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02

Una sensación fría llenó parte de sus dedos del pie derecho, la incomodidad lo obligó a removerse sobre la cama lo suficiente como para ser notado, un peso se sintió al final de la cama subiendo hacia su cuerpo.

Una lamida fue dejada contra su mejilla derecha.

— Loki, ¿Qué carajos? — de forma suave se encargó de empujar la cabeza de su mascota hacia un costado.

Estando adormilado se movió al otro costado de la cama en búsqueda de su móvil hallándolo bajo la almohada, un rápido vistazo lo hizo gemir frustrado.

— Mierda Loki, no son ni las 7 de la mañana — se quejó cansino sintiendo a su mascota acostarse a su lado y quedarse allí observándole.

Jimin movió su mano hacia el animal acariciando parte de la cabeza junto con las orejas grandes del perro, una mirada poco agradable hacia este.

— Agradece que te amo, de haber sido cualquier otro lo hubiese pateado fuera — moviendo sus brazos en un malo intento de retirar la pereza que le llenaba decidió solo revisar los mensajes sin leer.

Una sensación retumbante en su pecho apareció al fijarse en los mensajes sin contestar de Jeon.

Podría hacerse una idea de que el hombre debía estar enfadado por no avisar del repentino viaje a casa de sus padres para el fin de semana.

No es como si tuviese que darle algún aviso.

Pero estúpidamente sentía que debía.

Aquel chico era como un perro con un hueso, hasta no sacarle la información no quedaría feliz y pleno.

Una video llamada entrante solo confirmó sus pensamientos.

Jesús, el hombre simplemente era demasiado para lidiar tan temprano.

— Al carajo Jungkook, es muy temprano para pelear — fue lo primero que abandonó de su boca al responder la llamada.

— Y una mierda Park — Jeon lucía tal vez o más adormilado que él mismo.

— Te ves horrible.

— ¿Crees que te ves mejor que yo?

— La pregunta ofende — una sonrisa perezosa tirando de la comisura de sus labios.

El chico al otro lado de la pantalla alborotó su cabello y suspiró fastidiosamente.

— ¿Tu ego ya alcanzó la altura del cielo? — preguntó Jeon trabando la vista en la pantalla.

Jimin se removió a su vista, una sonrisa egocéntrica en su rostro y su cuerpo se deslizó hacia abajo disfrutando la comodidad de la cama.

Jeon trabó la vista en el pecho desnudo del hombre, lo había visto miles de veces, pero esa mañana el sol parecía ricamente colmar de luz su piel trigueña.

Desviando la vista hacia el costado de Jimin pudo notar una mata de pelo oscura.

— Loki te despertó, ¿Eh?

La mueca amarga en el rostro de Jimin lo confirmó.

— Ni siquiera son las siete de la mañana — una queja saliendo de su boca tras otras más — además, ¿Por qué demonios haces video llamada a esta hora? Cuando yo lo hago no respondes el maldito celular.

— Mi misión secundaria era despertarte, pero Loki me ganó — alzando las cejas se movió hacia atrás quedando su espalda contra el respaldo de la cama.

Jimin gimió formando una mueca en su rostro, una que denotaba lo molesto que se estaba comenzando a sentir.

— Me gustaría preguntar cuál es tu misión primaria, pero puedo hacerme una idea.

— Me conoces, si ya lo sabes entonces dime a dónde demonios te vas el fin de semana y por qué no estoy yendo contigo.

— Eres peor que una novia molesta.

— Y una mierda — se quejó Jeon — en serio, este fin de semana es la fiesta en casa de Jin y será horrible si no vas.

— Puedes cuidarte solo Jungkook — Jimin acarició la cabeza del perro — no me necesitas para llevarte de la mano — se quejó en voz baja.

Jeon pareció gruñir bajo en su garganta antes de quedarse callado por mucho tiempo, no le gustaba ver esa expresión en el rostro de Park, su mejor amigo solía decirle todo, pero en ocasiones había situaciones en las cuales no sabía cómo lidiar con él ya que este no le contaba nada.

Aquella boca rellena estaba fruncida y esos ojos oscuros estaban evitando su mirada de un momento para otro.

— Escúpelo — soltó Jeon hablando de nuevo.

La mirada cargada de inquietud del azabache lo hizo sentir incómodo.

— ¿Qué cosa? — como si realmente no lo supiese Jimin trabó su mirada en la pantalla.

— Lo que está carcomiendo tu mente.

Odiaba lo simple que Jeon podía leerlo.

— Te contaré luego del viaje — aclaró y se apresuró a decir — no, jodidamente no irás conmigo, deshazte de esa idea — le advirtió.

Jeon quedó con sus labios separados antes de alcanzar a pronunciar nada, una agria expresión en su rostro.

— Puedo limpiarme el trasero yo solo — Jimin pareció satisfecho al decirlo.

— Ni siquiera sabes escoger el mejor papel higiénico — le recalcó Jeon.

— Qué mierda hombre, te tomas al menos diez minutos entre escoger el acolchado o la triple hoja — una expresión divertida llenando el rostro del azabache.

Jeon se sintió mejor al verle cambiar de expresión.

— Si tú quieres limpiarte el trasero con un papel que parece una lija es tu problema, no el mío, me gusta saber que mi dinero lo invierto bien.

— Invertiste dinero en mi la semana pasada — le recordó Jimin — las alitas estuvieron deliciosas.

— Lo invertí bien — repitió.

La sonrisa divertida en el rostro de Jimin se esfumó para ser reemplazado por un notorio rojo carmín en sus pómulos, la mano libre pasando de forma distraída contra el cuello.

— Te estás sonrojando cosita — habló Jeon, una sonrisa pequeña tirando de sus labios.

Jimin gruñó de forma sonora y rodó los ojos a simple vista.

— No me digas cosita — su voz sonando un tono más grave de lo común — eso díselo a tus polvos, no a mí.

— Solo a ti te digo cosita, cosita — hizo énfasis.

Jimin chasqueó su lengua contra los dientes delanteros.

— Te golpearé, tenlo presente.

— Seguro, seguro, cosita — Jeon se divertía al ver la expresión vulnerable en el rostro del contrario.

— Eres un dolor en mi trasero, debo alistarme así que terminaré la llamada — avisó Jimin.

— Park no te atrevas — Jimin no pudo escuchar más ya que cortó la llamada con una risa burlona resonando.

Jeon debía estar cabreado para estos momentos.

Y tenía razón.

El hombre al otro lado de la llamada estaba ligeramente molesto.

— Maldito seas Park — se quejó.

Soltando el móvil sobre la cama se levantó para ir directamente al baño, la expresión inquietante en el rostro de su mejor amigo lo había hecho sentirse ansioso, existía esa necesidad de querer borrar cada mala expresión de aquel bonito rostro.

Moviendo la cabeza en negación se aseó observándose al espejo, preguntándose qué haría que Jimin se siéntese inquieto a su alrededor.

Tenía una mala sensación creciendo en la boca del estómago.

Solo minutos después la escena del día anterior se repetía, sus hermanos estaban desayunando mientras charlaban amenamente, su familia era pequeña, solo eran ellos tres después de todo. Hijos de un matrimonio que no funcionó y su padre murió hace un par de años cuando Jungkook comenzaba la universidad.

Había sido una total faena lidiar con la vida luego de ello, su madre había desaparecido como si jamás hubiese existido, no podía culparla, si la mujer no se sentía feliz allí no podían obligarla.

Ya eran adultos de todas formas cuando aquello ocurrió.

Lo único que se mantenía estable desde antes de todo ello era Jimin.

El sonido del timbre distrajo a los hermanos de Jungkook, Namjoon atravesó la sala en dirección hacia la puerta principal.

Jungkook recostó su cadera contra el comienzo de la baranda de las escaleras, observando a su hermano mayor abrir la puerta, por la forma en la que el rostro de Namjoon pareció volverse pétreo indicaba que la visita no era bien recibida.

Su hermano le echó un vistazo rápido, una fea expresión formándose en su rostro.

— Ve arriba Jungkook — le ordenó casi al instante.

— ¿Qué? No soy un niño Namjoon— le recordó.

El mayor chasqueó su lengua.

— Ve arriba, ahora — su voz sonando más grave.

Hoseok apareció luego de unos segundos, su vista en dirección hacia la puerta, pero por la forma en la que Namjoon tapaba la visión con su cuerpo no podía ver de quién se trataba.

— Ve arriba con Jungkook — Namjoon le habló a Hoseok.

— Yo no... — dijeron los menores al tiempo antes de ser interrumpidos.

— Vayan arriba ahora — Namjoon se veía tenso, un músculo palpitó en su mandíbula apretada.

Hoseok comenzó a subir las escaleras arrastrando a su hermano mayor consigo, Jungkook echó un último vistazo hacia la puerta.

¿Por qué Namjoon se veía tan molesto?

— ¿Qué demonios? Ya no somos niños, joder, tengo 24 años, no soy un maldito infante — soltó mosqueado entrando a su habitación, su estómago rugió recordándole por qué había bajado en primer lugar.

Hoseok se sentó al borde la cama de su hermano mayor, su vista flexible hacia los movimientos del contrario.

— La última vez que vi a Namjoon así de furioso fue el día en que ocurrió el accidente en el auto la navidad pasada — comentó en voz baja Hoseok.

Un deje de molestia se dejó notar.

— Desde entonces no me deja usar el auto — susurró, sus manos fueron directo hacia su rostro en un vano intento de borrar la molestia.

— ¿Quién crees que sea la visita? — preguntó.

— No estoy seguro, Namjoon realmente lucía molesto, eso no suele pasar a menudo.

Jungkook observó sus manos, su hermano se quedó allí sentado junto a él hasta que escucharon a Namjoon llamarles para que bajasen.

Ninguno de los dos hermanos preguntó algo al respecto, Namjoon tampoco se encargó de comentar nada por loque decidieron solo tener un desayuno en silencio.

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