5
Abrí los ojos poco a poco, deje salir un gemido lastimero cuando un dolor púnzate atravesó la parte trasera de mi cabeza, con cuidado me pase la mano por la zona afectada y cerré los ojos ante el tacto; dolía mucho. Con cuidado me levante del suelo y me dedique a mirar con atención el lugar en el que me encontraba, parecía ser una especie de gimnasio. Más confundida que nunca, visualice la puerta de salida y camine hacía esta. Cuando salí de la puerta pude reconocer que se trataba del gimnasio del instituto, ¿Qué se suponía que hacía yo aquí? Por lo que podía ver, ya había anochecido, mi tía tendría que estar muy preocupada.
(...)
Caminé por las calles que se encontraban casi vacías, mis pies se movían de forma rápida, los nervios estaban carcomiéndome por dentro, no recordaba cómo había llegado ahí. El sonido de unos pasos detrás de mí hizo que el miedo se disparara por todo mi sistema, ¿alguien me estaba siguiendo? No podía ser verdad. Nadie me conocía, no había hablado con nadie, era nueva en la ciudad, bueno no del todo, pero eso no era motivo para que alguien me siguiera. Giré mi cuerpo con la poca valentía que aún conservaba y al hacerlo no vi a nadie detrás de mí, fruncí el ceño ante eso, ¿era todo imaginaciones mías?
No podía ser posible, estaba más que segura de lo que había oído. Gire nuevamente y retome mi caminata, solo di dos pasos cuando otra vez las pisadas detrás de mí se volvieron a oír, esto no era para nada imaginaciones mías, acelere un poco mis pasos y las pisadas igual, esta vez no iba a parar, llegaría a mi casa, tenía que hacerlo.
Los pasos detrás de mí no cesaban y eso me hacía temer por mi vida, esto no me podía estar pasando. Rogué mentalmente cuando me metí por un callejón, rogué que quien fuera que me estuviera siguiendo no me viera o estaría acabada, ya que se trataba de un callejón sin salida. Un pequeño suspiro de alivio salió de mis labios cuando la persona paso de largo, la gente que había pasado en esos momentos me había servido de distracción. Iba a salir de mi pequeño escondite, pero me detuve en seco cuando alguien se paró delante mí.
— ¿Pensabas que te me ibas a escapar? — pregunto. Y no pude reconocer su voz.
La duda me invadió por completo y de la misma manera el temor.
Di unos pasos hacia atrás asustada, mi espalda chocó con la pared del callejón y tragué duro.
Unas manos se posaron en mis hombros y me obligue a mirar a esa persona a los ojos, mi asombro paso a duda y confusión en cuestión de segundos. A pesar de la oscuridad de la calle, sus ojos resaltaban sobre todas las cosas, un azul intenso, los más azules que alguna vez allá podido ver en mi vida.
El chico en cuestión me miro por unos segundos y la expresión que mostró fue de total asombro.
– Mierda, discúlpame, no era mi intención asustarte de esta manera, me confundí de persona, juré que eras alguien a quien conocía. – Dijo de forma rápida. Se pasó las manos por el cabello de forma nerviosa y me miro nuevamente. – Lo siento de verdad, no me lo tomes en cuenta, no suelo ser así.
– Dios sentí que me ibas a hacer algo. – solté. Quería relajar un poco esta incómoda situación, no lo conocía de nada, pero quitando el enorme susto que me había dado hacía unos minutos atrás, ahora mismo el miedo se había ido poco a poco de mí.
Él soltó una pequeña risa y me fui sintiendo más relajada debido a eso.
– ¿Cuál es tu nombre? – preguntó en un tono suave. Lo miré dubitativa ¿sería correcto darle mi nombre a un desconocido?
"Dáselo Emily, no perderás nada. "La voz de mi cabeza no se hizo esperar.
– Emily, me llamo Emily Smith. – dije con una media sonrisa.
– Yo soy Dylan, Dylan Horan. – me dijo con una bonita sonrisa. – Salgamos de aquí Emily, no es un buen lugar para entablar una conversación decente.
Asentí levemente y comencé a caminar un poco detrás de él, aún no lo conocía del todo, pero quitando el susto, no me causaba desconfianza, transmitía una buena energía. Caminamos unos cuantos minutos en silencio, pero uno el cual no me resultaba incómodo, nuestros pasos eran los únicos que se escuchaban por la calle a estas horas de la noche.
– ¿Hace cuánto tiempo llevas en la ciudad Emily? – Hablo rompiendo el silencio de la noche, lo observé de reojo y pude mirarlo mejor.
Era un chico bastante alto, su pelo castaño se veía desordenado y lo hacía lucir salvaje.
– Hace unas dos semanas que llegue, estuve fuera por unos años estudiando y recién regrese. – respondí a su pregunta. –¿Y tú? No te he visto en el instituto. –pregunte.
Pude ver a la perfección como se tensaba completamente a mi lado, ¿había preguntado algo que no debía? Pasaron unos largos segundos hasta que lo vi girarse hacia mí.
– Llevó toda mi vida aquí Emily. –dijo al fin. – Y si no me has visto por el instituto es porque hace un año que lo dejé, tuve un gran problema con un alumno de ese lugar y el que salió expulsado de ahí, fui yo. – dijo con una amarga sonrisa en su rostro. – Eso pasa cuando ciertas personas se mueven con un tipo de gente y son intocables. – soltó y miro hacia el cielo oscuro.
Trague duro. Enseguida a mi mente se vino el nombre de Harry, por una extraña razón le veía todo el sentido.
– ¿Podría saber el nombre de esa persona? –pregunte. Mi duda me estaba carcomiendo por dentro y una pequeña parte deseaba que me dijera cualquier nombre menos el de él.
Lo vi dudar por unos segundos.
– Harry, Harry Styles, mejor conocido como cobra Styles. –dijo y algo en mi interior se quebró más, si era eso posible. – Es mejor que no te juntes con ese tipo de gente Emily, es un buen consejo, no quieras envolverte en su oscuro mundo, anda en cosas muy turbias y rodeado de gente que te aseguro no te gustaría tener a tu alrededor. – finalizó y en su voz se podía notar el rencor y odio con el que hablaba, refiriéndose a Harry.
Me quedé en silencio sin saber cómo responder a eso, Dylan detestaba a Harry y yo no podía decirle que, en algún momento de mi vida, fue alguien en el que confiaba sumamente. Era algo que no podía decirle.
– He oído varias cosas de él desde que llegué a la ciudad, pero pensé que todo se trataban de rumores. – Dije intentando sonar lo más desinteresada.
Dylan soltó una carcajada irónica y retomo su caminar, yo lo seguí en silencio, no quería parecer una metida preguntando más por sus cosas, pero la curiosidad me estaba carcomiendo por dentro.
– Me hizo pasar un infierno en el instituto desde el minuto uno que nos conocimos. Jamás quise tener problemas con nadie. Pero Harry destruyó todo eso con sus acciones. – comenzó a hablar en murmullos, más para él que para mí.
De pronto los pasos de Dylan se detuvieron abruptamente haciéndome chocar con su enorme espalda. Salí de detrás de él para ver el motivo por el cual se había detenido de esta forma. Mis ojos se abrieron de asombro cuando vi a Harry delante de nosotros.
Los puños de Harry se encontraban pegados a sus costados y su mandíbula podía verse muy tensa, sus ojos sólo miraban a Dylan y parecía no haberse dado cuenta de mi presencia. Hasta que poso sus ojos en mí y su mirada se volvió más fría y tenebrosa.
Me escondí detrás de Dylan y fue lo peor que se me pudo haber ocurrido.
– Ya veo que lo que te dije la noche anterior te entró por un oído y te salió por el otro. Te dije que no quería que te involucraras en mis asuntos. – la voz de Harry salió entre dientes, pero de una forma que me congelo la sangre.
¿Acaso eso me lo estaba diciendo a mí?
"Si Emily, te lo está diciendo a ti, el animal ese. "
La voz de mi cabeza se hizo nuevamente presente y sabía que tenía toda la razón.
Apreté la camisa de Dylan intentando cubrirme mucho más con su cuerpo, no quería y no tenía la necesidad de enfrentar a Harry.
– ¿Se puede saber a quién demonios estás hablando de esa manera imbécil? – la voz de Dylan no se hizo esperar.
– Apártate de mí vista Dylan, contigo no estoy hablando. –soltó Harry.
Vi como el cuerpo de Dylan que hacía unos escasos segundos me estaba protegiendo, era apartado de mi vista con brusquedad. Fui alzada con brusquedad y nuevamente me encontraba sobre los hombros de Harry, acción que no duro mucho.
Mi cuerpo cayó contra frío asfalto y solté un quejido lastimero.
Me tomó unos segundos ver la horrible imagen delante de mí, Dylan estaba siendo golpeado de forma brutal por Harry, sus puños iban una, otra y otra vez sobre el rostro de Dylan. Me levanté lo más rápido que pude y me a balance sobre Harry, intentando detenerlo, iba a matarlo si no lo paraba. El rostro de Dylan estaba casi irreconocible debido a los múltiples golpes que estaba recibiendo.
– ¡Basta Harry, vas a matarlo! – grite llena de pánico, mis manos estaban sobre su espalda en un intento de detenerlo. En un movimiento rápido y desesperado tape sus ojos y el cuerpo entero de Harry se tensó mucho más si eso era posible.
Harry se levantó, conmigo encima de él y de un movimiento rápido me puso de nuevo sobre sus hombros. A duras penas pude ver a Dylan tirado en el frío suelo, ahogué un sollozo de la impotencia que sentía en estos momentos.
Él hubiese acabado con Dylan si no se detenía y sabía que Harry no tenía la intención de parar.
– ¡Lo siento tanto Dylan! – grite y espero me haya podido oír.
Harry me metió a la fuerza dentro de lo que parecía ser su coche, patalee, grite, lo aruñe, pero él en ningún momento se detuvo.
Su mano con una rapidez inhumana voló hacia mi mejilla, el golpe me dejó atontada por varios segundos. El sabor de la sangre se hizo presente dentro de mi boca.
Ahogue otro grito, cuando nuevamente estampó su mano en mi mejilla, el ardor que estaba sintiendo era insoportable. Esta vez fue mucho más fuerte que el primer golpe. Harry se había atrevido a golpearme.
Él pareció reaccionar a lo que había hecho y sin apartar la vista de mí, abrió la puerta del coche y me sacó a empujones.
Caí en el suelo y a duras penas pude ver como el coche de Harry arrancaba con velocidad perdiéndose por la oscura calle.
Me levante con dificultad y toque donde él me había golpeado.
Estaba en una especie de trance, ¿había sido capaz de golpearme? Si.
Con pasos tambaleantes camine en dirección donde se encontraba aún Dylan tirado.
Saqué el móvil de mi bolsillo y llamé a una ambulancia.
Tardaron unos diez minutos al llegar a donde nos encontrábamos.
Me subí en el coche acompañando a Dylan al hospital, uno de los técnicos sanitarios quiso interrogarme, pero me veía incapaz de decir palabra alguna.
Seguí en silencio todo el camino intentando asimilar todo lo que había ocurrido esta noche.
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CAPÍTULO TOTALMENTE ACTUALIZADO, HA SIDO CAMBIADO TOTALMENTE.
ASI QUE ESPERO QUE LES GUSTE.
–SCARLETT.
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