25. Mientras dormía...
Mientras dormía...
Clover
El lugar está solo, lo sé, aunque mis ojos se encuentren enfocados en el cielo oscuro porque es de noche.
No hay estrellas y aunque siento que mi pecho se sacude con sollozos y gritos, estos no se escuchan, es extrañamente silencioso y puede que en un principio no entienda la razón de mi miedo junto a la necesidad de huir.
Grito, pero no puedo escucharme y manos errantes tocan mi cuerpo en lugares que no quiero.
Intento arañar las manos, quitarlas, pero no puedo mientras su peso sobre mí me retiene y cuando mi mirada finalmente baja, todo lo que encuentro es una sombra oscura sobre mí que sonrisa aterradora.
Grito con más fuerza y nada sale mientras pataleo, pero mi cuerpo comienza a fallar mientras el rostro con solo una sonrisa y aun siendo una sombra se acerca al mío, su sonrisa es aterradora y sus dientes filosos tienen sangre.
Las lágrimas se deslizan por las esquinas de mis ojos mientras permanezco paralizada y sus manos se deslizan por mis costados hasta mis pechos, presiona su cuerpo de sombras sobre el mío y siento que me asfixia.
«Para»
«Para, por favor, para»
Las palabras quieren salir, pero mis labios no emiten las palabras mientras su aliento me golpea el rostro, el cuello, entre los pechos y sus manos sin formas abren mis piernas en tanto su rostro de sombras vuelve a estar frente al mío de una manera aterradora.
—Siempre estaré en tu mente. Ese es el mejor regalo y legado que me das —dice su voz distorsionada.
Su mano de sombras se desliza desde el centro de mis pechos hasta mi ombligo y siento la frialdad del tacto.
No puedo dejarle hacerme esto.
Grito y grito hasta que finalmente encuentro mi voz que resuena por el lugar mientras lo empujo con fuerza y gateo para alejarme antes de ponerme de pie y comenzar a correr.
Su risa viene detrás de mí en tanto me persigue. Mi ropa comienza a ser rasgada por manos invisibles.
Caigo lastimándome las manos y rodillas, pero me levanto mientras corro en lo que se siente como un laberinto oscuro.
Grito por ayuda, grito el nombre de Callum, grito el nombre de mis amigos y llamo a papá e incluso le ruego a mamá que me llevé con ella y me salve, pero nadie me escucha, nadie viene por mí.
Desde atrás alguien tira de mi cabello, pero no es la sombra porque siento uñas arañándome el cuero cabelludo.
—Vaca gorda, vas a pagar, vas a pagar —sisea una voz femenina con acento.
Me estrella contra algo que no puedo ubicar y cuando me gira, su rostro está distorsionado, pero es alta, tiene el cabello largo y sus ojos fríos me miran con desprecio mientras el resto de su rostro es borroso.
Hay algo frío en una de mis manos que antes no estaba y mi mano la sostiene como un arma, no sé de dónde ha salido, pero la alzo hacia la esquina de uno de sus ojos y entonces...
Entonces mis ojos se abren y hago un sonido de asfixia mientras me ahogo con saliva.
Me llevo una mano al pecho mientras sonidos de asfixia vienen llenan en lugar, siento que no puedo respirar. Con mi mano echa puño comienzo a darme golpes en el pecho mientras sonidos escalofriantes salen de mí y los ojos me lloran.
Tropiezo fuera de la cama cayendo al suelo boca abajo, consiguiendo romperme la boca debido a mis dientes cuando la golpeo.
Intento decirme que todo es mental y que si no entro en razón moriré ahogada debido a mi mente.
Afuera se escucha la música y risas junto a algunas conversaciones.
Recuerdo la voz de Callum hace meses, cuando tuve un episodio, diciéndome que respire hondo, que relaje mi mente y me enfoque en todos mis sentidos e identifique con ellos.
Puedo ver su chaqueta en el respaldar de la silla frente al escritorio.
Puedo escucharlo a él y a mis amigos afuera de esta habitación.
Puedo oler y saborear la sangre.
Y puedo tocar el suelo frío debajo de mí.
Presiono la mejilla contra la superficie fría en tanto inhalo y exhalo con lágrimas corriéndome por el rostro.
El ardor de mi pecho y esa sensación de sofoco poco a poco va reduciéndose permitiéndome absorber aire en mis pulmones y aunque sé que está en mi mente, cada respiro me duele.
Me toma minutos conseguir regular mi respiración y cuando lo hago me incorporo con mi cuerpo tembloroso mientras la sangre me corre por la barbilla.
Reprimo los sollozos de frustración e importancia junto a la certeza de que mis recuerdos reprimidos están afectándome con más fuerza. Mi pesadilla se siente borrosa, pero hay pedazos de ella, de esa sombra sobre mí tocándome, las palabras «vaca gorda» siendo dicha de forma vengativa del mismo modo que lo hace quien intenta atormentarme.
Me siento durante unos instantes en la cama y me sorbo la nariz antes de enderezar la espalda y ponerme de pie para salir de la habitación que comparto con mi prometido.
La música no es alta y desde la cocina puedo escuchar a Callum y Edna hablando, es posible que los demás aun continúen fumando porros en el jardín.
Entro en el baño y hago una mueca cuando tras encender la luz veo mi labio inferior roto e hinchado con sangre y cuando lo tomo para evaluar el interior descubro que me clave los dientes con demasiada fuerza y que la sangre sigue saliendo así que con manos temblorosas saco el botiquín de primeros auxilios, mojando la gasa para desinfectar y fingiendo que no me duele mientras mis ojos con pestañas aun húmedas revelan mi inquietud.
Me duele, pero me digo que es soportable e intento bromear conmigo misma sobre haberme inyectado los labios, pero eso no consigue aligerar como me siento así que lo intento lavándome el rostro con agua fría tras desmaquillarme y regreso a la habitación tomando uno de los suéteres de Callum porque estar envuelta en su olor me hace sentir segura. Debido a mis tetas me queda más ajustado de lo que lo hace en él, pero de inmediato me siento cálida mientras decido ir a reunirme con ellos porque no quiero sentirme sola.
Primero voy a la cocina, pero tal como lo esperaba Callum y Edna ya se encuentran en el jardín junto a los demás por lo que no dudo en dirigirme ahí y recargo mi cuerpo del apoyo del ventanal mirando el panorama.
Kevin, Oscar y Maida están acostados en el césped con la vista en el cielo y Kevin hace que el humo flote mientras fuma del porro que luego le pasa a Maida con cuidado de no quemar a Oscar.
Edna y Stephan se encuentran jugando a las cartas mientras comparten un porro y Callum los mira con una cerveza en la mano, creo que ya dejó de fumar.
La música suena y ellos ríen de tanto en tanto. Me trae paz mirarlos, alejan el miedo y la tristeza.
Estas personas han hecho de la universidad algo especial y bonito, son mis amigos y también mi familia y uno de ellos es el amor de mi vida.
Consigo sonreír antes de darme la vuelta y volver a la habitación, tragando al ver la cama desarreglada, pero siendo lo suficiente valiente para acostarme mientras me acurruco en las sábanas del lado de Callum, no apago la luz proveniente de la lampara y cuando cierro los ojos en un primer momento estoy tensa.
—No tengas miedo a dormir, Clover —Me consuelo.
Tardo más tiempo de lo acostumbrado, pero finalmente mi cuerpo se relaja.
No hay pesadillas y cuando consigo despertarme poco después es porque Callum se está metiendo de mi lado de la cama con cuidado, acercándose a mi cuerpo en la oscuridad hasta que compartimos la misma almohada. Sus rodillas rozan el interior de las mías y con cuidado me pasa un brazo alrededor de la cintura tras inclinarse y apagar la lampara.
Huele a hierba, pero también a su perfume y olor distintivo. Se siente como mi sol de puntas rojizas haciéndome sentir cálida mientras cierro mis ojos nuevamente.
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