━ Capítulo 15.
—Eres mí dulce bebé, Johnny. Cuando te ví, supe que serías mí mundo entero. Estaba asustada, pero verte siendo tan fuerte era una alivio para mí.
Pero habían estado solos contra el mundo y muchas veces vio el rostro de su madre en una mueca de preocupación, a veces ella no comía y trataba de acomodar sus tiempos lo mejor posible para estar con él cuando volvía de la escuela. Amó esos tiempos, porque nadie le reclamaba nada, sin embargo en ellos también su madre la había pasado mal.
Era curioso como después de mucho, volvía a recordar en rostro cansada de su mamá en aquel pequeño apartamento. No había pensado en eso después de que las conversaciones se desvanecieron y solo llegaba a casa a dormir o a comer. A veces ni siquiera ninguna.
Pero ahora lo estaba recordando por el precio de la deuda. Sentía culpa y esa culpa se calmó cuando LaRusso le dijo que no había problema, que no era él. Y pudo reírse de eso, solo que se sintió muy aliviado. Y ahora, pensando que el chico estaba con un embarazo, no podía si no pensar en lo duro que sería para él. Es decir, era un luchador, no se dejaba pisotear por nadie incluso en esas circunstancias, Johnny tenía tantos debates sobre este nuevo descubrimiento. Pero solo con un bebé al que cuidar, además de joven, era difícil.
Johnny quería evitarle ese sentir a Daniel y al hijo que quizás tendría. Sonrió, ignorando el griterío de la clase. Realmente quería hacer algo para redimir sus acciones, las que ahora tenían un doble peso encima. Su madre le dijo que jamás intentará intimidar a una mujer o a un homme, y aunque bien sabía que tanto Ali como Daniel sabían defenderse, no podía dejar ir la sensación de pensar que fue alguien para nada rudo.
—¿Señor Lawrence? —interrogó una voz a su costado. Johnny miró hacía arriba, notando que el profesor estaba ahí.
Tosió un poco, volviendo su vista a la pizarra para dar algunos apuntes. Lo tenía más que decidido, Daniel estaría en su mira -y de alguna forma terminaría incluyendo a Tommy y Dutch en esto-, para poder saber que el tipo estaba bien. Se pregunto si podría arrastrar al sujeto que embarazo a LaRusso al frente del chico, por lo que sabía de Bárbara Daniel no hablaba de eso. Como su propia experiencia lo había ayudado, sabía que eso significa que el tipo era un maldito imbécil que se hacía el tonto o un idiota que estaba huyendo.
Al siguiente receso se encontró caminando hacia la mesa donde estaba LaRusso sentado junto a las chicas, miradas incómodas miraron con precaución aquella acción, los chicos le seguían de cerca, Bobby con una mayor confianza mientras tomaba un asiento junto a Daniel.
—Aquí está tu desayuno. Esta vez mamá le puse algo especial. Ni siquiera te conoce y te ama más que yo. —completó fingiendo indignación. Daniel sonrió.
De pronto las sillas a sus costados fueron arrastradas y la mesa tuvo nuevos invitados. Los ojos de Ali se posaron con asombro en los otros tres ex cobras. Se había acostumbrado a la presencia de Bobby, le era agradable y a la de Jimmy, junto a su silencio que ocasionaba tener un buen oyente, pero la idea de tener tanto a Johnny como a los otros dos, era totalmente alocada. Ni siquiera lo había pensando, mucho menos cuando Susan ya no mantenía conexiones con el otro chico. Y sin embargo, ahí estaban. Casi como si no fuera de gran importancia, estaban comiendo de su desayuno de manera normal, Johnny se estaba riendo de algo que Dutch dijo, mientras le mostraba el sándwich de pollo que había elegido.
No es que fuera malo, era algo nuevo, algo nuevo muy aterrador.
Tommy que estaba sentando al lado de Bárbara, al frente de la resto de los chicos, de pronto estiró su brazo, en dirección de Daniel quien estaba sentado un poco a la derecha. El chico estaba tratando de estirar, de manera natural como si no importará un pedazo de muffin de chocolate con algo de coco rayado.
—Ten toma. —dijo, alzando un poco más la mano hacia Daniel. Sin mirarlo, demasiado ocupado tomando un sorbo de su café. —Sé que la señora Brown cocina increíble, pero esto también puede ayudar.
El silencio en la mesa fue como un detonador de conflicto en Daniel. Se quedó mirando la mano tendida en medio la mesa de aquel chico que muchas veces se rió y alentó su propia tragedia. Sostuvo con cuidado el muffin para luego mirar a Tommy que alejaba su mano lentamente. A su costado, de manera sorprendente, Bobby estaba tan sorprendido como él mismo. Y lo supo, supo que algo estaba pasando con aquel cambio repentino. Pensó que quizás Bobby los había orillado a ser mejores que antes, iniciando quizás por él.
—Gracias Tommy. Me alegro de que tu brazo esté mejor. —señaló sonriendo. El brillo del otro chico, fue una sonrisa burlona.
De cualquier forma esto era sin duda, mejor que ser perseguido para recibir una paliza. Olvidó preguntar el repentino interés que todos estaban manteniendo hacia. Caminando al lado de Ali, mientras ella reía de algo que había comentado Bobby. Definitivamente, aquel ambiente relajado era mucho mejor que cualquier cosa. Una risa a su espalda le hizo voltear alzando una ceja, al notar como un chico al que probablemente nunca había notado en el año, le miraba con algo de burla. En alguna otra circunstancia, hubiese caminando chispeando molestia, incluso si eso lo metía en una situación mala. Pero ahora, siendo padre y después de todas las enseñanzas del señor Miyagi, ignoró la burla en los ojos estúpidos de aquel patán. Sin notar el lenguaje corporal de Johnny, quien venía atrás de ellos, conversando con Dutch. Con ojos afilados, los ex cobras miraron en aquella dirección, dónde la risa disminuyo de aquel tipo, al notar que no había nada gracioso allí.
Cuando solían ser más pequeños, recién rodando los quince años, se prometieron ayudarse. Aquella promesa, de amistad sincera se había visto poco a poco quebrada por las constantes cosas que Kreese les había enseñado, perturbando sus mentes jóvenes, haciéndoles creer que tenían que ser mejor que el día anterior, aunque eso significará hacer daño a sus propios amigos. Muchas veces quedaron a la deriva, con el temor de verse débiles si exponían alguna queja, pero ahora, habían vuelto a encontrar esa afinidad del principio. Juntos, caminando en dirección de ayudar y redimirse, ahora no solo era Johnny en busca del perdón, también iban Tommy y Dutch. Y que absurdamente difícil era para ellos.
Daniel volteó hacia atrás, notando que aún seguían caminando con ellos, parpadeó mirando ahora a Bobby.
—¿Qué pasó? —preguntó en dirección del chico, Ali calló su conversación, mirando también con ojos interrogantes al otro chico.
Bobby se mordió el labio un segundo, para suspirar. Estaba pensando si era correcto, pese a todo, decirle a Daniel que ya sabían lo que sucedía con él.
—Es, es por tu embarazo Daniel. Eso les dio una nueva perspectiva. ¿Sabes? Es más difícil para ellos decir las cosas.
—Pero si las hacen, es algo más factible. —agregó Jimmy, dándose el lujo de unirse a la conversación, por el costado de Daniel. —Además, eres nuestro amigo, ¿No? —sonrió algo cohibido. —Y los amigos deben ayudarse, por sobre todo.
Daniel negó, en realidad por todas las cosas que le pasaron por la cabeza no se imagino eso. Avanzando a la siguiente clase, esta vez imito la rutina que había comenzado a hacer con Bobby, pero esta vez con un nuevo acompañante. Espero pacientemente que Johnny buscará su libreta, logrando alcanzarlo en medio del pasillo. Caminó con cuidado, al lado del otro chico, temiendo en alguna parte, que una simples miradas o trabajo en pareja, no sea suficiente para tomarse aquella atribución.
—Deberiamos sentarnos juntos. —comenzó Daniel. Ganándose unos ojos sorprendido como respuesta. — Es decir, Johnny eres terrible, y yo soy genial en eso. —alardeó alzando una ceja.
—Si bueno, no esperes que te agradezca por la buena puntuación. —alegó, abriendo la puerta para que Daniel entrará primero. Aquella simple acción, se sintió bien.
Daniel avanzó hacia el asiento dónde había descubierto que Johnny se escondía del resto y sobre todo del maestro, para quedarse a divagar. Recordó la primera vez que notó que compartir clases, había llegado con un golpe fuerte, tenía curiosidad sobre eso. Alzó su vista, ya cómodamente sentado, y la expresión en el rostro del rubio le causó gracia. Parecía tan perdido, respecto a lo que estaba pasando.
Antes de poder alegar sobre ello, el maestro entró, dejando a Johnny sin la posibilidad de cambiarse de lugar o lo que fuera a hacer.
—Yo. No sé si este bien, pero, oye. ¿El idiota no quiere hacerse cargo? —murmuró Johnny, anotando algunas cosas.
A Daniel le costó entender la pregunta, luego recordó que él ya lo sabía.
—Bueno. —volteó los ojos hacia el techo. — El idiota ni siquiera sabe. —señaló mirando fijamente al rubio.
Aquella respuesta podía tener un montón de significados, al menos así lo veía Johnny en su mente. Se relamió los labios, acercándose más al chico moreno.
—¿Me estás diciendo que no quería o que te dejo? O algo así, porque demonios LaRusso, si es un imbécil yo mismo voy a ir a buscarlo. ¡Oye, hablo en serio, amigo!
—¡Señor Lawrence, no grite en mí clase!
Johnny se alejó de golpe de Daniel, había olvidado que se suponía que debía estar estudiando. Miró de reojo al moreno, esperando alguna respuesta, pero este tenía una expresión que no podía descifrar, estaba triste o era que estaba tratando de no reírse del momento vergonzoso de Johnny.
Notó como sus labios se entre abrían, se pregunto por un instante si Daniel era consciente cuando hacía aquella acción o simplemente era algo natural que solo le quedaba muy bien. Casi se atragantó con su saliva, cuando LaRusso volteó a mirarlo, con sus grandes ojos marrones que tantas veces le desafiaron.
—No sé quién es, Johnny. Ni siquiera sé si algún día lo sabré. —aclaró.
Entonces no había ningún imbécil, al menos no tanto. Era solo Daniel y su bebé. Soltó un bajo oh. En compresión, volviendo a mirar la pizarra, sin saber qué más decir.
La campana sonó y Johnny no salió corriendo está vez, esperando a Daniel, mientras acomodaba sus cosas, en la entrada del salón, Bobby le sonreía con una sonrisa de extremo a extremo, demasiado contento por algo. Quizás se debía al hecho de que había vuelto al karate y la presentación prometía ser algo genial, para al menos despedir bien la imagen de ellos en la escuela.
O tal vez Bobby estaba orgulloso de algo, el chico siempre había sido más rápido que todos ellos juntos. Sabía definir los sentimientos de todos, en eso era bueno, tal vez había visto que estaba haciendo las cosas bien y como siempre, estaba contento por eso.
—¡Tengo una idea! —exclamó, cuando estuvieron los tres caminando por el pasillo. — Harás la presentación con nosotros. —soltó, con entusiasmo.
LaRusso se freno, negando, mirando a Bobby como si hubiese perdido la razón del todo.
—Hombre, ¿De qué hablas? ¿Cómo va a hacer algo así? —preguntó aturdido Johnny, recordando la parte en que tendrían unos mini torneo entre ellos.
Bobby negó, como descartando cualquier idea que pasará por la mente de esos dos.
—¡Kata! ¡Puedes hacer Kata! Eres increíble en eso. El señor Miyagi puede ayudarte a practicar y, les mostraremos que no solo es dar patadas aquí y allá.
Johnny alzó una ceja y, claro por supuesto que Bobby ahora sabía todo ese rollo y podía referirse al buen anciano sensei como «señor Miyagi».
A su costado, Daniel comenzó a señalar a Brown. Como si hubiese descubierto la respuesta a todas sus preguntas.
—¡Eres fantástico! —chilló, sonriendo, saltando sin medir nada hacia los brazos de Bobby.
Cuando el resto de los chicos llegó para reunirse con ellos, se quedaron congelados, tal como estaba Johnny, mirando la escena como si fuera algo de otro mundo. Bobby rió, algo con las mejillas sonrojadas por tanto halagos en un pequeño periodo.
—Ya veo, ahora hay un tío favorito. Eso es doloroso, Daniel. —murmuró Jimmy desde su lugar al lado de Tommy, que seguía con un ceño fruncido.
Tío favorito. Johnny se sintió algo extraño, quizás no estaría aquel padre pero podían hacer que las cosas funcionarán. Bobby podía. Tosió un poco. Sin decir una palabra, caminó hacia alguna parte lejos de ahí. Por cada pequeña acción buena, había algo de extrañeza en las reacciones.
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Esta vez Johnny se pasó la noche pensando en LaRusso, aquel chico que definitivamente parecía estar ligado a él, incluso cuando ni siquiera se trataba de Ali. La peor parte, es que desde el principio nunca se trató de ella. Debió haberse dado cuenta, pero la rabia había cegado cualquier punto de razonamiento que quisiera poder tener. Se llevó ambas manos para cubrir sus ojos, era un idiota, uno muy grande y ahora estaba ahí, tendido pensando en un futuro que ni se aproximaba a ser suyo. Pensó en lo mucho que vería a Daniel ahora, con todo el tema de que al final si podría hacer la presentación y claro que el chico no podía negarse. No cuando estaba haciendo algo que le gustaba enserio. Sonrió, demonios, tenía algo con atraer personas que le pateaban o golpeaban la cara.
No, alto. No atrajo a Daniel de esa forma, fue solo una serie de hechos desafortunados que lo llevaron a hacer algo muy estúpido. De ahora en adelante se fijaría mucho más en el mundo, no golpearía a las personas, solo si ponían en riesgo su vida, tal como les había indicado su nuevo sensei.
Se durmió, tras un montón de imágenes sobre el futuro hijo de LaRusso, pensando que podría ser ridículamente parecido a él.
Mini LaRusso. En algún punto sonrió entre sueños, porque era algo lindo.
Dutch estaba afuera de su casa, lucía algo afligido y mantenía una expresión seria. Necesitaba algo, fue lo primero que pensó Johnny, pero el chico solo le saludo con un meneo de cabeza, esperando que subiera a su moto. Se preguntó qué era lo que ocurría, pero no le dijo nada, manteniendo su manía de ser demasiado callado si no estaba siendo demasiado gritón. Llegaron a la escuela justo en el momento en que Ali se bajaba del auto de LaRusso, y este sin poder evitarlo, los saludo a la distancia.
— Últimamente he estado entrenando más. —comentó Dutch, viendo cómo Daniel y Ali desaparecían en los pasillos. — Creo que la universidad no será lo mío, así que, quiero dedicarme a esto.
Hubo un silencio, en que Johnny comprendió lo que su amigo le estaba diciendo. Estaba por decirle que lo pensará, que bueno, no era una voz de la razón muy convincente, pero el boxeo profesional era algo difícil de tocar. El ruido de las motos de los demás, calló cualquier intención de hablar. Todos venían con bolsos listos para quedarse a las prácticas, las cuales tendrían que basarse en adelantar a LaRusso en lo que estaban planeando. La fecha de la presentación sería la próxima semana.
Siguiente una monotonía que no sabían que podrían seguir, llegó la tarde.
—¿Y cuándo sabrás que sexo es? —preguntó Bobby. Mirando en dirección de Daniel, mientras el chico hacia algunos movimientos.
Johnny dejó de dar golpes laterales, mirando también con curiosidad. Daniel dejó de hacer lo que estaba haciendo, para enfocar su atención en Bobby.
—En dos semanas más. El señor Miyagi le llama akachan, pero interiormente le llamó estrella. —negó con la cabeza, como si lo que acabará de decir fuera estúpido. — Es raro, pero pienso en ello como una estrella.
Entonces estrella será, pensó Johnny. También había pensado en ese bebé como una estrella, camino hacia su bolso de entrenamiento, le había dado hambre. Y realmente había comido tres hamburguesas de almuerzo. Después del episodio de las papas con helado, ya nada sorprendía a sus amigos. Daniel se le quedó mirando por cinco minutos, volviendo a lo suyo. Definitivamente odiaba al tipo que se acostó con él y lo olvido.
Ahora para Daniel, ninguno de ellos parecía una amenaza, incluso estaba sintiendo que algo estaba creciendo entre Johnny y él, la posibilidad de una amistad, no una demasiado de uña y mugre, pero una pasable, de esas que sacaban sonrisas a ratos.
Pero en una semana, pueden ocurrir un montón de cosas. Suficientes como para volver a quebrar lo que se estaba uniendo.
N/A: Holii, la canción de multimedia ahora me va a recordar a los chicos Cobras durante todo el fic incluso más 👀
Entonces chikis, el momento está por llegar y tengo miedo. ¡SE VA A ARMAR! por un momento, así que quiero hacerlo bien, esperemos que resulte. Muchas gracias por leer, cuídense 💕
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