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24. Tío Lorcan


Tío Lorcan.

Callum.


Pocas veces en mi vida he esquivado a una persona con tanto esmero y dedicación, mucho menos a una que hasta hace poco quería ver en tantas partes y formas pudiera, pero esa es la realidad: estoy evitando a Clover.

Y no es que no quiera involucrarme nunca más con ella o terminar la espectacular relación que estamos construyendo, pero me siento un poco avergonzado y aun afectado de todo el asunto de Terminator malvado en la fiesta del viernes.

Stephan se queda callado cada vez que le pregunto si vio a Clover asustada de mi reacción y esa es toda la respuesta que necesito porque ¡Por toda la mala suerte! Si hasta el mismísimo Stephan tenía miedo de mí, me lo admitió mientras nos bebíamos unas cervezas en la sala tras una hora de haber llegado de la fiesta, pero no hubo tiempo de centrarse demasiado en eso porque pronto nos llegó la información de que el estudiante de segundo año que había estado convulsionando, se encontraba en un estado de coma por el consumo de alguna mierda tóxica que no lograban descifrar y ambos pensamos en lo mismo: Bryce. Eso por un momento casi me vuelve loco de nuevo, porque él cada vez se vuelve más peligroso y eso me llena de rabia.

Yo, el tipo irlandés optimista, se llena de ira de solo de pensar en su nombre, en ese nivel de desprecio y rechazo me encuentro.

Camino por los pasillos, es pasada la hora del almuerzo, pero adrede organicé para esta hora mi reunión con el profesor que quiero que sea mi asesor de trabajo de grado, por suerte a él le han gustado dos de mis cuatro propuestas, me hizo correcciones y me pidió que dentro de dos semanas le traiga correcciones, pero aceptó ser mi asesor y eso me tiene al menos un poco optimista, porque de resto, la verdad es que la semana no está empezando bien.

Yendo hacia el estacionamiento en donde se encuentra mi auto, me doy cuenta una vez más de que la universidad se encuentra con un vibra bastante baja y negativa, pero eso tiene sentido cuando te das cuenta que el alumno del viernes que estuvo en coma, hoy falleció, su cuerpo dejó de responder, su corazón se detuvo y simplemente así se convirtió en otra cifra en el mundo: un joven que falleció a causas de las drogas; solo que su caso es diferente, no sé qué porquería le vendieron, pero ¡Joder! Esto es una mierda.

Esa fiesta fue un terrible desastre. Una vez más me encuentro recordando la manera en la que ataqué a Bryce, cómo me cegué y estaba dispuesto a ahogarlo, pero no puedo arrepentirme cuando recuerdo la forma asquerosa en la que tocó a Clover, cómo la tenía aterrada y la forma en la que lo disfrutaba.

Estoy tan preocupado, trato de pensar en soluciones que podrían llevarlo lejos o terminar con esta situación, pero no encuentro salida. Todo sería diferente si solo él fuera un estudiante más, alguien cualquiera, si no tuviese poder o contactos.

Subo a mi auto y suspiro antes de darle un golpe al volante, más que frustrado con todo esto, no se supone que las cosas tendrían que ser así de angustiosas, me molesta tener que dedicarle tantos pensamientos a esa basura.

Antes de poner el auto en marcha, a lo lejos, veo a Michael, no llegó esté fin de semana a dormir a la casa, por lo que Stephan y yo no hemos tenido la oportunidad de hablar con él, pero será mejor que lo hagamos muy pronto porque lo quiero fuera de la casa, su cercanía con Bryce solo nos traerá más problemas.

Finalmente salgo del estacionamiento y en lugar de ir directo a la casa, paso por el supermercado a hacer unas compras porque no nos queda mucho en el refrigerador y tengo hambre, supongo que hoy me toca cocinar. Por suerte no tardo demasiado en ello por lo que pronto estoy estacionándome frente a la casa y encontrando, al bajar del auto, sentada en los escalones a una pelirroja de ojos verdes con tres maletas enormes a sus pies.

Sonrío por primera vez en el día y ella me devuelve el gesto poniéndose de pie para después venir corriendo hacia mí. Su cuerpo me impacta con tanta fuerza que termino pegando del auto, lo que duele un poco, pero a ella no le importa mientras me abraza riendo; sería imposible no abrazarla de regreso con la misma fuerza.

Es igual de alta que yo, cómo siempre huele a vainilla y parece que tiene un par de kilos más (lo que no pienso mencionar), pero es tan efusiva cómo siempre, lo que me tiene sonriendo, porque Moira siempre ha sido así: un torbellino difícil de controlar.

—Ah, por fin estoy abrazando a mi hermano el traserito público —Canturrea y tiro un mechón de su cabello con fuerza—. ¡Duele!

—Y a mí me duele el alma cada vez que me llamas traserito público —Me quejo saliendo de su abrazo.

Me da una amplia sonrisa y le tomo las mejillas pellizcándoselas sin ninguna ternura, su respuesta es pellizcarme el costado lo que me hace gruñir y doblarme, pero no aflojo mi agarre en sus mejillas.

—Cara de ardilla —Me burlo cómo lo hacía de pequeño.

—Patito llorón.

—Gigantona.

—Leche vencida —contraataca.

—Pie grande —ataco de forma contundente en su punto débil.

—Bastardo infeliz, ganas en esta ocasión.

Sonriendo con satisfacción le libero las mejillas antes de atraerla de nuevo para un abrazo y besarle la frente, ella me besa la mejilla y enrolla sus brazos alrededor de mi cintura.

—Te extrañé, traserito de bebé.

—También te extrañé aunque seas una pesada de mensajes equivocados.

—Lo siento —Se ríe—, no podía ser perfecta.

—Entremos, los vecinos deben de estar espiando y pensando que tenemos algún reencuentro amoroso —Rodeo el auto para sacar mis bolsas de compras y camino hacia la puerta—. ¿Por qué tienes tanto equipaje?

En mi interior estoy deseando que se deba a regalos, porque ¿A quién no le gustan los regalos? Yo los amo.

—Compré muchas cosas durante mi año en Alemania.

— ¿Y los regalos?

—Para la próxima —responde con descaro y le frunzo el ceño—. ¿Qué? No firmé ningún contrato en donde se dijera que les debo regalos a los miembros de mi familia.

—Es una cortesía que obviamente deberías de tener con nosotros, Moira.

—Tonterías, no me harás sentir culpa.

—Tres maletas y ninguna con regalos, eres una vergüenza para esta familia —sacudo la cabeza con decepción y ella se encoge de hombros.

¡Duendes! Hacerla sentir culpa o remordimiento es una tarea demasiado difícil con Moira Byrne, es una cosa sin sentimientos de culpa que habita en el mundo.

—Saca las llaves de mi bolsillo trasero —pido mientras tomo una de sus maletas y espero a que ella abra la puerta.

En dos viajes consigo meter su equipaje y luego estamos dentro de la casa. No es la primera vez que viene, lo ha hecho en dos oportunidades, pero está evaluando las cosas nuevas o tal vez no se recordaba de nada.

—Esta casa es muy genial, es espaciosa, bien distribuida y aunque está por encima del precio promedio es un pago accesible —comenta.

—Sí, eso mismo dijiste la última vez que viniste.

—Tengo hambre ¿Qué harás de almuerzo?

—No lo sé, pero veamos qué se me ocurre —camino hasta la cocina vaciando las bolsas de compras sobre el mesón—. ¿Qué tal pollo a la plancha con puré de papas? Fácil y rápido.

—Me gusta —Se sienta en una de las sillas altas—. Tienes el cabello largo y sigues sin peinarte.

—Es mi estilo.

— ¿Tu estilo o que tu cabello es rebelde? —Se burla antes de bostezar.

Antes de que podamos a empezar a fastidiarnos de nuevo, le pregunto sobre cómo se siente de haber finalizado su año de trabajo en Alemania y el entusiasmo la ilumina mientras comienza a contarme todo de una manera desordenada porque salta de un punto a otro, no me sorprende que no se ofrezca a ayudarme a cocinar, más que desconsideración es que Moira es muy despistada en todo, es difícil que ponga atención en una sola cosa o note algo de inmediato.

La escucho hablar sobre tantas cosas y luego pasamos a una conversación sobre el libro de romance que estamos leyendo, aunque está enojada conmigo porque voy retrasado tres capítulos por no haber leído este fin de semana.

— ¿Por qué no leíste?

—Tuve un fin de semana complicado —respondo, deslizando dos platos con comida en el mesón y sentándome a su lado.

— ¿Quieres hablar de ello?

—Te voy a decir que no, pero entonces tú vas a insistir hasta fastidiarme lo suficiente para terminar contándote.

—Ya conoces la dinámica, Callum —Se ríe y se lleva un bocado de comida—. Está muy bueno, no tan bueno como la comida de mamá, pero mucho mejor que lo que puedo cocinar yo.

—Gracias, supongo.

—Ahora dime ¿Qué sucedió?

Con el tenedor pincho la comida de mi plato, puedo sentir el calor en mi rostro y no sé cómo comenzar el relato porque desde afuera para algunos puedo verme cómo un puto lunático agresivo que casi ahoga a alguien sin ningún tipo de remordimiento o control, no es la imagen que quiero que mi hermana mayor tenga de mí.

— ¿Ese es un rubor de vergüenza? —Se burla, pero cuando ve que me quedo en silencio, deja de hacerlo—. Callum ¿Qué sucede?

—Perdí el control, Moira —alzo la vista para encontrarme con sus ojos—. Perdí el puto control y ella lo vio —Me paso una mano por el rostro y suelto una risa seca—. Ni siquiera creo que me arrepienta, solo lamento que todos lo vieran porque creo que me veía cómo un monstruo, cómo algún destructivo con el que no deberías relacionarte.

— ¿De qué diablos estás hablando? Eres de las mejores personas que conozco, créeme, ningún hermano sería tan paciente y genial cómo lo eres tú. Y toda esa alegría que siempre tienes y transmites...

»Te he visto enojado y aunque te pones serio o hablas con fuerza, no eres ningún peligro.

—Porque me enojaba por cosas que no eran graves, pero esta vez fue diferente.

—Muy bien, esto es lo que haremos: me contarás que está sucediendo y yo escucharé con atención, luego te daré mi opinión.

—No puedes ponerlo en el grupo, es muy en serio, Moira, no quiero que mamá o papá lo sepan —Veo hacia mi plato de comida.

—No lo diré si no quieres, pero no prometo que no se me escape algún día.

Sonrío ante su sinceridad, eso es cierto, a veces no es que ella quiera ser una chismosa, simplemente se le escapa la información, cosa que muchas veces la ha metido en problemas. Suspirando me enderezo y decido que tengo que empezar un poco más atrás.

— ¿Recuerdas que te dije que estoy saliendo con una mujer?

—Sí, a quien por cierto quiero conocer.

—Ella se llama Clover y es la chica que durante tres años me había estado dejando notas en fechas especiales...Yo aún estoy sorprendido de que pasáramos de ello a salir —sacudo la cabeza—. Es preciosa, inteligente y tiene un ingenio espectacular junto a una personalidad que congenia muy bien con la mía...Es toda curvas y así cómo es una chica sucia también es tierna y dulce.

— ¿Y me estás diciendo que una persona así de espectacular se fijó en ti?

—Soy un gran tipo —Me defiendo y ella sonríe antes de llevarse más comida a la boca—, pero el punto es que ella es una persona increíble y lastimosamente llamó la atención de un maldito bastardo imbécil que la ha estado acosando.

Tomo una profunda respiración mientras le cuento la manera en la que Bryce ha estado actuando alrededor de Clover, el cómo ella le tiene miedo y estoy preocupado por su seguridad. Paso a contarle los encuentros que Clover ha llegado a tener con él y lo que está sucediendo con Michael, pero no puedo evitar hacer una pausa preguntándome si tal vez habrá incluso algunas situaciones de las que Clover no me haya querido hablar por vergüenza, porque cada vez que algo relacionado con Bryce sucede, ella se avergüenza y se cierra sin importar cuánto le digamos que no es su culpa.

Puedo percibir cuánto le decepciona paralizarse por el miedo, ese maldito le ha quitado fuerza y autoestima, algo que me parece imperdonable.

A medida que relato un suceso tras otro, me voy enojando y cuando llego a la fiesta, mi ira se siente casi tan fuerte como en aquel instante, pero no igual, pongo en duda que alguna vez llegue a experimentar de nuevo ese tipo de ira, ese tipo de determinación en el que calcule en mi cabeza el tiempo de vida que le quede a alguien que esté muriendo por mis manos. Fue una rabia ciega sin control, yo...Estoy seguro de que si Jagger y James no hubiesen intervenido, los resultados pudieron ser muy diferentes.

Cuando concluyo, la expresión de mi hermana es un choque de emociones, quiere lucir serena, pero sé que el final del relato la ha preocupado, nunca había actuado de esa manera, nunca me había sentido así y eso que ella ni siquiera lo vio, no lo vivió, pero Clover...¡Mierda! No puedo ni siquiera imaginar lo aterrada que estuvo de verme perder el control de esa manera, nunca le haría daño, pero entiendo que mi comportamiento pudo despertar dudas en ella y muchos, en todos lo que lo presenciaron.

— ¿Te he dejado sin palabras, Moira?

—Es que estoy pensando qué decir, no quiero cagarla —confiesa y yo rio por lo bajo—. Es en serio, puedo ver que esto te está molestando y afectando demasiado.

» ¿Te molesta lo que hiciste?

—No, él la estaba tocando de una manera asquerosa, vi el terror en los ojos de Clover, vi su asco y la manera en la que la redujo a sentirse menos. Fue la primera vez que lo vi alrededor de ella y solo pude pensar que no podía tener más oportunidades.

En ese momento mi pensamiento no era precisamente racional, solo necesitaba alejarlo de Clover, pero la mañana del sábado mientras veía el techo de mi habitación intenté darle un sentido más amplio a la magnitud de mi cabreo y entendí que tal vez una parte de mí, sintió la necesidad de simplemente desaparecerlo para que no lastime a Clover, para que no le haga daño a ninguna otra persona.

Bryce Rhode es una maldición, una mierda caminando en el mundo, solo hay que ver al estudiante de segundo año que murió. Si bien él tomó las decisiones a la hora de drogarse, Bryce fue el vendedor de una sustancia lo suficiente dañina para ocasionar ese desenlace tan definitivo.

Recuerdo las palabras de Jagger, no dijo demasiado, pero es evidente que sabe mucho sobre lo que sea que está sucediendo con Bryce y las drogas.

—En un principio solo quería quitárselo de encima y partirle la cara, pero cuando pensé en dejarlo, él dijo cosas... —Me paso las manos por el rostro—. Insinúo que hubo otras violaciones, algo sobre que mientras más se resistan más las desea. Me cegué, no pude escuchar más, solo pensé en que había lastimado a otras y que quiere hacerle daño a Clover. No pude pensar o ser racional, solo actúe sin importar que me vieran o los gritos.

—Te sientes incómodo de que todos vieran esa parte de ti, pero si hubieses estado solo ¿Habrías podido detenerte?

—Tengo miedo de responderte esa pregunta, porque sé la respuesta, pero no quiero que la escuches —susurro y su mirada se suaviza— ¿Qué dice eso de mí, Moira? Soy un estudiante de criminalista que contaba cuánto tiempo le queda a Bryce, que pensaba en la manera en la que sus órganos irían fallando y no pensaba en detenerse.

»Pensé que era éste tipo positivo, optimista y de buena vibra que tenía control cuando se enojaba, pero mira lo que hice el viernes y Clover me vio...No puedo ni pensar qué cree de mí. Stephan estaba asustado, estoy seguro que el mismísimo Jagger estaba alucinado de lo que casi completo.

—Nunca terminamos de conocernos —Es lo que me dice—. Estoy tan sorprendida cómo tú de lo que me cuentas, de lo que hiciste, pero te veo aquí, sentado, destrozándote el cerebro con pensamientos sobre haber asustado a los demás, sobre cómo te vio Clover.

» ¿Y sabes qué? Me ha alarmado lo que me has dicho, pero una parte de mí celebraba porque pensé en que esa basura lo merece y porque ahora estoy terriblemente preocupada. Te dejaste llevar por tus instintos y estoy muy segura que la única razón por la que fuiste tan lejos, es porque se trataba de una persona francamente nefasta, no eres malicioso, Callum, nunca le habías hecho daño a alguien deliberadamente y que te incomode y te haga sentir mal lo que tus amigos o Clover puedan pensar, dice muchísimo de ti.

—Tal vez tengo potencial para ser un asesino, algún criminal.

—Tal vez, pero escogiste ser un criminólogo, decidiste actuar de este lado de la vida. Siempre he creído que todos tenemos un potencial para ser malos y crueles, algunos deciden hacer uso de ello y otros solo lo usamos de otra manera o lo dejamos atrás. Nacemos con bondad y también con maldad, solo que uno de ellos predomina sobre el otro.

— ¡Duendes! Suenas muy sabia y eso me da miedo, Moira. No eres la sabia de los hermanos.

— ¡Cállate! —Me golpea el brazo— Tú tampoco lo eres.

Lo sé, esa viene siendo Kyra.

—Deberías hablar con Clover, deja de esconderte. Estoy segura de que se encuentra preocupada e incluso podría estarse sintiendo culpable, yo lo haría.

Me siento imbécil porque ella me envió tres mensajes, en el primero me preguntaba si estaba bien, en el segundo preguntó si podíamos a hablar y el tercero fue esta mañana diciéndome que lo sentía. No es que planeara no hablar con ella nunca más, pero supongo que lo estaba aplazando demasiado.

— ¿Crees que ella no querrá nada más contigo a raíz de esto? ¿Por eso no has querido hablar con ella?

—Tal vez le dé miedo —murmuro.

—Bueno, no lo sabrás si no hablas con ella.

—Lo haré —suspiro—, no es justo ser solo silencio, pero no hablaré ahora.

»Come, todo se está enfriando y estás hambrienta —asiento hacia la comida e intento comer la mía.

Pero estoy pensando en lo mismo que invade mi cabeza desde el sábado ¿Y ahora? Bryce sigue en el campus, quizá incluso alimenté su ira, me sonrió antes de irse y tal vez solo alimenté su deseo de lastimar a Clover. Si ella lo denunciara ¿Qué harían? Dirán que no tiene pruebas, nadie querrá declarar contra Bryce, a lo mucho conseguirían una orden de alejamiento (pero esto lo pongo en duda) y aun así no lo detendría si él quisiera ir por más.

—Callum, la verdad me estás preocupando —Me hace saber mi hermana mayor—. Tu expresión, lo tenso que te encuentras...

—Él camina libre por el campus, conoce todos los lugares, tiene algún poder y alguien o algunos lo están respaldando en esta ciudad. No creo que sea un simple imbécil, hay algo más con él y quizá solo lo empujé a volverse más frenético, a actuar —Sueno terriblemente estresado—. Creo que empeoré todo y ahora no sé qué hacer para solucionarlo.

»No quiero que le haga daño a Clover o a ninguna otra persona y sé que me metí en algo delicado porque ¿Cómo ignoras a alguien que casi te mata ahogado? Tendría que estar pensando en vengarse de mí —Clavo la vista en ella—. No pedí esto, no quería esto, pero no podía quedarme sin hacer nada. Nunca seré un cómplice.

Permanecemos unos segundos en silencios y aprecio que ni siquiera su mirada me esté juzgando, ella luce comprensiva y poco a poco da ese típico respingo que me hace saber que alguna idea ha invadido su cabeza.

—Tal vez deberías hablar con el tío Lorcan y pedir ayuda —Sus palabras son cómo un disparo.

De inmediato volteo el rostro hacia ella y asiente cómo si la idea le pareciera maravillosa o la solución perfecta.

— ¿Quién no se cagaría los pantalones ante la Mafia Irlandesa? Habla con el tío Lorcan, de algo sirven las conexiones...

Me pongo de pie con rapidez y le cubro la boca con la mano viendo alrededor. Gracias al cielo estamos solos porque ella habló en voz demasiado alta.

Tío Lorcan no es en realidad mi tío, él fue y es el mejor amigo de toda la vida de papá, desde que entró en la adolescencia hizo su camino dentro de un circulo bastante peculiar cómo lo es la Mafia Irlandesa (por peculiar me refiero a peligrosa y por peligrosa me refiero a "jajaja maldita sea es la mafia"). Mi papá nada tiene que ver con esas movidas, pero digamos que con su corazón bondadoso mantuvo la amistad con tío Lorcan hasta el punto de que sus hijos llamamos tío a un hombre que seguramente tortura, asesina y solo el cielo sabrá que más hace, pero que con nosotros es la imagen de la amabilidad, diversión y regalos.

Nunca se menciona su trabajo, siempre nos reunimos con discreción y si acaso unas cuatro veces al año, pero sí, es el tío Lorcan él que siempre se despide con un: "si me necesitas no dudes en buscarme, para lo que sea, cualquier cosa" y la manera en la que resalta lo último te hace plantearte que incluso habla de cosas...Eh...Turbias.

Nunca se me ha pasado por la cabeza pedirle ayuda, el rollo de la mafia no es lo mío, pero es que tampoco nunca lo necesité, del mismo modo en el que nunca pensé que estaba dispuesto a ahogar a alguien.

Moira no puede ponerme esta idea en la cabeza ¡Joder! Ya está en mi cabeza, pero la desecho diciéndome que esas no son las aguas en las que quiero nadar.

Mi hermana mayor me lame la mano haciéndome retirarla con asco mientras me la limpio en el pantalón y le murmuro un "asquerosa". A ver, que me lama la mano Clover sería erótico, que me la lama Moira es la cosa más nauseabunda por haber.

—No puedes ir por la vida gritando que conoces a alguien de la Mafia Irlandesa —susurro.

—Pero estamos solos.

—No puedes ser tan confiada en la vida, Moira ¿A quién se le ocurre gritar tal cosa? ¿Quieres amanecer muerta porque te crean importante para los irlandeses? ¿O quieres que los irlandeses te corten la lengua por soplona?

—Tío Lorcan no lo permitiría, no es un simple soldado, es el Subjefe.

— ¡Duendes! Cállate —La veo con horror—. En serio, Moira, eres un peligro.

—Yo solo digo que tío Lorcan podría encargarse o hacer que él desaparezca de aquí. No es una buena persona, dices que tiene poder afuera y algunas conexiones, no estarías jugando sucio por usar tus conexiones.

—"Mis conexiones" —repito riendo de manera tensa—. Yo no tengo conexiones, soy un tipo normal con una vida normal...

—Que tiene un tío en la Mafia Irlandesa.

Abro los ojos con más horror y ella ríe, creo que podría darme un ataque de corazón o en el cerebro si ella sigue diciendo una y otra vez "Mafia Irlandesa" con tanta ligereza.

—Vas a hacer que me desmaye o me dé un ataque al corazón —Me llevo una mano al pecho—. De verdad el corazón me está latiendo muy rápido.

—Déjame escuchar.

Me acerco, quitándome la mano del pecho para que ella presione su oreja y sienta al igual que escuche los latidos.

— ¡Vaya! Sí que late rápido por...

—No lo digas.

—La Mafia Irlandesa —dice y yo doy un respingo que la hace reír—. Esto es demasiado divertido, son cómo palabras prohibidas para ti.

Tomo en mis manos el rostro de mi loca hermana mayor que me tiene a instantes de un colapso.

—Moira, deja de decirlo. Si nos escucha Bryce o cualquiera de sus traficantes será peligroso y vivo con Michael, lo que ya te comenté. No hablemos del tío Lorcan ni su honrado trabajo honesto ¿De acuerdo? Al menos no a los gritos y no aquí.

— ¿Quieres que "MI" sean nuestras siglas secretas y prohibidas? —pregunta y no tardo en entender de que son las siglas.

—Son palabras de seguridad —digo.

—Que aún no quieres usar.

—Que no pienso usar.

—Sigo pensando que deberías, ni siquiera tienes que pagar...

—Dime la verdad, Moira —Le sostengo el rostro de tal forma que no puede ver a otro lado y me inclino para verla de cerca y que no me mienta—. ¿Leíste hace poco alguna saga de mafias?

—Eh...No, no...

¡Por todo el oro de Irlanda! Por supuesto que lo hizo, eso explica por qué anda de loca proclamando todo esto, en su cabeza debe de estar desarrollando alguna trama con contenido más dieciocho, lleno de sangre y mucho romance.

—En la vida real pedir ayuda a la MI significa ensuciarte indirectamente las manos, pedir que se hagan cargo de eso es lidiar con la consciencia. ¿Qué crees que harían con él?

No me responde, pero la larga mirada que me da es casi lo mismo que estoy pensando "yo casi lo ahogo" "a mí poco me importa él". Él ha violado a muchas, lo insinúo, él quiere dañar a Clover, él está vendiendo una droga desconocida y eso dice mucho de las personas que tienen que estar respaldándolo ¿Y si él si usa sus conexiones para joderme, para jodernos? ¿Y si él si tiene gente poderosa que me hará sangrar y sufrir antes de eliminarme? Casi me siento como si hubiese leído una saga de mafias con Moira. Siento escalofríos y admito que un poco de miedo.

—Prefiero que lastimen a las basuras a que salgas lastimado, Callum. La verdad es que me siento preocupada con todo lo que me has dicho.

—Lamento ponerte en esta situación, debí pensarlo antes de hablar.

—Si no me hubieses dicho, estaría muy enojada. Deberías hablar con papá, incluso él se daría cuenta de que al menos deberías tener protección de tío Lorcan.

—Estaré bien, Moira —La acerco presionando su mejilla de mi pecho y recargando mi mentón de su cabeza—. Tendré cuidado y si todo esto...Crece, lo pensaré.

—Te amo —dice de la nada haciéndome sonreír.

—También te amo.

—Eres mío, solo mío —dice, imitando los libros que hemos leído, es algo con lo que solemos bromear.

—Soy tan tuyo cómo tú eres mía, nadie más puede tenerte.

Hay un aclaramiento de garganta y alzo la vista encontrándome con las cejas enarcadas de Stephan, quien se encuentra en la entrada de la cocina, pero no está solo.

El corazón se me acelera de nuevo cuando veo a Clover que se encuentra pálida y con la boca ligeramente abierta viendo de Moira a mí, lo que me hace rebobinar en las palabras de bromas posesivas que mi hermana y yo estábamos declarando y en que ella está de espalda sin poderle verle el rostro.

Esto puede dar una muy mala impresión y crear un gran malentendido.

Con una rapidez que hace gritar a Moira, la bajo de la silla y la hago girar. Le tomo mechones de cabello rojizo en las manos y tiro de ellos alzándolos lo suficiente sin ninguna sutileza, mi hermana grita de nuevo.

—Es mi hermana ¡Duendes! ¡Es mi hermana! —digo cómo alguien que grita "no estoy armado."

Estoy seguro de que mis ojos están muy abiertos y de que Moira me odia porque tiré de su cabello con fuerza y aun lo sostengo, pero también estoy seguro de que actúe lo suficientemente rápido para que Clover se esté preguntando: ¿Por qué carajos le decía a mi hermana que era suyo y que ella era mía?

Mierda.

—No somos incestuosos tampoco —aclaro y Stephan se lleva una mano a la boca para contener la risa—. Ella no es mía ni yo soy suyo. Puedo ser tuyo, Clover... Quiero decir... ¡Es mi hermana! Y nos amamos, pero no nos amamos así. Diles, Moira, diles.

Con el corazón en la garganta y con la mano tirando del cabello de mi hermana, espero a las palabras de mi hermana mayor que aclararán todo esto, pero por supuesto que Moira decide dar otro tipo de declaración:

—Maldito bastardo, suéltame el cabello ¡Joder! Voy a matarte, eso duele—Es lo que grita mi hermana—. Ya no soy tuya.  


Helloooo, paso súper rápido, espero se encuentren genial ❤

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Espero les guste, nos leemos prontito.

Un beso.

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