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Cuatro

Sus labios eran suaves. Una nueva adición se había desbloqueado. Caminando sin separarse hasta la cama y la acuesta sutilmente. Su mirada era tierna y al mismo tiempo mostraba todo su deseo.

- Bakugou.

- ¿Si?

- Lo mejor será que cierres con llave la puerta.

Gruñe a lo bajo pero tenía que reconocer que tenía razón, no quería que nadie más que Sero se enterara que ellos estaban juntos. Se dirige a la puerta, la abre y se asoma para verificar que no estuviese nadie cerca, luego la cierra y la asegura.

Se da la media vuelta. Ochako estaba sentada sobre su cama con su pierna estilo mariposa. Bakugou se sienta a su lado pero la castaña no dejaba de mirarlo.

- ¿Pasa algo?

- ¿Te has imaginado alguna vez estar así conmigo?

Su pregunta fue de sorpresa. Lo piensa por unos segundos.

- Sinceramente no, te veía algo tonta.

Ochako frunce su ceño, agarra su almohada y se la tira a Bakugou para luego sacarle la lengua. Saca una risa.

- Pero también algo inalcanzable, por eso es que no me imaginaba estar así contigo. -la mira- No quiero obligarte a nada.

- No me estás obligando a nada, Bakugou, te deseo. -sonríe.

- Te he dicho que no sonrías.

- Lo sé, y me gusta causarte esa sentimiento.

- Cara redonda, no lo hagas.

- Oblígame.

Alza la mirada con una sonrisa ruin dibujada en su rostro sorprendiendo a Ochako. Sin decir nada empieza a gatear sobre la cama hacia donde ella haciéndose que se recuesta otra vez.

- B-Bakugou, ¿q-que harás?

Se le acerca a su rostro y la besa lento para poder torturarla un poco. Se separa de golpe para observar su reacción, dócil y dominada. Le susurra al oído.

- Te haré gemir con ganas. -lame la oreja provocando un suspiro por parte de ella.

Pasa su mirada desde la cintura hasta la cabeza relamiéndose los labios imaginándose mil cosas para poder hacerle.

- Ufff... estás preciosa.

Dirige su mirada a su rostro viendo a una castaña con la boca entreabierta, roja y con unos ojos suplicantes a más. Sonríe victorioso y satisfecho.

Ataca sus labios una vez más mordisqueando suavemente la comisura y lamiéndola, fue correspondido por ella desesperada a que por favor la tocase. Tenía muchas ganas.

Se separa y va bajando hasta su cuello repartiendo múltiples besos húmedos en su camino, los gemidos y suspiros de la castaña eran música para sus oídos pero aún no era lo suficiente, quería escucharla gritar.

Sus manos bajan y subía por toda la curva de su abdomen sintiendo su forma, la remera que traía Ochako subía y baja junto a las manos de él sintiendo su tacto. Su piel era suave y delicada. Sentía que la torturaba, deseaba que de una vez la tocara, a este punto ya sentía que era suya y que era capaz de hacer cualquier cosa con tal de recibir su tacto en su cuerpo.

Las manos del rubio tocaron la parte lateral de ambos pechos, se detiene con una sonrisa. Empieza a tocar suavemente sus pechos sintiendo la forma redonda que estos tenían. Ufff, quiero probarlos. Mira su rostro, tenía los ojos cerrados y ligeros gemidos salían de su boca, más intensos que los anteriores. Sin apartar su mirada toca su botón sensible. Uraraka gime más fuerte.

Se concentra en su rostro mientras jugaba con sus pechos y sus pezones, era una maravillosa vista hecha por él y sus estímulos.

Sube la remera en un movimiento rápido viendo como estos rebotaban libremente. Sin pudor lame uno de ellos torturándola hasta poder sentir su botón duro.

- Ahh-ah. Eso se siente tan b-bien... -arquea la espalda un poco.

Le da una lamida a su dedo pulgar de su mano y lo utiliza para estimular el otro pecho al expuesto. Ochako enreda sus dedos con los rubios cabellos del chico y empieza a presionarlo de a poco para poder saciar más su deseo. Jugaba con su pezon y cada tanto intercambia con el otro pecho.

- O-ooh Dios.

Su lengua era maravillosa, se sentía tan domada, sus pensamiento no eran claros pero su única certeza era de cómo Bakugou la hacía sentir más excitada.

Abandona su pecho y empieza a subir para poder besarla. Su mano derecha empieza a pasearse por el abdomen de la chica, baja y sin miedo alguno presiona suavemente su parte íntima encima del short. Su gemido fue ahogado por el beso. Se separa y le sonríe victorioso, excitado y sobretodo ansioso. Una vez más presiona.

- ¡Aahh! -empieza a respirar más rápido.

Se le acerca a su oído.

- ¿Qué pasa cara de ángel? Quiero oírte gemir. Gime para mi y por mi.

Empieza a friccionar su intimida un poco más rápido recibiendo gemidos cada vez más fuerte. La mira, entregada a él y con muchas ganas. El deseo se le notaba en cada suspiro que daba. Devora uno de sus pechos descubiertos y estos al sentir su lengua se pusieron nuevamente duros.

- ¡Ahh-hh! V-voy a venirm... -se muerde el labio tratando de oprimir sus sonidos obscenos.

El rubio se da cuenta de aquel acto, frunce su ceño, quería escucharla. La besa mientras que su mano empezaba a ubicarse debajo de su short y lo único que lo separaba de su intimidad era sus bragas. Separa sus labios de los de ellas y empieza a hacer un movimiento circular por su clitoris. La castaña gemía sin control.

- Así me gusta. -le susurra.

Lame descaradamente su botón rosado retorciéndola más de placer. Ochako otra vez empieza a presionarlo más hacia su pecho buscando más placer.

- ¡Ahhh-ahh! -sus ojos llorosos por tanta excitación eran la prueba de lo mucho que lo disfrutaba.

Para su toque final aparta un poco la tela de sus bragas y toca su clitoris desnudo haciendo movimiento circulares y sintiendo lo húmeda que se encontraba.

- Con que si estabas mojada.

- Si sigue a-así v-vo...

Saca un enorme grito de placer al por fin tener su anhelado clímax. Bakugou la sabia al sentir como se tensaban sus muslos. Dirige su mirada hacia su rostro.

Ochako respiraba aceleradamente recuperándose de su venir, su pecho subía y bajaba. La observa con detalle, se veía tan linda con el cabello desordenado, los ojos llorosos, las mejillas rojas y la boca entreabierta, no hacía más que aumentar su apetito por querer seguir y probarla. La castaña también tenía una hermosa vista de él, esos ojos rubí mirándola con deseo la hacía querer seguir, tenía que admitirlo, era demasiado atractivo.

Lo agarra de las mejillas y lo besa sutil, al separarse se deja visible un fino hilo de saliva que los conectaba.

- Bakugou.

- ¿Si?

- ¿Me dejas tocártela?

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