Un nuevo día. Jungwon trataba de verse lo más tranquilo posible cuando en realidad tenía nervios.
Había una cita programada para dentro de tres horas. La persona que había programado la cita romántica era una de sus clientes más exigentes. Había pedido bastantes galletas y cupcakes, incluso un pastel pequeño de chocolate con una ligera capa en medio de mermelada de fresa. Además, la cobertura quería que fuera bañada en grajeas de chocolate pintado de rojo.
El equipo de Sunoo trabajaba rápido y necesitaba la ayuda de Jay para que formule una frase para colocarla y como decorar el lugar.
Jungwon buscaba por los pasillos de la universidad a Jay. Cuando lo vió caminando mientras miraba su celular, se acercó y se paró enfrente de él.
Jay se dió cuenta de la presencia de alguien así que alzó su cabeza y miró a Jungwon.
— Buenos días, Jungwon - Jay sonrió y guardó su celular —. ¿A qué se debe que impidas mi paso por el pasillo?
— El equipo de Sunoo necesita tu ayuda para organizar la cita romántica que pidió una de nuestras clientes más exigentes. Necesitamos tu ayuda para crear la frase y mejorar el ambiente donde se llevará a cabo la cita - Jungwon contestó.
— Yo me encargo de eso. ¿La cita romántica es de una pareja o una chica que quiere conquistar a alguien?
— Es el aniversario de un año de noviazgo de esa chica. Es muy especial para ella porque no es simplemente otro mes más.
— Pensaré en la mejor frase - Jay habló con mucha confianza —. Supongo que están en el salón de cocina que tiene el Club, ¿cierto?
— Sí - Jungwon contestó.
Hubo un silencio. Jay miraba atentamente a Jungwon. Podía percibir que quería preguntarle algo.
— ¿Quieres decirme algo más? - Jay preguntó.
— No - Jungwon contestó, pero al ver que Jay no dejaba de observarlo, no le quedó de otra que decirlo —. Está bien, sí tengo algo que decirte.
— ¿Qué cosa?
— Tenías razón.
— ¿De qué?
— Soy una persona posesiva - Jungwon contestó y dió un paso más cerca a Jay —. No debería considerarte como algo mío cuando ni siquiera lo eres, pero no puedo resistir las ganas de querer alejar a todas esas chicas que se acercan a tí.
— Hoy amaneciste muy sincero - Jay se rió.
— ¿Quién era la chica de ayer?
— ¿Cuál?
— La de la cafetería.
— Una compañera de clase - Jay respondió —. Es muy bonita, ¿cierto?
— No le vuelvas a acomodar el cabello ni a sonreírle.
— Enserio eres muy posesivo - Jay negó —. ¿Debería darte un castigo porque eres muy posesivo conmigo?
— Quiero un castigo tuyo - Jungwon susurró y se acercó más a Jay, hasta que sus rostros quedaron a centímetros de distancia.
— Jungwon, estamos en medio de un pasillo de la universidad, ¿no te preocupa que alguien pase y nos vea? - Jay preguntó en un susurró.
— Entonces vayamos a otro lugar.
— Pareces muy decidido - Jay sonrió y elevó una de sus manos hasta la mejilla de Jungwon y la otra agarró su cintura —. Parece que te estás dando cuenta que soy la persona ideal para tí.
— Entonces merezco un beso tuyo - Jungwon elevó sus manos hasta los hombros de Jay.
— ¿Te lo mereces?
— Sí.
Jay sonrió y acortó la mínima distancia entre ellos. Sus labios se encontraron con urgencia, encajando a la perfección. Los labios de él se movían con precisión, atrapando los de Jungwon en un ritmo que era a la vez tierno y demandante. Se apartó ligeramente solo para volver a besarlo con más intensidad, presionando su boca con más fuerza, explorando cada rincón de sus labios.
Jungwon respondió con igual fervor, sus manos subiendo por los brazos de Jay hasta llegar a su cuello, donde se aferró con firmeza, tirando de él para acercarlo aún más. Sus cuerpos se pegaron, eliminando cualquier distancia entre ellos.
El beso se profundizó aún más. Los labios de Jay se entreabrieron ligeramente, y su lengua trazó una línea sutil sobre el labio inferior de Jungwon, pidiendo permiso. Jungwon lo concedió sin dudarlo, abriendo sus labios y permitiéndole explorar más allá. Sus lenguas se encontraron en un movimiento lento y sensual, danzando entre sí con una sincronización perfecta. Cada roce encendía más la intensidad que vibraba entre ambos.
La respiración de ambos se volvió pesada y entrecortada. El movimiento de sus labios era fluido, un vaivén de pasión creciente que parecía imposible de detener. Cada vez que uno se apartaba, el otro volvía a buscarlo, como si sus labios no pudieran soportar estar separados ni por un instante.
Las manos de Jay seguían firmes en su cintura, mientras Jungwon enredaba los dedos en su cabello, tirando suavemente para provocar un gemido bajo que resonó en su garganta. El sonido lo hizo sonreír levemente en medio del beso, solo para perderse nuevamente en la intensidad de su boca.
Finalmente, Jay finalizó el beso, no sin morder su labio inferior haciendo jadear nuevamente a Jungwon.
—No quiero que esto se detenga Jungwon murmuró. Sus labios estaban ligeramente hinchados y rojos por el beso.
— Por ahora solo te mereces un beso diario de mi parte - Jay sonrió —. Sunoo debe estar molesto porque aún no llego a ayudarlo.
Jungwon volvió a la realidad y se acordó de ese detalle. Ambos corrieron hacía el salón de cocina que pertenecía al club. Entraron y vieron a un Sunoo entrando en pánico mientras los demás chicos trabajaban realizando lo que había pedido la chica.
— Hasta que por fin llegan - Sunoo miró a Jungwon y Jay —. ¿Por qué tardaron tanto?
— No lo encontraba - Jungwon respondió rápidamente.
— Me había encerrado en un salón para besarme con alguien. Lo siento, les prometo que no volverá a pasar - Jay respondió y se acercó a los chicos del equipo que ayudaban a decorar los cupcakes, pero lo más importante era el pequeño pastel —. Estoy listo para ayudar.
— Yo también - Jungwon se unió al equipo.
Sunoo les ordenó tareas para hacer y ellos acataron las órdenes. Debían terminar todo eso en menos de tres horas.
⏳
Ya estaba prácticamente todo listo. e
Ahora estaban terminando de decorar aquel salón de baile que había pedido la chica para que se lleve a cabo su cita.
Tendieron en el suelo un gran mantel a cuadros color rojo y blanco. Empezaron a colocar los bocaditos. Mientras que el resto del equipo inflaba globos rojos en forma de corazones y los pegaba en la pared y otros en el techo (idea de Jay).
El cartel con la frase ya estaba terminado y era pegado en el centro de la pared. Las letras rojas con decoraciones rosadas y blancas había quedado muy bonito.
— Tu amor me llena de energía, tu mirada de oxígeno, tus besos de ánimo y tu corazón de felicidad. Felíz primer año de noviazgo - Sunoo leyó la frase del cartel —. Me gusta.
— A mi también me gusta la frase - Jungwon estaba satisfecho con la frase de Jay.
— Necesitamos más pétalos de rosas - Jay opinó.
— No hay tiempo para conseguir más pétalos - Sunoo mencionó.
— Por eso le pedí ayuda a alguien - Jay sonrió y abrió la puerta del salón de baile. HeeSeung y Sunghoon entraron cargando varias cajas —. Conozco a alguien que es dueño de una florería y pedí que me mandara más pétalos y flores.
Jungwon y Sunoo se sorprendieron. Vieron como abrieron las cajas y sacaban pequeñas bolsas que contenían los pétalos húmedos. Empezaron a esparcir los pétalos sobre el piso dejando un espacio sin pétalos que era ocupado por el mantel que tenía los bocaditos y la torta y un espacio para que la pareja se siente. El espacio había quedado en forma de corazón y había un pequeño camino que lo unía con la puerta de ingreso.
Sunghoon y HeeSeung terminaron de ayudar a esparcir los pétalos así que sacaron las demás flores y las colocaron en floreros cerca a la pared donde estaba el cartel y cerca al espacio vacío en forma de corazón.
Todos los demás presentes se quedaron quietos mirando lo que hacían Jay y sus amigos.
— Listo - Jay mencionó —. Ahora sí está todo terminado.
— Quedó muy bonito el lugar pero va ser muy trabajoso limpiarlo - Jungwon mencionó.
— En primer lugar está la satisfacción del cliente - Jay le respondió.
— Gracias por su ayuda - Sunoo agradeció a los amigos de Jay.
— Teníamos tiempo libre y no hay mejores expertos que nosotros para organizar citas románticas - HeeSeung mencionó.
— Gracias - Jungwon también agradeció.
— Bueno, tenemos que botar estás cajas - Sunghoon le habló a HeeSeung —. Espero que resulte bien la cita.
Ambos chicos volvieron a cargar las cajas vacías y llevarlas a los contenedores de basura que estaban en la parte de atrás de la universidad.
Ahora solo quedaba esperar a que los clientes estén satisfechos con la organización de la cita.
Los demás integrantes del club se retiraron. Solo quedaban Sunoo, Jungwon y Jay que miraban desde las ventanas de un salón vacío enfrente del salón de baile.
La pareja no tardó en llegar y entrar al salón de baile. La puerta se cerró y los tres chicos esperaban que les haya gustado el ambiente.
— Ya han pasado varios minutos y no han salido de ese lugar. Creo que sí les gustó - Sunoo respondió aliviado —. Gracias por su ayuda - volvió a mirar la hora en su reloj —. Necesito irme, mis clases comienzan pronto.
Sunoo salió del salón y dejó solos a Jungwon y Jay. Ambos se miraron.
— Gracias por tu ayuda y también por pedirle ayuda a tus amigos - Jungwon fué el primero en hablar —. Supongo que tienen razón y son unos expertos en citas.
— Hemos salido a bastantes citas. Eso nos ha dado experiencia - Jay respondió.
— Tus amigos pueden unirse al club si lo desean.
— HeeSeung no puede unirse al club porque le gusta Jake y la regla prohíbe que dos personas del club sean pareja y Sunghoon es un poco tímido, aparte que no es muy aficionado a las citas románticas. Creo que se anime a entrar al club.
— Entiendo.
Nuevamente hubo silencio. Jungwon miraba de reojo a Jay. Se veía bastante atractivo con el look que tenía ese día.
— ¿Vas a seguir mirándome? - Jay preguntó y Jungwon se sonrojó al verse delatado. Jay sonrió y se colocó enfrente de Jungwon —. ¿Qué pasa, Jungwon? Te noto muy extraño.
— N-no me pasa nada - Jungwon respondió mientras retrocedía hasta que su espalda choco con la pared y Jay terminó acorralandolo.
— ¿Te pongo nervioso? - Jay preguntó.
— Creo que sí - Jungwon respondió. La verdad es que lo estaba poniendo nervioso los tres botones desabrochados de la camisa negra de Jay —. Debería ser un delito mostrar mucha piel - Jungwon susurró y empezó a abotonar los botones —. No expongas mucho tu piel.
— ¿Por qué? ¿No quieres que otros me vean? - Jay se acercó más a Jungwon.
— No - Jungwon respondió. Luego, levantó su mirada para ver los ojos de Jay —. ¿Y si empezamos desde ahora con los besos diarios?
— Ya te dí un beso en la mañana - Jay respondió.
— Pero yo no - Jungwon susurró e hizo un puchero. Era la primera vez que rogaba por un beso. Quizás debería sentirse estúpido, pero no se sentía así. Más bien se sentía necesitado.
— Tendrás que esperar. Tengo clases dentro de unos minutos.
Jay sonrió y se alejó de Jungwon.
Otra vez lo había dejado con las ganas.
Dr13a.
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