16. Maldito idiota
Maldito idiota.
Callum.
Esperar a Clover en el baño es una misión cancelada porque hoy parece que alguien tiene un severo caso de estómago en pudrición que hace que el baño se encuentre con un olor que podría matar a cualquiera.
Me arruinaron los planes, pero imposible crear un ambiente sexy con un caso grave de pudrición extrema en el lugar, así que salvando a mis pulmones giro matando mis ilusiones de hace unos minutos.
Cuando estoy regresando de ese lugar de la muerte, mi mirada se encuentra con la de Clover que de hecho venía hacia el lugar y sonriéndole le doy un asentimiento, acorto la distancia, tomándola de la mano apenas la alcanzo.
— ¿Entendí mal la señal o...?
Sonrío ante su pregunta, obviamente lo entendió muy bien.
—Entendiste bien es solo que ese baño es un lugar altamente toxico con su olor.
—Oh —ríe— ¡Qué lástima!
Sí, una lástima, mi chica sucia, pero la noche es joven y aún podemos divertirnos.
—Bailemos —pido.
— ¿Esa canción? —enarca una ceja y caigo en cuenta que de hecho la canción es una balada sosa que además está mal cantada por el inexperto interprete en el escenario.
—Bueno, entonces vamos a besarnos.
— ¿Ahora? —Ve alrededor.
Deslizo las manos por su cintura, subiendo por su espalda hasta que las palmas la presionan contra mi cuerpo. Nuestra diferencia de estatura es notable, pero no hace imposible que encajemos. Mis rodillas se flexionan e inclino todo mi cuerpo hacia ella, dejando mi boca a un suspiro de la suya que está creando últimamente muchas fantasías en mi cabeza.
—Ahora, mi trébol —susurro—, justo aquí.
Y de nuevo es una noche de sorpresa, porque sus manos suben por mis brazos, pasan por mi cuello y luego están enredadas en los cabello de la parte baja de mi nuca. Me es inevitable no sonreír cuando siento el peso de sus pies sobre mis zapatos para alcanzarme mejor y luego su lengua me lame el labio inferior.
—Está bien, irlandés —susurra de vuelta y su aliento se cola entre mis labios—. Aquí y ahora.
No hay más preámbulos o conversación, su deliciosa boca pronto se encuentra sobre mis labios y se sienten tan suaves y húmedos que hacen que los vellos del cuerpo se me ericen y que abajo comience a estar más que semiduro. Sus dedos no son suaves, ellos dan tirones fuertes en mi cabello mientras su boca se abre probándome los labios con una lengua a la que le doy entrada para un beso mucho más húmedo y profundo.
Sé que este tipo de beso profundo, húmedo y descarado en público suele molestar a algunas personas, pero también sé que en este momento me da igual porque quiero ser devorado y quiero devorarla. Mis manos ya no se conforman con estar contra su espalda, ellas se deslizan hacia abajo hasta deleitarse con un culo lleno, carnoso e increíble que no puedo abarcar con las manos, pero me agarro y afianzo cómo el puto codicioso que soy.
En este momento ella es una besadora ambiciosa, ávida de mi boca y yo se lo doy, le devuelvo la misma intensidad. El problema sobre besar con tanta fuerza y deseo es que sientes que no es suficiente, en tu interior sientes una necesidad singular de querer y desear más, quiero más. Así que me trago su grito chupándole la lengua cuando tomándola del culo, la alzo, obligándola a envolver las piernas alrededor de mi cintura porque la subo lo suficiente para que sus tetas estén contra mi cuello y su cabeza más elevada que la mía mientras le vuelvo a entregar el control del beso.
Y sí, Clover no es un peso ligero, pero puedo con ello y soy un hombre motivado por el deseo de querer que trepe sobre mí, que esté contra mí, pegada a mí ¡Lo quiero todo!
¡Por los duendes irlandeses acaparadores del oro! Siento una necesidad que me ordena que lleve esto más lejos, el deseo no hace más que incrementar, posiblemente las personas que nos están viendo están en riesgo de quedarse embarazadas por la intensidad de este acto.
Odio el hecho de que para vivir sea necesario respirar, porque eso nos obligar a alejar lo suficiente nuestras bocas para llevar oxígenos a nuestros pulmones y cuando lo hacemos, un pequeño hilo de humedad se desprende de nuestros labios. El brillo en su boca se debe al desenfrenado debate de su lengua con la mía y la hinchazón es el resultado de las succiones. Está por encima de mí, con su abundante cabello cayéndome a los lados del rostro cómo una cortina que solo me permite verla a ella, a ésta mujer atrapante que me tiene a mil en la misma manera en la que cada vez me hace sentir más consciente de lo afortunado que soy de que me eligiera, de que sus notas fueran para mí.
—Las personas podrían estar viéndonos —Me dice mientras alguien está haciendo un buen trabajo con una canción de Maroon 5.
Sonriendo, lentamente la hago bajar por mi cuerpo, ocasionando que sus tetas se deslicen por mi pecho junto a todo su cuerpo y veo la manera en la que eso le afecta, ella está en la misma página que yo. Cuando sus pies se encuentra sobre el suelo, no puedo evitar llevar mis dedos a su cabello y peinarlo porque en serio tengo un amor por siempre y para siempre con todo ese cabello largo, oscuro y abundante.
—Las cosas que me hace pensar este cabello, van desde tiernas a muy sucias —confieso.
—Tú...Me cargaste —dice con la mirada un poco desorientada y la voz llena de sorpresa.
—Sí, lo hice —Me acaricio de manera exagerada los bíceps—. Te dije que no me ibas a romper, al menos que sea sexualmente.
—Eso fue...Muy sexy —Se muerde el labio inferior.
—Tú eres sexy, mi trébol.
Bajando el rostro dejo un beso más suave en sus labios y me cuesta alejarme porque ahora que tengo conocimiento de lo buena que es besando y cómo de bien y en sintonía están nuestras bocas, me cuesta no ir por otro beso sucio.
—Vayamos por otras bebidas y luego volvamos con los demás —digo deslizando mi mano en la suya y entrelazando nuestros dedos.
Tal vez no conseguimos la acción curiosa del baño, pero este manoseo púbico estuvo excelente, acalorado, magnifico, ya quiero más.
Cuando tengo otro jugo de piña (porque soy un sinvergüenza y medio cabroncito, pero no un idiota que bebe cuando sabe que debe conducir incluso si es una corta distancia) y Clover otro orgasmo sucio (uno no ocasionado por mí, porque estamos hablando de un trago) volvemos a la mesa con nuestros amigos. Si alguno de ellos, que seguramente fue el caso, nos vio besándonos de manera sucia y descarada, nadie lo menciona porque están en algún tipo de escándalo y risas sobre diversos temas y algunos se encuentran con unos tragos de más.
Esta vez cuando tomo asiento, Clover me deja sentarla sobre mi regazo, no se queja y aunque no es un peso precisamente ligero, tampoco es algo exagerado o descomunal que no pueda tener sobre mí y ¡Por todo el oro irlandés! No hay manera en la que no la deje sobre mi regazo cuando ubica el centro de su tentador culo contra mi desvergonzada erección que ahora incrementa.
Creo que adrede ella se mueve sobre mí y yo le aprieto las manos en la cintura pidiendo piedad.
— ¿En dónde está Stephan? —pregunto intentando distraerme.
Sin embargo, no tienen que responderme porque poco después un dueto de Stephan y Maida comienza a sonar y ¡Oye! No lo hacen horrible, lo hacen mal, pero no espantoso. El problema es que el ritmo de la canción es sugerente y sensual, el otro problema es que Clover comienza a moverse en pequeños círculos sobre mí y a mí el corazón se me acelera y las pelotas se me aprietan.
Veo alrededor y algunos están al pendiente de sus conversaciones mientras que otros cantan a gritos junto a Stephan y Maida. A mi lado, Kevin y Oscar están demasiado ocupados hablando a susurros e intercambiando besos ocasionales.
Los largos minutos en los que transcurre la canción, me autoproclamo cómo el hombre con más voluntad caminando sobre la Tierra. Porque los movimientos de Clover no se detienen, mis manos están en su pequeña cintura y me muerdo el labio inferior con fuerza. Para el momento en el que la canción termina y ella deja de "bailar", me encuentro con sudor cubriéndome la frente y con un asta posicionado entre las mejillas de su culo aclamando por la libertad ¡Liberen, liberen, liberen a esta bestia!
Pero soy fuerte y admito que estoy saboreando y disfrutando de todo este juego caliente. Podríamos ir directo al plato principal y follar fuerte y largo cómo queremos, pero probar bocado a bocado le está dando chispas a lo que sucede, expectativa, emoción y siento que de alguna manera estamos descubriendo la inesperada compatibilidad sexual que parecemos tener.
Pasamos una buena noche con sus amigos y mis amigos, también con unos cuantos desconocidos que de tanto en tanto pasan por nuestra mesa o a los que alentamos mientras cantan. Mis manos no se mantienen inocentes y ocasionalmente le dan suaves caricias a sus muslos o un toque rápido en la tentación que me llama entre sus piernas mientras que sus respuestas vienen en ocasionales rotaciones de sus caderas dependiendo de las canciones.
Para cuando estamos saliendo del local, a eso de las tres de la madrugada, me siento incómodo al caminar porque si tienes una polla y alguna vez has intentado caminar empalmado y con las pelotas tensas gritando: "libera la carga", sabes de lo que hablo. No caminamos tomados de la mano hacia mi auto, pero sí muy juntos con nuestros brazos rozándose mientras hablamos sobre nuestra práctica y lo que aún nos queda pendiente.
Una vez estamos dentro de mi auto, el silencio nos invade durante los primeros minutos cuando comienzo a conducir, luego su mano va a mi rodilla y la veo de reojo. Está sonriendo y una cosa cursi sucede por sobre cualquiera calentura: le tomo esa mano y me la llevo a los labios dejándole un suave beso en el dorso.
Quiero tratar a ésta hermosa mujer cómo una diosa sexual en la misma manera en la que la quiero tratar cómo la persona más dulce en mi mundo en este momento y esa sensación de desear hacerlo, me encanta demasiado.
Me encantaría seguir tomándole la mano durante todo el trayecto, pero la necesito para ser un conductor prudente, por lo que me veo en la obligación de liberársela. Tristemente siento que llegamos demasiado rápido al campus y luego de estacionarme en la facultad más cercana a su residencia, esta vez sí que le tomo la mano mientras hacemos el trayecto a su lugar, pero de nuevo, rápidamente llegamos.
Cuando nos detenemos frente a reja de la residencia, me llevo una vez más su mano a mis labios, sintiendo la frialdad de sus nudillos al besarlos y soplándolos para intentar darle algo de calor, ella me sonríe.
—En mis notas siempre dije que me parecías un sol de puntas rojizas, pero también te consideraba una especie de luna.
— ¿A qué debo tal privilegio? —Pregunto besándole de nuevo los dedos.
—A que parecías alguien al que admiraba, pero a quien no quería sostener o tocar por miedo que no fuese a cómo lo imaginaba o menos que mis expectativas, esa también era una de las razones por la que no te lo decía o era más directa sobre que me gustabas cuando nos veíamos.
Creo comprender sus palabras y dicha emoción porque supongo que en varios puntos de mi vida llegué a sentirme así, con miedo de que mis expectativas estuviesen muy por encima de la realidad. Y ahora, con sus palabras, puede que me sienta un poco nervioso de no haber sido esa luna que imaginó, pero ella despeja cualquier duda cuando vuelve a hablar:
—Eres mejor que esa tonta luna que imaginé y me pateo el culo mentalmente por no haber sido más rápida, pero bueno, ya sabes que tenía miedo.
— ¿Y aun tienes miedo?
—Sí, porque ahora que he tenido una probada de esto, de lo que sea que estemos siendo, no hay vuelta atrás y solo quiero avanzar.
—Eres la persona más sexy y dulce con la que me he tropezado, mi querido trébol.
Tomándole el rostro entre las manos, le doy un beso profundo lleno de humedad, pero mucho más suave de los que hemos compartido anteriormente. Este es un beso de buenas noches con marca registrada y patentada de Callum Byrne.
—Ve y descansa —Dejo un beso en su mejilla—. Soñaré contigo, pero no prometo que estés vestida.
Todo lo que hace es reír mientras avanza y activa su reja con una llave magnética que saca de su pequeño bolso, se gira para sonreírme.
—Eres un hombre muy sucio, irlandés.
—Y aun no has visto todo —Le guiño el ojo.
La veo reír mientras la reja se cierra detrás de ella y sonrío alzando la vista al cielo.
—Gracias, universo, gracias —Bajo la vista aun sonriendo mientras comienzo a alejarme—. Irlanda, están a punto de tener un convenio súper importante con Inglaterra debido a que mis aguas se unirán a estas aguas.
***
— ¿Qué se supone que estás haciendo con Clover?
La pregunta de Stephan, quien ahora se encuentra en el marco de la puerta de mi habitación, me saca de la guía de práctica que me encontraba llenado y los informes de la práctica de Kevin difunto que me encontraba analizando y estudiando.
—Feliz sábado, perrita ¿De dónde vienes? No te vi cuando me fui del bar.
—Estaba por ahí —Es su respuesta mientras come cereal con leche, ahí, de pie—. Pero dime ¿Qué pasa contigo y la chica trébol? Te vi comerle la boca en el bar y con las manos muy afianzadas en su culo...Aunque también pensé que ella estaba escalando sobre ti.
» ¿Es un polvo casual? ¿Una aventura? ¿Una amiguita? Necesito saber qué papel y lugar darle mi vida. Si tratarla cordial cómo a una de tus folladas que pronto desaparecerá o tomarla más en serio cómo alguien que posiblemente se quede más que un par de semanas.
—Suena a que has estado pensando mucho tiempo en ello —señalo.
—Habla, irlandés ¿Qué te traes con la chica trébol?
—No quiero maldecirlo todo hablando demasiado pronto, prefiero dejar que las cosas avancen, pero no es una follada casual.
—Maldito seas tú con tus supersticiones irlandesas.
—No me maldigas o le diré a mis duendes que te regresen tus palabras —advierto haciéndolo reír.
—Entonces ¿Veré a Clover pasarse por aquí algunas veces?
—Eso espero.
El sonido de una puerta cerrándose se escucha y Stephan estira el cuello hacia afuera dando una larga mirada al recién llegado.
— ¡Oye, Michael! ¿Algún plan para hoy sábado?
—Eh...Sí, eso creo —escucho la respuesta de Michael.
— ¿Qué te parece cancelar y venirte a una salida de machos sensibles con el irlandés y conmigo?
—Quizá la próxima vez, Stephan, gracias por la invitación.
— ¿Sabes, mi querido Michael? Eres un tipo súper inteligente porque he escuchado que tus calificaciones son unas cosas hermosísimas y te he escuchado hablar con tu familia —Stephan hace una pausa—. Hombre, no te ensucies en más mierdas porque creo que de verdad podría esperarte un futuro brillante.
— ¿Qué es lo que pretendes decirme?
Intercambio una mirada con Stephan antes de que éste se aleje de la puerta, presuntamente acercándose a Michael. Tomando mi teléfono, salgo de la cama para unirme o presenciar la conversación.
—Lo que quiero decirte es que no te cagues en tu futuro, desconozco de tus motivos o razones, pero sé que no eres un cabrón malvado —Stephan lo señala con una cuchara llena de cereal antes de que la engulla—. Debes ser más sensato, sal de esa mierda antes de que te ahogues en ella. Me agradas, Michael y sería un desperdicio verte hundirte.
—Stephan debes tener cuidado con lo que dices, no sé de lo que hablas.
¡Por las cervezas irlandesas! Me siento en una serie de clasificación +16 en donde la antesala para que las cosas exploten está sucediendo. La conversación se maneja en un tono amistoso, pero sé cuán serio es Stephan sobre sus consejos y también noto el tono a la defensiva de Michael...También escucho advertencias sobre cómo no debemos meternos en esta mierda, que tal vez Stephan nos está implorando que no abordemos su rollo para que no nos salpique.
—Stephan, creo que ya se dijo suficiente, todos somos adultos y lidiaremos con las consecuencias de lo que hacemos —intervengo porque sé que la vena terca de mi imbécil lo instará a seguir presionando.
—Es una mierda lo que estás haciendo y lo sabes, sálvate, Michael, mereces más que eso.
—Te estoy diciendo que no sabes una puta cosa de lo que hablas, así que cierra la boca y no te metas.
—Un amigo te diría todo esto —escupe Stephan.
—Tú y yo no somos amigos.
—Michael eso fue algo perra para decir —Le hago saber—. Solo queremos ayudar.
—No pedí ayuda, no se metan en esto.
—Entendido, lo último que deseo es meterme en mierda oscura más grande que yo —Alzo las manos—. Me lavo las manos de cualquier cosa en la que estés involucrado.
—Tienes una beca, Stephan y tus propios asuntos, es mejor que me dejes en paz y no sigas hablando sobre todo esto —advierte Michael.
— ¿Acaso estás amenazándome por querer ayudarte? Sí que eres un hijo de puta.
La cosa es que yo no creo que Michael sea un hijo de puta, él solo está demasiado nervioso, se siente acorralado y una parte sensiblera de mí quiere creer que incluso nos aleja en este momento para protegernos.
El timbre de la casa suena y con un clima bastante denso en la sala, acorto los pasos hacia la puerta, abriéndola para encontrarme, tal vez, a la fuente de todo problema en este momento con Michael: Bryce Rhoder.
—Hola, irlandés —Me sonríe—. ¿Qué tal todo?
—Acá todo bien, llevando un sábado tranquilo ¿Qué tal el tuyo? —Me recargo del marco de la puerta.
Ya sabes, una inequívoca indirecta de: ¡Joder! Ni un pie pones en mi sana casa con tu asqueroso pie. Sin embargo, mi indirecta parece no ser suficiente para Stephan, porque ¡Por el oro bendito! Él abre su gran boca en lo que espero no sea un gran error.
—Fuera de nuestra puta casa, no eres bienvenido —sisea mi imbécil porque por la "conversación" anterior, su temperamento se encuentra por las nubes—. Michael, saca a esta porquería de aquí, no es bienvenida.
Michael jadea, yo cuadro los hombros muy dispuesto a dar la batalla con mi imbécil y todo lo que Bryce hace es sonreír.
—Hay personas que aman coquetearle al peligro —Me dice.
—Sí, yo por ejemplo, le coqueteo a todo —respondo encogiéndome de hombros.
—Sí y también le coqueteas a ese culo bueno de Clover ¿No? Algunos creerían que tiene un culo gordo, pero a mí me pareció delicioso y a mis manos también ¿No piensas lo mismo, irlandés?
En mi mente estoy saltando sobre él y sacándole los dientes a puñetazos, en la realidad me aferro con fuerza al marco de la puerta y borro la sonrisa dándole una larga mirada.
—Vuelve a repetir lo que dijiste y no me hago responsable de mi reacción, Bryce —Le advierto.
—No eres el único con su atención puesta en ese culo, irlandés. Solo eso digo —Ve detrás de mí—. Muévete, Michael, te espero en el auto, ya que parece que no soy bienvenido.
Intercambiamos una larga mirada, soy experto en ello porque no me acobardo ni intimido fácilmente. En última instancia gira y se aleja. Maldito idiota.
Michael pasa por mi lado y digo su nombre, cuando se gira soy serio sobre mis siguientes palabras.
—No vuelvas a traer a esa basura a esta casa, puedes estar envuelto en cosas jodidas, pero las quiero lejos de esta casa ¿Lo entiendes?
—Lo entiendo.
—Bien —digo cerrándole la puerta en el rostro con bastante fuerza.
—Quiero partirle la cara a ese maldito imbécil traficante. Está haciendo cosas horribles y lo que dice...
—Stephan —Lo interrumpo—. Ese tipo es peligroso.
— ¿Por vender su mierda?
—No, porque tengo la sensación de que es más que eso. Ese tipo de poder, crecimiento y mercancía, no nace de la noche a la mañana. Tiene respaldo y será mejor que te controles.
—No soy un puto cobarde.
—Y dudo que quieras terminar en una bolsa para cadáveres para que yo te haga una autopsia —Lo corto.
— ¿De verdad lo crees?
—No lo sé —confieso—. ¡Joder! Toda esa mierda que habló de Clover...
—Solo quería molestarte, hacerse el chulo que lo sabe todo, como si fuese Jagger.
Jagger...Tal vez deba hacerle unas pocas preguntas al chico de las respuestas, pero eso tendrá que ser luego de la videollamada con mi mamá.
— ¿Te terminarás ese cereal o solo te quedarás de pie con el tazón en la mano? —pregunto.
—Se lo hubiese estrellado en la cabeza a Bryce ¿Verdad?
—Sí, eso hubiese sido divertido.
—Lo hubiese sido —confirma sonriendo—. Maldito idiota.
—Maldito idiota —repito en acuerdo.
Helloooo, espero tengan una linda semana ❤
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Espero les guste (si es así, esperaré su bella lluvia de comentarios)
Un beso.
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