Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

18. La inocencia de Callum (+18)

Nota: Aun estás a tiempo de retroceder si lo descriptivo sexual no es lo tuyo.

Nota de nota: ¡Ajá, pecadora! ¿Quieres seguir? Adelante, pero mantén las manos arriba.

Nota de nota de nota: Ah, mira cómo te desesperas por leer, desde aquí se te notan las ganas.


La inocencia de Callum.

Callum.


Tengo que admitirlo: Clover Mousavi es una mujer ingeniosa y que sabe ser práctica cuando la situación lo amerita.

Cuando los cálculos rápidos nos hacen saber a ambos que la posición de mí sentado en el escritorio y ella de rodillas no funciona, la mujer bien astuta rodea el escritorio mientras de hecho me da una orden bastante atrevida.

—Bájate la cremallera y sácatela.

— ¿Así sin más? ¿Solo me la sacó cómo una manguera a instantes de regar unas plantas? —pregunto.

— ¿Cómo una qué...?

—Lo que escuchaste, Clover —Volteo a verla y le sonrío—. Puedo hacerlo, pero ¿No prefieres hacerlo tú?

Se queda ahí de pie con las manos en la silla donde dejan caer los profesores sus culos intelectuales, llevando esos ojos oscuros llenos de deseo a lo poco que puede ver de mi polla endurecida en el jean debido a la posición y luego vuelve a verme a los ojos, asintiendo con lentitud cómo una pobre criatura que acaba de descubrir que a las fresas se les puede untar chocolate.

—Sí, prefiero hacerlo yo —confirma—. Aleja tus manos de lo que en este momento es mío.

Espera, espera, espera ¿De lo suyo? ¡Por los duendes irlandeses! Me endurezco todavía más ante el tono caprichoso y demandante en su voz, nunca nadie me dijo que alejara mis manos de mi polla porque era suya. Sé que a Clover le gusta que sea demandante o eso he descubierto, pero supongo que en algunos aspectos (cómo el arte de chupar y mamar – no precisamente una chupeta de caramelo –) le gusta tener el control o quizá solo de vez en cuando. Ay, no sé, pero voy a descubrirlo.

—Voy a alejar las manos de lo que consideras tuyo, Clover, pero tengo qué hacerte una advertencia.

— ¿Cuál?

—En el momento que esa dulce y sexy boquita me chupe, podría ponerme algo demandante diciéndote u orientándote en lo que quiero —advierto—. Es cierto que eres quien tendrá el poder cuando me tengas en tu boca, pero también es muy cierto que soy un participante activo que no se dedica únicamente a ver y gruñir.

Noto un sonrojo, pero no es de vergüenza, es de deseo. Las pupilas se le dilatan y me siento hasta halagado porque me ve cómo su piruleta favorita, como si fuese la botella de agua a instantes de saciar su sed o tal vez la comparación idónea sea: la leche a instantes de mojar sus cereales.

— ¿Eso está bien contigo, mi trébol?

—Sí, eso está bien para mí —responde con lentitud y la respiración afectada.

—Entonces, aquí te espero.

Vuelvo la vista al frente mientras tarareo una canción al azar y cuando Clover reaparece y deja caer la silla de los profesores frente a mí, es raro ¿Sabes? Porque es la altura ideal y me hace cuestionarme si las sillas para profesores fueron hechas con el fin de dar mamadas o comer a las chicas sobre el escritorio.

— ¿Está tarareando una canción de Britney?

—Sí —respondo sin titubear—, Moira incluso me enseñó un par de coreografías y a los doce me dejaron llevar un traje de látex rojo igual al que ella llevaba en el vídeo.

— ¿Y cómo escondiste esto en ese látex?

Cuando dice "esto" estira una mano dándome una palmadita suave en dónde más duro me encuentro, cómo si intentara domar a la bestia que quiere correr directo a su boca.

—Sí, digamos que no fue mi mejor vestuario —respondo haciéndola reír—, pero al menos no me quedé con las ganas de haberlo usado, aunque no haya sido la mejor idea.

—Rescato algo de tu experiencia —dice sentándose en la silla y llevando los dedos al botón del jean que no tarda en abrirme.

— ¿Qué sería eso? —pregunto con la vista clavada en la manera en la que me baja la cremallera.

—Que mejor hacer lo que se quiere para no quedarse con las ganas, incluso si no es la mejor idea.

Sé que sería romántico y dulce establecer que nos sonreímos, que su mano fue lenta y gentil mientras se adentraba dentro del bóxer y me acariciaba y todas las cosas que siempre leo en los libros, pero que esta vez no se aplican.

Aquí te va una realidad, por favor, no nos tomes cómo un ejemplo a seguir...Si no te quieres divertir:

Lo que pasa a continuación es que nos vemos unos tres segundos en dónde entiendo que su mirada refleja el mismo deseo que yo siento, entonces, nos movemos rápido cuando me tambaleo lo suficiente para dejarme el jean por la mitad del culo y para que ella me baje sin ninguna ceremonia el bóxer, tomándome en su mano.

La mano de Clover no es pequeña y sus dedos son largos, sin embargo, paree sorprendida cuando su mano alcanza un poco menos que la mitad, podría decirle algo tonto cómo "Sí, soy un chico grande", pero eso sería presuntuoso y asumir que no ha visto algunas buenas pollas en la vida, no hay nada de malo en saber que otros tipos la pueden tener más grande o más gruesa que yo, las pollas son como piruletas de sabores: las hay en todo los tamaños y grosor, sé que la mía es muy demandada. Llevo colgándome entre las piernas y otras veces bien endurecida un orgullo nacional que no ha defraudado a ninguna persona y que nunca se ha metido completa en una boca (y no es presumir, de verdad es una afirmación, me baso en pruebas y sucesos empíricos).

—Eres largo y grueso.

—Dijo la recatada señorita cuando visualizó el falo macizo entre sus manos —exclamo y ella alza la vista para encontrarse con mi mirada.

—Qué rara cosa para decir.

—Prosiguió la dulce señorita que se disponía a subir y bajar la mano por la masculinidad erguida que clamaba por atención, pero primero ella debía lubricar dicha mano para no lastimarlo.

—Basta —Se ríe y de hecho sube y baja la mano haciéndome estremecer porque la fricción en seco de verdad no se la recomiendo ni a mi peor enemigo.

—La señorita desliza el pulgar por la punta para luego llevarse la yema húmeda a la lengua, saboreando lo que pronto tendrá completamente en su boca.

—Qué narrador tan especifico —dice, pero ella totalmente lo hace.

Veo con fascinación cómo su pulgar, con una gota de mí, se cuela en su boca. Podría seguir narrando, pero no creo que tenga tiempo para decir algo cuando me agarra de la base con una mano y luego su cabeza baja.

Clover no tantea o juguetea, ella va directa al punto, ella apunta y dispara: en un segundo estoy al aire libre y al siguiente estoy envuelto en la calidez de su boca. Aprieto mi agarre sobre el borde del escritorio mientras su boca me trabaja no tan profundo, pero dejando la suficiente humedad para que sus manos puedan deslizarse arriba y abajo por el tramo que no logra llevar tan hondo.

La vista es espectacular, mejor que cualquier imagen mental que pude haber recreado y la manera en la que esos ojos oscuros me ven mientras su boca sube y baja junto a sus manos, es celestial. Ella disminuye su velocidad y parece que sus ojos quieren gritarme algo, creo que intuir que es, pero me hago el desentendido, lo que hace que disminuya a tal punto que luego su boca sube y me libera con un pequeño sonido.

—Hazlo —Me pide.

— ¿Hacer qué?

—Lo sabes.

—No, no lo sé, mi trébol.

Hace un chasquido con esa lengua que antes me acariciaba, está impaciente. Me toma una de las manos y se la lleva a la cabeza, específicamente a su cabello.

— ¿Quieres que te tome del cabello así? —Lo enrollo con fuerza en mi mano y tiro— ¿De manera ruda y demandante?

—Sí —dice sin aliento.

Llevo la otra mano hasta sostenerme en la base y acariciarle los labios cómo si la punta de mi erección fuera de hecho el último labial a la moda con el que pintarle la boca.

— ¿Quieres que te inste a tomar más de lo que crees poder tragar?

Gime ¡Y por el oro de Irlanda! Gime profundamente y abre más los labios hinchados ante mis palabras. Es casi tan sucia cómo yo y desea tragarme tanto cómo yo deseo hundirme hasta el fondo...O hasta donde alcance a llegar.

—Por favor, Callum, por favor.

—No sé exactamente que me estás pidiendo con tu "por favor", pero lo que sí sé es lo que voy a darte, Clover.

—Sí...

Brevemente me pregunto si ésta mujer va a ser mi muerte debido a que me insta a ponerme más sucio, porque me excita de una manera en la que incluso mi corazón sale afectado de lo rápido que late, seguramente un cardiólogo me diría que huyera antes de colapsar, pero no tengo planes de ir a otro lado mucho menos cuando su boca no se abre lo suficiente y cuando me desliza nuevamente en la calidez húmeda de su boca ejerce una presión casi dolorosa, pero muy placentera.

Esta vez con la mano en su cabello la insto a bajar la cabeza mucho más, porque sé que no lo odiará, porque es lo que me pidió, es lo que quiere; cuando consigo la garganta profunda y tiro de su cabello, ella gime. Me estoy mordiendo el labio inferior para no alertar a las personas de afuera de que parecemos un vídeo porno casero sobre mamadas monumentales, pero es muy difícil cuando ella me está deshaciendo con su boca, sus deseos y talento. Sus ojos se vuelven lagrimosos, pero me sostiene la mirada y cada vez que la hago bajar muy profundo, gime cómo si eso le otorgara alguna satisfacción personal.

Somos un desastre de humedad por su saliva y por el líquido pre seminal que no deja de salir de min punta. Su boca está hinchada y la mandíbula tiene que dolerle, pero no se detiene, cada vez lo hace más rápido, más profundo, más descarada. Ya no me estoy sosteniendo porque ella lo hace con ambas manos y cuando de hecho una de esas manos baja hasta mis sensibles monedas de oro (hay que ser original para llamarla más que simple pelotas o nombre simple cómo testículos) para darles un apretón malvado, pero también excitante, me vuelvo un poco animal, un desesperado loco por liberarse que le enreda ambas manos en el cabello y embiste contra su boca.

Más tarde estaré impresionado por el poco reflejo nauseabundo que posee, solo una arcada aparece, de resto, ella tiene que ser una campeona olímpica del sexo oral porque me trabaja y maneja cómo una experta. Soy un tipo que ha tenido muchísimas mamadas y esta ¡Señores duendes! Esta es un puto oro a la que me aferraré toda mi vida. Estaré viejo, en mi lecho de muerte y sentiré una cosquilla en la entrepierna, entonces mi enfermera dirá: "¡Señor, Byrne! Por favor ¿cómo puede aún tener erecciones?" y yo responderé "ah, es que estoy recordando aquella mamada en un salón de clases que me dio mi trébol."

La presiono hacia abajo y cuando tiro de su cabello para que vuelva a subir, se rebela contra el sistema: contra mí.

Ella me mantiene durante segundos en el inicio de su garganta y sus dedos acarician mis monedas de oro de una manera precisa para luego darles un apretón con el que sé que esto se acabó, estoy a segundos de volar sin tener que comprar un vuelo comercial ¡Qué oferta!

—Voy... —Mi respiración es un asco y mi voz suena cómo si me hubiese fumado cinco cigarrillos en diez minutos—...Voy a...Correrme...Cómo ya... ¡Oh, duendes pervertidos de Irlanda! Voy a correrme...Clover.

No quiero darle una lluvia facial, tampoco sé si es que pretende tragárselo, pero cuando me saca de su boca y se limita a subir y bajar su mano con rapidez tengo un momento duro (no es un juego de palabras) descifrando qué se supone que debo hacer con mi descarga, pero la naturaleza es la naturaleza y simplemente el deber me llama y no puedo contenerlo mucho más cuando apunto y disparo.

Excepto que Clover sucia se alza la camisa y acabo entre sus pechos ¡Jodida vida! ¿Qué de bueno hice para merecer esto? Veo cómo cae contra su piel canela, sobre la cima de sus jodidas tetas.

Estoy sacudiéndome cómo un desgraciado cuando me vengo, es un orgasmo rompe huesos y volador que si no tuviese fortaleza capaz pude haberme ido en lugar de venirme y cuando consigo volver a ubicarme, mi vista se clava en los grandes pechos de Clover dentro de un sujetador y con mi decoración sexual en las cimas.

Sé que Clover no es una mujer de abdominales, estomago plano y tonificado, así que no hay sorpresa cuando veo su estómago (nota mental para morderlo), simplemente me maravillo imaginado la manera en la que puedo agarrarla de tantas formas y cómo no se sentirá frágil debajo, encima, de lado, de todas las maneras posibles en las que podamos ponernos y lo que es más importante: no se esconde de mí.

Llevando mi mirada a la suya, la encuentro sosteniéndose con una mano la camisa alrededor del cuello, la respiración agitada y los ojos abiertos de una manera que me daría miedo si no supiera que es porque está cómo: yo sobrecogida (de nuevo no hay juego de palabras) por lo que acaba de pasar.

Arrastro un dedo por la cima de una de sus tetas, recogiendo un poco de mi desastre y cómo el tipo sucio que ya todos sabemos que soy, lo alzo frente a sus labios y cómo la chica sucia, que acabamos de confirmar que es, ella lo lame y chupa, hace un sonido de deleite.

—Si tanto te gusta chuparlo de mi dedo, la vez la próxima vez debas tragarlo —sonrío.

Porque obviamente tendremos muchas próximas veces.

—Hay muchos lugares en los que puedes terminar...

—Sí, en tu boquita —sonrío y deslizo la mano por su mejilla—, en la cara si te va la lluvia facial, dicen que es bueno para la piel.

—Qué dato curioso tan interesante.

—También puedo acabar en tu estomago —Se tensa solo un poco cuando mi mano para por el área, pero se relaja—. Si somos cuidados del tipo estar limpio y métodos anticonceptivos más confianza, puedo terminar aquí —La acuno entre las piernas dándole un ligero apretón que la hace gemir— Y aun habría otro lugar para acabar.

— ¿Cuál? —Tiene las pupilas demasiado dilatadas.

Subo la mano por su cadera hasta la cintura y luego bajo por la parte baja de su espalda hasta posarme la palma abierta en el centro de su hermoso, perfecto, maravilloso culo.

—Aquí, Clover, si nos ponemos muy sucios, podemos jugar con el hoyo prohibido para luego acabar en el, sobre el o dentro de el.

—Tú...

— ¿Yo? —Sonrío.

—Tú eres... —Se calla cómo si no encontrara las palabras—. Es un halago, por cierto, solo no sé cómo decirlo.

»Tú eres...Más que una fantasía, eres un sueño o algo así.

—Puedo ser tu sueño lindo y dulce, tu sueño divertido y por supuesto que puedo ser tu sueño húmedo y sucio, mi trébol.

Bajando del escritorio, la veo ponerse de pie, agacharse y sacar de su mochila un paquete de toallas de papel, me extiende una y me hago cargo de mis asuntos mientras ella se limpia el pecho. Tal vez podría haber sido en otra vida un francotirador porque mi puntería, dirigida por su mano, dejó ileso al sujetador.

Cuando mi mercancía ya se encuentra dentro del bóxer y resguardado por el pantalón, le tomo el rostro en las manos y le doy un par de besos a su boca ahora hinchada, a esa boquita que ahora sé que es más talentosa de lo que imaginé.

— ¿Tenemos planes para más tarde? —pregunto para confirmar su invitación anterior.

Y aquí no estoy insinuando algo sexual, obvio sería genial si sucede, pero también hablo de alguna salida, conocernos, simplemente hacer algo juntos, tal vez le guste ver las Kardashian o algún otro reality al que me compromete a ver a su lado.

—Podemos cocinar juntos y ver algo o no sé, pero fui honesta cuando te invité, quiero que vengas.

—Ahí estaré —Le doy otro beso.

—Debo irme, me parece que voy muy, pero muy tarde a la clase —recoge su mochila—. Te veo después, irlandés.

— ¡Clover! —La llamo cuando abre la puerta, se voltea a verme— Me tienes envuelto... ¡Ah! Y me debes el turno, yo también quiero probar.

Sonríe y sacude la cabeza antes de básicamente correr fuera del salón.

Clover, Clover, Clover.

Estoy recargando el culo del escritorio pensando en lo que pasó (bajo el riesgo de poder terminar poniéndome semiduro), cuando veo algo en el techo, en la esquina, que totalmente olvidé.

Tal vez de verdad hemos hecho un vídeo porno casero que podría terminar en algún portal web pornográfico cómo: mira cómo me la chupa ésta sucia canelita en el salón. Un título horrible, machista y degradante con el que no podría vivir.

Mierda.

Hay una puta cámara burlándose de mí y mi inocencia.



Redes sociales:

Instagram: Darlisstefany

Twitter: Darlis_Steff

Espero les guste.

Un beso.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro