa con su madre y padre preparándose para lo de esta noche. Suspiro cansado y continuo con la llamada del taxi.
Mientras que esperaba pensaba en todo lo que Jimin le dijo, y debía admitir, que si tenia algo de razón. El pelirosa es un gran amigo, y como dijo, si estuviera en sus zapatos haría un poco de caso y seguramente Taehyung igual lo hubiera regañado si estuviera en la misma situación con Jungkook. Quizás debía oírlo y dejar de ser tan complicado.
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La música se oía en todo el estudio de Agust D, quien estaba concentrado tatuando un diseño nuevo y más grande en la parte anteroposterior del muslo derecho. Mientras oía música trazaba cada línea y limpiaba la tinta que salpicaba. La piel rojiza de la chica resaltaba bastante por su tono de piel. Esa semana fue bastante movía y llena de trabajos, más sus idas al bar con Namjoon a tocar guitarra que era más que nada un pasatiempo que tenia y que lo disfrutaba bastante. Por otro lado, en ese mismo bar, Namjoon le hacia el favor de buscar clientes. No le molestaba, al contrario del gustaba tener trabajo para distraerse de todo lo que su cabeza lo atormentaba.
Tras la conversación con Jungkook nada cambio, en lo absoluto. Si bien pensó que quizás Taehyung le gustaba, se convenció así mismo de que no, y se lo repitió cada mañana antes de venir al estudio.
Luego de cada día, dio por zanjado el tema, tampoco lo iba a volver a tocar. No ha visto al azabache hace varios días y tampoco le interesaba buscarle. Su número lo bloqueó y eliminó de su teléfono.
Dio el ultimo trazo, limpio y sonrió al ver su gran trabajo. admitía que era realmente bueno en lo que hacía.
La chica se sentó derecha y miro su pierna quedando realmente encantada con el trabajo que no paraba de mirarse en el espejo que abarcaba parte de una pared. Sonrió mientras miraba a Agust quitarse los guantes y la mascarilla. Bajo la música y coloco el parche que usualmente ponía en la piel con tatuajes grande para evitar roces con la tela.
—Cada billete que te dé, valdrá la pena. De verdad lo digo. —La muchacha se acomodó su short y se acerco a la mesa con la billetera abierta. —Eres un genio.
—Gracias, solo hago mi trabajo.
—No solo es tu trabajo, es tu pasión y algo que amas, por eso lo haces bastante bien.
Min sonrió y recibió los billetes de la chica. Sonriendo se despidieron y la acompaño hasta la salida del estudio. Al cerrar la puerta se quedó solo.
Ese día no fue ni su amigo ni amigo con los que trabajaban, los dos tenían bastante cosas que hacer como para acompañarlo, aun así, se las arreglo bastante bien atendiendo a todos los que llegaron durante el trascurso de la tarde, que solo eran unos tres, el único tatuaje demoroso que tuvo fue el último, por ende, lo dejo para más entrada la tarde.
Acomodo todo, dejando limpio como siempre dejaban los tres el local. Repuso algunas cosas en el lado de Jungkook, en el lugar de Chungha y el propio. Coloco todo el orden, boto lo que no servía y cerro las persianas impidiendo que se viera algo hacia afuera. Cuando acabo se recostó en la silla del escritorio y coloco sus pies en alto encendió un cigarrillo. La única ventana que no cerro fue la que estaba detrás de su escritorio.
Exhalo el aire mirando el anaranjado cielo.
De pronto oyó como la campana del local, que indicaba que algún llegaba, sonó. De malas ganas se levanto y fue hasta la entrada principal. Abrió la puerta de cristal para decir que ya no agendaría nada más ni haría otro tatuaje más.
—Está cerrado...
—¿Acaso tu madre tiene prohibido entrar?
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