27. Ser estúpido
Ser estúpido.
Callum.
— ¿No me veo muy desastrosa? —Me pregunta Clover.
Doy un sorbo de mi café y ladeo la cabeza a un lado dándole una larga mirada. Soy lo suficiente alto para que uno de mis suéteres, de los más holgados que tengo, le quede cómo una especie de vestido sexy hasta por encima de las rodillas, le queda un poco ajustado, es cómo usar un vestido por lo que solo deberían pensar que impone una nueva moda. Por suerte para ella, ayer vino con unos tenis blancos que de hecho van bien con su improvisado vestuario.
—Te ves cómo una chica que pasó la noche con su irlandés, quien la folló en el suelo del baño y luego se la comió dentro de la ducha —Doy otro sorbo de café—. Ah y al que luego se la chupaste en el auto en el estacionamiento vacío de una farmacia.
— ¡Callum!
—No es que esté diciendo una mentira. Es lo que pasó.
Ella suelta un bufido y toma su propia taza de café mientras mi mirada no la abandona.
Siendo honesto, me encantaría estar en la cama con ella, repitiendo mucho de todo lo de anoche- madrugada. Luego de esa follada espectacular en el suelo del baño, en efecto la alivié entre las piernas con mi lengua (hubo un poco de juego de te pongo un poquito el dedo en el culo porque nos estamos preparando para ese acontecimiento). Luego fuimos a la farmacia por las píldoras de emergencia, nunca analicé demasiado sobre lo solo que se encuentran estos lugares en la madrugada, pero tras beberse las píldoras con una botella de agua en el estacionamiento, Clover tuvo algún subidón lujurioso que la llevó a tocarme por sobre el pantalón del pijama, luego sacarme para concluir con una mamada espectacular que reafirmaba mi campaña de "La estatuilla de mamadas para Clover."
Durante todo ese tiempo Moira estuvo muerta en la habitación y siendo honesto, Clover y yo habíamos drenado energía y habíamos dormido tan mal las últimas noches que no tardamos en irnos con mi buen amigo Morfeo. Odié el momento en el que su alarma en el teléfono sonó, porque dormimos muy poco, porque en otro escenario en donde mi hermana no estuviese muerta o en coma a mi lado y Clover no tuviese un importante ensayo en su primera clase, nuestro despertar habría sido diferente.
He tenido un montón de sexo durante mi joven y espectacular vida, pero el de ayer se posiciona en el primer lugar. Nunca me sentí tan desesperado, inmerso y enloquecido durante el sexo, fue exquisito, maravilloso, sublime, espectacular y cualquier adjetivo que lo ponga a la altura. Ya quiero repetir.
Camino hacia el fregadero y dejo la taza ahí antes de dirigirme a Clover que sostiene su taza con ambas manos. Paso un brazo su alrededor rodeándole la cintura y deslizo mi mano libre debajo del dobladillo del suéter.
—Te ves tan espectacular que quiero follarte otra vez —susurro subiendo la mano y deteniéndome cuando no encuentro barreras—. Clover ¿Y las bragas?
—No iba a usar unas bragas sucias y tus bóxer me hubiesen estrangulado —dice frunciendo el ceño—. No es mi forma favorita de andar en la universidad, pero le escribí a Edna que me llevara unas.
—Tengo sentimientos encontrados sobre esto —confieso—. Me pone un poco loco e imbécil pensar en que camines sin bragas o te sientes en un salón de clases así, pero también me emociona que en este momento puedo hacer esto —Dos de mis dedos se deslizan por su calor y respira hondo.
—En primer lugar, no estaré en el salón sin bragas, Edna me estará esperando al llegar y en segundo lugar —Da un sorbo a su café y abre las piernas—, si tienes libre acceso, entonces aprovéchalo, irlandés.
Involucro mi pulgar en esta conquista irlandesa sobre tierras ¿Inglesas, brasileñas e iraníes? ¡Vaya! Si soy todo un diplomático, involucrarme de esta manera con Clover fue cómo hacer un armisticio o alianza entre más de una nación. La ONU estaría orgullosa, la Unión Europea no porque Inglaterra es muy pretenciosa.
Mi pulgar hace círculos sobre ese nudo de nervios, pero sabiendo que necesitamos ponerlo más suave para no hacerlo incomodo en su lugar aún sensible, mis otros dos dedos recogen humedad y lo mojan lo suficiente, haciendo que ahora el pulgar ruede de maravilla. Con un dedo sobre el nudo de nervios y dos tanteando su humedad, observo la manera en la que sus dedos se aferran a la taza de café y sus labios se abren. Cuando lo mojada que se encuentra contra mis dedos, los adentro y gime alzándose sobre las puntas de sus pies mientras la sostengo con mi otro brazo alrededor. Presiona sus tetas contra mí y sus ojos se entrecierran, un pequeño gemido escapa y después uno algo más alto que me tiene besándola para que no haga un escándalo.
Estoy enamorado de la forma en la que el cuerpo de Clover siempre responde a mis ataques sensuales y amorosos, me encanta la forma en la que recibe y da placer, el cómo no se cohíbe, su goce y la forma liberal en la que no se contiene.
Estoy más duro que una piedra, pero no se trata de mí, ella tiene a una clase a la que llegar y yo estoy haciendo un punto sobre cómo amo la falta de bragas, el objetivo es hacerla llegar y por suerte está bastante cerca. No llevo un conteo del tiempo, pero poco después me está mordiendo el labio con fuerza mientras aprieta mis dedos cubriéndolos con más de su humedad, se estremece y dice mi nombre. Objetivo alcanzado.
Sonriendo veo la manera en la que respira través de jadeos y cómo sus ojos oscuros permanecen en mí; le doy un suave beso en la boca.
—Me encanta darte orgasmos —confieso—, creo que será una de mis razones de vivir.
—No tengo objeción a ello, solo espero sobrevivir.
— ¿Qué hacen ustedes dos? —pregunta la voz de Stephan entrando a la cocina.
Clover da un respingo que equivale a saltar en mis dedos, encontrándose aun sensible eso conlleva a un gemido de su parte que no deja dudas a la imaginación, pero por fortuna, gracias a mi cuerpo, Stephan sabe lo que pasa más no puede verlo.
—La cocina es sagrada, cerdos —Nos acusa.
Saco los dedos de Clover y antes de voltear hacia mi amigo, me los chupo, no se puede desperdiciar nada. Girando le sonrío a Stephan quien nos da una mirada divertida mientras come una manzana.
—No sabía que tenías una fiesta de pijama con Clover, supongo que hubo reconciliación.
—No lo sabías porque tenías una fiesta en tu habitación —dice Clover recogiendo su cabello en una improvisada cola—. Fueron ruidosos.
— ¿Si? Me parece que también escuché a alguien gritar y no provenía de mi habitación, mi querida Clover.
—Llamemos a tregua —sugiere ¿Mi novia? alzando las manos en ofrenda de paz antes de ir al fregadero a lavar su taza y es tan educada que también lava la mía.
—Llévate mi auto —Le digo a Stephan—, Clover necesita llegar a clases y yo aún no estoy listo para la mía no sé si vaya. Y mi hermana sigue en coma, luego paso por las llaves.
—Vale ¿Lista, Clover? —pregunta enderezándose y luego olisqueando—. Mi machote, esta cocina huele a sexo.
Ruedo los ojos ante sus palabras mientras Clover jadea y Stephan se ríe. Con el ceño fruncido ella se detiene a mi lado y le da una mirada un poco intimidante a mi imbécil que solo sonríe.
— ¿Ya está lista tu...Eh...Amiga? Debo llegar a clases —Ante su pregunta Stephan parece desorientado—. La chica de anoche...
—Ah, no. Se fue después de que nuestros cuerpos se saludaran —Se encoge de hombros.
— ¿La echaste en la madrugada?
—No, Clover —Se hace el ofendido—. Solo le dije que a mis compañeros no les gustaba que las conquistas se quedaran a dormir.
—Lo que no es cierto —agrego.
—Igual ella me dijo que tampoco quería quedarse, tenía una clase temprano y su novio pasaría por ella a su hermandad...
— ¿Novio? Oh, Dios mío, eres un amante.
—Ser un amante conllevaría a tener sexo de manera continua y clandestina, nombres en códigos, llamadas a escondidas y mensajes desesperados —Aclara Stephan—. Un par de folladas de una noche se llevan el título de "soy el tropiezo de una relación que si acaba no será por mí."
Se hace un silencio y volteo a ver a Clover que lo ve con la boca abierta, su expresión denota incredulidad en la misma medida que desconcierto.
— ¿Me estás juzgando, Clover?
—No —responde de inmediato—. Solo estoy sorprendida.
—No la obligué, ella hizo su elección y yo la mía. La pasamos bien.
— ¿Y si el novio se entera y quiere patearte el culo? Porque siempre culpan al amante.
—Que no soy el amante.
—Es el tropiezo de una relación que si acaba no será por su culpa —repito.
—No me patearán el culo, tranquila —Stephan voltea a verme—. Aw, nuestro trébol es tan tierno con su preocupación. Ahora, mueve el culo, también tengo que llegar a clases.
— ¿Qué estudias? —Le pregunta tomando su teléfono del mesón y luego viniendo hacia mí para despedirse.
—Seré dentista —Se señala los dientes—. ¿No ves lo bien cuidados que están? Por eso mi sonrisa deslumbra.
— ¿Y cómo ustedes se hicieron amigos?
—Vamos tarde, eso te lo contamos otro día —Le resta importancia Stephan—. Te espero en el auto.
Lo veo salir de la cocina antes de enfocar mi atención en Clover. Bajo el rostro y ella se alza sobre las puntas de los pies para que pueda besarla. Hace mucho no era el tipo que daba besos de saludos y despedidas, porque era el tipo de lo casual. Recuerdo lo que era estar en relaciones, pero hay algo genial en hacer esto cuando creo que soy un poquito más maduro.
—Debo trabajar en mis correcciones para la propuesta de trabajo de grado, así que no podré encontrarme contigo más tarde, además tengo a Moira, pero hablamos por teléfono.
—Bien —Me da otro beso pasando las manos por mi cabello—. Me alegra que estemos bien y me alegra haber venido a solucionar nuestro malentendido.
—Me alegra haberte follado —digo y sonríe.
Deslizo mis labios desde su mejilla a su oreja y mis manos le sostienen el culo por debajo de la camisa, apretando la carne desnuda.
—Todo el día pensaré en ti, en la forma en la que me besabas, cómo te sentías de mojada alrededor de mí, el cómo me apretabas con codicia cómo si no me quisieras dejar ir, tus tetas sacudiéndose y luego la forma en la que se veía esto —Desde atrás la rozo entre las piernas—, cuando alcanzamos al orgasmo. Húmedo de ti y de mí ¿Y sabes que también voy a recordar?
—Dime —Su voz se escucha afectada, sonrío.
—Voy a recordar cómo te alivié con mi lengua, cómo me pedías más y la manera en la que este culo hermoso clamaba por mi dedo, cómo si codiciara algo que le daré después y por si eso no fuese suficiente...
—Callum... —jadea.
—Me recordaré en tu garganta, esos sonidos de atragantarte cuando tus ojos me rogaban que te diera mucho más.
—Necesito ir al baño antes de irme —dice apartándose de mí—. Demasiada humedad para ir sin bragas.
Riendo la veo comenzar a salir de la cocina y le grito un "presta atención a la clase" antes de tomar agua. La escucho decirme un "nos vemos, irlandés" poco después antes de que por la ventana vea mi auto salir.
Vuelvo a mi habitación y veo a Moira aún en la posición exacta en la que se durmió anoche. Para comprobar que de verdad no se murió, pongo dos dedos debajo de su nariz (por supuesto que no los que le metí a Clover) y siento su respiración.
—Ah, aun vives, Moi-Moi.
Voy al baño, me lavo las manos y luego me encuentro yendo a mi escritorio, enciendo la laptop, localizo un par de libros con apuntes y reviso las correcciones que me pidió el profesor pensando de qué manera puedo hacer mejor el planteamiento de problema y cuál de las dos propuestas deseo trabajar.
Poco tiempo después mi teléfono vibra anunciando un nuevo mensaje.
Mi trébol: Bragas puestas, ya en el salón de clases
Sonriendo no tardo en responderle.
Callum: hazme un favor
Mi trébol: cuál?
Callum: moja esas bragas nuevas en mi honor
Veo los puntos indicando que está escribiendo mientras muerdo mi lápiz esperando su respuesta.
Mi trébol: inspírame
No sé diga más. Lo quiere y lo tiene.
Veo hacia atrás para confirmar que mi hermana sigue en coma y agarro el pantalón de pijama bajándolo un poco para fotografiar unos pocos centímetros de mi polla. Todos conocen la regla de las fotos sexuales: no confíes en todos, no muestres tu rostro. Presiono enviar y rápidamente le escribo.
Callum: después quiero la prueba
Mi trébol: de qué?
Callum: de que te mojaste
Callum: presta atención a la clase
Mi trébol: cómo me concentro viendo esa foto?
Le envío un emoji sonriendo y bloqueo el teléfono volviendo a mi trabajo de grado. De esa manera paso parte de la mañana perdido en apuntes. Soy un excelente estudiante, de los mejores, tengo la impresión de que si me mantengo así podría graduarme cómo uno de los primeros o el primero de mi clase y mis posibilidades de obtener una beca en el lugar que deseo en mis opciones de escuela para maestrías serán bastante elevadas, también implica mejores recomendaciones y antecedente cuando haga mi doctorado, me es esforzado muchísimo para eso.
La mayoría me ve únicamente cómo un irlandés fiestero que lleva la diversión a todas partes, que se fuma un porro de tanto en tato y que se follaba a hombres y mujeres, pero la cosa es que soy bueno estudiando y mejor aún, me gusta la carrera que elegí. Habrá tiempo para fiestas siempre que esté seguro de que no estoy perdiendo algo importante en mis estudios. Quiero que mis padres, mi familia, se sienta orgullosa de mí el día en el que consiga mi título universitario y no porque ello me haga mejor que las personas que deciden no ir a la universidad. Se trata de que cuando fui aceptado en esta universidad y me despedí de mi familia les dije que tendríamos siete años de buena suerte cuando consiguiera mi título porque no volvería sin el. Era mi meta, mi objetivo y estoy cerca de alcanzarlo.
Y cómo soy un hijo de puta ambicioso, lo siguiente es estudiar para sacar una maestría y cerrar el broche de oro con un doctorado (para esto último no tengo prisa, puedo tomarlo con un poco más de calma), en verdad deseo mucho lograrlo. Me gusta estudiar porque estoy en algo que genuinamente me gusta y apasiona aún me queda muchísimo por aprender.
—Tengo hambre —murmura Moira volviendo de la muerte y cortando mi momento de pensamientos ambiciosos.
Me giro lo suficiente para verla. Cómo durmió con el cabello recogido eso está controlado, pero tiene marcas de las almohadas en el rostro, trae lagañas, está hinchada y casi me está mostrando una teta porque no se toma el segundo de subirse los tirantes de su pijama.
Mis hermanas son hermosas, no me duele ni incómoda admitirlo porque no estoy ciego y bueno, amigos de Irlanda hicieron difícil que no supiera que a todos les parecían muy atractivas, pero cuando despiertan son unas cosas feas y mundanas.
Así que desbloqueo mi teléfono y mientras Moira se estruja un ojo con la mano, capturo una foto que envío al grupo de la familia.
Callum: ¡Ayudaaaaaaa! Esta cosa fea despertó en mi cama
Callum: tengo miedo, mamá.
Arlene: casi se le sale una tetaaaaa
Papá: *Gruñido*
Por la hora creo que los demás responderán después, así que de nuevo dejo el teléfono a un lado para ver a Moira bostezar y estirarse, la camisa baja peligrosamente más.
—Súbete la camisa antes de que me traumes, cosa fea.
—Solo son tetas —dice arreglándosela y viendo alrededor—. ¿Y Clover?
—Se fue a clases hace un par de horas —Alzo la mano antes de que pueda hablar— y antes de que lo preguntes, sí, tenía clases, pero me tomé la mañana para adelantar esto y así tener la tarde contigo.
—Awww que bonito, mi traserito público ¿O debo llamarte traserito del trébol? —Se quita las sabanas y baja de la cama tambaleándose y luego cayéndose.
—Pero ¿Qué fue eso? —pregunto riendo viendo cómo se apoya de la cama para levantarse.
—Estúpido, me dio uno de esos momentos en donde te mueves de forma muy brusca y te mareas.
—O estás embarazada.
—No, no creo —Bosteza de nuevo—. No follo desde hace un mes y no me dieron por ahí.
—Eres asquerosa.
—Cómo si tú no jugaras con el culo de los demás o dejarás a otros jugar con tu culo —Se burla—. En fin ¿Ya desayunaste?
—Te esperaba para que comiéramos afuera, pero si aguantas, puedo adelantar otro poco aquí y vamos a almorzar y caminar por la ciudad.
—Trato, pero iré por café.
Asiento y vuelvo a mis apuntes concentrándome en ello hasta que escucho su voz hablando con alguien más.
—Alemania es hermosa, pero muchos alemanes fueron bastantes fríos conmigo, pero no hay hielo que yo no derrita —La escucha jactarse.
Soy o era un sinvergüenza, pero ella también.
—Qué genial, es bueno que te fuese así de bien —responde Michael—. No sabía que vendrías.
No es que ellos se hayan conocido antes cómo sucede con Stephan, se trata de que hablo tanto por vídeollamada con mi familia que de alguna manera algunas veces no estoy solo y cabe destacar que antes de la mierda de Bryce, cuando Michael se volvió nuestro compañero de casa, nos llevábamos muy bien.
—Lo sabrías si no evitaras a mi hermano —responde Moira—. ¿Todo bien, Michael?
Hay unos breves segundos y pienso que no dirá nada, pero entonces habla.
—No, no está bien —silencio—. Siento que ya no doy más ¿Sabes? Siento que me he arrojado de un precipicio del que no dejo de caer, pienso que falta poco para tocar fondo y aun así sigo cayendo.
»Estaba cansado de luchar y pensaba que escogía por una vez en mi vida lo fácil, porque estaba tan cansado, pero me equivoqué. Ha resultado ser lo más caro que me ha costado en mi vida. Me ha costado mi paz, mi tranquilidad, mi consciencia, me ha costado muchísimo.
— ¿Y qué piensas hacer al respecto? —pregunta Moira sin tacto—. Ya reconociste el problema, ya estás cayendo y sabes el costo que están teniendo tus elecciones, entonces ¿Qué harás al respecto? ¿Esperarás a tocar fondo o te impulsarás para no perderte en el precipicio en el que caes?
»Hay derecho en autocompadecerse, pero no por mucho rato, Michael. Si reconoces el problema, piensa o busca ayuda adecuada. Eres adulto y aunque no juzgo que te cansaras y pensaras en escoger lo fácil, no dudo que tuviste que haberte esperado unas consecuencias, siempre las hay.
La cosa con Moira es que no tiene tacto e incluso si te aconseja suena directa y sin rodeos, puede ser por el tono de voz que usa, su postura, la mirada o la expresión de su rostro. Moira es muy peculiar.
—Pareces un buen chico, Michael y tal vez traes demasiado peso contigo. Puede que otros sean los causantes de tus tormentos, pero tienes que recordar que tú te pusiste ese peso encima y tal vez tengas el poder de quitártelo.
»Amo a Callum y mi familia es muy feroz sobre nosotros. Si esa cosa pelirroja pierde tan siquiera un pelo, tienen que prepararse para la furia irlandesa —No lo hace sonar muy casual—. Porque es cierto que somos divertidos, risitas y buena suerte, pero también es cierto que nos cabreamos de una manera monumental. Entonces, será mejor que no me entere de que mi hermanito está pasando un mal rato y mucho menos que te involucres ¿De acuerdo?
»Porque es que no me importa nada, esa cosa pelirroja llega a tener un rasguño y será mejor que el causante se esconda debajo de las piedras para que no le quiten hasta el último de sus órganos —Suena como si estuviese sonriendo—. ¿Entendido?
Hay un breve silencio, tal vez él se encuentra sorprendido. Yo lo estaría, pero crecí escuchando de su parte un "si le dices a mamá que me escapé, tendrás que dormir con los ojos bien abiertos si no quieres amanecer sin ellos."
—Entendido —Termina por responder
—Muy bien, me alegra que nos entendiéramos, Michael —Ahora suena amigable—. Cuídate mucho y por favor piensa bien sobre tus decisiones.
Dicho eso, poco después, Moira aparece en mi habitación y cierra la puerta detrás de ella. Está comiendo una manzana.
— ¿Qué fue todo eso? ¿Por qué andas de matona?
—Solo hacía un punto, ni siquiera mencioné a la MI. Solo insinúe que los harán pedacitos si algo te pasa. Yo misma los haré pedacitos, no le temo a la sangre ni a las tripas.
— ¿Has hecho alguna vez un test qué mida si eres una sociópata o peligrosa para la sociedad?
—No, si soy especial, prefiero vivir en la incógnita —responde mordiendo la manzana.
—Especial —repito con incredulidad y luego sacudo la cabeza—. Sin embargo, él habló contigo, algo que no ha hecho con nosotros.
— ¿Quieres que le saque más información antes de irme?
—No, quiero que te mantengas al margen.
—De acuerdo, pero ¿Sabes? Tenía un aspecto muy lamentable, ese chico está jodido, está en el borde, un solo empujón y colapsa. Me da pena, pero tú me importas más y mientras siga con esa mierda de la que me hablaste es difícil ayudarlo.
—Él es o era una buena persona —suspiro—. No entiendo cómo llegó a Bryce.
—Ya lo escuchaste, estaba cansado de la constante lucha en su vida. Para nosotros es difícil entenderlo cuando hemos tenido la fortuna de tenerlo todo.
—Quisiera ayudarlo, era un buen compañero, pero siento que ha cruzado líneas y estoy tan metido en esto que no quiero hundirme más.
—A veces es necesario ser egoísta —Se encoge de hombros— y en todo caso, para poder ayudarlo él tiene que dar el primer paso.
Nos quedamos unos segundos en silencio. La verdad es que no sé cómo sentirme respecto a Michael. Estoy cabreado con él, pero también preocupado. Esto es una mierda.
—Bueno ¿Ya podemos salir? Tengo hambre —Rompe Moira el silencio y ruedo los ojos.
—Toma una ducha en el baño de la habitación de Stephan, yo uso el del pasillo.
Consigo una toalla para ella y pronto se encuentra bañándose. Guardo los cambios de mi trabajo en la laptop y cómo soy paranoico y controlador en cuanto a estudios, lo guardo en el disco duro externo, me lo envío por correo y lo guardo en un pendrive. No hay manera en la que pierda lo que hice.
Tomo mi teléfono y la toalla yendo al baño del pasillo. Me detengo de forma breve frente a la puerta cerrada de la habitación de Michael y pienso en tocar, pero en última instancia bajo la mano y continúo al baño.
Estoy a instantes de meterme a la ducha cuando mi teléfono suena y veo que Clover me ha escrito luego de un par de horas.
Mi trébol: aquí la prueba
E inmediatamente llega una foto de sus bragas a la altura de sus muslos. La tela se encuentra más oscura hacia el centro, en donde se encuentran húmedas.
Callum: me matas
Mi trébol: te quiero vivo
Me envía unos corazones que le devuelvo antes de abrir la imagen de nuevo. Sí, está ducha será más larga de lo que esperaba.
***
Sonrío viendo a Moira comer felizmente del postre sin importarle calorías o estar a punto de explotar por el almuerzo cómo lo estoy yo. Ella tiene que ser la única de la familia, además de papá, que come como una cerda, de verdad posee un estomago sin fondo y aun así no engorda, aunque recientemente puedo notar sus mejillas un poco más llenas al igual que sus piernas, pero de nuevo, no pienso comentarlo.
Ella también es la única de los hermanos que no se ejercita. Yo he trabajado por mi cuerpo tonificado y me gusta hacer ejercicio, me ayuda a ordenar mi mente y relajar la tensión en mi cuerpo; Kyra está en la onda del yoga y Pilates por lo que creo que es la que mejor de nosotros está en cuanto a la vida fitness y Arlene tiene un amor loco por la zumba.
—Así qué...Voy a hacer un comentario idiota —Le advierto y toma más de su brownie.
—Adelante, estoy acostumbrada.
—Te caíste de la cama por marearte, sigues tragando cómo si no tuvieses fondo y te ves más cachetona que hace unos meses...
» ¿Tienes a un feto dentro de ti? —disparo y se paraliza durante unos segundos antes de continuar masticando.
—No tengo sexo desde hace un mes y ya te dije...
—Sí, sí, que el último día te dieron por el culo.
La pareja de al lado jadea y yo me giro dándoles una suave sonrisa antes de volver la atención a mi hermana que está riendo.
—La cosa es que hace un mes mi amigo alemán y yo dejamos de enrollarnos... Y estoy cuidándome, señor desconfiado.
»Por eso me ves con un par de kilos más, las hormonas están haciendo lo suyo —Toma otro poco de brownie antes de volver a hablar— y ya tuve mi período este mes. No tengo ningún feto dentro de mí, lo que es bueno. No estoy preparada para ser mamá.
Asiento complacido con la respuesta mientras golpeo los dedos sobre la mesa como lo he venido haciendo desde hace un rato, ella sigue el movimiento con la mirada antes de verme a los ojos.
— ¿Qué pasa ahora, Call-me?
No sé muy bien cómo decirlo. No es que quiero usar movimientos extraños o pedir ayudar a fuerzas más grandes que yo, pero mientras comíamos estuve pensando y llegué a la conclusión de que no me quiero morir.
No pedí nacer, pero que bueno que lo hice porque de verdad me gusta vivir y creo que me metí a nadar en aguas bastante turbulentas.
Estuve pensando que Bryce es éste loco hijo de puta que básicamente me restregó en el rostro el haber violado a otras mujeres y sus intenciones para con Clover, un estudiante murió por causas desconocidas y todos rumorean que es la droga "diferente y adictiva" que él ha estado haciendo correr por el campus. Si los chismes que me llegan corren así, es muy difícil que no le lleguen a los oídos de las autoridades universitarias, lo que me hace saber que hay una razón, un algo, por lo que no es expulsado.
¿Cuál puede ser la razón para que un estudiante veinteañero tenga a las autoridades universitarias haciéndose los locos? Poder. Él tiene detrás de él alguna jerarquía de poder. Entonces, si lo pienso, no puede ser cualquier poder, tiene que ser algo rudo, porque admitámoslo, es un hijo de puta con arrogancia sustentada en algo, se cree indestructible y tiene la percepción de que el mundo debería ser suyo y solo alguien que tiene respaldo y medios, puede sentir tal impulso y confianza.
No pongo en duda de que sea inteligente, pero no lo suficiente para crear una nueva droga y para tener acceso a ella, no puede ser un simple traficante, si fuese así no tendría a personas cómo Michael haciendo el trabajo sucio, porque ¿Cómo tendría dinero para pagarles a todos? Entonces, la droga viene de tipos duros con el suficiente capital para invertir en laboratorios, patentarla, defenderla y distribuirla.
¿Quiénes pueden hacer eso? Capos, mafias, organizaciones criminales. No cualquier pandillero o club motero puede desplegarse de tal manera. Bryce debe tener alguno de esos tipos de nexos, la cuestión es que no puedo averiguarlo, una pregunta a la persona equivocada y aparecería muerto y despertar la determinación de Jagger en esto sería hundirlo en la mierda.
Así que ¿Qué puede hacer un tipo normal cómo yo con una vida corriente?
— ¿Callum? ¿Por qué te quedaste paralizado?
—MI —Digo con lentitud y ella enarca ambas cejas antes de limpiarse la boca con una servilleta.
— ¿Qué se supone que significa que lo digas así? ¿Una llamada de emergencia? ¿Una invocación? No es que sea cómo un demonio al que llamar diciendo su nombre tres veces frente a un espejo.
—Quiero contactar con la MI —hago una pausa, eso sonó demasiado dramático para lo que en realidad es—. No, en realidad quiero contactar con tío Lorcan.
Y para ello necesito el número de teléfono especial que solo tiene papá, porque se supone la norma es: si lo necesitas para algo así de importante, pasas por papá. Existe tal norma porque se supone que nunca lo llamaríamos, pero siempre hay una primera vez.
—No quiero que papá lo sepa porque no es algo grande.
— ¿No lo es?
—No. No estoy planeando hacer correr sangre —Esto último lo gesticulo—. Solo quiero información y un pequeñísimo favor.
»Estarás en casa en dos días, puedes conseguir el número del teléfono de papá o donde sea que lo esconde.
—Papá se molestará muchísimo si sabe que hago eso o lo que tú estás haciendo sin decirle —Se remueve inquieta en el asiento— y no se tratará solo de gruñir, de verdad estará cabreado.
—Pero no se enterará.
— ¿Y si luego el tío Lorcan le dice?
—Si eso sucede, no te mencionaré —Sigue dudando—. ¿Qué pasa, Moira? Me diste toda esta charla sobre la MI y ser la solución ¿Cómo pretendías que contactara al tío? ¿Con una paloma mensajera? ¿O eras solo tú cacareando y fanfarroneando?
—No cacareo —se exalta.
—No lo sé, es lo que me parece. Ahora que pido la ayuda, te echas hacia atrás y acobardas.
—Maldito, sé lo que haces —respira hondo—. Está bien y lo hago porque si quieres algo de él, tiene que ser muy preciso y tuviste que pensarlo muy bien. Sé que no vas a comprometerte.
—No es que vaya a ordenar que lo liquiden o algo así, solo quiero información y un favorcito.
—Bien, conseguiré el número —suspira—, pero pídeme otro postre.
—Hecho, es un trato fácil.
Hago una seña al camarero de que se acerque y mientras ella ordena trato de pensar muy bien exactamente qué información pediré a tío Lorcan y de qué manera plantear este pequeño favorcito que no me haga endeudarme o vincularme con algo que no quiero.
Si hay monstruos y oscuridad habitando en mí, no planeo que salgan a la luz o a jugar. No, gracias.
***
Estoy de camino a la clase, la que comparto con Clover, creo que no voy tarde y un rápido vistazo a la hora en mi teléfono me lo confirma antes de que me lo guarde de nuevo en el pantalón. Voy a esa clase en donde Clover se sienta en la quinta fila junto a sus amigos y en dónde sé que me mira. Eso explica mucho de mi buen humor, no la he visto desde hace dos días y un coro de ángeles canta ahora que veré su bella carita. Pensarías que tener sexo calmaría mi deseo, es decir, después de meses ya no éramos solo mi mano y yo, pero no.
Tener sexo con Clover solo ha desbloqueado un nuevo nivel de suciedad en pensamientos e incluso un par de sueños. Me encuentro preocupado de la manera en la que me pongo duro constantemente pensando en nuestros encuentros y en serio, mi mano me odia. Teniendo en cuenta que hoy es cuando Moira se va, en un vuelo nocturno, siento alivio. Amo a mi hermana, pero eso de masturbarse sin llamar la atención, que me escuchen o me vean, conlleva mucho trabajo. Hace mucho tiempo no tomaba duchas tan largas.
Reviso que las puertas de mi auto se encuentren cerradas y me dirijo al edificio con mi mochila colgando de un hombro. Yo, quien usualmente soy un tipo observador, me distraigo lo suficiente para no darme cuenta de que vienen por mí; no lo hago hasta que algo es presionado contra mi espalda baja y un brazo pasa alrededor de mi cuello.
—Estaba esperando a conocerte irlandés, ya me hablaron de ti. Te vienes conmigo, daremos un bonito paseo —dice algún tipo desde atrás.
—Amigo de Bryce ¿Eh? —pregunto alzando las manos porque soy lo suficiente inteligente para saber que mi desventaja es muy, pero muy obvia.
—Camina hasta la camioneta negra a la derecha y no hagas nada estúpido.
Él dice eso, pero yo he hecho muchas estupideces en mi vida. Ejemplo: a los once años pensé que podía vender a Arlene por internet a una familia rica en Suiza, pude haberlo logrado si la familia no hubiese descubierto que era un niño respondiendo a su entrevista y llenando los formularios.
Así que camino hasta la camioneta, pero ¿Te acuerdas que mi tío súper divertido está en la mafia? ¿Mencioné que papá a ratos es entrenador de boxeo? Sí, bueno, no soy indefenso y de algo tiene que servirme ejercitarme y la inteligencia, solo espero ser más rápido que una bala si eso que se presiona en mi espalda baja es un arma.
Cuando llegamos hasta la camioneta hay otro tipo en la puerta del conductor con una gorra lo suficiente baja para no identificarlo, pero los segundos corren e incluso si mis probabilidades son bajas, son mucho más escazas si subo a esa camioneta. Actúo.
Tomo impulso y llevo la cabeza hacia atrás sintiendo la nariz crujir detrás de mí ante el impacto y de inmediato hay un dolor agudo en mi cabeza que me aturde durante unos segundos. El conductor baja rápidamente del auto golpeándome con la puerta, pero sabiendo que el suelo es condenarme, le pateo las piernas y uso la puerta para golpearle en la cara.
Tiran de mis pies, caigo y tengo al tipo número uno sobre mí, resulta que no tenía una pistola, lo que tiene es un cuchillo bastante intimidante que viene hacia mí, pero le golpeo la tráquea con una mano y luego otro cabezazo de frente que me tiene sangrando por la nariz, pero que lo hace retroceder fuera de mí.
Este es mi momento para correr, pero el tipo número dos desde atrás pasa alguna cuerda alrededor de mi cuello comenzando a asfixiarme. Mi primer instinto es luchar e intentar quitar sus manos, arañarlo, me dejo llevar por la desesperación los primeros segundos y luego casi escucho a papá decirme que si no me tranquilizo no podré hacer nada.
Veo al suelo de manera frenética mientras la cuerda me quema la piel y mis ojos encuentran el cuchillo, no lo dudo. Lo tomo y se lo clavo a mitad del muslo, saco la hoja filosa ahora cubierta de sangre y se la clavo de nuevo incrustándola profundamente, sé que he hecho un daño importante ahí traspasando músculos y tal vez alguna arteria importante, pero eso me ha comprado tiempo y una oportunidad de escapar de esto.
Aire llega a mis pulmones cuando la cuerda cae de mi cuello y el tipo lamentando la puñalada me deja ir. Me arrastro para ponerme de pie, pero tipo número uno tira de mí mientras dos maldice de dolor. Me hace girar de espalda en el suelo y esta vez un arma se presiona en mi frente.
—Te dije que no hicieras nada estúpido.
Su gorra ha caído y estoy frente a un tipo rubio de ojos verdes que en mi vida he visto y que tiene un fuerte acento en su hablar.
—Sí, debiste investigar. Soy un tipo que hace cosas estúpidas —Saboreo la sangre que cae desde mi nariz y ¡Joder! Me duele respirar, me arde el cuello y mi cuerpo comienza a sentir dolor.
Clavo los dedos en la grama debajo de mí, arrancando un puñado de tierra y arrojándosela a los ojos. Grita y dice que lo lamentaré, no tengo oportunidad de aprovechar algún tipo de escape por lo que deduzco que las probabilidades de obtener un disparo son muy reales, pero soy un luchador y mis dedos recogen más tierra para dañar sus ojos y desorientarlo.
— ¡Oye! ¿Qué mierda está pasando? —Grita una voz que reconozco.
Mierda, mierda. Es Maida.
— ¡Alguien ayude! —Comienza a gritar de manera frenética—. ¡Ayuda! ¡Ayuda!
Un alboroto comienza a formarse y el tipo sobre mí maldice, se tropieza y lucha por mantener los ojos abiertos ante el daño evidente que le he ocasionado, pero no tarda en subir al auto junto al que aún tiene el cuchillo en el muslo. La camioneta arranca a toda velocidad y yo solo puedo pensar en que estoy vivo para contarlo.
— ¡Callum! —Maida llega hasta a mí con ojos muy abiertos y piel pálida.
Ella se deja caer de rodillas frente a mí, ayudándome a incorporarme mientras se saca la camisa, quedando en sujetador y presionándola contra mi nariz sangrante. Todo lo que hago es verla.
— ¿Estás bien? ¿Te hicieron más daño? ¿Qué hago?
— ¡Duendes, Maida! —La atraigo para un abrazo—. Gracias, muchas gracias.
— ¿Qué fue eso? ¿Por qué ellos...?
—Solo fue un asalto.
Seguridad universitaria aparece junto a profesores y más adelante el Decano. Me instan a llamar a la policía, pero digo que no vi nada, que querían asaltarme y que preferiría no hacer de ello algo grande.
Porque sé que fue Bryce de la misma manera en la que me doy cuenta y sospecho que no puedo confiar en cualquiera para esto ¿Quién me dice que la policía no está contaminada? Prefiero ser paranoico a darles la oportunidad de venderme.
Me llevo una mano al cuello en donde siento el ardor que dejó la cuerda. Esta no fue una advertencia, este fue un ataque directo.
Pues nada, tengo sueño. Gocen.
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Espero les guste.
Un beso.
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