Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🎈

Yoongi respondió el mensaje de su hermana mayor, pidiéndole todos los detalles de su cita con el obstetra y que su esposo tuviera cuidado al manejar de regreso a su casa, mandándole una amenaza de que le cortaría las bolas si algo le ocurría a su sobrinita, la cual estaba prevista a nacer en dos meses más.

Escuchó la campanilla sobre la puerta vaivén del negocio y alzó la mirada, topándose con un chico rubio entrando al establecimiento.

—Buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarle?— le preguntó tras el mostrador, guardándose para sí mismo el pensamiento de que era alguien muy lindo, y mostrándole una sonrisa amable que el extraño correspondió.

Si las sonrisas mataran, yo ya estaría murido.

—Buenas tardes. Estoy buscando un perfume— contestó el chico de labios pomposos.

Gi asintió.—Claro, ¿cuál?— preguntó en tanto se alejaba del mostrador hacia las vitrinas donde se colocaban los perfumes.

—Umh... n-no lo sé— contestó en un murmullo avergonzado en tanto jugaba con sus dedos en un acto nervioso, sonriendo apenado.—Recuerdo que la caja era cuadrada y blanca, con algunas decoraciones en color azul marino... t-también recuerdo cómo olía, y es de mujer. No sé si eso sea suficiente— Jimin no entendía por qué se sentía tan avergonzado frente al pálido, si muchas otras veces había dado esa información sin titubear a otras personas vendedoras de perfumes.

—Oh, en ese caso, dame un momento para seleccionar los perfumes que tienen las características que me dices en sus cajas— contestó de inmediato el pelinegro, sin molestarse, atento y amable.

En otras tiendas, los vendedores se habían fastidiado con su descripción ante la poca ayuda que esta brindaba para encontrar el perfume que quería, algunos simplemente le sacaban la vuelta y se resignaban a atenderle en su segunda o tercera visita, sin embargo, este chico estaba actuando sin rechistar, dispuesto a ayudarle a encontrar lo que buscaba.

Así, Yoongi le mostró una gran variedad de perfumes en cajas cuadradas similares a las que él le había descrito. Destapando los productos de prueba y entregándole amablemente las tapitas de los frascos para que los oliera, incluso re-ordenando todo rápidamente para que el proceso fuese más dinámico y fácil para él, sin embargo, la hora del descanso para el almuerzo del horario al que Jimin estaba sujeto terminó pronto.

Ambos chicos se despidieron como el par de extraños que eran, aunque con sonrisas como si desde años se conocieran, deseándose un buen día.

Otra vez, Park salió de una tienda de perfumes con las manos vacías, pero, por primera vez desde que inició con su búsqueda, sintió que no había perdido el tiempo.

🎈

Soltó un bufido e inevitablemente puchereó. Aquel cliente buscador de un perfume en específico iba cada viernes a la misma hora, sin embargo, esta pareció ser la excepción de las últimas cuatro semanas.

Se avergonzaba y se sentía patético, porque él no trabajaba en el local de su hermana mayor, pero ahí estaba, esperando impaciente a que el cliente favorito de los viernes hiciera su aparición, ¡ya estaba grande para estas cosas! Si su familia y amigos supieran la verdadera razón disfrazada a medias de un "Solo quiero ayudar a mi hermanita querida" -porque no era del todo mentira- se burlarían de él hasta las lágrimas.

Con su rostro recargado sobre su puño encima del mostrador, su celular sonó en el mueble de cristal ya mencionado, con el nombre de su hermano mayor en la pantalla, o bueno, el apodo de "Don comedias🤡" con el que le tenía agendado.

Tomó el celular y aceptó la llamada antes de llevarse el aparato al oído diestro.—¿A qué debo la tortura de escuchar tu voz, hyung?

Mocowso irregpegtuosoj— se escuchó de primeras al otro lado de la línea.

—¿Estás comiendo a escondidas en el almacén de medicamentos otra vez, Min Seokjin?

Pasaron unos instantes en los que el mayor pasó las galletas de coco que había traficado como droga al interior del hospital.—¿Para qué te digo que no si sí?— se escuchó cómo cerraba la envoltura de las galletas restantes y las guardaba en el interior de su bata blanca. El menor rio.—En fin, quiero pedirte un favor.

Me debes tantos favores que fácil podrías darme un viaje todo pagado si me los devuelves, hyung.

Por última vez, Yoongi, no voy a llevarte a México a comprobar si viven con un filtro Sepia como las películas estadounidenses pintan— refunfuñó el médico en tanto se apretaba el puente la nariz.

—Le quitas lo divertido a la vida...— dijo y luego recordó el tema inicial de la llamada.—Yah, ¿qué favor necesitas?

—Bueno, sucede que el animador que contratamos para pediatría enfermó y yo pensaba que tú...

🎈

—Buenas tardes~— canturreó en saludo el rubio con una amable sonrisa en tanto empujaba un carrito de metal al interior de la habitación.

La mujer de avanzada edad en la camilla sintió su corazón calentarse ante esa aura y brillo que rodeaba a su enfermero favorito, le ponía de buen humor con solo tenerle cerca, lo cual le hacía muy bien a su salud.

—Buenas tardes, Jiminnie, ¿cómo vas con tu búsqueda?— preguntó la mayor en tanto observaba al enfermero colocar los contenedores de unicel en la mesita especial que estaba a los pies de la camilla de la habitación.

—Lo mismo de siempre, señora Kang, aún no encuentro el perfume, pero tengo una buena corazonada— contestaba Jimin mientras servía agua natural de la jarra en un vasito de unicel, para después abrir los contenedores de comida.—Hoy le traje gelatina y unas cuantas galletas de vainilla— le susurró confidente, pues aquello no estaba en la dieta que había indicado el médico Seokjin a la señora Kang, pero él sabía que no le haría daño, así que le daba esa comida sin temor a afectarle su aún delicada salud.

La mujer sonrió encantada y le susurró de vuelta:—Gracias, Jiminnie— dijo como si estuvieran tratando con el más misterioso de los secretos antes de sentarse con ayuda del enfermero para comenzar a comer, siendo cuidada en todo momento por el de traje azul cielo.—¿Y cómo vas con ese chico de la perfumería?— preguntó luego de unos minutos.

El de labios pomposos se sonrojó y soltó una risita.—Señora Kang, solo le dije que era guapo, no lo conozco ni sé su nombre...

La de canas soltó una carcajada y negó con diversión.—¡Bah, claro que lo conoces! Tiene labios de ensueño, ojitos preciosos, perfil de Dios griego y una voz que...— comenzó a recitar las mismas palabras dignas de adolescente enamorado con las que el rubio le describió a aquel muchacho hace cuatro semanas.

—¡Yah, señora!~— chilló avergonzado el menor, haciendo reír a la paciente.

🎈

Después de haber sido apenado por la señora Kang de la habitación 302, Jimin se aseguró de que su estado estaba en orden y luego continuó con su labor al dirigirse al piso de pediatría. Llevaba algunos meses con la búsqueda de aquel perfume especial, ya había pasado por varias tiendas, y en las últimas cuatro semanas había estado visitando Min's Moon cada viernes a la hora de su descanso de comida en busca del frasco que guardara el aroma que él mantenía en sus memorias, sin embargo, hoy había desistido de la rutina para ir a animar a los niños en las camillas de pediatría, pues se enteró de que la persona contratada había caído enferma y había tenido que cancelar.

Por eso, se extrañó de ver a alguien en la amplia habitación a través del cristal, causante de las infantiles carcajadas que se escuchaban amortiguadas contra las paredes del pasillo exterior. Sin más, supuso que alguien consiguió un reemplazo de último minuto y chocó sus nudillos contra la puerta para avisar su entrada.

—Buen día— saludó al asomarse por la puerta.

El animador dentro de la habitación se giró rápidamente al oír la extrañamente conocida voz y, cuando sus miradas se conectaron, soltó un globo que había tenido entre sus labios al inflarlo, este salió disparado en distintas direcciones con un ruidito agudo en tanto se desinflaba hasta que finalmente aterrizó torpemente sobre la cabeza del muchacho, haciendo reír a carcajadas dulces a los niños en las camillas.

El pelinegro traía una especie de vestuario de payaso, pero no el de uno típico con colores chillantes y llamativos. Vestía un suéter de color amarillo pastel de bordes verde pastel con las mangas arremangadas hasta los codos, encima traía un overol de mezclilla clara con bordados de pequeñas abejas, mariposas y catarinas, además de unos pompones de estambre blanco en la unión de los tirantes. Como maquillaje, su nariz de botón estaba sonrosada de rubor con un reflejo de luz hecho con pintura de rostro blanca, en sus mejillas tenía chapitas de rubor con el mismo reflejo de luz hecho a maquillaje blanco como en su nariz, sus ojos finos estaban maquillados de un suave tono celeste con piedritas brillantes en forma de pequeñas estrellas, sus cabellos negros estaban ondulados y sobre su cabeza llevaba un gorrito puntiagudo de color amarillo pastel con un pompón verde pastel de estambre.

Jimin quiso chillar de la ternura que le provocaba su aspecto, pero se concentró más en el hecho de que era el mismo chico de la perfumería.

Yoongi, reaccionando a que debía continuar el show después de la interesante interrupción, se giró de vuelta a los niños con una sonrisa de gomita.—¡Y así es como no se debe inflar un globo!

El payasito continuó con su trabajo, incluso incluyó al enfermero, quien no batalló en acoplarse y también hacer reír a los nenes. Aunque él mismo le hizo participar, Yoongi se sintió algo nervioso y tímido de a ratos en compañía del lindo enfermero, así que llegó a actuar un poco más torpe de lo planeado, cosa que igual sirvió para alegrar a los pequeños pacientes.

La hora y media de la que Min se encargó en cubrir terminó con niños animados y con algo nuevo en su rutina de recuperación, los chicos salieron de la amplia sala de camillas después de despedirse de los infantes, y se encararon en el pasillo.

—Así que... aparte de vendedor de perfumes, ¿eres payasito?— preguntó el rubio sin el más mínimo afán de ofender, solo simple curiosidad y ganas de iniciar la charla. El contrario desvió la mirada con una sonrisita y miró sus orejas, solo así dándose cuenta de que se había sonrojado, pues el maquillaje cubría eso en sus mejillas.

—No soy vendedor de perfumes, de hecho, el local es de mi hermana mayor, pero la cubrí porque tenía cita con el obstetra, después porque se enfermó y luego... e-eso, sí— decía el tierno payasito en tanto se rascaba detrás de la oreja derecha en un acto de timidez.

Era verdad. El primer viernes cubrió el local por el compromiso de su hermana Dahyun, el segundo viernes porque ella se sentía mal -lo cual había sido la excusa perfecta-, y los otros dos por voluntad propia, solo para ver a su cliente favorito, pero obviamente no le iba a decir eso último.

—Y tú eres un enfermero— señaló lo obvio, aunque ninguno de los dos lo notó bobo.

El de labios pomposos se miró el uniforme azul que portaba como si nunca lo hubiera visto y asintió.—Síp... por cierto, soy Park Jimin— se presentó con su característica sonrisa amable, esa que el pálido ya tenía bien conocida y grabada en la memoria.

Justo cuando el pelinegro iba a contestar, Seokjin apareció en el pasillo a través del elevador y lo hizo por él.—¡Yoongi!— gritó largo en tanto trotaba hacia el par.

El de anchos hombros llegó hasta ellos y colocó su mano izquierda sobre el hombro de su hermano menor mientras se estiraba hacia el cristal de la pieza donde estaban los niños recuperándose, notándolos con gestos animados y hablando entre ellos sonrientes.

—Bien hecho— dijo el médico hacía ambos menores con una sonrisa orgullosa.—Por cierto, Jimin, ¿le contrabandeaste galletas de vainilla a la señora Kang?— le miró con ojos achicados, acusatorio.

—¿De dónde se conocen?— preguntó el de mejillas abultadas, confundido.

—Ah, somos hermanos— contestó Yoongi con simpleza.

—¿Hermanos?

—Es que yo soy más guapo— agregó en justificación el de bata blanca.—Y no me cambies el tema, ¿por qué le diste galletas a la señora Kang? No le hacen mal pero el azúcar va a alterar los resultados de los análisis que quería hacerle hoy.

—Bueno, se los podemos hacer mañana— habló el enfermero. Seokjin era su amigo desde que entró a trabajar ahí, de hecho, su palabra y recomendación había sido pieza clave para ser considerado y que le dieran la transferencia del anterior hospital en el que trabajaba a ese.

—Mañana es sábado.

—El de los análisis es Nam hyung y sé que le gustas, hyung, dudo que él se niegue a ayudarte y que tú te niegues a ir a verle con esa excusa— insistió el de menor estatura, con una sonrisa pícara.

—¿Quién es ese, Min Seokjin?— interrogó Yoongi a su hermano mayor, cruzándose de brazos y viéndose intimidante ante los ojos del de labios cereza aún con su vestuario, pero demasiado lindo ante los del rubio.

—¿Escucharon ese "Doctor Min" en las bocinas? Yo sí. En fin, el deber llama, adiós— y huyó.

El payaso y el enfermero rieron divertidos ante las acciones de Seokjin y volvieron a quedarse a solas.

Finalmente Jimin, notando ese ambiente entre ambos, se aventuró a tomar la iniciativa, aunque no por eso menos tímido.—M-mi turno de doce termina a las siete de la tarde... hay una heladería nueva en la esquina... ¿vamos juntos?— preguntó en tanto pellizcaba la tela del pantalón de su uniforme en un acto de nerviosismo.—Claro, si no tienes algo que hacer— se apresuró en agregar.

—Suena genial— aceptó Yoongi y procedieron a intercambiar números.

Así, a las siete con cuarenta y seis minutos, Min se encontraba esperando al chico de labios pomposos en una de las mesitas que estaban en el interior de la heladería nueva que estaba en la esquina de la calle del hospital, sin querer sintiéndose ansioso y con un sentimiento de pre-decepción, pues este estaba tardando mucho y la idea de que al final le dejaría plantado estaba taladrándole la cabeza. Prefería evitarse el enviarle un mensaje preguntándole si ya iba en camino, porque no quería ser hostigante o fastidioso, ni mucho menos ser respondido con un visto bien clavado.

Sin embargo, la inseguridad se esfumó cuando lo vio entrar por la puerta del establecimiento, apurado y con la chaqueta aparentemente puesta a la carrera. Park se apresuró a atravesar el local hasta donde el pálido se encontraba y rápidamente tomó asiento para después agachar la cabeza en venia de disculpas.

—Dios, estoy muy tarde, en serio lo siento, pero un herido llegó y me tardé atendiéndolo— se disculpó y explicó, notándose apenado por su impuntualidad. El hospital estaba cruzando la calle, así que debía haber llegado al menos media hora antes.

—Oh, no te preocupes— el de ojos finos negó y le restó importancia con un ademán diestro, dándole una sonrisa comprensiva. Sabía que un enfermero como él bebía tener muchos imprevistos a diario.—¿el herido está bien?— preguntó genuinamente interesado.

—Síp— asintió.—El chico se reventó el dedo índice y medio con una maceta grande de barro contra la pared, así que le hice tres puntos en cada dedo... por suerte no se fracturó nada— explicó en tanto se quitaba la chaqueta, colocándola en el respaldo de la silla.

—¿Te parece si ordenamos ya nuestros helados?— preguntó el pelinegro y recibió un "Ujúm" afirmativo.

Jimin pidió uno de nuez y Yoongi uno de chocolate. Ambos colocaron M&M's con trocitos de galleta Oreo en sus pedidos y así notaron que tenían el mismo gusto de colocar aquello en sus helados.

—Yo nací el trece de octubre del noventa y cinco, ¿tú?— preguntó el rubio antes de meterse una cucharadita de su helado a la boca cuando estuvieron de vuelta en la mesa con sus órdenes, dando inicio a la parte de preguntas y respuestas de la cita para conocerse mejor.

—Nueve de marzo del noventa y tres.

—Oh, entonces eres hyung— asintió para sí mismo, anotando mentalmente la fecha.—Así que tienes dos hermanos mayores, ¿no?

El de labios delgados asintió.—Síp, Seokjin hyung y Dahyun noona... por suerte solo somos tres, mamá se hubiera vuelto loca si nacía mi gemelo— habló sin sentirse incómodo o forzado a hacerlo, desenvolviéndose sincero y con ganas de hacerlo.

—¿Gemelo?— preguntó Jimin con sorpresa.

—Ujúm. Iba a tener un gemelo, pero no se formó y al final nací solo... mi familia bromea con que yo me lo comí y cosas así— dijo y el enfermero rio con diversión pura.—¿Tú tienes hermanos, Jimin?

—Síp, uno, se llama Jihyun y yo soy el mayor, acaba de entrar a la carrera de psicología— respondió.

—Uh, mi hermana quería ser psicóloga y terminó estudiando administración de empresas, ahora tiene su propio emprendimiento y le va bien, tiene dos locales de perfumería y ropa— contó el mayor.—Yo soy dentista.

Justo terminó de escucharle decir eso, Jimin de verdad quiso no hacerlo, pero soltó unas cuantas risas.

—Lo siento, lo siento— dijo rápidamente.—Recordé que el novio de mi mejor amigo una vez me contó que los dentistas coquetean halagando los dientes de las personas y no pude evitar reírme— se explicó de inmediato para evitar malos entendidos.

—Jimin, tienes dientes muy bonitos.

3312 TENGO UN MALDITO 3312 ME ACABA DE COQUETEAR DESCARADAMENTE, AYUDA.

El rubio desvió la mirada, sintiéndose sonrojar en tanto ideaba una respuesta ingeniosa.—Comería hartos dulces hasta causarme caries, con tal de ir a tu consultorio, hyung...— no pensaba que fuese la gran respuesta del año, pero era eso o nada, además, era lo mejor que podía obtener cuando su tres neuronas habían dejado de trabajar por semejante ataque coqueto que le dio el pelinegro.

—Uh, no suena nada mal... me especializo en niños, pero estudié generalmente— contestó Yoongi.

—¿De verdad?— recibió un asentimiento.—Yah, de payasito no te iría mal tampoco, veo que eres muy bueno con los niños.

—Verás, hay niños que le tienen miedo a ir al dentista, así que, además de decorar mi consultorio en un buen ambiente para mis pacientes, me disfrazo de payaso, pero lo hago a mi manera, ya que nunca sabes cuándo un nene le tenga miedo a los payasos... no busco verme llamativo o divertido, sino confiable. De la parte graciosa me encargo con mis palabras y actuar— explicó tranquilamente el de labios delgados pero con ánimos, se sentía cómodo al platicar con Jimin, además de que estaba hablando de algo que le gustaba mientras él le ponía toda su atención.

—Eso explica tu experiencia... Seokjin hyung te pidió el favor, ¿cierto?

—Síp— contestó y comió de su helado.—¿Por qué decidiste ser enfermero?

—Mi mamá falleció cuando era adolescente, yo la cuidaba cuando estaba enferma y me di cuenta de que me gustaba hacer eso, atender a quien lo necesita y ayudarle... de hecho, cuando ella se marchó, sus hermanas entraron a la casa y se llevaron lo que quisieron mientras mi papá trabajaba y Jihyun y yo estábamos solos, no pude hacer nada para detenerlas y solo pudimos guardar el anillo de bodas y las cadenas que mamá nos dio a mi hermano y a mí— dijo en tanto metía casi nada su diestra en el interior de la camiseta del uniforme azul, sacando una delgada cadena de oro bien cuidada.—Umh... algo que caracterizaba a mi mamá era que siempre olía bien, siempre estaba perfumada... el perfume que estoy buscando es el que ella usaba— confesó sin sentirse atado a hacerlo o a no hacerlo, ni siquiera sabía por qué le contaba todo eso pero simplemente había querido hacerlo, antes solo se lo había dicho a su mejor amigo Taehyung, Jungkook que era el novio del primero, y la señora Kang. Se había sentido en completa confianza y complicidad, pero ahora se debatía internamente en si guardárselo hubiera sido mejor.

Yoongi alcanzó su mano sobre la mesa y le dio un apretón suavecito, dedicándole una cálida mirada.—Te ayudaré a buscarlo— y supo que no tuvo nada de qué preocuparse, sintiendo su corazoncito latir rápido.

🎈

Se escucharon un par de golpes contra la puerta de su consultorio justo cuando iba camino al mini baño con las toallitas desmaquillantes en mano. Su horario laboral acaba de terminar.

—Adelante— indicó y poco después se asomó Jimin por la puerta.

El rubio miró alrededor en su búsqueda y cuando le topó sonrió en grande hasta achicar sus ojitos.—Hola, hyung.

—Hola, lindo. Pasa— y el enfermero no tardó en hacerle caso.

Park se adentró a la habitación, cerró la puerta detrás de sí y miró la decoración marina que estaba en el techo, con imágenes de peces, pequeños pulpos, burbujas, estrellitas de mar y demás cosas. Se encaminó hasta el dentista y le abrazó por el cuello, siendo correspondido por los brazos ajenos enrollándose suavemente en su cintura.

—Jamás me cansaré de verte con tu maquillaje de payasito, te ves muy tierno, hyung— dijo y le dio un piquito en los labios.

—Tierno tú,— ascendió mano diestra a su rostro y le apretujó las mejillas, abultándolas hasta causar una trompita en sus labios.—que no importa cuántas veces vengas a mi consultorio, te quedas maravillado viendo la decoración— dijo sonriente antes de acercarse y juntar sus bocas de nuevo.

Llevaron un movimiento suave y lento, sin prisas y con tranquilidad, suspirando cuando sus lenguas no tardaron en encontrarse como tantas veces lo habían hecho. Yoongi ladeó la cabeza para tener un mejor ángulo y ambos rieron por lo bajo cuando sus dientes chocaron sin querer, le restaron importancia y continuaron con calma.

Después de unos momentos se separaron con un suave chasquido, antes de que el mayor volviera a acercarse momentáneamente para darle una juguetona mordida en el labio inferior a su novio.

Llevaban cuatro meses de ser pareja, cinco de conocerse concretamente y casi seis desde la primera vez que se vieron.

Por sus trabajos, a veces los horarios no coincidían, pero cuando estaban juntos disfrutaban al máximo la compañía del otro, ya sea descansando juntos, saliendo al parque, yendo a la heladería de su primera cita, o pasando el resto del día en la casa de alguno de los dos. Todo eso era sumamente especial para ellos, aunque también de vez en cuando iban al cine y tenían salidas más elaboradas.

Ese día no era uno de esos y habían decidido tener una noche de películas en la casa del mayor.

—¿Me ayudas con nuestras tostadas especiales, lindo?— pidió Min al rubio en tanto salía de la cocina con un gran bowl de palomitas.

—Ujúm— aceptó el de labios pomposos, yendo por los platos de la barra en la cocina.

Extrañamente, había dado la coincidencia de que a ambos les gustaba preparar sus panes tostados de la misma manera: primero una capa de mantequilla, luego una de chocolate de avellana, unas rodajas de plátano y encima un poco de cajeta.

Tampoco les gustaba lo empalagoso, pero curiosamente eso les encantaba.

—Hoy una paciente me dijo que le gusto y que era muy guapo— contó Gi mientras se dirigían a la sala.

—¿De verdad? Me preocupa la cantidad de gatas rompe hogares que hay hoy en día.

—Jimin, era una nena de seis años.

—Ah...

Estando todo listo sobre la mesita de centro en la sala, tomaron asiento en el sillón de dos plazas amplias y se cubrieron con una manta en las piernas, tenían puestas sus pijamas a juego. Luego pusieron play a la película en la smart TV. Drácula, la historia jamás contada.

Ya avanzada la película, Yoongi hechó un vistazo al bowl de las palomitas, notando que ya estaba cerca de la mitad y que ya había llegado el momento.

¿Sabes? Cuando nos topamos en el hospital aquella vez, yo estaba muy nervioso por ti y tenía miedo de hacer algo mal y que pensaras que era un payaso— habló el pelinegro.

—Hyung, prácticamente eres un payasito de verdad— dijo risueño el menor en tanto llevaba su mano al bowl, luego su ceño se frunció en confusión cuando sintió algo duro en el fondo.

Jimin apartó las palomitas bajo la atenta mirada del pálido, y al despejarlas se encontró con algo que jamás imaginó.

—Ese día tuvimos nuestra primera cita, y te dije que te ayudaría a encontrarlo...

Y ahí estaba. Ahí lo tenía, entre sus manos.

—E-el perfume de m-mi mamá...— balbuceó sin poder creérselo, hacía tiempo que había perdido la esperanza de encontrarlo. Rápidamente sintió las gruesas lágrimas bajar a montones por sus mejillas, miró a su novio y se abalanzó contra él para abrazarlo con fuerza, causando que ambos cayeran de espaldas en el sillón.—Muchas gracias, hyung... e-en serio, gracias.

Yoongi acarició en largos y sosos movimientos la espalda del menor antes de besarle la coronilla.—¿Cuál gracias? Encuérate— bromeó y se escuchó la risa amortiguada del rubio contra su pecho. Pasaron unos instantes así sin moverse en tanto Park descargaba todas sus emociones a manera de lágrimas sobre la tela de la playera del mayor, luego este le tomó por los hombros y le hizo separarse, le limpió el agua salada de sus mejillas con sus pulgares y le dio un besito sobre los lunares de su frente.—Anda, ábrelo y huele el aroma.

Aún muy sensible, Jimin asintió y se separó de su pareja para que ambos pudieran sentarse. Quitó el plástico protector de la caja, la abrió, sacó el perfume y le quitó el seguro a la tapita para retirarla. Roció una sola vez sobre su muñeca interna zurda y se acercó esta hacia la nariz.

Era exactamente el mismo aroma.

Soltó un sollozo y nuevamente las lágrimas brotaron de sus ojos, Yoongi le atrajo hacia sí de nuevo y le sentó sobre sus piernas para abrazarlo y darle besitos en las sienes, acariciando sus rubias hebras con cariño.

Cuando Jimin salió de la perfumería Min's Moon, sintió por primera vez en mucho de su búsqueda que no había perdido el tiempo, y tuvo razón.

—Te amo.

—Y yo a ti, lindo.

¿Que si valió la pena entrar a ese local? Claro que sí.

Hoolass

Sí, definitivamente voy a dibujar Yoongi payasito, pero después, porque hoy no tendré tiempo xd

Este escrito es en celebración por los 100 seguidores jziwlshyw me emocioné al ver el número en mi perfil xd

Muchas gracias a las personas que se toman el tiempo de leer lo que hago, por votar y por comentar, me causa una sensación muy bonita ver ese tipo de notificaciones y leer los comentarios que llegan a poner, me hace feliz c':

En fin, espero les haya gustado este OS como a mí me gustó escribirlo, no duden en decirme si ven un error ✌🏻

Deséenle un feliz día de las madres a sus mamis uwu y pasen un buen lunes💕

¡Cuídense muchoo!

Adem🎈

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro