Su fino reloj de muñeca marcaba las ocho y media de la noche, Kim había decidido finalmente asistir a esa dichosa fiesta en la zona alta de Seúl, donde la mayoría de los jóvenes se iban a beber alcohol hasta quedar en estado etílico y olvidar sus problemas.

Se había colocado un pantalón clochard azul marino que ayudaba a resaltar sus piernas largas y caderas, en conjunto a una camisa de tono celeste que definía su espada y cintura; en compañía, su cabello bien peinado, los labios tintados de un leve tono carmesí, finalmente, su infaltable y fiel amigo que jamás lo abandonaba, su perfume con notas de coco y jazmín.

Quien pasara por esa calle no podía evitar mirar el chico de ceño fruncido mirando a los lados de la avenida esperando a que su amigo apareciera, mala idea haber llegado solo porque era devorado por los ojos de mujeres y hombres que se preguntaban de donde salió semejante muchacho de tan elegante porte.

—¡Tae!

Giró su cabeza apenas escuchó la voz de su amigo que venía rápido hacia él en compañía de uno de sus compañeros de clase, Hoseok. Un chico simpático, alegre y bastante estricto cuando de coreografías se trataba.

—Menos mal viniste a divertirte, te hace falta romper la rutina —habló Hoseok mirando a Taehyung.

—Espero no arrepentirme —murmuró.

—¡Sonríe por Dios! —ánimo Jimin. —Es viernes, último día nadie se enoja.

Taehyung dejo escapar una sonrisa, ver a Jimin contento de tenerlo ahí realmente le hacía reír y dejar que emoción por estar fuera de su casa lo llenase por completo.

Un letrero luminoso decoraba la entrada del lugar, las luces de diversos colores se lograban ver hacia el interior. Apenas entraron los tres, la musica retumbaba en las paredes llegando a sus oídos, el ambiente era fiestero, la música hasta reventar, la luces por todas parte, bar abierto con gente bebiendo y olor cigarrillo.

Kim se rascó la nariz, sintiendola picar por el aroma abrumador de la nicotina. Eso era otro cosa que odiaba, el molesto olor a cigarro.

—¡Hoseok, aquí!

Un saludo de un chico llegó a ser oído justo cuando la musica había cambiado. Los tres miraron hacia esa dirección y se percataron que habían varias personas que eran de su clase y otra que pertenecían a otras facultades.

—¡Miren, si es Taehyung! —exclamó Hye-jin. —Creí que no vendrías, ya que últimamente ignoras el grupo de clase.

—Jimin me convenció —dijo señalando a su amigo.

Ella sonrió y se levantó de la silla.

—Ya que están aquí, les quiero presentar a algunos chicos que conozco hace poco aquí. —Ella se colocó junto a Taehyung. —Él es Namjoon, Baekhyun y Seojoon. —Fue señalando a cada uno según el orden que estaban sentados. —Y chicos, ellos son Taehyung, Jimin y Hoseok.

—Un gusto —respondieron los demás.

Uno de ellos, el llamado Baekhyun, se levantó con tres vasos con vodka combinados con tónica, este como pudo se los entregó a los recién llegados.

—Bienvenidos y disfrutemos esta noche. ¡Salud!

Los tres alzaron sus vasos contra el del lo muchacho y los demás hicieron lo mismo.

Taehyung antes de beber dudo del vaso, ya sabía que en esos lugares sales drogado o ebrio, y muchas veces eran ambas. Park lo vio, y ese le tocó el codo para que bebiera, si estaban con Hye-jin y dos chicas de su clase eran de confiar.

Kim suspiró y llevó el vaso a sus labios bebiendose todo el contenido de un solo trago dejando a todos soprendidos.

—¡Ve con cuidado! —exclamó con sorpresa Seojoon.

Todos se habían sentado en la mesa, dando por comenzada la noche.

Fue cosa de minutos cuando el lugar comenzó a motivarse más; la musica hacía bailar a todos con ayuda del DJ designado de esa noche, los tragos iban y venían, hasta la pista estaba llena de gente bailando. Todos menos Taehyung se habían levantado a bailar y disfrutar del lugar, incluso Jimin que se hizo cercano con el moreno de pelo negro que baila apegado a él, dejando a Park sonrojado.

Kim lo veía mientras seguía bebiendo de ese vodka dejándo que el amargor comenzara apoderarse de su garganta.

—¡Tae! —gritó Jimin por encima de la música. —¿Vienes? Eres jodidamente aburrido —bromeó.

Se notaba que ya estaba en el punto perfecto de la ebriedad; ni muy borracho, ni tan sobrio.

—Me divierto a mi manera, déjame en paz —atacó mientras tomaba el vaso y se cruzaba de piernas sobre el acolchado sofá.

—¡Te dejaré otro cinco minutos y te vendré a levantar de los pelos a bailar conmigo! —alzó la voz de nuevo por culpa de la música.

—¡Como quieras! —dijo levantándose del golpe, un mareo le vino a la cabeza.

Miró de reojo la mesa. Desde que llegó se bebió media botella de vodka y uno que otro shot de tequila. Era como estar sobre una pelota, moviendose de lado a lado, intentando caminar bien.

No quería bailar, menos si juntana tanta gente que podría rozarle y manosearlo, prefería evitar los problemas, así que fue hasta la barra para pedir su trago favorito; un margarita bien cargado.

Apenas se sentó en el taburete llamó al barman y este tomó su pedido. Mientras esperba, vio a lo lejos como entraba alguien conocido para él. Por la falta de luz le costo identificarlo, sin darles más vuelta dejó de mirarlo.

Se apoyó sobre la barra mirando como el hombre prepara su trago con gran agilidad.

—Veo que si tenías planes, lindo —habló un voz en su oído.

Taehyung se sobre salto y miró hacia atrás enseguida.

Otra vez era Minjae.

Bufó molesto y rodó sus ojos ignorandolo. Su copa había llegado, prefirió ignorarlo para enfocarse en disfrutar del trago. Minjae se sentó a su lado mientras que pedía un vaso de whisky con hielo.

—Te arreglaste mucho para un lugar como este, mereces ir a otro parte —habló acercándose a su oido y apartando algunos mechones sueltos—, un hotel, quizás.

Taehyung rió y miró a Minjae.

—Pobre... —se burló dejando la copa en la barra. —Te dije que ni con veinte copas follaria contigo, eres muy insistente.

—No me rindo fácil bebé—sonrió con coquetería.

Kim lo fulminó con la mirada. Torció su labio completamente disgustado con la presencia del tipo, además estaba ebrio, acababa de entrar, pero era claro que hizo una especie de previa antes de venir aquí.

—Estás ebrio, apestas y quiero que me dejes en paz Minjae.

La mano traviesa del chico, comenzó a tocar sus espalda baja subiendo hasta su cintura para darle un duro apretón. Taehyung se sintió lo suficientemente incómodo como para tomar con fuerza la copa y le lanzar todo el contenido em la cara del muchacho. Minjae se hizo hacia tras por la sorpresa, luego de percató de que Taehyung se iba a los baños a pasos rápidos. Este sin dudarlo se levantó.

El azabache miraba hacia atrás para perder a Minjae entre la gran cantidad de gente, por culpa de ello no tuvo el debido cuidado, provocando que su hombro derecho chocara con alguien.

—¡Mierda! —se quejó sobando su hombro. —¡Fíjate por donde vas imbécil!

El tipo miró hacia atrás de mala manera, simplemente ignoró al muchacho.

Cuando levantó la mirada vio de espaldas a un chico de cabello igual de oscuro, pero este era largo hasta la nuca e iba vestido de pantalones negros, camiseta manga larga blanca y sobre esta, una negra.

Apenas entró al baño se miró al espejo y estaba completamente alterado.

Ese entonces el arrepentimiento llegó. Si no fuera porque sus padres eran tan pesados y lo estuvieran bajo exigencia constantes, muy probablemente Taehyung, en este mlmento, estaría en su cama a gusto leyendo o en el sótano ensayando en su sala.

Ahora estaba metido en un lugar con un tipo borracho que lo hostigaba. Solo quería irse pronto de allí.

Cuando iba sacar su celular para llamar a Jimin, vio que la puerta se abría de golpe dejando ver de nuevo a Minjae.

Kim iba a salir, pero su brazo fue sujetado con fuerza por la mano de Minjae.

—Basta de humillarme y huir Tae...

El azabache apartó su mano con rudeza, pero este volvió a tomarlo pero de ambos brazos.

—¿No entiendes que me gustas mucho? —dijo murmurando cerca de sus labios.

Cuando el tipo lo acorralo contra la pared supo que estaba acabado. Si tenía que besarlo para que lo dejara en paz, daba por hecho que se arrepentiría después.

Para su suerte y sorpresa, la puerta dejó ver al mismo chico de antes. Este se veía serio y con una mala cara.

—¿Y tú no entiendes que él no quiere?  —El tipo se dejó ver mejor, mostrándose con su tez pálida, com una parte del cabello detrás de su oteja y la otra mitad cayendo por el costado de su cara. —Acosar a un chico en un bar merece más que una patada en las pelota.

—¿Quién carajos eres tú?

—Ahora lo sabrás...

El de tez pálida saco un cigarrillo de su pantalón y lo encendió con un encendedor de color negro con una calavera de diseño.

Kim bufó.

Realmente se esta arrepintiendo de haber salido de casa.

El pelinegro se amarró el cabello tomando con dedos un mechón y con un elástico que tenía en su meñeca se lo tomo. Mientras que lo hacia el cigarro permaneció preso entre sus delgados labios rojizos.

—No es no, ¿lo sabes? —dijo sacando el cigarro botando el humo cerca de la cara de Minjae. —Vi como lo seguías como un lobo detrás de una liebre, no me parece que te haya dicho que sí.

Minjae golpe con su lengua el interior de mejilla, dejando a Taehyung de lado. Podría aprovechar de irse corriendo de ahí, pero por una parte quería ver si este chico golpeaba a Minjae, era raro, pero si le daba una paliza podía dormir en paz.

—No te metas idiota.

El chico levantó al desconocido del cuello de la camiseta.

El pálido sonrió socarrón, miró su cigarro entre sus dedos, lo volteo y lo llevo directo a la mano del tipo haciendo que este por la sensación del calor contra su piel le quemaba. Chilló de dolor mirándose la mano que quedo con una marca roja.

Fue ahí que apagó el cigarro y llevó su mano hecha puño contra uno de los pómulos de Minaje dejándolo atontado. El tipo no sintió ni cosquillas, fue porque ni siquiera le había dado tan duro, ya estaba ebrio y un golpe así era suficiente pata dejarlo en el piso como ahora.

El azabache miraba la escena sopredido con sus labios sutilmente separados

«¿En serio lo hizo?»

—Tú...

—Vete a casa, está ebrio como para que me lo devuelva.

—Pero...

Antes de que pudiera volver a decir algo, el chico salió de allí dejando a Taehyung solo con Minjae adolorido en el piso del baño.

«Sí, realmente lo hizo.»

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