— Estoy asustada.

— ¿De quién?

— De Harry.

Mis pasos detrás de él eran sumamente lentos, pesados, no quería acabar de cruzar esas dos calles que nos separaban del lugar al que me quería llevar.

Mis manos a mí lado no dejaban de temblar, tenía tanto miedo de estar a solas con él, aunque mis palabras frente a otras personas fueran valientes, dentro de mí era absolutamente todo lo contrario. Por favor, como alguien como yo podría ganar a Harry, solo en mis mejores sueños sería capaz de algo así.

Solté varios suspiros en un intento de calmar mis nervios, los cuales me estaban consumiendo de una forma abrumadora en cada paso que daba.

¿Porque tuvo que pasarme esto a mí? Realmente no le deseaba esta situación ni a mi peor enemigo. Esto parecía una pesadilla, pero era toda la realidad, la maldita realidad.

Salí de mis pensamientos cuando choqué con la espalda de Harry, fue tan fuerte el golpe que caí al suelo, solté una maldición entre dientes, pero supe que él me había escuchado cuando me levanto del suelo de un fuerte tirón.

— ¿Se puede saber qué fue lo que dijiste, Emily? — soltó entre dientes él.

Trague duro sin saber muy bien que hacer o que decir.  Su mano apretó mucho más mi muñeca causándome un dolor horrible.

— Te lo volveré a preguntar, porqué parece que estás sorda. — dijo una vez más. — ¿Qué fue lo que dijiste Emily?

Calle por varios segundos y su agarre se iba haciéndome cada vez peor.

— Vete a la mierda Harry... — susurre por lo bajo. Realmente no creí que lo hubiese oído y mucho menos que se pusiese así por algo tan pequeño.

Su agarre se hizo más fuerte — como si eso fuese posible — y luego de unos eternos segundos, me soltó.

(...)

Me levanté sobresaltada en mi cama, las sábanas se encontraban pegadas a mi cuerpo debido al sudor, me pasé las manos por mi rostro ¿Qué había sido todo eso? ¿Por qué demonios Harry se aparecía en mis sueños y de esa forma tan horrible?

Habían pasado exactamente una semana de todo lo sucedido con Harry y desde ese día no lo había vuelto a ver, algo que me tenía entre agradecida y una muy pequeña parte, asustada.

Me levanté de la cama y camine hasta el baño de mi habitación, encendí la luz de esta y me mire en el espejo, tenía todo el pelo pegado en mi rostro y los ojos se me veían bastantes rojos, como que no hubiese dormido nada. Me mojé el rostro con agua fría e hice mi pelo hacía atrás.

– ¿Qué demonios te ocurre Emily? – me pregunté mirándome en el espejo.

Solté un suspiro derrotado, debía descansar más y mejor, no hacerlo me estaba pasando factura, emocional y académicamente.

Caminé hacia mi cama y me recosté nuevamente, cerré mis ojos en un intento de conciliar el sueño, algo que no se con exactitud cuanto me costó.

(...)

— ¡¿Quién diablos te crees que eres para tratarme así?! ¡No eres más que basura Harry Styles! — solté tan rápido que no fui capaz de procesar lo que malditamente había hecho.

Sus pasos pararon en seco y fui consciente de cómo sus puños se apretaban tan fuerte casi hasta dejarlos blancos. Oí como su mandíbula crujía y creí por un momento que se habría lastimado. Se giró bruscamente y en dos pasos estuvo frente a mí. Su mirada lucia amenazante, furiosa. Trague duro y me obligue a mí misma a dar unos cuantos pasos hacia atrás.

La mano de Harry fue tan rápida que no vi venir cuando agarró mi rostro. Me apretó tan fuerte que sentí el sabor de mi sangre por la presión que él ejercía en mi rostro.

Su otra mano fue a parar a mi cuello y lo apretó de tal manera que sentí que iba a desmayarme en segundos.

(...)

Y nuevamente me desperté por un sueño extraño, se sentía tan vivido y se sentía tan real que estaba llegando a aterrarme.

Estuve no sé cuánto tiempo en mi cama hasta que me sonó la alarma, que me indicaba que ya era hora de prepararme para ir a clases. Realmente no tenía ganas de absolutamente nada mi estado de ánimo no era el adecuado, pero no podía permitirme bajar mis notas ni mucho menos.

Con pasos pesados fui bajando por las escaleras, el olor a tortitas me inundo y el rugido de mi estomago no se hizo esperar. Sentí la voz de mi tía llamándome desde la cocina.

– Emily ven, vamos a desayunar antes de que vayas a clases. – Dijo y me fue imposible ignorarla como estaba pensado hacer, tenía hambre, pero no me apetecía mucho entablar conversación con ella. Mi tía había estado actuando de una manera bastante extraña y ahora pretendía actuar de diferente forma.

– ¡Lo siento tía se me ha hecho bastante tarde, nos vemos en la noche!

No espere su respuesta y camine hacia la puerta, la verdad quería hablar con ella, pero ahora mismo no era el momento adecuado. Seguí mi camino hacia el instituto con pasos lentos, una parte de mí no quería ir a clases y cuanto más avanzaba más se iban incrementando las ganas de no ir.

'' No vayas'' Y la voz de mi cabeza no se hizo esperar mucho y tenía razón ¿No iba a pasar nada por faltar un día? Claro que pasaría, no podía permitirme eso.   

Cuando divise el instituto sonreí de forma nerviosa, pero no me permití darme por vencida, con pasos decididos camine hacía la entrada y una vez estuve delante de la puerta tome una respiración profunda antes de empujar la puerta y entrar.

Miles de miradas se posaron en mí nada más entrar haciéndome sentir totalmente enferma. Intente mantenerme bien, pero las náuseas se hicieron presentes y sentí como empezaba a faltarme el aire, camine a toda prisa entre la gente y fui directo hacía los baños. Entré y corrí a mojarme la cara enseguida, el agua fría sobre mi piel fue relajándome poco a poco, no entendía porque todo el mundo tenía que mirarme, ¿acaso ellos ya lo sabían? La sola idea me dejaba congelada, era imposible que toda esa gente supiera lo que me había pasado ¿cierto?

Corrí a toda prisa hacía uno de los cubículos cuando las ganas de vomitar regresaron, mis ojos se nublaron y sentí como el vómito iba subiendo por mi garganta, solo fue cuestión de segundos para que vomitara todo lo que había desayunado. Mis manos estaban apoyadas a cada lado del váter mientras mi vomito no cesaba, sentía mi estomago totalmente vació, pero aún así las arcadas no paraban.

Me aparte del váter unos segundos para intentar tranquilizarme, tome varias exhalaciones rápidas, no podía seguir vomitando cuando ya en mi estomago no había nada más. Pasado unos minutos sentí como iba recuperándome, con cuidado comencé a levantarme del suelo y tiré de la cadena para que se fuera todo lo que había vomitado.

Camine sintiéndome débil y nuevamente fui a mojarme la cara, ahora lo único que me tocaba era quedarme lo que quedaba de la primera hora en el baño, estaba segura que el profesor de historia no me dejaría pasar y prefería mil veces quedarme aquí esperando a que la hora acabe.

(...)

Exactamente cuarenta y cinco minutos después sonó el timbre indicándome que ya podía salir de aquel baño, abrí la puerta mirando hacía todos lados comprobando que nadie o muy poca gente me viera salir de aquí.

Mi corazón se detuvo por completo cuando mis ojos captaron la alta figura de Harry, él se encontraba de espaldas mientras besaba a una chica de estatura pequeña, por esa única razón él no se había percatado de mí, deprisa salí del baño y caminé directo a mi casillero. Una vez llegue, con manos temblorosas comencé a introducir la clave, saque mis libros y los metí en mi mochila con rapidez, cerré este una vez aliste mis libros y gire sobre mí misma quedándome nuevamente congelada en mi lugar, Harry Styles se encontraba delante de mí mirándome de forma burlona. Mis piernas y manos temblaron ante su cercanía, se encontraba demasiado cerca y ya podía sentir como la gente curiosa nos miraba.

Mi vista miro en todas las direcciones pidiendo silenciosamente ayuda, pero nadie parecía percatarse del terror que estaba sintiendo en estos momentos. Mi vista viajo con velocidad cuando sentí el agarre de su mano en mi brazo, moví mi brazo como si su contacto quemara en mi piel y realmente así lo sentía yo, Harry con su simple tacto abrazaba mi piel, pero no de la forma en la que gente normalmente usaba ese término.

— ¡Suéltame! — grite sintiendo como mi garganta se desgarraba con ese grito.

Todo en el pasillo se sumió en silencio, con brusquedad me deshice de su agarre y salí corriendo dirección a mi siguiente clase, estaba segura que él quería llevarme a un lugar donde nadie nos viera, pero no iba a permitir eso, no más.

(...)

Las últimas clases verdaderamente se me hicieron una completa eternidad, sentía que las horas pasaban a un ritmo demasiado lento, yo solo deseaba salir e irme a casa a encerrarme en mi habitación, era lo que más deseaba.

Salí de mis pensamientos cuando el timbre que anunciaba el fin de las clases por hoy, sonaba tan estruendoso como siempre, me levanté a toda prisa y comencé a guardar las cosas lo más rápido que podía, realmente había tenido un mal presentimiento todo el día y solo anhelaba llegar a mi casa, tan solo para sentirme un poco protegida.

Coloque mi mochila en mi hombro y camine a pasos rápidos hacía mi casillero, hoy dejaría los libros de materias de las que no tenía deberes y me llevaría los de que si me servirían para hoy. Camine con la cabeza gacha entre el cumulo de estudiantes que iba corriendo de un lado a otro, todos parecían huir de algo, pero diablos, solo era la hora de salida no creía que eso fuera tan grabé para comportarse de esa forma.

Cuando salí por la puerta mi vista de forma inmediata se centró en los cinco vehículos de color negro que había delante de la entrada, de repente un miedo inexplicable se me instalo en mi pecho, vi con claridad como de uno de esos coches bajaba Harry lo que causo que mi respiración se hiciese mucho más pesada. Todo lo que hacía él no podía girar entorno mío, pero de igual manera sentía que algo no iba como debería.

Mis piernas se movieron por si solas y me coloque detrás de un grupo de chicos intentando de esa manera pasar lo más desapercibida posible. Cuando vi que me alejaba lo suficiente de ellos deje salir un suspiro de alivio, el cual se vio interrumpido violentamente cuando alguien coloco sus manos en mi cintura. Esa persona estaba respirando muy cerca de mi oído y sentía que en cualquier momento moriría de un ataque de nervios, sabía que era él, nadie más podría tratarme de esa forma.

Con desesperación rasguñe sus manos y me felicite mentalmente cuando me soltó, sin importarme nada, salí corriendo como alma que lleva el diablo no pensaba quedarme ni un segundo más ahí, ni mucho menos con él. A medida que mis pasos se iban ralentizando comencé a oír unos pasos rápidos detrás de mí, giré levemente la cabeza dándome cuenta que Harry venía tras de mí. Un grito se me escapo y volví a emprender mi huida, no quería estar con él, jamás.

Mis pulmones a causa de mi carrera estaban sufriendo la falta de oxígeno, mi respiración en esos momentos era tan dificultosa que no me creía capaz de poder aguantar mucho más esta huida. Mi vista se posó en un pequeño portal y lo más rápido que me permitieron mis piernas corrí hacía ahí.

Me arrodillé en el momento exacto en que Harry pasaba corriendo y sintiendo todas mis extremidades adoloridas me di el pequeño tiempo de sentirme a salvo.

¿Qué demonios había sido todo eso? No lo sabía con exactitud, pero no me iba a quedar a averiguarlo. Él iba a hacerme daño y no estaba dispuesta a eso.

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¡BUENAS! CAPÍTULO COMPLETAMENTE ACTUALIZADO, LA HISTORIA SEGUIRÁ AVANZANDO Y SE IRÁ PONIENDO MEJOR, LO PROMETO.

– Scarlett.