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29 - Jungkook

Sunie se veía hermosa, tan hermosa que no podía apartar la mirada de ella ni un solo segundo sin desesperarme  sin contar el hecho de que tenía uns erección enormemente dolorosa debido a nuestro beso subido de tono, pero se me fue imposible mientras la besaba y tocaba su piel, no tocar otra cosa, simplemente no pude resistirme.

Y ella tenía aún las mejillas tan sonrojadas que me hacía pensar que estaba igual de afectada que yo, pero lo que me molestaba era que mientras cogía la comida con su tenedor y se lo llevaba a su deliciosa boca, no me miraba, llegó a un punto en el que no sabía qué carajos pasaba y porqué no hablaba ni me miraba, ¿había hecho algo mal?

—¿Sunie? —la llamé, al borde de la locura porque no sabía que le pasaba, ni porqué estaba tan roja, ni porqué no me miraba más de dos segundos, mientras yo no apartaba la mirada de ella porque era irresistible.

Ella levantó la cabeza un poco y me miró, su cara estaba hecha un tomate puro, y sus ojos brillaban, incluso estaban estos un poco rojos, ¿estaba llorando?

—¿Te pasa algo? —pregunté, preocupado de repente.

Pero ella negó de un lado a otro.

—Solo tengo calor, iré al baño a echarme agua en la cara, permiso —dijo, colocándose de pie y casi corriendo al baño sin saber siquiera donde quedaba, pero se encontró a una camarera y le preguntó.

Yo me quedé atónito, ¿qué había hecho ahora? ¿Hice algo que no le gustó? ¿Comenté algo fuera de lugar?

¿Qué dices? Si ni siquiera han hablado prácticamente nada.

Tuve el impulso de ponerme de pie e ir tras ella, porque me apetecía hablar con ella en privado, y preguntarle qué le pasaba, pero antes de que lo hiciera, el hombre Don interrupción me detuvo.

—Señor Jeon, ¿le traigo otra botella de Champagne? —preguntó.

Desesperado por salir detrás de Sunhye, le respondí.

—Cuando vuelva, iré al baño un momento—dije, apartando al hombre al ponerme de pie.

Salí en busca de Sunhye, siguiendo la dirección que ella había cogido antes. Pensé que me había perdido cuando giré en el pasillo del restaurante, pero la placa de "Baño de damas" me recibió antes de que desistiera.

Cuando pegué el oído a la puerta, efectivamente se escuchaba el ruido del grifo abierto, pero al afinar más el oído escuché... Un lamento, y se me puso el corazón a mil.

Iba a llamarla, para preguntar desde afuera y no molestarla, pero cuando giré el pomo de la puerta se encontraba abierta, y la imagen de Sunhye era de sufrimiento cuando la vi, pero no precisamente del tipo de sufrimiento que me rompería el corazón, o no, claro que no, y si Sunhye sufría de esta manera, me apetecía ayudarla muchas veces.

Ella me miró, con la cara roja, incluso sudando, y no detuvo los masajes que le proporcionaba su mano justo entre sus piernas. Mi sangre bombeó con fuerza por todo mi cuerpo hasta llegar a mi polla, y me activé como si ver a Sunhye me supusiera algún tipo de botón de "Encender" y "apagar".

—J-Jung...kook —me llamó, gimiendo y a mi se me activaron todos los sentidos de mi cuerpo.

Yo hubiera querido esperar a llegar a la casa y mostrarle la sorpresa que tenía, pero si ella lo necesitaba yo no iba a ser tan tonto como para negarme en un momento crucial como este, ella parecía muy afectada.

Entré al baño y cerré la puerta con fuerza, giré a Sunhye pegándola de espaldas al lavabo y cogiendo su cintura para pegarla a mi cuerpo. Su mano salió de entre sus piernas, y sus ojos traviesos brillaron de lujuria cuando levantó sus dedos y me los mostró, mojados y pegajosos por sus fluidos.

Nuevamente mi bestia interna me pedía salir con urgencia, subirla al Lavabo y follarla justo aquí mismo, pero no lo haría si eso no era lo que ella tenía en sus planes para este momento.

Gimió cuando me atreví a lamer sus dedos esmaltados y húmedos de su coño, producto de su excitación, degusté su delicioso sabor, y la comida que estábamos comiendo allá afuera me pareció de poca calidad sintiendo el sabor de Sunhye en mi boca directamente de sus dedos.

Los saqué luego de dejarlos limpios y solo húmedos por mi saliva y la miré, muriéndome de ganas por ella.

Dios mio, se suponía que hoy iba a hacer una noche romántica, y esto era sucio, era placentero, era excitante, pero no romántico, y me gustaba más esto, por supuesto, podíamos dejar el romanticismo para luego ¿verdad?.

—¿No me mirabas porque estabas excitada, Sunie? —pregunté, elevando una ceja en modo de burla, mientras la mano que no sujetaba su cintura (la derecha) trepaba como una araña por la pared, pero entre sus muslos, incluso sus fluidos habían hecho un desastre por todo sus muslos internos, a mi se me puso como una pierna al sentirla así de caliente.

—Joder, sí, no quería arruinar el momento romántico por un calentón, pero es que se me fue imposible —comentó, y sus piernas flaquearon cuando describí la tela de sus bragas más que húmedas.

Iba a levantar el pantalón si no aflojaba el cinturón.

Me acerqué a su cuello y acaricié su piel con la punta de mi nariz, embriagándome de su exquisito olor. Ella olía tan bien, tan jodidamente bien que me volvía loco.

—Un calentón no arruina el momento romántico, Sunie, yo estoy encantado de estar así contigo, justo aquí —presioné su clítoris con mis dedos y ella gimió; se restregó contra mi polla como una gatita hambrienta —Yo también me he puesto duro con el beso de antes —chupé el lóbulo de oreja y ella movió sus caderas, logrando una fricción dolorosa por encima de los pantalones.

—No creo que pueda salir allá afuera con esto que tengo, y por lo que veo... Tú tampoco, así que... —aflojó la hebilla de mi cinturón y quitó el botón del pantalón para bajarlo hasta la mitad de mis muslos junto al bóxer.

Cuando la mano de Sunhye agarro mi polla, y con su dedo pequeño jugó en la punta, solo para mojarlo con mi pre semen, jadeé muy necesitado. Esto era mejor que una cena en un restaurante de lujo, estar con Sunhye, así con ella, era mejor que cualquier otra cosa.

También cumplí con mi parte metiendo mi mano dentro de sus bragas y empapar mis dedos de sus fluidos, su coño estaba tan hinchado, caliente, suave y húmedo que me volvía extremadamente loco, si pudiera, hubiera querido lamerla, desde el día del viaje a Daegú, no había vuelto a probarla, y nunca se me olvidaría su sabor, y lo bien que se retorcía cada vez que me lengua jugaba con su clítoris. Pero intenté que fuera igual de bueno con mis dedos, incluso con lo mal que lo estaba pasando con mi polla en su mano.

La agarró con fuerza y comenzó a bombear suave, de adelante hacia atrás, y sus ojitos azules me miraron con deseo, y no pude aguantar la tentación de besarla.

Nuestros labios se encontraron con desespero, y nuestras lenguas colisionaron al encontrarse en una batalla húmeda y a un ritmo trepidante, como si nuestras bocas imitaran a nuestras manos fuera de control, porque Sunhye aumentó el ritmo de masturbarme de momento, y yo tracé círculos en su clítoris al mismo ritmo.

Gemí en su boca y ella me imitó, arqueando su espalda envuelta en el placer que nos brindábamos ambos.

El grifo del agua seguía abierto, y tal vez gracias a él nadie escucharía nada, pero era era lo que menos importaba en ese momento, sino en mis dedos acariciando el dulce y suave coño de Sunhye y su mano masturbándome con fuerza mientras nuestras bocas se comían hablando sin palabras.

Sentí el sudor empapar la camisa que traía, y la ropa me pareció un suplicio, porque era demasiado calurosa para el calor que yo sentía en mi cuerpo.

Dejé el clítoris de Sunhye, solo para desplazarme por su humedad hasta su hendidura, la acaricié frotando mis dedos, y sentí como expulsó más fluidos, lo que me provocó un espasmo que se vio revelado en mi polla, y Sunhye lo sintió porque me la apretó como respuesta.

Introduje mi dedo corazón, demasiado tentado por sentir su interior aunque fuera con mi dedo por el momento. Estaba tan húmeda e hinchada, que resbaló con tanta facilidad que me puso más al límite, y Sunhye tuvo unas maravillosas contracciones en mi dedo que me parecieron la sensación más exquisita que jamás había sentido.

—Joder... —gimió, su frente también estaba brillante por el sudor, y estaba tan deliciosamente cerca de su cara, que me enamoré una vez más como estúpido al ver su cara de placer tan cerquita.

—Te vez jodidamente hermosa, Sunie —le dije, de repente, y ella sonrió, y me dio como compensación una apretada más a mi polla, y acarició mis testículos unos segundos, llevándome demasiado al límite para luego volver a su hazaña de masturbarme exquisitamente.

Saqué mi dedo y lo entré, tratando de llegar lo más hondo que podía con mi dedos, y Sunhye se tambaleó, e incluso se puso de puntillas por la sensación.

—Mierda... Jungkook... E-Esto es... el cielo —me reí al ver su rostro con sus ojos cerrados y roja por el esfuerzo, demasiado hermosa para mis ojos.

Ambos estábamos cerca, lo sentía en su cuerpo.

Comencé un mete-saca con mi dedo imitando la velocidad con la que su mano bombeaba, y en menos de dos minutos ambos estábamos demasiado faltos de aire, sudorosos y demasiado al límite, yo ya no aguantaba más, y ella parecía que tampoco, por eso me acerqué para besarla una vez más, y con mi dedo pulgar acaricié su clítoris sin dejar de penetrarla con mi dedo, y ahí si la vi desesperada, y le dio más rápido a mi polla.

No pudimos aguantar ni un segundo más, y ambos explotamos intensamente, manché el suelo del baño y Sunhye mi mano, pero me sentí en el cielo con cada contracción de su coño contra mi dedo, y hubiera deseado que fuera mi polla, pero todavía la noche era joven. Y ambos sabíamos que esto solo había sido un calentamiento previo.

Nos separamos, y nos limpiamos con papel higiénico nuestra excitación. Tanto ella como yo nos echamos un poco de agua en la cara, y salimos del baño con la sonrisa más radiante del mundo.

Nos sentamos en nuestros puestos, con una mirada cómplice y estos eran los momentos que quería congelar en mi vida, en la que nos importaba poco las etiquetas en la que me había visto envuelto a lo largo de mi vida solo por un calentón, porque a ambos nos importaba poco el exterior, por cosas como estas quería a Sunhye como novia, a mi lado.

—¿Sabes una cosa Jungkook? —llamó mi atención cuando habló.

—¿Qué?

—Si me hubiera dicho una adivina que en el futuro, o sea, este presente, que me iba a encontrar a un chico guapo, cariñoso, atento, un poco loco a veces, inteligente y talentoso, no me lo hubiera creído, y aún te miro, rememoro todo lo que hacemos, los momentos más locos como ese del baño, saltándonos todas las putas reglas, no me lo creo, aún no se qué es lo que vez en mi para que... te guste —tragué duro.

Me dolía un poco que ella estuviera tan insegura, pero no estaba insegura por mi, sino que ella pensaba que me importaba lo que hacía o a lo que se dedicaba, la pregunta de ¿Qué vio en mi que no vio en otras?, porque ella se sentía menos por ser bailarina de Pole Dance en un club nocturno, o acostarse con hombres por dinero, pero ¿yo no la había conocido haciendo eso? Si Sunhye no hiciera ese tipo de trabajos yo no hubiera encontrado a una mujer maravillosa, que me hacía sentir bien, ¿cuántas veces se preocupó por tener mi consentimiento cada vez que  me tocaba? Eso decía mucho de ella, porque ella había buscado siempre mi confort, y lo había encontrado, con ella.

—¿Y aún te lo preguntas, Sunhye? ¿Aún no vez la maravillosa mujer que eres? Porque yo cada vez que te miro, te veo más perfecta —se mordió el labio y la vi tragar saliva duro.

—¿Maravillosa en el sexo?

—En todo, Sunhye, no me importa si los demás piensan esto de ti, a mi me importa lo que yo pienso de ti, y hasta me maravillaste cuando me dijiste que te gustaba el amarillo —me reí y ella igual —Es tonto, lo se, pero todo de ti me gusta, eres fuerte, y aún así te puedes romper a veces, pero tú solita unes todas las piezas y sigues a delante, eres sencilla, atenta, dedicada a tu trabajo aunque no sea el mejor del mundo, a ti te gusta y no te importa lo que los demás digan de ti, eso es más que admirable para mi, y no me importa si andas en harapos, o usas un vestido lleno de diamantes, o si calzas zapatos o andas sin ellos, si usas maquillaje o no, tú eres per-fec-ta —pronuncié, y sus ojitos estaban húmedos de las lágrimas, estaba emocionada.

—¿Porqué me dices cosas tan bonitas, Jungkook? —sonrió y yo la imité, ¿podía ser más hermosa?

—Porque te lo mereces —aclaré.

Estiré mi mano por encima de la mesa y ella cooperó hasta que ambas se encontraron, entrelazando nuestros dedos y mirándonos con un brillos de cariño, con un brillo especial, como si fuera... amor.

—La cita continúa en mi casa, y tengo otra sorpresa para tí —dije, sus ojos le resplandecieron de emoción.

—Tú estas lleno de sorpresas, eh, y hablo literalmente —añadió, apretando mi mano —¿Nos vamos entonces? El especial seguro no es tan especial al lado de tu sorpresa —me guiño un ojo de pícara.

—Seguro —aclaré mientras nos poníamos de pie.

La noche acababa de comenzar.


(•••)
Estos dos desbordan amor y lujuria a la vez.

Waaa, ¡me encantan!

Jsjsjs, como ven, la cita continúa😏🔥.

¿Qué les pareció el capítulo? ¿Si tuvieran que crear un shipp para esta pareja cual sería? ¿Son #TeamFinalFeliz, #TeamFinalTriste o #TeamFinalAbierto?

Jsjsjs, ahora las voy a ver colapsar, ustedes son muy comicxs😁, y me encanta leer sus comentarios.

Jsjs, yo me voy, hasta el martes, o quién sabe antes.

¡Apoyen a Vibe con su vida, Jimin se merece el universo!

Lxs sarangheo

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