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26. El paraíso (+18)

El paraíso. (+18)

Callum.


El sofá de esta casa no es pequeño, pero por experiencia sé que dormir en el no es agradable. Antes de saber que el día terminaría con Clover en la casa, pensé que no habría problema en dormir en la cama, cómo muchísimas veces, junto a mi hermana ya que es lo suficiente grande, pero ahora tenemos a Clover aquí.

Clover que no deja de insistir en que puede irse a su residencia, pero no quiero que lo haga. La extrañé y luego de nuestra conversación no he tenido oportunidad de tenerla solo para mí porque Moira se ha dedicado a conocerla, ser chismosa y recomendarle libros eróticos que hemos leído. Mi trébol ha sido paciente con mi hermana, pese a que Moira puede ser muy abrumadora y las respuestas de Clover hacia ella parecen genuinas.

Admito que me está emocionando que se lleven bien, pero también siento que mi hermana me bloquea la polla y cualquier momento romántico, sin embargo la perdono porque la extrañé y porque hablar con ella me hizo sentir mejor.

Ahora es tarde, no quiero que Clover se vaya y hay una sola cama. Moira ha dejado en claro que la cama es lo suficiente grande para los tres y yo no tengo problema con ello, pero no sé qué opina Clover al respecto, lo último que quiero es incomodarla, pero irme a dormir al sofá y dejarla sola con mi hermana lengua larga, no me da la suficiente confianza.

—No es como si fuésemos a hacer cosas sucias —dice Moira ya en pijama—. Ya te lo hemos dicho, Clover, no somos...

—Incestuosos —termina ella.

Mi hermana asiente mientras de manera distraída se acaricia la oreja felpuda de conejo porque trae un pijama enterizo felpudo de dicho animal. Clover, que llegó en la tarde con su peculiar vestimenta de camisa enorme escondiendo las curvas que me encantan y pantalón desgastado que se ajusta a sus muslos, parece que vino lista para dormir conmigo porque estoy suponiendo que eso es el intento de un pijama y yo solo traigo uno de mis pantalones sueltos de chándal.

—Entonces está decidido —dice Moira dejándose caer en el lado derecho de la cama—. Estoy agotada, apaguen las luces y a dormir.

No sé si de verdad está tan agotada, pero tal vez sí porque no pasan ni dos minutos cuando se encuentra dormida acurrucada en sí misma. Viéndola así casi parece inofensiva. Busco una manta adicional con la que cubrirla pese a que seguramente su pijama le está dando el suficiente calor corporal, luego me giro hacia Clover que mira de manera pensativa a la cama.

— ¿Voy en el medio? —pregunta no muy convencida.

—Cómo quieras. No es la primera vez que duermo con mi hermana...Bueno, eso suena horrible, pero sabes a lo que me refiero.

—No suena horrible porque lo entendí bien.

Trepa sobre la cama dándome un buen vistazo de la forma en la que el pantalón feo y ajustado le abraza el culo, pero solo necesito ver a mi hermana para que la calentura desaparezca. Apagando las luces no tardo en ubicarme a su lado porque Clover se encuentra en el medio y puede que la cama no sea pequeña, pero tampoco deja suficiente espacio cuando somos tres personas adultas en ella.

Escucho unas risas desde afuera, que es la razón por la que no dormí en la habitación de Stephan, me había advertido que vendría con una amiga y puedo imaginar las cosas amigables que piensa hacer, por suerte, nuestras paredes son gruesas, pero de igual forma no son a prueba de gritos por lo que espero no resulten muy ruidosos si piensan hacer suciedades.

Girándome de costado, me enfrento a Clover que tiene la misma posición y debido a que las cortinas de la ventana no están cerradas, soy capaz de ver lo suficiente de su rostro en la oscuridad.

—Tienes unas lindas ojeras —Señalo y estiro una mano para con mis dedos acariciarle el pómulo.

—No dormí tan bien desde el viernes.

De nuevo me pateo por haberme envuelto en mi propia mente y crearme un montón de escenarios que alimentaron el miedo sobre si ella no me veía igual luego de lo que le hice a Bryce.

Aun me siento impotente sobre la manera en la que Bryce ha dejado un miedo en ella, la forma en la que la tocó y habló sobre otras, pero trato de controlarme porque en este momento somos nosotros, no lo dejaré arruinarlo.

—Te extrañé —dice de la nada y yo sonrío.

—El sentimiento es mutuo.

Su mano toma la mía y la guía a su cintura para que la abrace, lo cual no dudo en hacer mientras la atraigo más a mi cuerpo. Hay un minuto de silencio antes de que en susurros, para no despertar a Moira, comencemos a hablar.

Inevitablemente hablamos de la muerte del estudiante en la fiesta, nos permitimos hacer especulaciones sobre que fue a causa de las drogas y le hablo sobre lo poco que Jagger compartió conmigo, lo que la hace tensarse y decirme que tiene demasiado miedo del tipo de persona que es Bryce. Intentando no dejar nuestra conversación solo en esa escoria, decido hablarle sobre la comida divertida y extraña que tuve con Edna, Maida y Stephan esa tarde, eso la tiene cubriéndose la boca con una mano porque no puede con la risa y me hace saber que le hubiese encantado estar ahí. Conversamos sobre cómo llegué tarde a la fiesta porque estudiaba para tener el fin de semana libre para nosotros y ella me confiesa que estaba muy pendiente de mi llegada porque quería bailar conmigo y pasar tiempo juntos, ella también tenía expectativas sobre las cosas que podríamos haber hecho esa noche, del tipo sin ropa y también del tipo de tiempo divertido juntos que disfrutaríamos.

Me habla de la clase de hoy a la que falté, le hablo de la clase que di y cómo ahora atengo asesor para mi trabajo de grado, lo que la hace decirme sus opciones sobre a quién escoger ahora que empezará el próximo semestre con ello. Hablamos mucho en susurros, creo que ninguno quiere callarse y agradezco que Moira tenga el sueño pesado porque de esa manera no la molestamos.

Estamos aquí, acurrucados, con mi brazo envolviéndola y sus dedos acariciando mi cabello, su rostro está tan cerca, que luce cómo una cruel tortura.

—Quiero besarte —rompo el silencio tras unos momentos—. Extraño demasiado esa boquita encantadora.

Ella se lame los labios y yo me quejo, la muy astuta sonríe consciente del efecto que tienen en mí. Luego su pulgar se está deslizando por mi labio inferior y por supuesto que lo mordisqueo haciéndola exhalar de manera ruidosa y luego se lo lamo para después chuparlo de la manera en la que quisiera chuparle ese pequeño nudo de nervios entre sus piernas. Susurra mi nombre mientras le muerdo la yema del dedo una vez más y dejo ir su dedo de mi boca.

—Bésame —susurro—. Sácame de mi miseria. Quiero esa boquita bonita en muchas partes, pero la boca es un buen comienzo y una manera de saciar un poco de nuestra hambre.

—Poético —Se burla, pero pierde credibilidad porque sus ojos están puestos en mis labios

—Bésame, mi trébol —susurro de nuevo.

—Cuando dices que soy tu trébol...

— ¿Te enojas? —Bromeo, porque sé que le encanta.

—Me enciendo, haces que mis bragas se mojen y tenga el increíble deseo de tener cualquier parte de ti en mí. Tus dedos, tu boca y eso que aún no me das en dónde más lo deseo.

No le repito de nuevo que me bese porque lo hago yo. No hay avisos o advertencia cuando cubro sus labios con los míos y la beso lentamente de una manera húmeda en donde estoy seguro que cualquiera podría ver el danzar de nuestras lenguas y del tipo de beso que te moja los labios y genera sonidos. Pero no me basta con ello, sin poder detenerme trepo sobre ella, ubicándome entre sus piernas, enredando mis manos en su cabello y presionando tanto que gracias a los duendes la estoy besando para tragarme en mis labios el gemido que no puede controlar.

Fui muy ingenuo pensando que un beso sería suficiente para nosotros o tal vez era consciente de a dónde nos llevaría un beso y por eso lo pedí tanto.

Nos besamos de una manera que me endurece y me hace luchar contra las ganas de empujar contra la calidez entre sus piernas, porque estoy caliente, pero me es imposible olvidar que Moira se encuentra casi muerta al lado, pero no hay manera en la que se me baje o en la que renuncie a una muy dispuesta Clover.

Por fortuna para ambos, soy un muchacho que piensa rápido y encuentra soluciones para casi todo, por lo que le muerdo el labio inferior y luego me alejo solo un poco para sonreírle antes de contarle mi ingeniosa idea, ella ya sabe que me traigo algo entre manos por la forma en la que me mira; pero antes de que pueda hablar, me distraigo con su hermosa boquita hinchada. Naturalmente los labios de Clover son amplios y carnosos, pero cuando yo los devoro o esa vez que me la chupó, se enrojecen e inflaman de una manera seductora que me vuelve loco. Me es inevitable no besarla de nuevo y esta vez no puedo contenerme de embestir un par de veces contra ella, la fricción se siente malditamente deliciosa. Necesito contarle rápido sobre mi ingeniosa idea o me moriré.

—Tomemos una ducha —digo cuando consigo alejarme de sus labios.

— ¿Para calmarnos? —Parece decepcionada y yo rio.

—No, para ensuciarnos. No me lo tomes a mal, estoy calientísimo, pero paso de hacer cualquier suciedad al lado de mi hermana en coma.

Ella se paraliza y gira el rostro para ver la espalda de Moira.

—Yo sí olvidé su presencia —confiesa totalmente avergonzada.

—Eso me encanta, te hice olvidarlo todo con mi boca —Deslizo mis labios por su mejilla hasta su oreja—. Puedo hacerte olvidar mucho más con mi boca saboreando toda esa humedad que sé que se encuentra saliendo de ti.

—Lo sé... Lo recuerdo.

— ¿Estás igual de mojada que esa noche? Porque me siento hambriento y sediento.

—Me doy cuenta —Sacude sus caderas hacia mí—. Puedo sentirte lo suficiente duro para mí.

—Malditamente duro por ti, esto —Empujo las caderas contra ella—, es todo por ti y para ti. Tómalo cómo quieras, es tuyo.

—Baño, tomemos ese baño.

Sonriendo me incorporo sin mucho cuidado porque mi hermana tiene el sueño incluso más pesado que yo. Poco después, estamos saliendo de la habitación porque esta casa posee dos baños y uno de ellos se encuentra en la habitación de Stephan, el otro en el pasillo con vista a la sala.

Cuando pasamos frente a la habitación de mi imbécil, estoy suponiendo que tiene la boca ocupada porque todo lo que escucho son gemidos femeninos; Clover me enarca una ceja, pero me encojo de hombros porque dentro de poco esos seremos nosotros.

Por fortuna no tardamos demasiado en llegar al baño que es bastante amplio y que cuenta con una puerta con seguro que me encargo de pasar. Luego la veo fijamente y ella me da una pequeña sonrisa llena de seducción y promesas sucias que me la pone aún más dura.

—Me gustan mis fiestas de pijama contigo, irlandés.

—Yo las amo —murmuro viéndola tomar el dobladillo de su camisa.

Su próximo movimiento es sacársela, quedando en un sujetador transparente sin relleno que hace muy poco para contener sus tetas y que me deja ver cuán duros se encuentran sus pezones, mi mano de inmediato va a mi dureza y aprieto antes de sostenerla por sobre las capas de telas, eso le gusta, su mirada se enciende.

Su próxima prenda es el sujetador y trago viendo esas amplias tetas son liberadas, le sigue el pantalón y luego unas bragas sencillas que no detallo demasiado porque ella está completamente desnuda frente a mí.

He visto cada parte de Clover, pero de alguna manera siempre por separado o no del todo, es la primera vez que nada la cubre y estoy fascinado.

Amplios pechos que caen cómo un par de gotas debido al peso en ellos, pezones que me hacen salivar, curvas de reloj de arena con unos muslos suaves con un vértice entre ellos reluciendo con algo de humedad. Estómago sobresaliendo, un par de lunares, cabello espectacular cayendo suelto hacia atrás y un rostro a la expectativa que si bien no luce inseguro, tiene sus reservas sobre estar ahí de pie para que yo mire por tanto tiempo.

Sonrío y bajo lo suficiente el pantalón y el bóxer para que mi pene se libere. Me sostengo y bajo la mano con lentitud antes de subirla de nuevo y apretar.

—Mira la manera en la que estoy por ti —Le hago saber—. Espero seas consciente de lo jodidamente sexy que me pareces y cómo no hay manera en la que pueda despegar mis ojos de ti.

Estaba equivocado si pensaba que tenía algún control de la situación, porque ella elimina la distancia entre nosotros, con sus manos me baja el pantalón y bóxer haciéndome salir de ellos y sosteniéndome la mirada baja sobre sus rodillas, me quita la mano de mi pene para usar la suya y sin ninguna advertencia toma la punta entre sus labios y chupa.

Joder. Maldita. Sea.

Irlanda, me perdieron otra vez.

Bajo la vista para ver la manera en la que su boca se abre y con lentitud me va tragando, repite el proceso las suficientes veces para cada vez tomar un poco más y luego me siento en su garganta. Mis dedos se enredan en su cabello y soy algo brusco, pero le gusta por los sonidos que hace, además recuerdo que le gusta la sensación de que la atraganten. Hay sonidos obscenos y saliva cae por la comisura de su boca mientras me mira y mi chica sucia desliza su mano libre entre sus piernas, tocándose entre la humedad.

¡Por todo el oro de Irlanda! Denle su puta estatuilla de la mamada del año a Clover Mousavi.

Cómo si ya no me estuviese enloqueciendo, sus dedos cubiertos de su humedad reaparecen y ella...No, no puede ser...Ella me ve mientras desliza la mano entre mis piernas, pasando por mis monedas de oro y me toca en mi jodida puerta trasera.

Sus dedos, húmedos con sus jugos, me rodean y luego presionan solo un poco y yo me alejo porque estoy a nada de correrme, cómo muy, muy cerca. Es la mamada más explícita y divina que me han dado en mi vida y las probabilidades de acabar de forma inmediata son altas y no quiero terminar así.

Mi respiración es agitada cuando no le digo nada y simplemente me arrodillo frente a ella la beso y la hago retroceder hasta que su espalda choca contra la puerta, luego hay un pequeño grito cuando mis dedos van entre sus piernas y la acaricio cómo alguien en búsqueda de un orgasmo. No soy sutil ni paciente en este momento, mis dedos van directo a matar cuando dos de ellos se hunde en su interior y otro la acaricia más arriba, los muevo con la suficiente destreza para que sacuda su cabeza de un lado a otro diciendo mi nombre mientras se corre y aprieta mis dedos, también me muerde el hombro para callar sus gritos y eso me hace estremecer.

No hay palabras mientras nuestras respiraciones son agitadas, simplemente luego de alejar mi mano, nos vemos con una intensidad que en mi vida jamás había compartido con otra persona en un momento íntimo cómo este. Prometo que se me derrite el corazón cuando despliega lentamente una hermosa sonrisa y me mira a través de largas pestañas. Está preciosa en este momento con el cabello alborotado, rostro sonrojado y sudor cubriéndole el cuerpo.

Trago hondo cuando sus piernas se abren todavía más para mí e inclina las caderas hacia adelante, buscándome, deseándome en su interior y no hay manera en la que yo no le dé eso, en la que no nos dé esto que hemos estado deseando desde tiempos antes de Cristo.

Me acerco a ella tanto cómo puedo, me mantengo sobre mis rodillas con los talones de los pies presionados del culo y alzo sus muslos para que me envuelvan la cintura. Ella se incorpora pasando los brazos alrededor de mis hombros y estando en una mejor posición a horcajadas sobre mí.

No pensé que la primera vez que lo hiciéramos sería en el suelo del baño de mi casa mientras mi mejor amigo está follando y mi hermana mayor está en un coma en mi habitación, pero no me entristece o decepciona ¡Me encanta!

Así que cuando mis manos van debajo de su culo alzándola lo suficiente y guío a mi ansioso miembro contra ella, rozando la humedad que nos hace gemir y luego con lentitud la hago descender sobre mí, estoy sonriendo o lo hago hasta que aprieto los labios y me estremezco porque se siente delicioso.

A veces sucede que esperas muchísimo por un momento y cuando llega sorprendentemente es mejor de lo que imaginabas. Eso me pasa en este momento cuando me encuentro completamente en el interior de Clover, cuando la siento palpitar a mí alrededor. Me estoy volviendo loco.

Mis dedos se aprietan contra la carne de las mejillas de su culo cuando se balancea y habla ¡Duendes! Ella habla y dices cosas...

—Te sientes mejor de lo que soñé —gime moviendo de forma circular sus caderas—. Te sientes grande, me haces sentir tan llena...Mejor que cualquiera.

—Tú. Te. Sientes. Cómo. Mi. Jodido. Paraíso.

»Voy a follarte, Clover. Estoy a nada de perder el control. Puedo sentirte apretándome y tan caliente, tan mojada que no puedo pensar —Empujo mis caderas y gime clavándome las uñas en los hombros—. Déjame follarte hasta que sientas que el mundo te da vueltas y te cuestiones si esto es real.

—Fóllame, irlandés. Soy tu trébol.

Me quiebro. Dejo de contenerme.

Me inclino hacia adelante haciendo que su espalda se recargue de la puerta e yendo más profundo en este ángulo. Subo sus muslos un poco más arriba y los sostengo mientras con lentitud, tanteando, muevo las caderas en círculos. Ella gime, yo me muerdo el labio. Nos torturo con este movimiento hasta que siento que está lo suficiente preparada y se ha adaptado a mí. Entonces, comienzo realmente a follarla.

Empujo con dureza contra su cuerpo con un ritmo implacable que pronto tiene sonidos de humedad y golpeteo llenando el baño. Empujo sin control, clavándole los dedos en los muslos mientras su espalda se arquea separándose de la puerta y creando un nuevo ángulo que me hace gemir. Logro atrapar uno de sus pezones en mis dientes luego entre mis labios mientras ella juega con su otro pecho y susurra obscenidades que compiten con las mías. Estoy medio consciente de las cosas que digo, pero demasiado perdido en la forma en la que entro y salgo de ella, en la manera en la que siente. Estamos desesperados, frenéticos y tan apasionados que creo que el mundo podría venirse abajo y no nos importaría mientras sigamos follando.

La puerta suena con el sonido de nuestros movimientos, ella menea las caderas, se tira del cabello, se acuna los pechos y se pellizca los pezones. Yo la veo, la expresión de su rostro, sus labios entre abiertos, el sudor deslizándose por su piel, sus pechos sacudiéndose, su estómago contrayéndose una y otra vez y la manera en la que entro y salgo de ella recubierto de su humedad, es erótico, excitante, enloquecedor.

Gruño, gimo, hablo, jadeo.

—Es demasiado bueno —Creo decir—. Te sientes cómo mi paraíso, eres mi puto paraíso.

—Más, por favor, más.

—Es todo tuyo, lo que quieras. Todo —Siento el sudor correrme por el cuerpo—. Te follaré en cada jodida posición y si me lanzó todo el puto kamasutra, inventaremos posiciones nuevas.

— ¡Sí, por favor! Siempre.

—También te follaré por atrás ¿Quieres eso, Clover? —pregunto ralentizando mis embestidas.

—Deseo todo lo que quieres...Darme.

Los ojos le brillan con un deseo y hambre feroz, la siento apretarme mientras traslado dos de mis dedos hacia donde nos conectamos, recogiendo humedad para primero acariciarle el nudo de nervios mientras me muevo de una manera lenta y tortuosa y luego para encontrar la manera de acariciar con lentos círculos entre las mejillas de su culo, justo ahí. Se estremece y me aprieta aún más, le gusta.

— ¿Quieres negociar sobre ello? Dijiste que lo haríamos en tu primera nota.

—Quiero que me folles por ahí.

—Pero no esta noche —adentro apenas la yema de mi dedo y gime echando la cabeza hacia atrás y apretándose los pechos.

—No me importa cuando, solo deseo que lo hagas. Quiero sentirte todo, en todas partes. No te detengas, por favor.

—No hay manera en la que lo haga.

Prometiéndome jugar en otra oportunidad con ese lugar inexplorado, alejo mis dedos para tomarle las caderas con fuerza cuando acelero de nuevo mis embestidas haciendo que su cuerpo se sacuda. Gime sin control y se pellizca los pezones. Clavo la vista en la manera en la que entro y salgo, humedad recubriéndole los muslos, está increíblemente mojada. Esto es espectacular, se siente increíble y cuando una de mis manos se desliza por su estómago pasando entre sus pechos y llegando a su garganta, ella abandona uno de sus pechos para cubrirme la muñeca e instarme a apretar.

—Eres tan sucia, Clover. Siempre quieres más de lo que te doy ¿Te gusta así? ¿Lo quieres más fuerte?

Su respuesta es lamerse los labios antes de gemir y apretarme de forma codiciosa en su interior. Aprieto más mis dedos alrededor de su garganta y puedo prometer que se moja todavía más y abre más las piernas.

—Es que me encantas ¡Duendes! Quiero que seas mía.

Mantengo un agarre en su cadera y otro en su garganta mientras empujo una y otra vez, es crudo y pasional, es el puto cielo. La mantengo en el borde y cuando estoy bastante cerca de ser destrozado por el placer increíble que me reclama, quito la mano de su garganta para llevarla entre sus piernas en con movimientos circulares contra el pequeño nudo la insto a dejarse ir. Su gemido fuerte y profundo podría advertirme de su orgasmo, pero es la manera en la que me aprieta lo que me da la señal que me lleva de forma inmediata a sentir un placer de una magnitud inexplicable que me tiene gimiendo de manera ronca, estremeciéndome y haciendo movimientos torpes desesperados mientras su orgasmo atrapa al mío.

Estoy destrozado cuando dejo caer mi peso contra el suyo que ahora yace con la espalda recostada de la puerta. Siento que podría ver estrellas, no sé cómo sigo vivo. Encuentro fuerza de algún lugar para dejar pequeños besos en su cuello.

Creo que Clover y yo deberíamos estar juntos para siempre, creo que el universo nos está hablando para que cumplamos su voluntad. Tal vez en su primera nota, ella debió a escribirme: si follas conmigo te prometo que quedarás alucinado. ¿Por qué tardé tanto en decirle que lo sabía? ¿Por qué no me lo dijo desde un principio? Mira nada más toda la química sexual que estábamos desperdiciando.

— ¿Estás viva, Clover? —susurro contra su cuello.

—Milagrosamente —responde con la voz enronquecida.

Riendo por lo bajo me separo lo suficiente y le doy un suave beso en la boca antes de encontrarme con su mirada. Estoy cayendo profundamente por esta mujer, no hay explicación, excusas o intenciones de retroceder porque me gusta cómo me siento.

La adrenalina comienza a pasar y siento el indicio del dolor en mis rodillas que deben de tener quemaduras por la fricción, pero no me importa, valió la pena. Bajo la vista cuando aún con las manos en sus muslos comienzo a salir de su interior y entonces lo que debería ser obvio se hace evidente: veo cómo al salir su humedad se mezcla con la prueba de mi orgasmo.

Hola, señor, condón, fui a la fiesta sin ponerme gorrito.

Veo la manera en la que corre por sus muslos y ella también lo hace, nos quedamos con la vista clavada ahí y luego en el desastre húmedo de fluidos mezclados sobre mi miembro. Después nos vemos con algo de pánico, pero fingiendo que estamos en control.

En los libros eróticos o de romance que leo, esta es la parte donde la chica dice "tomó píldoras" y tú dices "ah, mira, qué casualidad que nunca tenía sexo o tiene tiempo sin hacerlo y ni tiene problemas hormonales, pero está tomando la píldora", pero lo aceptas con alivio diciendo "ufs, aún no queremos lo bebés", bueno, Clover me baja de esa nube con bastante rapidez cuando habla:

—No tomo ni tengo ningún implante anticonceptivo, me inclino por el condón y no sé si sabes que hay otros métodos para los hombres...

—Ya, pero no usamos condón —La interrumpo.

—Nunca lo había olvidado —Asiento en acuerdo porque lo mismo aplica para mí—. Estoy en mi época de baja de ovulación, pero...

—No se puede ser muy confiado —completo—. ¿Píldora de emergencia?

—Píldora de emergencia —confirma y luego se ríe—. No puedo creer lo normal que parece esta conversación, parece haber una tremenda confianza y estoy sorprendida.

—Esta debería ser la prueba de que estamos en un nuevo nivel y de que nos sentimos a gusto ¿No?

Cómo puedo me levanto y reprimo una maldición cuando el ardor de mis rodillas se hace muy presente, no necesito verlas para saber que se encuentran irritadas, pero sin arrepentimientos. Estiro una mano hacia Clover ayudándola a ponerse de pie y admito que miro durante unos largos segundos el desastre en sus muslos y entre ellos, tal vez es primitivo, pero me resulta súper erótico. Si no me hubiese corrido con tanta fuerza, seguramente me pondría duro de inmediato, pero un hombre necesita su cuota de minutos para recuperarse luego de correrse cómo un desgraciado.

Ella es un ardiente desastre en este momento y con una pequeña sonrisa y un caminar medio raro, pasa por mi lado entrando a la ducha y abriendo la llave, pronto el agua comienza a caer y la veo pararse debajo del rocío.

Persigo con mi mirada el agua recorriendo su cuerpo y hay un tirón en mi ingle haciéndome saber de qué poco a poco me estoy recuperando y que ¡Maldita sea! No dejo de desearla.

Bajando la vista a mi fiel compañero con pruebas de la faena, no tardo en unirme a la ducha con ella. Evalúo la manera en la que se mueve, recordando que le di bastante duro, así que decido ser gentil con ella, tomándola por sorpresa cuando la hago recargar la espalda de la pared, cierro la llave de la ducha para no desperdiciar agua ni morir ahogado y caigo de rodillas (las que deben odiarme porque hoy las he maltratado lo suficiente en pro del sexo).

—Iremos por la píldora, pero primero déjame compensarte por mi momento de pasión desenfrenado sin control.

—Lo disfruté muchísimo, irlandés.

—Y esto también lo disfrutarás —Le prometo.

Alzo su muslo sobre mi hombro y veo entre sus piernas que se encuentra claramente afectada ante semejante follada, luego uso mis labios y mi lengua con lentitud para aliviarla y darle otro muy merecido y estremecedor orgasmo.

Cuidado si en un futuro no me caso con esta mujer.

Y yo antes, ni siquiera pensaba en casarme ¡Imagínate! 



¡Altooooo! Policía de las escenas +18 pasa a reportarle que usted se encuentra multado si no mantuvo las manos limpias y visibles durante el capítulo.

Hace un poquito de calor por aquí ¿O son ideas mías?

Bueno, se terminó de comer ese pollo, lo bueno es que ahora lo van a cocinar muchas veces 7u7

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Espero les guste.

Un beso.


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