14
EMILY'S POVS
Me bajo del coche de Dylan nada más él estaciona el coche frente a su casa, los nervios siguen corriendo por mi sistema de forma rápida aún estoy nerviosa hasta la médula.
En todo el camino Dylan y yo no hemos cruzado más de tres palabras y en verdad agradecía ese silencio que no fue nada incómodo, por el contrario, me fue tranquilizando en todo el viaje y de verdad que lo necesitaba. Recordar el mensaje que había recibido de Harry me había dejado mal, muy mal, sabía que él iba a ser capaz de todo sin tener ningún derecho conmigo, había perdido la cabeza y no necesitaba pruebas para confirmarlo.
— Hemos llegado pequeña, hogar dulce hogar. — la voz de Dylan me saca de mis oscuros pensamientos, lo miro varios segundos sin reaccionar del todo. — ¿Te encuentras bien? — pregunta y con delicadeza me toca la frente con su mano.
— Si, si, perdón, he perdido la noción del tiempo, me he quedado embobaba. — digo en voz baja, Dylan solo me mira en silencio sin decir palabra alguna.
— Vamos entonces, la última vez no te la demostré como debería, hoy es el día. — dice con una pequeña sonrisa, que me trasmite una paz inexplicable.
Dylan me abre la puerta del coche, me agarra la mano con delicadeza y nos guía hasta la puerta de entrada.
Una vez dentro él me abraza de forma inesperada tomándome desprevenida, me quedo paralizada varios segundos sin saber cómo reaccionar, cuando consigo reaccionar, lo abrazo con todas mis fuerzas, definitivamente no lo merecía.
Estamos varios segundos así en esa posición me siento demasiado segura a su alrededor, sé que estando con Dylan no me pasará nada.
— Vamos Emily, relájate, aquí no te pasará, cuando te sientas preparada quiero que me cuentes que te ha pasado, que te ha llevado a irte de tu casa, por favor... — dice con suavidad acabando en un susurro.
Me lo quedo viendo varios segundos en silencio pensando si era conveniente contarle todo lo que me había pasado con Harry ¿Él seguiría viendo de la misma forma después de saber que Harry abusó de mí? Me estremezco ante ese recuerdo y el pensamiento, tal vez podría contarle todo lo demás, omitiendo eso, no era algo de lo que yo aún pudiese hablar con tranquilidad.
Le dedicó una sonrisa ante de coger su mano con suavidad.
— Te contaré todo desde el principio, por favor tenme un poco de paciencia, no es un tema del que me guste hablar...— susurre en un hilo de voz.
— Te apoyaré en todo pequeña, no te preocupes. — dice.
Caminamos hasta el sofá, me siento con calma y me preparo mentalmente para recordar desde el primer día que comenzó todo esto a torcerse de esta forma.
Aclaró mi garganta y comienzo a contarle todo.
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Media hora después Dylan se encuentra en absoluto silencio, su cuerpo se encuentra tenso al igual que su mandíbula, sus puños se encuentran cerrados tan fuertes que están blancos por la presión que está ejerciendo en estas.
No soy capaz de aguantarle la mirada, no quiero que me vea con lástima, es lo que menos que quiero de su parte.
Al final sin darme cuenta, le acabé contando todo lo que me había hecho, hasta del día que abusó de mí, me costó muchísimo hablar, mis lágrimas habían estado presentes en todo momento de mi relato, no podía evitar sentirme así de horrible.
Salgo de mis pensamientos cuando veo como Dylan se levanta de golpe del sofá y comienza a dar vueltas por todos lados.
— Es un hijo de puta, maldito infeliz, voy a matarlo Emily ¿me oíste? Voy a matar a ese hijo de puta. — dice con voz furibunda.
Dylan tira un jarrón que tenía en una mesita, haciéndome sobresaltar, hasta ahora nunca lo había visto de esta manera, tan furioso.
— Dylan... por favor cálmate... — susurró.
— ¿Qué me calme? ¿Eres consciente de cómo ese hijo de puta te ha arruinado la vida? No puedes pedirme que no haga nada Emily, voy a acabar con él. — sentencia con voz firme, me estremezco ante sus palabras.
Hasta hoy jamás lo había visto de esta forma, luce totalmente aterrador, era una faceta que nunca creí ver en él, siempre era tan dulce, tan amable, encantador, ¿De dónde había salido este lado de Dylan? Aunque no podía pretender conocerlo del todo.
Nos conocíamos de hacía relativamente poco, pero me había apoyado tanto, su presencia en mi vida me había ayudado a salir un poco de mi normalidad y en verdad era algo que siempre le agradecería y sobretodo la manera en la que me trataba, me llenada de una paz inexplicable.
Lo observo dar vueltas de un lado para el otro, tocándose el cabello varias veces, nervioso, sabía que estaba intentando calmarse, pero no lo conseguía, me mira y se acerca a pasos rápidos hasta donde me encuentro.
— Emily por favor ¿Me contarás todo lo que te pase de ahora en adelante? Quiero ayudarte, no dejaré que vuelva a hacerte daño. — dice agarrando mi rostro con suavidad, me estremezco ante su toque, cierro los ojos y dejo que la sensación de paz que me trasmite me inunde.
— Si Dylan, te contaré todo, pero por favor, prométeme que no harás nada, Harry es peligroso y no quiero que te pase nada por mi culpa, jamás me lo perdonaría. — digo en un hilo de voz, no quería que le pasara nada. Veo la duda en sus ojos por varios segundos, no es capaz de responderme. — Dylan, prométemelo... — susurro.
— Está bien Emily, pero si ese hijo de puta de alguna forma se acerca nuevamente a ti, con malas intenciones, acabaré con él, me da igual acabar en la cárcel, no permitiré que te vuelva a lastimar.
No digo nada, en su lugar me acerco a él y lo estrecho entre mis brazos, con fuerza.
— No sabes lo agradecía que estoy de haberte conocido esa noche. — digo contra su pecho.
Por unos segundos siento que el cuerpo de Dylan se tensa, cuando comienza a relajarse me aprieta mucho más contra su cuerpo.
— Voy a cuidar de ti pequeña.
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Pasamos lo que queda de tarde en su casa, Dylan se ha dedicado a enseñarme su casa completamente, lo grande que es me ha dejado más que sorprendida, nunca me imaginé que fuese así, era el doble de grande que la mía.
— ¿Quieres cenar ya? — me pregunta y su voz me saca de mis pensamientos, estoy a punto de responderle, pero él continúa. — Puedo prepararte lo que desees. — continúa.
Lo miro con los ojos muy abiertos.
— ¿Sabes cocinar? — suelto, y me arrepiento de la forma en la que lo he dicho, sueno más sorprendida de lo que imagine.
— ¡Claro! ¿Por qué clase de hombre me has tomado? — pregunta, intentado sonar ofendido, pero la risita que se le escapa lo delata.
— No me espere eso la verdad. Siempre logras sorprenderme Dylan. — digo mirándolo con una sonrisa.
Dylan camina dirección a la cocina y me hace señales para que lo acompañe, suelto una risilla y voy tras él.
Lo veo sacar varias cosas de las estanterías y buscar en la nevera, pasas varios minutos, hasta que él tiene todo lo que necesita listo encima de la encimera.
— No vas a probar comida más deliciosa, que la que te voy a hacer hoy. — dice mirándome con una sonrisa.
— Sorpréndeme.
Entre risas y demás, ya nos encontramos en el salón cenando tranquilamente mientras hablamos de cosas varias, me siento demasiado cómoda estando a su lado. La cena le ha quedado sumamente deliciosa, así como él había dicho, jamás pensé que fuese tan buen cocinero.
El sonido de su teléfono nos saca de la conversación en la que estamos, Dylan mira por unos segundos su móvil sin ningún tipo de expresión en su rostro, cuando de pronto me mira y veo como su mandíbula se tensa completamente.
— ¿Ha ocurrido algo? — preguntó con cautela, él solo me mira sin emitir sonido.
Se levanta de golpe y camina con rapidez hacia la salida, yo me apresuro a seguirlo, ¿Qué es lo que lo había puesto así?
— ¡Dylan! ¡Dylan! ¡¿Qué ha pasado? Dime algo por favor... — le grito acabando en un susurro.
Dylan se pasa las manos por el cabello repetidas veces, pero sigue sin decirme nada, algo que me está preocupando demasiado.
— Voy en cinco minutos, que nadie diga nada, esto lo soluciono en cuanto llegue. — dice con una expresión que me hace asustar, lucía aterrador.
— ¿Dylan? — digo su nombre en una pregunta, pero no recibo respuesta.
Dylan agarra la chaqueta que tiene en la entrada, se gira bruscamente, haciéndome sobresaltar.
— Emily, ha surgido algo importante, perdón por dejarte sola pequeña, pero tengo que ir a solucionar esto inmediatamente. No le abras la puerta a nadie, por favor. — dice mirándome seriamente.
No soy capaz de decir nada, solo asiento en silencio en su dirección.
— Vuelvo en unas horas, estás como en tu casa, puedes disponer de todo lo que quieras. — dice antes de salir por la puerta.
Me quedo en silencio viendo la puerta, ¿Qué era lo que lo había alternado de esa forma?
Camino nuevamente hacia la sala y me pongo a pensar en que podría hacer, no imaginé que me fuese a dejar sola y aún no me siento cómoda para andar por los lugares.
Me tumbo en el sofá, lo único que podía hacer ahora era esperar a que Dylan regresase.
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Me despierto sobresaltada, no soy consciente del momento en el que me había quedado dormida en el sofá, me acomodo y con rapidez agarro mi móvil para poder ver la hora, doce de la noche. Lo primero que se me pasa por la mente es Dylan, ¿aún no había vuelto?
Estoy apunto de levantarme cuando el sonido de unos pasos en el piso de arriba me pone en alerta.
— ¡¿Dylan?! ¿A qué hora llegaste? ¿Por qué no me despertaste? — grito.
Silencio absoluto.
Un escalofrío me recorre el cuerpo en cuestión de segundos sin que pueda evitarlo, quiero volver a preguntar algo, pero no me atrevo.
En silencio comienzo a levantarme del sofá, busco con desesperación el móvil que hacía unos segundos atrás tenía, cuando ya lo tengo conmigo, me muevo con sigilo hasta donde se encontraba la puerta de salida. Estoy apunto de conseguir llegar a la entrada cuando el sonido de una llamada entrante en mi móvil me descoloca por completo.
Con el miedo recorriéndome el sistema miro la pantalla, número desconocido. Trago duro.
No sé qué hacer en estos momentos, estoy sumamente nerviosa, el móvil después de unos segundos deja de sonar y en cierta manera eso me alivia, hasta que escucho otra vez los pasos, esta vez mucho más cerca de donde me encontraba, saber que nadie me había respondido cuando pregunte me pone de los nervios, sabía que no podía ser Dylan.
Camino lo más rápido que puedo hasta la puerta de salida y cuando estoy a punto de llegar, una mano pesada es puesta en mi hombro, soy girada con brusquedad y abrazada con fuerza contra el pecho de esa persona, mi cuerpo se tensa por completo, me quedo de piedra sin poder mover un solo músculo.
— Por fin te encontré pequeña, te dije que no te ibas a librar tan fácil de mí...— escuchó.
Soy incapaz de reaccionar, yo reconocía esa voz a la perfección y más de lo que tal vez debería.
— ¿C-cómo...? — soy incapaz de acabar la frase.
— ¿Qué cómo te he encontrado? ¿Eso quieres saber? — pregunta y en su tono de voz se puede notar la burla.
Quiero moverme, quiero gritar, quiero llorar, pero soy incapaz de hacer algo ante esta situación tan inesperada, realmente creí que él no podría encontrarme aquí, ¿Cómo había sido capaz de hallarme?
Sus manos recorren mi cuerpo de una forma totalmente tortuosa para mí, se detiene en mis caderas y sin decir nada me alza, haciendo que enrolle mis piernas por inercia en su cintura.
— Me estaba volviendo loco Emily, cómo pudiste pensar en venirte a vivir con él ¿Por qué me hiciste eso? —. Dice acabado en un susurro que me hizo temblar de pies a cabeza.
Siento como él va moviéndose por el pasillo hasta que veo nuevamente la sala en la que hacía minutos antes había estado, me suelta poco a poco, pero sigo sin poder reaccionar como debería, estoy aterrada hasta la médula, sé a conciencia que nada bueno podría pasarme con él aquí. La tranquilidad me había durado tan poco, no había podido disfrutarla como yo quise, dejar todo atrás, parecía que cuanto más buscaba una salida, volvía al punto cero.
— ¿Cómo me has encontrado? — preguntó al final cuando consigo armarme del poco valor que aún me quedaba.
Harry se ríe y desde donde estoy sentada puedo ver cómo todo su cuerpo se tensa, se gira y me mira a los ojos de una forma intensa.
— Te lo dije Emily, no podías escapar de mí tan fácilmente, no sé qué te hizo creer que te ibas a librar de mí. — dice y en ningún segundo su mirada se aparta de la mía, por el contrario, yo no soy capaz de seguir mirándolo.
Me aclaró la garganta y me pasó las manos repetidas veces por mis piernas en un intento de relajarme, aunque fuese un poco en esta situación, cierro los ojos por unos segundos, debo mostrarme segura, dejar de temerle tanto o él se aprovecharía de eso.
— ¿Por qué sigues haciéndome esto Harry? — pregunto.
— ¿Haciéndote qué pequeña perra? — su tono de voz ha cambiado radicalmente, se acerca poco a poco hasta donde estoy.
— ¡Aléjate! — grito sonando desesperada.
Harry por el contrario ríe y se posiciona delante de mí, sus manos vuelan hacia mi cara y me obliga a mirarlo directo a los ojos.
— Mírame estúpida porque no te lo volveré a repetir, tú eres mía hoy, mañana y siempre, aquel que atreva a poner los ojos encima de ti, yo me encargaré de acabar con cada uno de ellos. — dice con una frialdad que hiela mi sangre. — Ahora tenemos que irnos, no tenemos mucho tiempo, Dylan pronto se dará cuenta que le tendí una trampa y vendrá corriendo hacia aquí, así que muévete y no intentes nada estúpido o lo pagarás muy caro.
Me levanta de forma brusca y me coloca a su lado, intento por todos los medios mantenerme firme, pero el consigue de todas formas arrastrarme con él.
— Suéltame Harry, no quiero ir a ningún sitio contigo, suéltame o comenzaré a gritar. — amenazó, prefiero mil veces morir a que él vuelva a hacerme daño, no creía soportarlo más.
Lo oigo respirar agitadamente, su mano con rapidez viaja hasta mi cabello y me lo estira de forma violenta, suelto un grito debido al dolor ocasionado.
— No te estaba pidiendo permiso Emily vas a venir conmigo por las buenas o por las malas. — dice, para acto seguido alzarme sobre uno de sus hombros.
Estoy a punto de ponerme a gritar como una loca cuando un estruendo nos hace sobresaltar a los dos por igual.
— Se ha dado cuenta el hijo de puta, aquí va a correr sangre hoy. — dice y acto seguido me lanza con fuerza contra el sofá.
Suelto un jadeo ahogado debido a sus palabras ¿Se refería a Dylan? ¿Había llegado?
Escucho como la puerta de casa es forzada y pocos segundos después los pasos apresurados de varias personas resuenan en todo el lugar, quiero mover, pero Harry es mucho más rápido, siento algo frío apuntarme directo en la cien.
— No deis un paso más, retroceder hijos de puta. — suelta entre dientes.
Veo a Dylan con un arma en las manos apuntando en la dirección donde estaba Harry, sus ojos se posan en los míos por unos segundos.
— No te atreverás a hacerle nada hijo de puta, por algo has venido por tu propia cuenta a llevártela de aquí, — habla.
Los brazos de Harry se tensan a mi alrededor y me impiden realizar algún tipo de huida posible, comienzo a moverme de forma desesperada en un baño intento de que me suelte, que no consigo.
— Dylan, dile a tus amiguitos que bajen las armas o alguien saldrá herido. — la voz de Harry suena de todo menos tranquila, se encuentra en alerta todo el tiempo.
Dylan hace un leve movimiento de cabeza a los hombres con los que se encuentra y estos enseguida bajan sus armas, lo miro entre sorprendida y asustada ¿Qué estaba pasando?
— Suéltala Harry, el problema no es con ella, sino conmigo... — dice en un tono amenazante.
— Mi problema es con ella, tú eres el único que está sobrando en esta situación, tú decidiste meterte en todo esto cuando no tenías nada que ver con ella. — suelta entre dientes.
— Hasta donde yo sé te has dedicado a hacerle la vida imposible a Emily y ahora actúas como un completo psicópata, allanando propiedad ajena como un vil ladrón. — escupe con odio Dylan.
Lo que pasa a continuación sucede tan rápido que no soy capaz de procesar todo.
El sonido ensordecedor de un disparo me deja aturdida y desorientada por varios segundos, recibo un empujón que me hace caer de bruces contra el suelo, como puedo me desplazó a gatas por el suelo y logró colocarme detrás del sofá, cubriéndome.
Los disparos no cesan por varios segundos, minutos, tal vez horas, no soy consciente del tiempo que transcurre en este altercado.
De pronto todo queda en un silencio aterrador, no tengo idea de lo que está pasando y temo hacer algún movimiento que me pusiera más en peligro si acaso era posible. Se oyen varios pasos apresurados acercándose hasta donde me encuentro, mi primera reacción es moverme de ahí, pero creo que soy más lenta de lo que creí que sería, un pie me pisa con violencia en la espalda, mi rostro choca con violencia contra el duro suelo, el sabor metálico de mi sangre me inunda la boca por completo.
El tirón de pelo que recibo hace que me ponga de pie de forma rápida y dolorosa, suelto un grito de dolor y comienzo a moverme de forma desesperada.
— Te dije que no te ibas a librar de mí pequeña perra, mira como han acabado esos hijos de puta, no tenían ni idea que venía más que preparado. — dice Harry en mi oído de una forma escalofriante.
A empujones me lleva a contemplar la horrible escena, varios cuerpos llenos de sangre yacen a solo unos pasos de donde estamos, al lado de estos cuatro hombres armados miran todo con una sonrisa de oreja a oreja, busco con la mirada el cuerpo de Dylan, pero no logro verlo por ningún lugar ¿Cómo había acabado todo así?
Estoy a punto de decir algo cuando Harry me coloca un pañuelo en el rostro, de la sorpresa inhaló con fuerza, no pasan ni varios segundos cuando siento que todo comienza a darme vueltas.
— Ahora sí que no habrá nadie que nos pueda separar.
Es lo único que dice y de lo que soy consciente antes de perder el conocimiento por completo.
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¡BUENAS BUENAS! PRIMERO COMO SIEMPRE ME QUIERO DISCULPAR POR TODO EL TIEMPO QUE TARDE EN SUBIR NUEVO CAPÍTULO, NUEVAMENTE TUVE UN MINI BLOQUEO DE "ESCRITOR" Y NO SABÍA POR DÓNDE SEGUIR.
DESPUÉS OCURRIÓ LO DE MI CUENTA, QUE NO PODÍA ENTRAR Y NO PUDE HACERLO HASTA HACE POCO.
EN ESE TIEMPO ME HE DEDICADO A ESCRIBIR A MI RITMO.
SIENTO LA DEMORA Y AGRADEZCO HABER PODIDO RECUPERAR MI ACCESO A LA CUENTA.
MUCHAS GRACIAS POR SU PACIENCIA.
— SCARLETT.
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