39 - Jungkook
Las cosas con Sunhye iban bien, decidí hacerlo bien esta vez, y esperaba no, iba a hacer la última vez que lastimara a Sunhye de esa manera, ella solo se merecía cosas lindas, ser feliz, y quería que esa felicidad se la diera yo, por muy egoísta que sonase.
Había pasado alrededor de tres semanas, en donde Sunhye y yo nos veíamos, charlábamos, nos besábamos, pasábamos tiempo juntos en mi casa, a veces en la suya, pero no llegábamos a nada, y nos acostábamos a hacer la acción normal para lo que se usaba la cama: dormir. Pensamos que la atracción sexual se había acabado, que nuestra llama de la pasión se había apagado, pero no, seguíamos con muchísimas ganas de comernos en muchos sentidos, me vi tentado muchas veces cuando hice la cucharita con ella y le pasaba la mano por el muslo mientras ella se quedaba dormida, de subirla más arriba y enterrarla entre sus piernas, o cuando jugábamos en la cama de forma pesada y ella no alcanzaba algo con la que yo la molestaba por la diferencia de altura y me ponía el culo en la cara, me veía muy tentado a dejarla caer justo encima de mi rostro y comérmela entera.
Pero habíamos aguantado como unos campeones, y esta noche la cucharita ya no iba a funcionar, ni el autocontrol mental, ni la mente fría ni absolutamente nada, yo no quería que funcionara, me dolía la mano de masturbarme pensando en ella y tenerlo todo tan cerca y no hacer absolutamente nada.
Sunhye parecía querer lo mismo, desde que me recibió en la puerta hoy me sedujo con solo lencería negra compuesta por una tanga diminuta de encaje y un sujetador igual, donde se le podían ver sus bonitos pezones erectos, deseaba algo más porque no quitó su sonrisa coqueta en ningún momento y tampoco abrochó la bata que traía sobre los hombros, y cuando me arrastró dentro y me agarró de la nuca para besarme en forma de saludo no fue un beso dulce como los anterior, sino que cuando su boca toco la mía su lengua fue hábil al hacer intromisión en mi boca.
Me derretí con su beso y la tomé por la cintura pegándola todo lo que podía a mí. Mi polla se puso dura al instante, necesitado de ella mientras mi lengua entraba a la acción también y emprendíamos un beso húmedo y sucio. Sunhye sintió mi erección, y no perdió tiempo en restregar su vientre contra ella. La tela del pantalón me estorbaba y me quemaba, su lencería también me estorbaba muchísimo, y necesitaba a Sunhye sentada en mi cara con urgencia.
—S-Si... Quieres v-vemos una p-película —le dije, sofocado por el beso, con el cuerpo en llamas y con un tatuaje en el cerebro de Sunhye y yo follando hasta al amanecer, hasta que mi polla no resista más.
Dios, la idea era increíble.
Sunhye ladeó la cabeza alzando una ceja.
—No seas bobo Jungkook, necesito follar contigo, las tres semanas de amor y cariño ya pasaron, ahora necesito amor y cariño pero en otras partes, me va a dar un infarto de sobreexcitación si no hacemos nada —me dijo, tal vez furiosa de estar tan excitada.
La entendía, yo también sentía lo mismo.
—Jooodeeeer —me lancé encima de ella besándola de manera salvaje.
Su boca era el tipo de droga en la que por más rehabilitación que me dieran, sería imposible quitarme la adicción o superarla.
Ella era perfecta, para mi era perfecta, y eso era lo importante.
Todo de ella me volvía loco, absolutamente demente.
Tropezamos con todo a nuestro paso, caminando con descuidos y rompiendo incluso adornos de cerámica cara que Sunhye tenía en su apartamento, pero eso era lo que menos importaba. La alcé en mis brazos, enrollando sus piernas en mis caderas para caminar mejor, ella se sujetó de mis hombros y mordió mi labio, pero no me dejó de besar, amasé su culo a mi antojo, sintiendolo tan suave y perfectamente tocable.
Suspiré al entrar a su habitación y me senté en la cama con ella encima.
—Tengo deseo de algo, Sunie —le dije, acariciando sus muslos mientras repartía besos por su rostro y luego en su de cuello de cisne, lo había extrañado demasiado, su cuello era mi debilidad y la de ella también.
—¿Qué? —preguntó, agitada, excitada, deseosa hasta el último nivel.
—Que me montes —sus ojos brillaron y en su cara se pintó una sonrisa enorme, lo cual me gustó demasiado.
Apretó mi largo cabello con sus dedos, enterrándome las uñas cuando presioné sus caderas hacia bajo, buscando a que sintiera mi erección dura. Gimió en mi boca y tensé mi cuerpo al sentirla tan caliente.
Nos ayudamos a quitarnos la ropa, ella más a mi que yo a ella. Soltando hasta la última prenda de ropa que temíamos encima. Acaricié sus curvas con hambre, con deseo. Le quité el sujetador de la lencería dejando sus tetas libres, las cuales rebotaron en mi cara. No puede resistirme a cogerlas entre mis manos y amasarlas y apretarlas. Acerqué a ellas enterrando mi cara y luego mordisqueando la derecha mientras que en la izquierda daba pellizcos con mi mano. Sunhye movía sus caderas sobre mi prominente erección, estimulándome más sobre la tela del bóxer que era lo único que quedaba de ropa en mi cuerpo.
Se sujetó de mis hombros acercando más mi cara a sus tetas, dejando que yo las consintiera un buen rato. Gimió dulcemente retumbando en toda la habitación, haciendo vibrar mi cuerpo.
Dejé sus tetas para subir a su boca nuevamente y atacar sus labios. Su lengua se enredó de manera perfecta con la mia, nuestras respiraciones eran agitadas y necesitábamos del otro. Me ardía el cuerpo al igual que a Sunhye. Jugué con su tanga.
No quise que se separara de mi ni un solo instante y con solo un halón a la tanga fue suficiente para romperla con mis manos. La tanga calló rota al suelo y yo me levanté un poco para quitarme el bóxer.
Ahora si estábamos desnudos los dos, y me volví loco.
Sunhye sonrió y su mirada destiló lujuria, fuego vivo a punto de quemarme.
—Creo q-que vas a tener que acompañarme a c-comprar lencería n-nueva —su sonrisa era de todo menos tierna, y yo la imité.
—Sería un placer —dije.
Con ella encima aún, me arrastre por la cama hasta el cabecero, quedando en el centro de la cama y tendido, teniendo a Sunhye ahora en todo mi campo de visión.
Juraría que era lo más hermoso que mis ojos jamás habían visto.
Se levantó un poco y agarró mi polla para ubicarla en su coño, sentí su humedad, la cual chorreó por mi longitud a penas tocó su caliente sexo. Me mordí el labio al sentirla, y cuando se se dejó caer encima de mi, introduciendo todo, me trasladé al cielo con ella.
Gimió agudo e intenté grabar en mi mente su rostro deformado por el placer, sus ojos claros hallaron los mios durante el tiempo que esperó a acostumbrarse a mi grosor, mi polla se encajaba perfectamente en su interior, y me sentí tan vivo, que jamás podría saciarme de sentir lo todo el remolino de emociones que justo ahora estaba sintiendo.
Sunhye se acercó a mi, poniendo sus brazos al lado de mi cabeza para sujetarse y a la vez llegar a mis labios, la recibí con gusto, gemimos en el beso cuando subió y bajó, haciendo que el beso perdiera el orden por completo.
Sujeté sus caderas y la ayudé con las penetraciones, compenetrándonos perfectamente. Su coño estaba tan mojado y mi polla tan dura que cada vez que entraba y salía de su interior se sentía jodidamente bien.
Nuestras lenguas se enredaron mientras ella me montaba con astucia, se sentía cómoda, cálida y completamente excitada al igual que yo. El interior se Sunhye era todo lo que estaba bien en este mundo.
—Mírame —exigí, apartando el cabello de su hermoso rostro.
Me obedeció, mostrándome sus dilatadas pupilas claras y un poco tintadas de rojo, sus mejillas estaban tintadas de un rubor que la hacía ver celestial al igual que su nariz, acaricié su piel acaramelada, deleintándome con sus curvas hasta llegar a su culo en pompa cayendo una y otra vez encima de mi polla, amando la calidez de su interior resbaladizo.
Volvimos a besarnos cuando nos sentimos al límite.
Sunhye tembló encima de mi, yo comencé a sudar al estar tan cerca.
Sentí cada contracción de mi novia, enviándome mucho más cerca del orgasmo. Se movió más rápido, tan desesperada que me enloqueció por completo.
No pudimos aguantarlo más y logramos corrernos al mismo tiempo, me corrí dentro de ella sin preocupaciones, mientras su humedad se expandía mojando toda mi polla y cayendo más abajo.
Nuestras lenguas jugaron un rato más, en donde yo acaricié su rostro, y nos tuvimos que separar por falta de aire, estábamos demasiado sofocados y cansados.
No sabía que esperar tanto por sexo después de haberlo hecho por primera vez era tan doloroso. Esperar por Sunhye era muy doloroso.
Acabamos muertos, ella se retiró de encima de mi y se tumbó a mi lado, abrazándome, yo también la cubrí con mis brazos mientras nos mirábamos de frente, con una sonrisa enorme en nuestros labios.
—Sentir esto de nuevo es muy bueno —dijo, acariciando su nariz pequeña con la mia.
¿Ya dije alguna vez que Sunhye de cerca es preciosísima? Porque si no lo había dicho antes, lo recalco ahora.
—Definitivamente —concordé, haciendo una pausa para después preguntar: —¿Sí te propusiera hacer un negocio, juntos, qué quisieras que hiciéramos? —me atreví.
Ella me miró, atentamente, sonriendo de lado esta vez.
—¿Quiéres abrir un negocio conmigo? —chasqueé la lengua al no oír la respuesta que quería.
—Yo pregunté primero —me enfurecí de momento.
—Vale vale —se rió de mi —Contigo haría cualquier cosa, Jungkook —la observé con el amor que se merecía —Pero si soñé con una cafetería, no soy excelente cocinando comida salada, pero lo dulce se me da de diez, y siempre he querido tener una cafetería en donde pueda vender esos dulces, también bebidas sin alcohol y esas cosas —sonreí al oírla.
No me lo esperaba, Sunhye no se veía una chica como para dirigir una cafetería, donde se vendería azúcar y no alcohol, pero no se podía juzgar a un libro por su cubierta, ella era una chica dulce, siempre lo había sido, atrevida, pero sensible, me lo había demostrado, y con cada faceta nueva que veía de ella, más me enamoraba como un tonto.
—Interesante —añadí.
—¿A qué venía tú pregunta?
—Nada, curiosidad, yo soy un chico muy curioso —rió.
—Claro claro —me dio un beso que sonó bastante fuerte.
—Te amo —le dije, tomándola desprevenida, pero luego sonrió y me besó una vez más.
—Yo también te amo —y nos abrazamos con fuerza.
(•••)
Hola!🙂
Me aparezco aquí después de mil quinientos años después de la última actualización, ya ni sé que tiempo ha pasado desde que actualicé.
Pues nada, no voy a contarles lo que ha pasado en estos meses porque no vale la pena, pero que coste que me he aparecido aquí dando señales de vida y mostrando que Cockiness sigue a delante, a paso de tortuga pero sigue.
Aún faltan capítulos, creo que más de los que yo creo, van a tener que darme mi tiempo, porque la verdad es que me está costando muchísimo escribir, tengo muchísimas cosas en la cabeza, lo he pasado mal con mis cosas personales y pues es complicado.
Más que nada espero que les haya gustado el capítulo, que lo disfruten, y nos vemos, no se cuando, pero nos vemos.
Lxs sarangheo❤
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