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14. El comienzo de la noche


El comienzo de la noche.

Callum.


Clover es una mujer con una belleza que tiende a considerarse exótica que percibes desde el primer momento en el que la vez o al menos así me pasó a mí la primera vez que la vi y luego de saber que su cerebro era el autor detrás de las notas, ante mis ojos ella se volvió incluso más preciosa. Clover sorprendida sigue viéndose igual de bonita y me sigue pareciendo preciosa, aunque es un poco gracioso que le sorprenda que esté tan metido en todo el asunto de las notas y toda la cosa de nosotros. Aunque, bueno, eso tiene mucho que ver con que hasta ahora este momento es que estamos abordando el tema y tal vez es el momento de hacerle saber a mi trébol el poder que sus palabras han tenido en mí y la manera en la que de verdad estaba esperando por este momento.

Sí, lo he dicho millones de veces: soy un sinvergüenza y no puedo decir que durante tres años me mantuve masturbándome y esperando por ella, pero estamos en un presente en dónde estoy dispuesto a todo porque aquí no se trata de un juego o estar indeciso, la verdad es que tengo el regusto de la emoción de que finalmente esto esté sucediendo.

—Desde la primera nota me hiciste sonreír —Le digo adentrando mis dedos a su cabello y peinándolo—. Sí, estaba muy sorprendido y pensé que era cosa de una vez, incluso cuando tu segunda nota llegó, pensé que eso era el final.

»Tus notas siguieron llegando y de alguna manera descubrí el método de las fechas especiales, de esa manera me diste otras razones para esperar por ellos, siempre me preguntaba qué podrías decirme otra vez y a veces estaba algo enojado de que tus notas no vinieran tan seguida.

»Te volviste mi trébol y creía que si investigaba quién eras, la magia se iría y me caería algún tipo de mala suerte, sí, un cliché irlandés creer en esas tonterías ¿Verdad?

—Pero me investigaste, aun así lo hiciste.

—No es tan así, Clover —aclaro—. Durante mucho tiempo no supe quién eras y aunque quería correr y descubrir a la autora de las notas, decidí conservar esa magia...Hasta que vi tu examen parcial y había leído tantas de tus notas que conocía tu letra, pero fue tan rápido que no estaba seguro y estaba asustado de que la magia se perdiera.

»Pero fui descubriendo a medida que te veía y conversábamos un poquito más, que de hecho la idea de que fuese tú me encantaba, me fascinaba —Hago una pausa pasando el pulgar de la mano que mantengo en su mejilla contra su pómulo—. Debes saber que desde que te caíste de culo aquel primer día y te ayudé a levantarte, dos cosas de ti se quedaron conmigo.

—Mi caída escandalosa y que la mano me sudaba.

No puedo evitar reír y muy a su pesar ella termina sonriendo de su propio ingenio para responderme.

—Esas cosas también me impresionaron, pero yo me refiero a otras dos cosas.

— ¿Mis tetas y mi culo? —ahora sus cejas se arquean y yo me muerdo el labio inferior antes de poder hablar de nuevo porque quiero reírme.

—Eso sin duda es memorable, pero inicialmente me refería a tu nombre y el hecho de que me pareciste hermosa, una belleza exótica difícil de pasar por alto, luego vislumbré algo de tu personalidad.

»Sé que seguramente has escuchado rumores de mí, bueno, seguramente también has visto suficiente con tus seductores ojos por lo que sabrás o descubriste que no era un tipo que se quedará a admirar a alguien y no avanzara con otros. Suena terrible, pero no me puedo disculpar por ello porque fue lo que fue, no se puede cambiar y estaba en medio de algo en donde cada persona con la que me involucré sabía que más allá de un rollo, nada pasaría —Me encojo de hombros.

»Estuve meses intentando convencerme que no debía confirmar que tú eras mi trébol porque si lo confirmaba sentía que alguna magia se perdería, no porque fueses tú, solo porque pensé que yo podía ser un poco idiota al respecto y porque soy así de supersticioso.

»Pero en algún punto, no pude resistirme más y acudí a Jagger. No le pedí nada más allá de una confirmación o negación, te prometo que no invadí tu privacidad...Bueno, solo qué quería saber tu edad y ascendencias porque es que tu piel y rasgos, Clover, me encantan.

—Iraní y brasileña —musita ella en voz baja, sus ojos fijos en los míos, estamos tan cerca.

—Lo sé, sabía que tenías alguna ascendencia árabe, te vi callar a un idiota racista, pero desconocía de tu sangre brasileña y tampoco sabía que era específicamente Irán el lugar bendito que te trajo al mundo.

—Me trajo al mundo mi mamá —dice con un toque de burla, ruedo los ojos.

—Sí, bueno, sé que entendiste mi punto, chica tonta.

— ¿Qué pasó luego de que Jagger lo confirmara?

—Tenías novio y no podía ser un patán irrumpiendo cómo si nada, no soy un hombre ejemplar, pero tengo mis principios y aunque él no me gustara y los celos estuvieran presentes, simplemente no podía solo llegar fingiendo ser el dueño de tu vida o algo cómo eso, era una cuestión de respeto hacia ti y tus decisiones.

—Dices eso y yo...

— ¿Y tú? —La insto a continuar.

—Y yo solo pienso que no dejas de sorprenderme —concluye, pero algo me dice que iba a decir algo mucho más interesante y halagador.

—Sin embargo, finalmente los duendes irlandeses me sonrieron porque luego tu molesto novio no estaba, sin embargo, fui demasiado inocente porque ingenuamente pensé que en algún momento te sentirías lista de decírmelo...

—Creo que no iba a hacerlo, Callum —confiesa—, por la misma razón de que no estaba pensando en hacerlo una realidad, además las cosas que escribí ¡Diablos! ¿Quién quería hacerse responsable de eso? —Ríe y yo sonrío.

—A mí me encantaron y todo lo que quería era que lo admitieras, pero no pasaba y este San Valentín no tenía muy en claro qué haría, pero sabía que quería hablar un poco más contigo, conocerte más allá de un saludo casual y una conversación trivial, solo que las cosas se pusieron un poco locas.

—Muy locas.

—Lo de subirnos a mi auto y compartir un porro de verdad no estaba en mis planes. Yo solo quería conocerte un poco más, pero de pronto estábamos en mi auto y pensé en tus notas, en lo preciosa que estabas, en lo mucho que quería acércame a ti, cuánto deseaba que me dijeras —Hago una pausa porque siento que me he puesto un poco intenso—. Simplemente la idea vino a mí y luego nos estábamos besando y yo me dije: Irlanda, perdieron a un nativo porque yo ya me fui al cielo con los besos de esta mujer.

—Eres muy elocuente con las palabras.

—Y eso que no te has adentrado a mis pensamientos —Le sonrío—. No quiero que te sientas cómo un juego o una burla, de verdad amé cada una de tus notas, de hecho me he enfadado cuando encontré la nota cursi de Maida en mi auto.

—La cual debes regresarme, ella le puso todo su corazón.

—Es bastante cursi, pero linda.

—Totalmente cómo Maida.

No creo que se dé cuenta de la manera en la que su mano se desliza por mi pecho hasta llegar a uno de mis pezones perforados, por sobre la camisa, y de manera perezosa pasar la palma por la barra de metal, me muerdo el labio para no soltar un gruñido de calentura y me concentro en nuestra conversación. No es el momento de ponerse caliente o tal vez sí, pero no es el momento de darle 100% de atención a mis apetitos sexuales reprimidos.

—Tampoco sé lo que está pasando aquí, Clover, pero sé que quiero conocerte, que quiero volver realidad muchas cosas sucias de tus notas y que quiere conocer muchas cosas más de tu vida. No tenemos que sentir presión sobre esto ni hacernos expectativas, podemos ir poco a poco, es cuestión de atreverse.

Me siento una mierda, porque estoy soltando cosas muy dulces, pero mi mente sucia no deja de pensar en su mano en mi pecho, en su cuerpo tan cerca y en la manera en la que sus labios se entreabren, además, tiene un escote cuello en V que llevo bastante rato intentando ignorar y por si fuera poco, haberla escuchado hablar sobre las notas y yo siendo alguna luna, hizo que quisiera devorarla a besos porque nunca alguien me hizo sentir tan especial o sí, pero no recuerdo nunca darle tanta atención a las cosas que una persona pensó de mí.

— ¿Quieres atreverte conmigo, Clover?

—Tengo miedo y yo...Me gusta estar soltera.

Piensa en algo, Callum, pero no te quedes callado.

—Entiendo que tengas miedo, pero ¿No te da aún más miedo irte sin saber qué pudimos haber sido?

¿Eso me mete en la categoría de un manipulador? La verdad no tengo ni puta idea y espero que no, mis palabras parecen llegarle.

—Y sobre ser soltera —Le sonrío—, podemos seguir llamándote soltera. Clover soltera, pero saliendo con Callum.

—Eso no tiene sentido.

—Clover soltera que se come la boca de manera exclusiva con Callum —Lo vuelvo intentar, sonríe.

—Sigue sin tener sentido.

—Clover soltera que se come la boca, se la mete en la boca, se la mete abajo, adelante y atrás y se deja comer abajo y goza de manera exclusiva con Callum.

Deja ir una temblorosa respiración y sonrío. Ah, eso sí que le ha gustado y a mí también.

— ¿Sigue sin tener sentido, Clover?

—Tiene algo más de sentido —responde con lentitud—. ¿Eso te hace un Callum soltero, pero exclusivo? —percibo la incertidumbre en su voz.

—Aquí estamos en términos de igualdad y si yo soy el único con tales privilegios, tú también eres la única con tales privilegios sobre mí.

—Parece un trato justo —murmura.

Permanecemos en silencio, muy cerca, viéndonos y con una tensión sexual más grande que el continente europeo. Si este fuese un reality show como el de las Kardashian, en este momento estaría en un salón de fondo blanco con una cámara grabándome mientras digo en una voz pretenciosa: "fue un duro momento, tan duro cómo mi polla que quería perforarla, pensé ¡Demonios! Vamos a hacerlo, pero también pensé, demonios esto no se trata solo de sexo ¿Polla o cerebro? Y me dije ¿Por qué no ambas?"

Así que pienso con ambas cosas. De manera inequívoca, Clover ha admitido que algo sexual muy sexual, pasará entre nosotros, pero también ha admitido que me quiere conocer tanto cómo yo quiero conocerla. Así que le digo a mi pene que deje su maldita histeria y se aguante porque mi cerebro en este momento de verdad está siendo útil.

—Vayamos al bar, bailemos, disfrutemos, veamos a dónde nos lleva la noche. Sin presiones, sin pensarlo demasiado, vamos a dejarnos llevar.

—No sé cómo dejarme llevar, Callum.

¿Qué no sabe? Menuda tontería, si precisamente se dejó llevar cuando subí sobre ella y fumamos el porro, cuando nos besamos, cuando me dejó darle un orgasmo, sin embargo, le sonrío y planto un beso en su labio inferior.

—Yo te enseño —susurro contra esa tierna carne antes de alejarme.

Y sin necesidad de mucho convencimiento más, ella toma un bolso pequeñísimo tipo mensajero que trajo consigo y yo mi billetera junto al juego de llaves. La cosa más destacable cuando salimos de mi casa es que mi mano se encuentra tomando la de Clover cuando la guío a mi auto y puede que sea una tontería para otros, pero para nosotros se siente cómo si Elton John estuviera con unas plumas bailando alguna canción de Taylor Swift sobre el capó de mi auto, es así de monumental.

El silencio reina mientras salgo de mi espacio en el aparcamiento y luego es llenado con una suave risa a la que podría acostumbrarme. Le doy una rápida mirada antes de concentrarme en la calle por la que comienzo a conducir.

—Todavía no puedo creer que cantaras la parte de Joe Jonas.

—Y podría haberte cantado desde el principio de Demi Lovato, pero pensé que la parte de Joe era la indicada.

— ¿Cómo es que te la sabes?

—Mi hermana menor...Bueno, todos la vimos y la verdad es que fue entretenida y esa escena siempre me pareció genial —Sonrío.

—Tienes hermanas —dice asimilando la información.

Me gusta que de hecho no sepa cosas de mí porque eso me da la oportunidad de decírselas, de conocernos poco a poco.

—Tres. Dos mayores y una menor: Moira, Kyra y Arlene, en ese orden.

— ¿Todos pelirrojos?

—Menos Kyra, pero los demás somos una tanda de pelirrojos. ¿Qué hay de ti? ¿Hermanos?

—Antes no, pero en poco más de un mes nace mi hermanito —Hace un breve silencio—. Te dije en una nota que mi madrastra no era cómo la de Cenicienta...

—Que era de tus mejores amigas y que odiabas que las personas juzgaran su relación con tu papá por la extensa diferencia de edad.

— ¡Vaya! Sí que leías las notas —No puedo verla, pero creo que está sonriendo—. Valentina no quería tener hijos de inmediato, pero hace dos años cuando lo decidió, no fue tan fácil, a ella y a papá les ha costado, sin contar que mi papá está en alguna crisis sobre que parecerá el abuelo del pequeño y no su papá.

»Creo que realmente le afecta las críticas que le hacen por la diferencia de edad, pero ellos se aman, puedo verlo. Ella no se aprovecha de él o está por dinero, y para papá Valentina no es un hermoso trofeo o la chica del momento.

—Sí, a veces algunas las mierdas que dicen las personas influyen en cómo nos sentimos incluso si somos fuertes, pero ojalá la llegada del bebé los haga olvidarse de eso y lo disfruten. Me gustan los bebés son lindos y hacerlos reír a veces parece un reto.

—No sé si me gustan los bebés, me he rodeado pocas veces de ellos, pero sé que amaré a mi hermanito —Hay unos pocos segundos de silencio antes de que vuelva a hablar—. ¿Soy mayor que tú solo por meses?

—Unos buenos diez meses —respondo sonriendo—. Tengo veintiuno y tu veintidós desde hace seis meses, luego te alcanzaré y de nuevo me dejarás atrás siendo más bebé.

»Qué excitante, estoy con una mujer mayor —bromeo y escucho su risa.

Se hacen unos pocos minutos de silencio que no son necesariamente incómodos, de hecho estoy sonriendo y cuando le doy un rápido vistazo, veo que una sonrisita se encuentra en su rostro.

—Sobre lo de anoche... —comienzo.

No sé si es necesario hacer aclaraciones respecto a ello, pero quiero hacerlo porque si estamos iniciando algo exclusivo no quiero que me tomen por uno de esos tipos que la siguen metiendo en todas partes porque es un tramposo que no conoce las reglas del juego de la exclusividad.

— ¿Qué cosa de anoche? —me pregunta.

—Cuando nos vimos en esa reunión y parecía que tonteaba con un chico —Mantengo la vista al frente—. Aunque me hubiese gustado hacer de cuenta que no pasó nada entre nosotros porque estaba enfadado y decepcionado, la verdad es que admito que quería montar un numerito.

»Pero me descolocó que de hecho te dio igual, pensé que te acercarías, pero en lugar de ello te fuiste y me quedé con una sensación de culpa muy amarga.

—No es que tuvieras que sentir culpa —murmura ella—. Pese a lo que había pasado en aquel baño, no me debías nada, mucho menos cuando actué cómo un prófuga de tus intenciones, sin embargo, debo aclarar que sí me afectó.

— ¿Lo hizo? —no puedo evitar entusiasmarme un poco por ello.

Puedes sentarme y darme una charla moralista sobre por qué están mal los celos y por qué no debes alentar a alguien a sentirlos y ten por seguro que lo entenderé, estaré de acuerdo, pero luego ponme celos inofensivos de alguien que me guste y estaré sonriendo cómo un bastardo afortunado que se siente blindado por el mismísimo príncipe Fae ¿Si sabes lo que es un Fae, no? Si no lo sabes, búscalo en San Google, porque no hay tiempo para explicártelo.

—Lo hizo. Sentí que había perdido alguna oportunidad. Antes te vi con chicas y chicos.

—Y te excitaba —siento su mirada en mí—. Quiero decir, en tu primera nota dejaste en claro que te ponía caliente haberme visto besarme con un tipo. ¿Eres una mirona?

—No soy una mirona —responde a la defensiva y yo rio—, estaba ebria.

—Y los borrachos siempre dicen la verdad.

—El punto es que antes te veía y aunque yo deseaba...

— ¿Qué deseabas, Clover?

—Te lo dije en varias notas —Masculla removiéndose en su asiento.

—Deseabas ser ellos o en mejor dicho: deseabas saber lo que se sentía tener mi lengua en tu boca, en otros lugares de tu cuerpo y mi polla en...

—Entendido el punto —dice haciéndome reír—, la cosa es que pese a sentirme así no me lastimaba, pero anoche cuando te vi...Me sentí mal porque...

Se queda en silencio, uno que nos envuelve hasta que me estaciono frente al bar que se encuentra bastante concurrido, pero eso se debe a que es noche de promociones en tragos, karaoke y es viernes. Además, en el campus solo hay una fiesta y este bar suele ser un lugar muy frecuentado por universitarios.

Apago el auto y bajo, Clover es mucho más rápida que yo y ya se encuentra afuera, eso es bueno porque para desilusión de la población que me admira, no soy bueno siendo el tipo que rodea el auto y abre la puerta para ti, no por ser un patán, simplemente porque se me olvida o lo doy por sentado. Pero es que verás, crecí con cuatro niñas salvajes que se arrojaban de los autos apenas se detenía y mamá siempre fue más de: aquí todos tienen manos, cada quien puede abrirse su puerta, hay que enseñarlos a ser independientes y autosuficientes. Así que para algo tan sencillo y que muchos ven cómo un gesto enorme (abrir la puerta) no cuenten conmigo.

La alcanzo antes de que pueda avanzar demasiado y no dudo en tomarle una de las manos, guiando la palma hacia mis labios. Ella podría pensar que voy a darle un beso muy caballeresco en la mano, pero recordemos que soy un chico sucio, así que en su lugar: le chupo el centro de la palma antes de mordisquearle el borde de la mano luego estoy besando cada yema de sus dedos.

— ¿Por qué te sentiste mal, Clover? —insisto, llevándome su mano a la mejilla.

—Porque no quería quedarme atrás, era mi oportunidad y parecía que alguien más la tomaba. Porque estaba celosa, no se suponía que de nuevo tuviera que imaginar que se sentiría ser la persona a la que le dabas tu atención, se suponía esa persona era yo.

Parece escandalizada de la manera en la que se escuchan sus palabras en voz alta y la verdad si suenan algo intensas, pero a mí me resulta atractivo porque ésta mujer finalmente está siendo abierta sobre hacer lo que ambos pensamos que era una fantasía o algo platónico y que ahora es una realidad.

Me quito su mano de la mejilla y la llevo a mi pecho antes de inclinarme para hablarle al oído, estoy seguro que mi espalda está en modo protesta con carteles que proclaman: "¡No quiero que salgas con una mujer bajita! Ten piedad de mí, ten piedad", pero lo siento espalda, ya he hecho mi elección.

—En este momento eres todo mi centro de atención —susurro—. A partir de aquí, no eres una observadora, eres parte de esto. Ya no tenemos que imaginar lo que se siente, ahora podemos disfrutar.

Deslizo los dedos por su abdomen, pasando entre sus pechos y llegado a su cuello en donde mis dedos la rodean, sosteniéndola y apretando con poca fuerza los dedos, ella jadea.

—Somos una realidad, Clover.

Mantengo mi mano en su garganta y cuando retrocedo noto que su respiración es inestable y sus pupilas se dilatan, aprieto otro poco más mi agarre, en un leve ahorcamiento y una vez más ella jadea: le gusta y a mí me gusta que le guste.

¿Me estás diciendo que encontré a alguien con la que soy muy compatible sexualmente? Ay, mira, pero es que se me levanta y todo de la emoción.

—No dejas de sorprenderme, Clover —digo con la voz un poco más grave antes de bajar el rostro y plantarle un besito en el labio inferior—. No sabes lo mucho que me gusta tu boquita y cuánto planeo besarla.

— ¿Los únicos planes para mi boca son besarla? —pregunta, con esa chispa y magnetismo sexual que en cada encuentro parece mostrarse más.

—Parece que tú tienes tus propios planes sobre qué hacer con ella —Le sonrío— y yo me apunto a todo.

Esta vez le planto un beso completo, igual de corto, en la boca y luego retrocedo porque tengo la ligera impresión de que si esta conversación y coqueteo continúa, muy bien podemos terminar con golpes duros y llenos de desenfreno contra la puerta de mi auto o el capó o dentro del auto...La cosa es que le daríamos durísimo y no creo que el sexo público se encuentre estipulado dentro de los parámetros de una primera cita, no porque me horrorice la idea, pero es que no me apetece ir a la cárcel por exhibicionismo, al menos no esta noche.

—Entremos porque creo que nos estamos poniendo peligrosos, mi trébol.

No me pierdo el hecho de que se libera de mi mano y la mete dentro del bolsillo delantero de su pantalón, pero tampoco haremos un drama de ello no es algo por lo que haya que darse mala vida ni volverlo un show.

Esta noche, bueno, esta noche será muy buena ¿Sabes por qué? Porque mi sangre irlandesa me lo dice.

Y si eso no es suficiente, para mi buena suerte me encargo de pensar: Clover, Clover, Clover.



Holissss, tengan lindo fin de semana.

Sorry si hay errores, pero mi espalda me dice: chama ya, dame descanso.

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Twitter: Darlis_Steff

Espero les guste.

Un beso.

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