Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

15. Tus amigos, mis amigos, nuestros amigos


Tus amigos, mis amigos, nuestros amigos.

Callum.


Los dos tipos de seguridad fuera del bar nos dan una leve mirada antes de dejarnos entrar y advertirnos que llegamos a tiempo porque solo quedan cupo para veinte personas antes de que lleguen al límite seguro del local. Podría ofenderme un poco que no me pidan identificación porque siempre he dicho que tengo cara de bebé bueno, pero que no me pidan mi identificación me hace pensar que la suciedad ya se me nota en el rostro.

Apenas ponemos un pie dentro del pasillo que nos conduce al bar, somos absorbidos por una ola de calor y una variedad de sonidos en el que predomina una voz poderosa que de hecho hace una buena interpretación de una canción de Jennifer López. Tal cómo lo esperaba hay mucha vibra universitaria, pero también otras pocas personas que nada tienen que ver con nosotros, pero que siento cómo soy saludo con una sonrisa si hacemos contacto visual, porque ¿No te parece desagradable hacer contacto visual con un tipo que solo te da cara de culo? Terrible.

—Ahí están mis amores —Me dice Clover, asintiendo hacia una mesa demasiado grande para tener solo a tres personas.

Oscar, Kevin y Maida parecen estar metidos en una intensa conversación en dónde Maida asiente, Oscar niega y Kevin se está riendo. Vuelvo la atención a Clover que está sonriendo al verlos.

Siempre he pensado que ellos son un grupo de amigos difícil de ignorar, cada uno parece aportar a l grupo y estar en sintonía. Me llevo bien con la mayoría de las personas y sí que he hecho bastante amigos, pero en sintonía solo con Stephan, podemos relacionarnos con todos y estar con otros amigos, pero nosotros somos un dúo pretencioso, no un equipo que admita a más.

—Mi macho, macho —dice Stephan desde atrás antes de que se posicione frente a mí—. Pensé que nunca llegarías...Me estaba poniendo tan triste, pensé que el que me negara de nuevo a darte mi culo te había ofendido.

—Nunca te pedí el culo, a ti la verdad no te tengo ganas así que deja de insinuarte y fingir que te haces el difícil para que yo piense que eres imposible y quiera ir por ti.

—No te hagas el duro, un hueco es un hueco.

—Tu hueco es clausurado para mí.

—Qué bueno...Hola, Clover —dice clavando la mirada en ella que nos ve con ambas cejas enarcadas— ¿Te acuerdas de mí? Soy quien te cortó el rollo caliente en el auto.

—Te recuerdo incluso lo hacía sin que fueses tan especifico.

—Me parecía súper importante mencionar que fue en el auto en donde tenías la boca hinchada y Callum estaba sobre ti.

—Qué buena memoria —dice ella con ironía, Stephan le sonríe.

—Y parece que ahora oficialmente eres parte de nuestras vidas —Prosigue mi amigo, viendo de ella a mí—. El otro día te perdiste una cena buenísima por dejar plantado a mi chico, pero al menos eso me dio ventaja a mí para tener una cena divina, así que cómo que medio te doy las gracias.

—Él siempre es así de hablador —Le digo a Clover antes de dirigirme a mi amigo—. Y, amigo, ella hoy ha traído una cena buenísima, quedó en la nevera.

—Genial, me lo comeré —celebra Stephan extendiendo su palma hacia Clover y ella no tarda en chocarla con la suya—. Entonces ¿Vienen a nuestra mesa?

Clover ve hacia la mesa de sus amigos y luego de vuelta a nosotros, sería estúpido no entender que quiere ir con ellos.

— ¿Qué tal socializar? Allá hay una mesa bien grande donde entramos todos, esos son los amigos de Clover —asiento hacia la mesa con los amigos de Clover.

—Ah ¿Eres amiga de Kevin? Todavía puedo recordar cómo lo encontré con la camisa llena de semen y desmayado a los pies de Callum en el primer semestre, fue una memorable primera impresión.

—Sí, ese Kevin es mi amigo —dice ella con los ojos brillando de diversión, al menos no se horroriza por nuestro pasado salvaje.

—Y ahora es novio de Oscar, ese tipo que tuvo la lengua enredada con la de mi machote —Me señala para hacer evidente que yo soy ese "machote".

—Es bueno que supiera estas cosas, porque eres muy comunicativo, Stephan —dice Clover con diversión.

—Sí, es un poco lengua suelta.

—Y no solo para chismear, tengo la lengua muy suelta para otras cosas —dice con la sonrisa con la que se sale con la suya.

—En fin —Lo corto porque esto podría seguir por muchísimo rato más—. Reúne a los demás, nos estamos yendo a esa mesa a divertirnos con los amigos de Clover.

—Una orgía sana sin sexo, entendido —concede Stephan—. Iré por ellos, allá los veo. No le metas la lengua a nadie más que no sea nuestra chica trébol, Callum.

—Imbécil —Le digo riendo y dándole un golpe en el brazo.

—Bien, bien, nos vemos en breve —riendo se termina de alejar.

Ahora que él se ha ido, me encargo de seguir a Clover que de hecho se adelanta y no me espera, no pensé que me gustaría una persona medio desconsiderada para esperarme, pero supongo que la vida siempre da vueltas.

— ¡Canela pasión oriental! —Se escucha la voz de Maida porque justo en ese momento la persona en el escenario termina de cantar.

No puedo evitar recordar que tengo la nota de Maida escrita para Clover en San Valentín aun en mis manos y que sería amable de mi parte entregar a su dueño tal nota cursi. Me dejo caer al lado de Oscar y lo obligo a deslizarse para que le hagamos espacio a Clover una vez Maida deja de apretarla con un súper abrazo.

— ¿Por qué no puedes sentarte del otro lado o en las sillas libres? —Me pregunta Oscar enarcando una de sus cejas.

— ¿Qué pasa si quiero hacerte un sándwich con Kevin?

Kevin, quien se encuentra a su otro, lado se inclina para verme y hace una mueca con la boca, sonrío de inmediato. Ah, mi querido Kevin vivo.

—Yo no comparto, atrás, irlandés, no codicies a mi persona favorita —Entrecierra los ojos hacia mí.

—Ahora no compartes —sonrío—. Sin embargo, antes, recuerdo otra historia de un atractivo castaño que compartía...

—El punto es... —Retoma Oscar viendo a Clover sentarse a mi lado— ¿Por qué no te sientas lejos?

— ¿Ahora me quieres lejos? ¿Qué pasó con la cercanía de nuestras lenguas en aquella habitación? —Subo y bajo las cejas hacia él y él se quiere reír, pero lucha—. Ah, cómo me encanta tener historia con una de las parejas más calientes de la escuela, me lamento de no haber hecho un gusanito con ustedes.

— ¿Un qué? —pregunta Clover.

—Ya sabes, cómo tren, uno detrás del otro, en sincronía.

—Qué creativo —dice Kevin—. Suena hasta divertido, pero esa puerta cerró.

—Entonces ¿Por qué no te sientas en los demás lugares y nos obligas a apretarnos a ti? —insiste Oscar.

—Porque sus amigos vendrán —responde Clover viendo el menú con la lista de licores—. Nos estamos mezclando.

—Por mezclarse ¿Te refieres a tus fluidos y el semen de Callum uniéndose? —pregunta Kevin recargando su barbilla del hombro de Oscar para ver de Clover a mí.

La mencionada levanta la vista del menú para ver a su amigo y yo me mantengo sonriendo recordando exactamente por qué Kevin es un tipo que le cae bien a todo el mundo. Ja, mira lo elocuente que es Kevin vivo.

—Kevin, puedes decirlo de una manera más romántica —dice Maida con una sonrisita cómplice, haciéndonos saber que escuchaba nuestra conversación—. Clover y Callum se encuentran mezclando su crema y nata.

—Creo que eso suena peor, mucho peor —señala Oscar.

—Pero dígannos ¿Por qué llegaron juntos? ¿Qué está pasando? —Pregunta Maida—. Díganme todo, mis amores.

—Sí, dígannos —dice Stephan sentando al lado de Maida y deslizándose lo suficiente para que otros dos amigos también se unan—. Faltan unas cinco personas, pero están buscando bebidas y un par está por cantar un dueto.

Qué bueno que estamos ubicados en una de esas mesas con asientos acolchados y largos que se complementan con sillas, porque creo que nos estamos reuniendo demasiadas personas en una mesa.

Stephan se encarga de presentar oficialmente a todos en la mesa y luego repite la acción cuando se unen dos amigos más junto a dos chicas desconocidas para mí y después llegan dos mujeres más que se detienen a saludar, pero que de hecho no se van.

—Si me siento sobre tus piernas, ella puede tomar mi lugar —razona Maida hacia Stephan.

Sonrío divertido porque qué conveniente esa solución y por supuesto que a Stephan le parece una solución coherente porque es Stephan de quién estamos hablando, él "amablemente" la deja subir sobre su regazo mientras hacen un brindis silencioso con sus bebidas.

—Aw, miren, Maida desbloqueó un nuevo amor. Adiós, Johnny, no fue un placer conocerte —suspira Kevin.

—Johnny era un total imbécil —Masculla Clover.

—Stephan también lo es —comento, alzando la mano para llamar la atención de una de las meseras—, pero no es un mal imbécil, aunque mi imbécil no está interesado en nada serio.

—Tranquilo, Maida lo dejará antes de que siquiera Stephan se lo plantee —comenta Kevin viendo ahora los dos coquetos darse sonrisitas mientras hablan—, pero nuestra chica es muy buena, un amor.

Dándome cuenta de que otro tipo llega a nuestra mesa y se mantiene de pie hablando con una de las chicas, me inclino hacia Clover para susurrarle:

— ¿Qué tal subir a mi regazo para darle el sitio al pobre hombre de pie?

— ¿Por qué tengo que ser yo? —cuestiona de inmediato.

—Tienes razón ¿Por qué tienes que ser tú?

Y dicho eso, apenas termino de hablar la insto a que se ponga de pie para que me deje salir del largo asiento acolchado, luego la insto a sentarse y rodar hasta estar al lado de Oscar y cuando ella voltea para decirle algo a su amigo, entro de nuevo y subo a su regazo, abriendo las piernas para que las suyas estén entre las mías y tomándole las manos por sobre la mesa.

Ella se silencia mientras yo le indico al tipo recién llegado que se puede sentar en el puesto disponible de al lado, de hecho, quisiera darle las gracias por este nuevo arreglo de los asientos.

Estoy esperando que Clover se queje o que haga alguna objeción sobre mi atrevimiento, pero cuando volteo para verla, ella se encuentra mordiéndose el labio inferior con una mirada que a mí me resulta seductora.

— ¿Estás bien con esto? —le pregunto.

—Estoy bien con todo, Callum.

—De verdad necesito ponerme al día con todo lo que está pasando aquí —escucho a Kevin.

—La verdad es que no es difícil de entender —Le digo, viendo cómo detrás de él se acerca un mesero finalmente, uno que de hecho conozco—. Clover es el trébol de éste irlandés, finalmente estamos en la misma página. Estamos solteros juntos de forma exclusiva y nos tenemos altas ganas que vamos a saciar, pero también somos algo fuera de lo sexual, nos estamos atreviendo, estamos en algo.

—Entiendo que harán cosas de una relación o folla amigos mientras se siguen diciendo a sí mismos solteros, pero sin follar con otros, estando libres, pero estando juntos —resumen Kevin.

—Es exactamente eso, chico listo —Le sonríe Oscar dándole un suave beso en la boca—. Dos idiotas pensando que pueden controlar la situación que claramente se les irá de las manos.

—Parece que hablas más del principio de ustedes que de nosotros —Los señala Clover.

Sin embargo, antes de que Oscar o Kevin puedan refutar o yo celebrar con un baile irlandés ante la mención de un "nosotros", el mesero con una gran sonrisa hacia mí, se acerca.

—Qué bueno tenerte por aquí, Callum.

—Siempre trato de volver a los lugares en donde me tratan bien —respondo, creo sentir que Clover se tensa debajo de mí.

Cómo quisiera tenerla debajo de mí de una forma tan diferente y deliciosa.

— ¿Qué quieren ustedes? —pregunto a los demás y solo cuando terminan de gritar sus pedidos, vuelvo a hablar—. Dame una piña colada sin licor.

—En conclusión: un jugo de piña —dice Oscar—. ¿Cuáles son las intenciones de beberte un jugo de piña? ¿Te crees así de suertudo?

Entiendo totalmente la cosa de jugo de piña, chupada deliciosa o más de lo normal, pero todo lo que hago es reír.

—Conmigo tendrías suerte —Me dice el mesero.

—Ah, qué hombre tan amable eres, Marcus. Pero mi suerte apunta hacia otro lado —Me remuevo sobre Clover—. ¿Tú que quieres pedir, Clover?

—Un orgasmo sucio.

— ¿Aquí, en el baño o en el auto? —pregunto, pese a que sé que se refiere a uno de los mejores tragos de este bar.

—Aquí —responde riendo por lo bajo.

— ¿Eso sería todo? —pregunta Marcus pasando la mirada por cada uno de nosotros en la mesa y sin tomarse a mal mi rechazo.

—Tráeme otro de este, por favor —Maida se bebe de un solo trago lo que le resta de la bebida.

—Entendido. Tenemos un poco de retraso debido a que estamos con bastante clientela, así que si desean ordenar algo más, este es el momento para que todo llegue junto —Habla Marcus, pero pareciera que me lo dijera directamente a mí porque soy a quien ve.

—Nachos, por favor trae nachos —pide Clover con entusiasmo—, para compartir, claro.

—Cómo si tú compartieras la comida —Se ríe Kevin—. Agrega unas alitas picantes y otras con BBQ, no he cenado.

—Sí cenaste —contradice Oscar.

—Bebé, comerte la polla pese a ser un trozo de carne grande no significa que sea algo que me llene el estómago, incluso si me trago el final, eso tampoco es un vaso de leche.

—Qué sucios —Se ríe Clover.

—Me refería a las hamburguesas, cariño —Se ríe Oscar.

—Sí, bueno, eso fue hace años, ahora quiero alitas, cómelas conmigo, igual siempre tienes hambre.

Eso desata otra ronda de pedidos de comida y vagamente me cuestiono lo difícil que será pagar toda la cuenta, pero por ahora parece que a ninguno nos importa, ya nos veré llorando en unas horas.

Cuando Marcus finalmente se aleja me incorporo a la conversación de Peter, que conozco, con Marlyn y Alena que no conozco de nada. Las conversaciones vienen y van de un lado a otro, es un ambiente bastante entusiasta e interesante. También hay mucha movida porque mientras algunos se van de nuestra mesa, otros llegan, parecemos una mesa bastante popular y debo admitir que ruidosa también.

Lo divertido de la noche de karaoke es que parece que no importa si cantas bien o mal, el público alegre y entusiasta siempre te alienta y aplaude, es una locura divertida a la que me alegra haber venido, más cuando me encuentro sentado sobre el regazo de Clover.

Luego de un rato que se siente eterno (recordemos que soy un impaciente y no me avergüenzo de ello) nuestros pedidos llegan o al menos lo hacen las bebidas, la comida todavía no y eso desilusiona a Clover y a Kevin lo cabrea porque dice que "el sistema está mal", pero antes de que pueda volverse divertido, Oscar está riendo poniéndole una mano en la boca hasta que el mesero se aleja.

—Me censuraste, pequeño cabrón —Se queja Kevin golpeándole el brazo a Oscar.

—De pequeño nada y no te censuré, mientras más rápido el mesero se fuera, más rápido podía traer su comida.

No creo que esa sea la verdad, pero hay que admitir que es una respuesta que suena lógica y que apacigua a Kevin quien masculla que quiere sus alitas.

—Te entiendo, no tenía hambre antes, pero ahora me siento famélica —dice Clover y siento su mirada sobre mí.

— ¿Qué? —pregunto volteando el rostro para poder verla.

—Uhmm ¿No dirás nada?

— ¿Sobre lo sexy que me pareces? ¿Sobre cómo quiero llenarte luego los labios llenos de guacamole para lamértelo yo mismo? ¿Sobre lo cómodo que estoy en este momento? Tengo muchas para decir, tú solo dimes que tipo de nivel de calentura estás dispuesta a escuchar públicamente.

—No soy un tipo que se mete en asuntos ajenos... —comienza Oscar.

—Siempre te metes en mi vida —Lo corta Clover que aún me ve con ojos brillantes.

—El punto en cuestión que quiero discutir —prosigue Oscar—. Es que éste tipo te está hablando de una manera que debo decir, con el respeto de éste chico ardiente al que le como la boca y otras cosas—Se refiere a Kevin—, que confirman que si no te das una subida en él, podrías arrepentirte.

—Ella se estará dando más que una subida conmigo —Sonrío—. Me aseguraré de que nunca quiera bajarse.

—Tal declaración viniendo de un futuro criminalista podría escucharse un poco perturbadora, pero vamos a verlo cómo algo caliente y dejémoslo pasar —Nos dice Kevin y le guiño un ojo.

—Pero ¿A qué te refieres, Clover? —pregunto no queriendo perderme lo que se supone yo debía decir.

Cierra la boca y pienso que no va a decirme, pero luego veo esa determinación en su mirada que me hace saber que no piensa callarse lo que piense y eso me parece un rasgo de lo más atractiva.

—Mi exnovio me decía que era una tragona —Dice y capto un destello de veneno en su voz—. Lo cual no me importaba, pero que desagradable escuchar a alguien quejarse una y otra vez de lo mismo.

—Así que le pateó el culo, que saliera con él por cinco meses fue un milagro —agrega Oscar—. Y no es que Clover sea una tragona.

—Come igual que yo —dice Kevin— y no ves a nadie jodiéndome por la manera en la que como.

—Y no es que Clover tenga un problema con la comida en el que debamos intervenir, es un apetito saludable —concluye Oscar cómo retándome a decir lo contrario.

—Uhm... —tarareo bajo la atenta mirada de los tres, luego me detengo exclusivamente en los ojos de Clover—. Cuando decimos tragona ¿Nos referimos a que tragas mucho por esa garganta?

— ¿Él volvió una conversación critica en una sexual? —escucho a Kevin.

—Lo hizo totalmente —responde Oscar dándonos la espalda e iniciando una conversación privada con su novio.

—Entonces, Clover ¿Eres una tragona?

—Depende de lo que meta en mi boca —termina por responder.

Y ya sabes, tengo está prehistórica necesidad de bajarme los pantalones junto al bóxer y decirle: aquí está, trágate esto, déjame deslizarme por tu garganta y muéstrame qué tanto te gusta tragar. Pero por fortuna me controlo, conformándome con darle una sonrisa y deslizando los dedos por su garganta en una sueva caricia, luego me inclino a su oreja para que sea la única en escucharme.

—Tengo algo que podría gustarte deslizar por tu boca...

—Apuesto que hasta la garganta —Es su ingeniosa respuesta.

— ¿Te gusta que te ahoguen, verdad?

No lo confirma, pero tampoco lo niega y cuando me alejo, sus pupilas una vez más se están dilatando. Le veo la deliciosa boquita, imaginándome con una perfección envidiable cómo me vería deslizándome entre esos labios, yendo hasta su garganta cómo ella misma lo ha insinuado, y dándole tanto cómo ella quiera una y otra vez.

Temiendo volverme loco sexualmente y volvernos el espectáculo principal de una manera sexual, me giro con la vista al frente, las manos sobre la mesa, bebo de mi jugo de piña que solo me recuerda a lo bien que debo de saber en este momento y trato de unirme a alguna de las conversaciones en la mesa.

Aunque converso y rio con los demás, me sería imposible olvidar la cuestión de la tragona y el sobre el regazo de quién estoy, pienso que soy un peso considerable así que decido que es el momento de que cambiemos de lugares y se lo hago saber en voz baja a Clover.

—Eso no está sucediendo —Es su respuesta dando un profundo sorbido a su bebida.

— ¿Por qué no?

—Porque soy pesada.

—Yo soy pesado y no tuve ningún problema en sentarme sobre ti —Me encargo de señalar—. Puedo sostenerte, Clover, no me vas a romper o al menos no de esa forma.

»Ahora, romperme de una manera sexual en dónde me duela cada hueso del cuerpo, digo que sí. Ahora, déjame sentarte sobre mi regazo.

—Sueña, irlandés.

—Te aseguro que ya te he soñado sobre mi regazo con ropa y sin ropa, sin hacer nada y follando también.

Su jadeo es audible y la risa de Oscar me hace saber que lo ha escuchado, no es que me moleste cuando he escuchado sobre sus abordes amorosos con Kevin debido a mi posición vulnerable a su lado con sus susurros y voces no tan bajas.

—En ese caso, sigue soñando —dice ella, pero su tono de voz enronquecido traiciona el toque de indiferencia que pretendía darle a su declaración.

Poniéndome de pie, de una manera incómoda cómo me lo permite el espacio entre la mesa y el asiento, giro y ubico una pierna a cada lado de las suyas, me siento a horcajadas. Si ella no quiere montarme, no hay problema, la montaré hasta conseguir que sea ella la que esté arriba.

—Abre las piernas.

Debo ser honesto, no parece que lo pido, lo ordeno. Y no, no soy un hijo de puta que se cree con derecho a estar mandando a otros, pero estoy aprendiendo y descubriendo que mientras a mí me gusta ser mandón en cosas sexys a Clover la pone y humedece que sea dominante con ella en cuestiones sexuales, incluso si solo se trata de palabritas.

— ¿Qué?

—Que abras las piernas para que no sostengas todo mi peso —aclaro—. ¿Qué pensaste? Sé que con las piernas abiertas se hacen muchas cosas, pero prometo que fue dicho de forma muy inocente.

Con lentitud ella extiende sus piernas mientras mantiene la mirada en la mía, sé que de esa forma no sostiene todo mi peso. Una vez ha hecho lo que le he pedido, me encuentro deslizándole un dedo por el cuello, fascinado por la manera en la que mi piel pálida hace contraste entre toda esa piel acanelada que me gustaría lamer ahora mismo.

¿Así que qué hace éste irlandés? Me inclino y llevo los labios hacia su cuello, primero rozando esa piel cálida con olor a coco en el que ahora palpita una de sus venas, su sangre se encuentra tan caliente cómo la mía. Le doy unos cuantos roces a su piel antes de sacar la lengua y probarla, disfrutando de la manera en la que su cuerpo se sacude. Un mordisco es lo siguiente y un beso con la boca abierta, el final.

Saciando un poco ese deseo, comienzo a deslizarle la nariz de manera ascendente hasta su mejilla, consiguiendo llevar mi boca a su oreja y mordiéndole ligeramente el lóbulo antes de hablar.

—Déjame sostenerte, mi trébol.

—No.

—Clover...

¿Saben lo que sucede? Que hay un golpe seco en una de las mejillas de mi culo y tengo que admitir que estoy sorprendido, de verdad lo estoy y por la manera en la que sus ojos se abren, intuyo que ella también lo está.

— ¿Acabas de azotarme el culo, Clover?

Asiente con lentitud y la miro fijamente antes de que me sea inevitable no comenzar a sonreírle poco a poco por su acto sorpresivo y osado.

Llevando una mano a su barbilla, la insto a alzar el rostro mientras bajo el mío; acercándome hasta que nuestros labios se rozan, hasta que soy todo lo que percibe y sé que no se perderá ni una sola de las palabras que salgan de mi boca.

—Eres una chica sucia, Clover, pero estás de suerte, porque yo soy mucho más sucio —dicho eso, le muerdo el labio inferior con la suficiente fuerza para que le duela un poco.

Cuando sé que la he afectado lo suficiente, vuelvo a girar para sentarme cómo un muchacho decente y recatado que no acaba de obtener un azote en el culo, pero ella mantiene sus piernas medio abiertas para no sostener todo mi peso y yo devuelvo el ataque.

Básicamente es un momento normal, cotidiano y mundano en el que sentado sobre las piernas de Clover y con nuestras piernas debajo de la mesa, una de mis manos baja y patina lentamente por la cara interna de su muslo obteniendo cómo resultado un estremecimiento de su parte, pero no me dice que me detenga y entonces cuando mis dedos casi la tocan en ese dulce punto, me detengo.

A ver, no me acuses de ser un chico microondas, es solo que a mí muchas veces me gusta jugar antes del espectáculo principal.

Finjo mantener el hilo de una de las conversaciones que se están desarrollando en la mesa, riendo de lo que Maida dice y respondiendo cuando lo creo indicado; Clover también ríe, relajándose y tratando de ignorar que no continué con mi asalto. Me mantengo haciendo pequeños círculos en la cara interna de su muslo mientras conversamos con los demás.

—Eso es absurdo —Se ríe Clover de lo que Stephan dice sobre un supuesto hecho científico.

Y cuando ella ríe de manera encantadora, mi mano sube y le da un azote entre las piernas, ahí, dónde sé que debe de estar húmeda y latiendo. Da un respingo y una de sus manos se posa sobre mi pierna dando un apretón, mi respuesta es dejar caer otro pequeño azote más fuerte, más contundente y su mano aprieta con más fuerza mi muslo.

No está enojada, mi espalda percibe el rápido subir y bajar de su pecho por la respiración agitada y podría apostar todo el oro de Irlanda a que está más húmeda de lo que lo ha estado alguna vez o al menos en mucho tiempo.

—Si me disculpan —anuncio a quien quiera escucharme—, iré al baño.

Tomo lo que resta de mi jugo de piña y agradezco al tipo que conocí hasta hace poco por dejarme salir mientras comienzo a alejarme sin ver atrás, sabiendo que acabo de dejar a una mujer preciosa afectada y preguntándose qué carajos está mal conmigo.

¿Será que Clover vendrá a unirse a mí? Lo averiguaremos.


Holaaaa, caras de zanahorias 🍀

Aquí capítulo nuevo con todo mi suculento corazón.

Finalmente creo que están preparados para conocer cómo me imagino a mis muchachones. La imaginación es libre, pueden verlos así o cómo gusten, pero es para que se hagan una idea a lo que yo imagino y aunque no son 100% iguales a la descripción es lo más cercano para mí.

A Callum lo visualizo cómo: Nicolas Glm. 


A Clover lo más cercana a cómo la imagino es Anjali Mohan, pues es lo más cercano a las descripciones. 


De nuevo: la imaginación es libre, pero así los imagino yo.

Redes sociales:

Instagram: DarlisStefany

Twitter: Darlis_Steff

Espero les guste.

Un beso.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro